Mostrando entradas con la etiqueta Pablo Ramos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pablo Ramos. Mostrar todas las entradas

miércoles, 2 de marzo de 2022

Hasta que puedas quererte solo, de Pablo Ramos

 1.

Otro caso milagroso donde un libro, después de purgar sus penas en la pila de "en proceso de lectura" de la mesa de luz durante largos años, es retomado y rápidamente terminado por este lector. Muy rápido: me copé y devoré la mitad del libro que me faltaba. Pasó tanto tiempo que no sé si es que la primera mitad era menos interesante, o simplemente es esa cuestión de que cualquier libro no es bueno en cualquier momento en que uno se lo encuentre, hay algo de intersección entre humano y texto que tiene que suceder.

2.

Pablo Ramos en general me gusta, como creo que establecen mis reseñas anteriores*. Y En cinco minutos levántate María me parece una obra maestra, directamente. Es desparejo Ramos, como casi todo el mundo. Este libro tiene una premisa interesante, y luego una sucesión de textos que Ramos llama crónicas pero podríamos entender como cuentos y que son, como les digo, desparejos. Algunos ("Autosuicidarse", "El vicio de los suicidas", "Satisfecho de poder respirar", caramba, qué títulos felices) me gustaron mucho.

*Acabo de releer "mis reseñas anteriores" de libros de Pablo Ramos y no puedo creer:

a. La cantidad de libros que leí del quía, hay dos que ni me acordaba que leí porque

b. ¡Lo vengo leyendo hace muchos años! La ley de la ferocidad la leí en 2009, lo que nos lleva a 

c. Este blog ya existía en 2009. Pero es como si lo hubiera escrito otra persona. ¿Quién es ese boludo de 23 años que bardea la novela de Pablo Ramos? Yo no lo conozco.

3.

La premisa es la siguiente: hacer un libro sobre la adicción, o las adicciones, escribiendo relatos de su vida como adicto en recuperación o de otros adictos a los que conoció en su vida, usando como disparador cada uno de los Doce Pasos en los que se basa el programa de Alcoholicos Anónimos y Narcóticos Anónimos. Cada sección está encabezada por la transcripción de cada paso, un comentario de Ramos al mencionado paso que funciona como prólogo de lo que sigue, y un cuento (relato, crónica), o más de uno, en función del antescripto. Es un libro que además de ser literatura es un poco de autoayuda -y lo digo como descripción pura, sin carga de valor, o con carga positiva si hay que elegir- y hasta un poco religioso en un sentido amplio, porque lo son los Doce Pasos y porque lo es Pablo Ramos a su manera. Es un libro que le puede interesar a: seguidores de Pablo Ramos, interesades en el método de AA y NA, profesionales de la salud, adictxs.

lunes, 23 de febrero de 2015

El camino de la luna, de Pablo Ramos

1.
Me había dicho que este libro (de cuentos, el último que publicó Ramos hasta ahora) me iba a gustar menos que el otro libro de cuentos del autor (Cuando lo peor haya pasado). No fue así.

2.
Mis cuentos favoritos fueron los protagonizados por chicos (bah, por Gabriel Reyes, alterego de Ramos). Ratifico que Ramos es un gran gran autor de literatura juvenil y que me quiero comprar su novela específicamente juvenil (por la que ganó ese premio en Alemania), El sueño de los murciélagos. En este libro, los cuentos con chicos son "La historia de la música" y "Nadar en lo profundo". También me gustó mucho "La chica del pelo verde". Alto corto sería. Debería filmarlo. "Elefante muerto" es muy hermoso, igual que "Castañas asadas". Y también me gustó, aunque me pareció un poco más pasatista (me costó elegir esta palabra, pero es más descriptiva que sencillo o simple) "Wunderbare katastrophe", sobre un episodio vivido por Pablo R. en su estadía en Berlín -a donde fue por una beca de escritor, creo-. Los dos primeros me parecieron los peores -o menos interesantes- (aunque el segundo, "La fría oscuridad del universo", tiene una imagen muy buena: la del escritor cuarentón acostado en un colchón en un living, de noche, atrapado entre cuerpos de adolescentes durmiendo o haciendo ruidos a su alrededor. Es difícil de contextualizar lo que estoy diciendo, tienen que leer el cuento.

