BUENAS NOCHES
Hoy para cenar mamá me preparó salchichas con puré de patata. A mi me encanta dibujar y ella lo sabe así que siempre me deja que haga un dibujo con la comida. El puré es de esos de sobre que se preparan con leche y mantequilla, ella lo hace espesito para que le pueda moldear. Pues eso, con el puré hice una bola que luego aplasté planita formando una cara, con el chorrito de Ketchup le dibuje los ojos, la nariz y la boca, una boca grande por que tenia mucha hambre y con los trocitos de salchicha le hice una cresta.
- Anda date prisa y come - me dijo mamá como si fuera una conejita blanca mirando el reloj de la pared de la cocina - son más de las nueve ya tendrías que estar en la cama.
- Mira mamá, un punki como Jaume.
- Tienes razón, el Jaume está muy bueno para comérselo, lo mismo que tú - y se lanzó a mi cuello como una zorra a un cordero.
Era verdad el punki estaba riquísimo, y no dejé nada.
Como los perros que acompañan a las cabras al establo, mamá me llevo primero a lavarme los dientes y luego a la cama. Me tapó con el edredón y me dio un beso.
- Buenas noches mi princesa. Ahora cierra los ojos y duerme.
- Pero no cierres la puerta que entre luz.
- Vale -dice suspirando como una gallina y sale del cuarto.
Todavía no tengo sueño, oigo sus pasos en el corredor y la puerta del salón que se abre.
-!Mamáaaaaa! -grito. La oigo venir con el trote ligero de una yegua.
- ¿Qué quiere mi reina?
- Ahí detrás de la cortina parece que se esconde un esqueleto.
Hace pocos días que ha sido Halloween y todavía siento miedo de los monstruos.
Mamá se ríe, agita las cortinas, mira debajo de la cama y abre el armario.
- No hay nada ¿viste? Ahora duerme. Y se aleja por el pasillo.
Es verdad no hay nadie, pero siento la boca seca por el susto, y sigo sin tener sueño.
Y antes de que llegue al salón grito de nuevo.
- !Mamá! !mamá! !¿Me traes un vaso de agua?!
Oigo sus pisadas de camella que camina por el desierto, arrastra un poco los pies.
Me siento en la cama y bebo, a sorbitos, la verdad es que no tengo mucha sed, pero me gusta que este a mi lado. Como voy tan lenta se lleva el vaso a medio beber y dice algo enfadada.
- Anda hija, déjate de rollos y duerme de una vez.
En el supermercado he visto ya los turrones y los mazapanes y en un montón unos árboles de navidad de plástico.
- !Mamá! !Mamá! Y siento los rugidos de la leona que viene por el pasillo.
- ¿Qué quieres ahora?
-¿Cuánto fata para Navidad?
- Mucho, mucho. Y no vuelvas a llamarme. Si me llamas cerraré la puerta y te quedarás a oscuras. Se va sin mirarme siquiera.
Ahora se ha puesto a llover y me gustaría gritarle que me dan miedo las tormentas pero mejor me invento yo una historia.
Había una niña, muy pobre, muy pobre (es decir yo) que vivía sola en una cabaña del bosque cerca de un riachuelo de agua cristalina. Los animales del bosque eran sus amigos, la ardilla, la liebre, la oca,…. Y todos se acercaban a la niña le daban las buenas noches y se quedaban en la cama durmiendo a su lado, y todos, todos tenían la cara de mi madre.
!Z Z Z Z …..! Creo que me quedé dormida.