Existe en Buenos Aires un barrio porteño llamado Nuñez famoso por ser dónde se encuentra la Ciudad Universitaria, la mayor entidad de educación en Argentina, en ese mismo lugar, en una zona boscosa abandonada, se asentó durante más de 15 años la llamada ‘Aldea Rosa’, una villa de chabolas dónde sus habitantes se encontraban separados por una sociedad que les dio la espalda, la mayoría de ellos travestis, transexuales u homosexuales. Mía es una cinta sencilla que sitúa sus acontecimientos en esa villa para contarnos una historia sobre felicidad, amor y la búsqueda de la identidad.
Ale es travesti y vive en la Aldea Rosa, allí sigue adelante gracias al dinero que saca recogiendo cartones y a pesar de las inclemencias ella es una persona feliz aunque no logre ver sus sueños cumplidos. Un día, Ale encuentra el diario de una joven fallecida que deja atrás a su hija y un marido incapaz de luchar por ella y por él mismo. Nuestra protagonista no tarda en sentirse identificada con esa joven encontrando en ella la vida que le hubiese gustado tener, así que intentará acercarse a ella y sentir como es la llamada “normalidad”.
A pesar de su sencillez, Mía es una película que se atreve a tratar varios temas socialmente complejos con valentía, que nace además en una época de cambios en su país, ya que se estrenó justo cuando entraba a debate la nueva ley de identidad de género, cuestión que quizás destaque sobre el los otras tocadas en el filme. En Mía se presenta la figura de lo diferente desde dentro, y aunque sea principalmente a través de una figura trans la película lo hace extensivo a cualquier otra situación no aceptada socialmente, algo que podemos ver gracias a la variedad de habitantes de la Aldea, que han creado un sitio dónde vivir con sus propias normas, dónde la libertad y el espíritu de comunidad está más vivo que en el resto de sociedad, un mini-mundo que recoge lo que no quiere verse dentro de la normalidad, pero que representa un ejemplo de convivencia estupendo. Es curioso entonces que estos tengan que luchar con todas sus fuerzas para que ese ejemplo no sea destruido, ya que la Aldea está amenazada con ser derribada (cosa que realmente se hizo realidad en el año 2006, aunque al año siguiente un grupo la volvió a formar con el nombre de ‘Velatropa’, una eco-aldea algo mejor vista socialmente que su antecesora ‘Villa Rosa’).
A pesar de todo, Ale desearía tener una vida dentro de esa normalidad de la que forman parte la gran mayoría, ella al sentirse mujer quiere formar una familia, tener hijos, un hogar que cuidar… en definitiva estar bajo los roles típicos de una mujer, es por eso que una vez encuentra el diario se siente identificada con Mía, quiere su vida, sueña con ser ella, aunque no se de cuenta de que ser ella misma fue lo que mató a la joven Mía. El intento de Ale por conseguir una vida así se va cumpliendo una vez conoce a la hija de la joven del diario, Julia, con la que congenia a la perfección logrando así poco a poco la aprobación social empezando por el problemático padre de la niña, un autodestructivo hombre que lleva a la deriva su vida a causa de la muerte de su esposa.
La película evita algo en lo que suelen caer todo este tipo de películas de carácter social, centrados en quejarse y denunciar aquello que exponen y no ver que no todo es la cara de una misma moneda, y es hacía el final del filme cuándo los hechos nos desmontan ese final feliz previsto y nos enseñan una Ale distinta, que transforma la luz positiva que transpira durante todo el metraje hacía un carácter oscuro, todo a raíz de su intensa lucha por lo que quiere y forzado por el sentimiento de frustración que le provoca la reclusión social a la que es sometida. Aunque es un final algo incomodo y frustrante es el más correcto que su director y guionista, Javier Van de Couter, podía darle al filme, de este modo nos deja espacio para la reflexión y nos muestra una sociedad más realista, lejos de la prefabricada de otros filmes.
Esta cinta argentina no es ni de lejos una obra maestra, pero tampoco pretende serlo, y es seguramente eso lo que hace que sea tan correcta en su funcionamiento.
Ale es travesti y vive en la Aldea Rosa, allí sigue adelante gracias al dinero que saca recogiendo cartones y a pesar de las inclemencias ella es una persona feliz aunque no logre ver sus sueños cumplidos. Un día, Ale encuentra el diario de una joven fallecida que deja atrás a su hija y un marido incapaz de luchar por ella y por él mismo. Nuestra protagonista no tarda en sentirse identificada con esa joven encontrando en ella la vida que le hubiese gustado tener, así que intentará acercarse a ella y sentir como es la llamada “normalidad”.