3.
Muy buena la tapa:

lunes, 24 de noviembre de 2014

Cuando lo peor haya pasado, de Pablo Ramos

1.
El primero libro de cuentos de Ramos, publicado antes de la trilogía de novelas El origen de la tristeza, La ley de la ferocidad y En cinco minutos levántate María. Me gustó mucho. Con un lenguaje simple y directo, pero un montaje afinado al mínimo detalle, que le permite lograr cosas como el final del cuento que da nombre al libro, o como el que se titula "Celeste y rojo". Mi otro favorito es uno que se llama "Porque el cielo es azul" (y lo que más me gustó fue que no cacé la referencia hasta el final). Y también "El ángel del bar", que me hizo acordar a El origen de la tristeza, porque lo protagonizan chicos, cosa que Ramos sabe escribir muy pero muy bien.

2.
Se lee en dos segundos. Recomendado para bondis y subtes, no para llevar de viaje porque se lo van a devorar al primer día. Para viaje La ley de la ferocidad, en todo caso.

martes, 9 de septiembre de 2014

El origen de la tristeza, de Pablo Ramos

1.
Advertencia: esta reseña es muy imprecisa porque el libro lo tuve que devolver antes de haber escrito esto.

2.
El origen de la tristeza es el primer libro de la trilogía que se completa con La ley de la ferocidad y En cinco minutos levántate María, y tiene muchas diferencias con sus sucesores. Cuando recién lo había empezado, me sorprendió encontrarme con un libro de literatura juvenil: no solamente los protagonistas son niños, púberes con problemas de púberes, sino que la prosa también parece dirigida a un público púber. Quizás debo aclarar que me encantan los libros juveniles que no menosprecian a sus lectores, como pueden comprobar si siguen mi etiqueta infartojuvenil (exactamente lo contrario de lo que le ocurre al/la tránsfuga que mantiene este otro blog). Lo que me sorprendió entonces no fue la prosa en sí, sino el hecho de que ese tono desentonara (sí, que el tono desentonara, ¿algún problema?) tanto con el de su sucesor inmediato, lleno de falopa y de impulsos suicidas.

3.
Otra diferencia es que mientras las otras son novelas, El origen de la tristeza se compone de tres cuentos, independientes entre sí, si bien protagonizados todos ellos por el mismo Gabriel de La ley de la ferocidad (en quien uno no puede evitar ver a un ficcionado Pablo Ramos). En el primero de los relatos, Gabriel quiere trabajar en el cementerio del barrio (que creo que es Sarandí, perdón por las impresiciones de nuevo) con un amigo suyo, adulto y loco -o alcohólico-, verdadero protagonista del cuento en el que Gabriel funge más de Sancho Panza que de otra cosa. En el segundo relato -el que más me gustó, el más iniciático también-, Gabriel y su barra de amigos emprenden una aventura por el Viaducto en busca de, si mal no recuerdo, vino para vender y así poder pagar una puta con la que debutar todos, en el orden en que lo dictamine el resultado de un partido de fútbol. Las cosas salen de otra manera. Este cuento me hizo acordar a El juguete rabioso -no solo a mí, por lo que veo en las reseñas varias que pueblan la Internet-, y me hubiera hecho acordar a Juvenilia, del retronazi de Miguel Cané, si alguna vez hubiera leído Juvenilia. El tercer relato sí me acuerdo cómo se llama: se llama "El origen de la tristeza". En éste relato tienen mucha más presencia los padres de Gabriel, a quienes volveremos a ver, de cerca, en el resto de la trilogía, y tiene lugar el famoso episodio del intento de suicidio de María, al cual volveremos también en el futuro de la narración. Quería llegar a esto: el tono juvenil, pristino en alguna medida, de la novela, se va opacando de a poco, oscureciendo. Al final de El origen de la tristeza (cuando llega el fin de la infancia), la sintonía con La ley de la ferocidad, si bien entre los dos hay una elipsis de décadas, es de una lógica apabullante.

