1.
Nada se pierde con vivir lleva como aclaración inmediata, debajo de su título, la repartija de responsabilidades entre los autores arriba citados: son tres monólogos del poeta chileno Enrique Lihn, dibujados por el ilustrador argentino Jorge Quien. En 2023 apareció esta reedición a cargo de la editorial Tren en movimiento, que engorda a la original -aparecida hace una década por Loco Rabia- con un prólogo del chileno Guillermo Valenzuela (que se suma al del argentino Pablo de Santis), y un texto postrero o epílogo del argentino Lautaro Ortiz, que se suma al del chileno Rodrigo Olavarría. De esa manera se mantiene la armonía transcordillerana. El libro me lo regaló Beladrich, hola Beladrich.
2.
Los tres poemas-monólogos que Jorge Quien eligió para ilustrar (o para volver historieta) son, diría, poco menos que imbatibles. O sea, el libro para fallar tenía que fallar en lo gráfico, y, pues, no falla. Así que el libro se mantiene invicto. Mientras leía no lloré porque los machos no lloran, pero ta' para llorar un poquito. Sobre todo el primero y más conocido, "Monólogo del padre con el hijo de meses" (La pieza oscura, 1963), del que me habló hace poco Marcos Krivocapich a propósito de su novela Ésta ciudad es hermosa. Los otros dos poemonólogos mortuorios, "Monólogo del viejo con la muerte" y "Monólogo del poeta con su muerte", son igual de lindos, o quizás una partícula menos. En fin, librazo (y van...).