A pesar de su sencillez, Mía es una película que se atreve a tratar varios temas socialmente complejos con valentía, que nace además en una época de cambios en su país, ya que se estrenó justo cuando entraba a debate la nueva ley de identidad de género, cuestión que quizás destaque sobre el los otras tocadas en el filme. En Mía se presenta la figura de lo diferente desde dentro, y aunque sea principalmente a través de una figura trans la película lo hace extensivo a cualquier otra situación no aceptada socialmente, algo que podemos ver gracias a la variedad de habitantes de la Aldea, que han creado un sitio dónde vivir con sus propias normas, dónde la libertad y el espíritu de comunidad está más vivo que en el resto de sociedad, un mini-mundo que recoge lo que no quiere verse dentro de la normalidad, pero que representa un ejemplo de convivencia estupendo. Es curioso entonces que estos tengan que luchar con todas sus fuerzas para que ese ejemplo no sea destruido, ya que la Aldea está amenazada con ser derribada (cosa que realmente se hizo realidad en el año 2006, aunque al año siguiente un grupo la volvió a formar con el nombre de ‘Velatropa’, una eco-aldea algo mejor vista socialmente que su antecesora ‘Villa Rosa’).
A pesar de todo, Ale desearía tener una vida dentro de esa normalidad de la que forman parte la gran mayoría, ella al sentirse mujer quiere formar una familia, tener hijos, un hogar que cuidar… en definitiva estar bajo los roles típicos de una mujer, es por eso que una vez encuentra el diario se siente identificada con Mía, quiere su vida, sueña con ser ella, aunque no se de cuenta de que ser ella misma fue lo que mató a la joven Mía. El intento de Ale por conseguir una vida así se va cumpliendo una vez conoce a la hija de la joven del diario, Julia, con la que congenia a la perfección logrando así poco a poco la aprobación social empezando por el problemático padre de la niña, un autodestructivo hombre que lleva a la deriva su vida a causa de la muerte de su esposa.
La película evita algo en lo que suelen caer todo este tipo de películas de carácter social, centrados en quejarse y denunciar aquello que exponen y no ver que no todo es la cara de una misma moneda, y es hacía el final del filme cuándo los hechos nos desmontan ese final feliz previsto y nos enseñan una Ale distinta, que transforma la luz positiva que transpira durante todo el metraje hacía un carácter oscuro, todo a raíz de su intensa lucha por lo que quiere y forzado por el sentimiento de frustración que le provoca la reclusión social a la que es sometida. Aunque es un final algo incomodo y frustrante es el más correcto que su director y guionista, Javier Van de Couter, podía darle al filme, de este modo nos deja espacio para la reflexión y nos muestra una sociedad más realista, lejos de la prefabricada de otros filmes.
Esta cinta argentina no es ni de lejos una obra maestra, pero tampoco pretende serlo, y es seguramente eso lo que hace que sea tan correcta en su funcionamiento.
===================================================
TÍTULO ORIGINAL Mía
AÑO 2011
DURACIÓN 106 min.
PAÍS Argentina
IDIOMA Español
DIRECCCIÓN Javier Van de Couter
GUIÓN Javier Van de Couter
MÚSICA Iván Wyszogrod
FOTOGRAFÍA Miguel Abal
REPARTO Rodrigo de la Serna, Camila Sosa Villada, Maite Lanata, Naty Menstrual
PRODUCTORA Maíz Producciones
GÉNERO Drama
TÉMATICA Transexualidad. Familia. Drama social. Cine dentro del cine. LGBTIQ
AÑO 2011
DURACIÓN 106 min.
PAÍS Argentina
IDIOMA Español
DIRECCCIÓN Javier Van de Couter
GUIÓN Javier Van de Couter
MÚSICA Iván Wyszogrod
FOTOGRAFÍA Miguel Abal
REPARTO Rodrigo de la Serna, Camila Sosa Villada, Maite Lanata, Naty Menstrual
PRODUCTORA Maíz Producciones
GÉNERO Drama
TÉMATICA Transexualidad. Familia. Drama social. Cine dentro del cine. LGBTIQ
SINOPSISLa historia aborda el derecho a la felicidad y a poder formar parte de
la comunidad, de quienes han elegido una forma diferente de la
moralmente aceptada por la sociedad, y nos permite repasar el tema de la
discriminación, la intolerancia, la marginación y la exclusión social,
pero también el de la infinita capacidad de amor que tiene el ser
humano.
