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sábado, 8 de abril de 2023

El Tripero 20, de varies artistes

 

1.

El Tripero fue una revista autogestiva de los 90s, parte de la primavera fanzinera, autopublicada por alumnos y alumnas del taller del viejo Alberto Breccia. Parece que fue una suerte de semillero: muchos nombres de la historieta argentina contemporánea aparecen ya en el primer número, que se puede descargar de acá. Frank Vega, el capo de Lautaro Fiszman, Ezequiel García, Delius, Daniela Kantor y siguen las firmas. La modalidad era: una historieta cada unx, al estilo de una antología, y lo sigue siendo en El Tripero XX, que salió en 2015 por la editorial Tren en movimiento y como aniversario por los 20 años del número original, auspiciado en una rara coproducción por cinco sponsors: las librerías y comiquerías Hernández, Punc, Moebius, El gato escaldado, y el Fondo Metropolitano de las Artes. Todo el libro es una maravilla de la edición, por tapas, papel, tamaño, etc., de esas que mientras más país bananero libertario de mierda seamos, más imposible se torna hacer.

2.

Algunos comentarios sobre el contenido: La tapa es de un color verde croma increible, como se puede observar en esta reseña, y el diseño de tapa es de Christian Montenegro, que también tiene una historieta en xilografía sobre páginas negras en el tomo. El otro que trabaja con esa técnica es Fiszman, en una historieta que adapta un cuento checo de esos desgarradores como le gustan a él. Frank Vega entrega sus usuales deformidades en trazo limpio -estilo que no tenía en los comienzos-, y lo mismo hace Delius, una de las suyas. Esos fueron mis favoritos, con el de Ezequiel García, que adapta a Carver y está muy bien también.

3.

Yo creo que el libro no se consigue más, pero si lo ven captúrenlo.

lunes, 1 de agosto de 2022

Creciendo en público, de Ezequiel García

 1.

Algunos años después de Llegar a los 30, el historietista y editor Ezequiel García publicó este libro que es una suerte de continuación programática del anterior, pero subiendo la apuesta: más páginas, más grande el diseño (es un libro cuadrado, alto y ancho de esos que te desconfiguran la biblioteca), publicado por un conjunto de sellos editoriales -independientes, en este caso, a diferencia de la anterior que había aparecido por Emecé-, con dibujos realistas más detallados -en general, está mejor dibujado, premio aparte para la tapa/contratapa-, más refes, más todo. Continúa en la línea de la historieta autobiográfica, con una trama amorosa -doble-, pero también con una trama acerca de la Ciudad de Buenos Aires y su falta de políticas arquitectónicas patrimoniales, que me gustó más. Especial interés me produjo encontrar en viñetas a un sujeto que conocí en persona, el historiador y guía Ricardo Watson, que está igual. Muy loca la sensación de "a este lo conozco" y que sea un dibujo. Buen libro, aprobado.

Hagan zoom.


domingo, 24 de mayo de 2020

Llegar a los 30, de Ezequiel García

1.
Esta es una historieta que ya tiene sus años (editada en 2007, pero escrita y dibujada entre 2005 y 2006) que fue publicada por Emecé, algo poco común tratándose de una cosa en cuadritos, argentina y autobiográfica. De un tiempo a esta parte han aparecido numerosas editoriales chicas que se dedican a la historieta y para las que un libro como este no sería nada anormal, pero creo que cuando salió Llegar a los 30 no había otras novelas gráficas de este tipo en las librerías argentinas. ¿Acaso me equivoco? Pasados mis 30, casi en mis 34, y con unos trece años de retraso llego entonces a esta historieta que narra las desventuras amorosas de un joven varón treintañero, en esos tiempos antiguos en que todavía nos invitábamos a salir por correo electrónico y nos dejábamos mensajes en los contestadores automáticos.

2.
Lo más lindo de Llegar a los 30 son las marcas de época que están por todas partes: un poster de 2046 (2004) de Wong Kar Wai en una pared, un recital de Kevin Johansen en el que está cantando una canción de su segundo disco, un celular con tapita... Estoy obsesionado con las cosas que se vuelven documento histórico en cinco minutos. Y después, también está muy bien "el argumento", sobretodo en su juego con una suerte de momentos fuera del relato donde el dibujo se vuelve súper expresionista y el autor/narrador/personaje juega a reflexionar sobre este mundo capitalista absurdo donde el arte es apropiado por el mercado y donde el mercado determina qué es arte y esas cosas. Queda sí, un poco extemporánea, cierta victimización del protagonista, que se siente vapuleado por mujeres que lo ningunean y más que aprender de sus errores se dedica a lamentarse de su suerte. Algo así. Pero está buena, igual, al fin de cuentas.