Hay días de bosques frondosos, selváticos, donde los monos se me cuelgan de la espalda, voy de liana en liana, atrapando historias a mi paso, me encuentro con personas, con caminos, con luces y sombras, todo llama mi atención y todo pasa por mi imaginación, tomando tintes de relatos, pero sin darme tiempo para atraparlo todo.
Otros días son de desierto, no hay agua, no hay arena o dunas de donde imaginar formas, el cielo raso no me dice nada, ni el aire trae nostalgias de las que hablar.