3.
Algo más sobre el tono: aunque ninguno deja de ser eminentemente de Pablo Ramos, es notable cómo el tono general de las narraciones y el modo de la prosa se adapta siempre a lo narrado y al carácter del narrador protagonista (porque están en primera persona todas ellas). Eso explica que El origen pueda leerse como una novela juvenil (para público de la edad del protagonista, 13 años), que La ley sea tan oscura y sórdida, y que En cinco minutos sea tan linda y me haya hecho llorar.

4.
Aparentemente se está produciendo una película sobre el segundo relato del libro. Hay un trailer o work in progress acá: https://www.youtube.com/watch?v=PhWvpGi0RGM.

jueves, 8 de agosto de 2013

En cinco minutos levántate María, de Pablo Ramos

1.
Orgullosamente: este libro me lo robé de una librería muy conocida, que está (o estaba, ahora en ese local hay un negocio de ropa deportiva) en un shopping muy conocido,de una zona de esta ciudad conocida entre otras cosas por una canción en cuyo título y letra es mencionada, que escribió un músico conocido por haber sido italiano, haber cantado en inglés, haber sido pelado por el asco que da tu sociedad y haber muerto trágicamente de una adicción a algo con lo que había reemplazado una adicción a otro algo, conocido por ser peor que ese primer algo de cuya adicción, al final, murió. El libro me lo robé en un mismo operativo comando junto a De ratones y de hombres, cuya reseña pueden leer en este blog también. Buen choreo, buenos botines. Realizado sólo porque se pudo, y también por la adrenalina. Fue la primera y única vez que hice tal cosa en un shopping. Véase sobre esto -el robo de libros-, este otro escrito mío en este otro, abandonado, blog.

2.
Hace mucho, leí La ley de la ferocidad de Pablo Ramos, y en mi reseña fui excesivamente duro con ella. No la recuerdo con la carga negativa que le puse a la reseña. Por el contrario. Bueno, En cinco minutos levántate María no es una continuación de La ley... (en todo caso, sería eso que ahora se llama precuela), pero participa del mundo de la otra. Y hay una primera (en orden de aparición), que se llama El origen de la tristeza y que ahora quiero leer.

3.
En cinco minutos levántate María es el monólogo interno de la María del título, madre del Gabriel de La ley de la ferocidad: una mujer de sesenta y pico que vive en una habitación sin ventanas en una casa de clase media baja del conurbano bonaerense. María se despierta en medio de la noche, por un presentimiento, o un sueño, no sabe bien; y en vez de levantarse de inmediato de la cama, como hace siempre (porque quedarse en la cama despierta es de enferma), decide quedarse cinco minutos más (muchos cinco minutos), pensando en su vida, en sus hijos, en su nieto, en su marido, en su padre.

4.
Me gustó mucho En cinco minutos. Y lo leí vorazmente, por lo que éste también se gana la etiqueta droga. Y otra virtud: es corto. Hacía tiempo que quería leer una novela corta: leí dos. También lleva la etiqueta afroargentinos, porque, misteriosamente, en cierto momento de la novela, María va a la Sociedad Caboverdiana de Dock Sud, a visitar a un primo negro que le dice que consiguió trabajo en el Congreso de la Nación: dos elementos totalmente afroargentinos y basados en hechos reales, que si no fuera por una mierda legal ustedes podrían ver -esperemos que en un futuro puedan- en la serie Afroargentina de canal Encuentro, en la que participé como guionista. Capaz Pablo Ramos es afro, es muy posible, o capaz es él el que tiene un primo afro. Claramente -digo, no tengo ningún fundamento pero igual- el personaje de Gabriel es autobiográfico, así que puede ser.

5.
De un tiempo a esta parte Los Tipitos leyeron La ley de la ferocidad, e hicieron una canción en base a, en cuyo videoclip actúan el propio Pablo Ramos y, llevando el cajón, el amigo Héctor Raggio.