PREMIOS
2012: Paris Lesbian Film Festival: Premio del jurado.
2013: Tampa Int. Gay and Lesbian Film Festival: Mejor largometraje
2013: Tampa Int. Gay and Lesbian Film Festival: Mejor largometraje
CRÍTICAS
+ "Javier Van de Couter lleva la historia hacia otras lecturas, otras hipótesis mucho más interesantes y potentes. Contradictorias como la vida misma, pero creíbles. En donde hay desesperanza pero también la idea de un futuro mejor." (Juan Pablo Russo: Escribiendocine)
= "La opera prima de Van de Couter es bien intencionada, tiene una estructura lineal muy bien marcada y concebida a la que varios altibajos de guión desconectan de la línea principal para caer en vaguedades, situaciones inverosímiles o ridiculizadas con una estética indie de la que el film debiera alejarse.[...] si hay algo muy valedero en el film son las dos actuaciones principales de Camila Sosa Villada y Maite Lanata, creíbles, muy audaces y con química en pantalla." (Jose Luis Lorenzo: A Sala Llena)
= "Esta ópera prima de Javier van de Couter tiene las mejores intenciones (visibilizar a grupos minoritarios y muchas veces marginados, exponer temas duros, como la violencia familiar o la descontención infantil), pero su principal problema es que prioriza la elocuencia discursiva, la obviedad y linealidad de los diálogos y el subrayado de sus situaciones y conflictos por sobre las herramientas puramente cinematográficas." (Diego Batlle: Lanacion.com)
+ "Van de Couter, después de una larga investigación, hace convivir el relato de afectos con el construir seres que no sólo se ven expuestos a una situación de marginalidad, sino que luchan políticamente por su derecho legal –en lugar de la pasividad habitual que abunda en el imaginario, y no sólo en el cinematográfico– así como por el de ser felices." (Diego Braude: Página 12)
- "Mía, una película que no esconde su objetivo de terminar con las hipocresías y miserabilismos de quienes no comprenden el aspecto humano del mundo trans. Pero el cine, en cuanto a cómo se exponen los materiales, es otra cosa. Y en ese punto una película como Mía, aferrada a la fuerza de su argumento, derrapa en casi todo su desarrollo." (Gustavo Castagna: Tiempo Argentino)
= "La opera prima de Van de Couter es bien intencionada, tiene una estructura lineal muy bien marcada y concebida a la que varios altibajos de guión desconectan de la línea principal para caer en vaguedades, situaciones inverosímiles o ridiculizadas con una estética indie de la que el film debiera alejarse.[...] si hay algo muy valedero en el film son las dos actuaciones principales de Camila Sosa Villada y Maite Lanata, creíbles, muy audaces y con química en pantalla." (Jose Luis Lorenzo: A Sala Llena)
= "Esta ópera prima de Javier van de Couter tiene las mejores intenciones (visibilizar a grupos minoritarios y muchas veces marginados, exponer temas duros, como la violencia familiar o la descontención infantil), pero su principal problema es que prioriza la elocuencia discursiva, la obviedad y linealidad de los diálogos y el subrayado de sus situaciones y conflictos por sobre las herramientas puramente cinematográficas." (Diego Batlle: Lanacion.com)
+ "Van de Couter, después de una larga investigación, hace convivir el relato de afectos con el construir seres que no sólo se ven expuestos a una situación de marginalidad, sino que luchan políticamente por su derecho legal –en lugar de la pasividad habitual que abunda en el imaginario, y no sólo en el cinematográfico– así como por el de ser felices." (Diego Braude: Página 12)
- "Mía, una película que no esconde su objetivo de terminar con las hipocresías y miserabilismos de quienes no comprenden el aspecto humano del mundo trans. Pero el cine, en cuanto a cómo se exponen los materiales, es otra cosa. Y en ese punto una película como Mía, aferrada a la fuerza de su argumento, derrapa en casi todo su desarrollo." (Gustavo Castagna: Tiempo Argentino)
PUNTUACIONES
- Descubrepelis: 6,3
- Filmaffinity: 6,5
- IMDB: 7,4
* Media: 6,7
TRAILER
VER TAMBIÉN