También de un tiempo a esta parte, Pablo Ramos grabó un disco con letras suyas, junto al capísimo y multitasking Gabo Ferro. Se llama El hambre y las ganas de comer, y lo escuchan acá.

6.
El final, las últimas treinta o cuarenta páginas, las leí hoy, ocho del ocho, caminando del trabajo a casa, como hubiera querido el General. Lloré con la historia de Pablito, en Díaz Vélez y Salguero.

viernes, 11 de diciembre de 2009

La ley de la ferocidad, de Pablo Ramos

1. Primero quiero decir mis críticas: Hay dos cosas que están mal a mi entender. Por un lado, hay un problema con el tiempo. Las trescientas cincuenta y pico de páginas que tiene el libro dan cuenta de dos días en la vida de Gabriel Reyes, los dos días que dura el velorio de su padre. El narrador es el protagonista, desde un momento posterior al de la historia, quien además recapitula sucesos de su pasado y del de su padre continuamente. Están muy bien todas las transiciones de presente de la escritura a presente de la historia narrada a pasado de ambas, son cosas onda "Escribo 'Camino por Rivadavia' y camino por Rivadavia, ahora cuando debería estar en el velorio de mi padre" (no tengo el libro acá, no es una cita, pero es algo así). Lo que está muy mal es que de tanto moverse, Ramos el autor perdió la noción del tiempo. Todas las cosas que Gabriel Reyes hace en el presente de la narración, ahí donde está su padre muerto, no entran ni en una semana, mucho menos en dos días con sus noches. La cantidad de veces que se sube a autos y viaja de Capital a Avellaneda, de Chacarita a Retiro a la villa de no sé dónde a Plaza Flores a Plaza de Mayo, y encima hay momentos en que duerme y encima tiene que ubicar la acción, los lugares. No dan los tiempos ni ahí. Es muy difícil además seguir el tiempo en el presente, tener idea de si está de día o de noche, en qué día está and staff.
Lo otro que no está bien es que más o menos en la página 335, de pronto y de la nada, el personaje te dice "cuando yo era adolescente me decían Jesús porque era muy católico y un día vi a un cura cojerse a un mogólico" (again, no es cita, acá es sólo la idea). ¡Cualquiera! ¡Súper descolgado! Si la leen van a ver que no tiene nada que ver ni con lo que venía pasando, ni con lo que sabemos del personaje durante toda la novela. Es como que por el final el autor dijo "¡uy, no bardié a los curas!" o algo así. Muy trucho eso.

2. Por lo demás, la novela está muy bien. Está muy bien escrita, como ya dije más arriba las transiciones están re bien; tiene buenas frases. El muchacho este, Gabriel Reyes, quien además creo que protagoniza otra novela de Ramos, es un hijo de puta, y como tal dice cosas graciosas como que unos coreanos, que están en un quilombo, "seguro que tienen la pija como arrolladitos primavera, seguro les piden a las pibas que se metan milanesas de soja en el culo" (no es cita). ¡Ah, la trama!: Gabriel Reyes es guitudo, pero no siempre fue así: su padre siempre fue de clase baja y peronista, obrero de una fábrica, y él mismo nació en el Viaducto, zona horrible de Avellaneda. Su padre muere, y él organiza un velorio de dos días para esperar a un tío de Sicilia. Por el velorio pasarán todo tipo de personajes relacionados con su propio pasado, así como con el de su padre (el énfasis que en la contratapa se da a la aparición de las ex-esposas, es en realidad un capítulo solo, y no tiene ninguna relevancia para la historia general). Gabriel es un alcohólico y merquero asqueroso, muy repugnante, asco caca, (aunque parece que está bueno porque se levanta minitas), y durante los dos días de la acción, va a comenzar a resolver póstumamente su relación con su padre, pasándola muy mal y tomando mucho wisky.

3. La mejor escena es la de las palomas.

4. Joni me dijo que odió a todos los personajes de la novela, pero que de todos modos eso le pasa últimamente con todas las novelas.