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martes, 21 de marzo de 2017

Pedir amparo a la APM es perder el tiempo

Aplaudo la decisión de la dirección del diario Público. Recurrir a las asociaciones de la prensa para que te amparen no sólo es perder el tiempo, sino correr el riesgo de llevarte un enorme disgusto. El periodismo es un oficio insolidario. Existe, eso sí, y no siempre, una cierta complicidad con el compañero de la mesa de al lado, o con aquellos con quienes coincides a diario en las coberturas callejeras. Pero hasta ahí. Todo lo demás es indefensión.
No defiendo el sectarismo que practican algunos colegios profesionales, y menos la impunidad con la que en ciertos casos llegan a blindar a sus asociados, pero cuando un arquitecto, un abogado o un médico tienen problemas, por lo general cuentan con un sólido colegio profesional detrás que les apoya y defiende. De las Ascociaciones de la Prensa no puede decirse lo mismo. Si el periodismo necesita reinventarse, las asociaciones de periodistas lo precisan mucho más.
Como en tantas otras instituciones del país, en las Asociaciones de la Prensa, la dejadez, las dichosas inercias y la existencia de oscuros intereses con los que no se pudo, o no se quiso, acabar en su momento, mantuvieron para sus directivos durante décadas costumbres y prebendas heredadas del franquismo ¿El precio? La docilidad. Tardaron demasiado tiempo en entender las Asociaciones, algunas todavía no lo han entendido, que su verdadera función, la razón de su existencia, es defender a los profesionales. De lo contrario, más vale que desaparezcan.
La APM continúa sin entenderlo. Nunca se me ocurrió recurrir a ella cuando tuve problemas con la justicia a lo largo de mi vida profesional, y eso que hubo momentos en que llegué a sumar más de cien expedientes judiciales abiertos, principalmente en juzgados de Barcelona, pero también en la Audiencia Nacional. Siempre tuve claro que, a pesar de estar asociado y pagar religiosamente mi cuota trimestral, nunca se preocuparían por mis problemas. Era algo que podía entenderse apenas pisabas sus alcanforadas dependencias.
Continúan siendo acólitos del poder como en tiempos del abuelo de Aznar o de aquel fascista llamado Juan Aparicio (que no se me enfaden las excepciones, pero esas excepciones saben perfectamente que lo son, y desde aquí mi reconocimiento una vez más a su lucha, casi siempre estéril).
Claro que, incluso a la hora de relacionarse con el poder, también parecen usar diferentes varas de medir. Cuando a Manuela Carmena se le ocurrió poner en marcha una web para informar sobre asuntos del ayuntamiento de Madrid, faltó tiempo para que la APM y la Federación de Asciaciones de la Prensa (FAPE) elaborasen un comunicado haciendo pública su más enérgica protesta.
Algún despistado puede argumentar que acaban de amparar a varios profesionales que se quejaban de ser presionados por personas afines a Podemos, pero ese despistado me va a permitir que me desahogue dedicándole una sonora carcajada.
Me cuesta aceptar que al frente de la Asociación de la Prensa de Madrid se encuentre una persona como Victoria Prego, a quien en otro tiempo tanto admiré. Me cuesta entender el papel que desempeñan en la junta directiva respetados amigos y compañeros como Jesús Maraña o Antonio San José. No sé si en sus manos estará hacer algo contra las presiones a las que está siendo sometido el diario Público desde que comenzó a sacar a la luz los trapos sucios de las cloacas del ministerio del Interior. Pero cuando, sin orden judicial, la policía se presentó un día de fiesta en la redacción exigiendo las grabaciones publicadas por Patricia López y Carlos Enrique Bayo, el periódico no obtuvo ningún amparo por parte ni de la APM, ni tampoco de la FAPE.
Por eso entiendo a Ana Pardo de Vera, cuando a las preguntas este martes de Fernando Berlín sobre su intención de pedir amparo a la asociación, tras haber denunciado en el periódico amenazas directas a miembros de su redacción, responde que no. Toda mi solidaridad, directora. Para ti, para Patricia y para Carlos Enrique.

viernes, 10 de marzo de 2017

El periodismo no es oficio para miedosos


A instancias de los nazis, el amoral capitán Renault ordena desalojar el café Rick de Casablanca. Indignado por el atropello, el dueño del establecimiento, al que da vida Humphrey Bogart en la película, le pide explicaciones al prefecto francés.
- ¿Con qué derecho me cierra usted el local?, le pregunta Rick.
- ¡Qué escándalo, he descubierto que aquí se juega!, argumenta un sarcástico Renault.
El crupier llega hasta ellos y deposita unos billetes en manos del representante de la ley.
- Sus ganancias, señor
- Muchas gracias -contesta el capitán mientras se guarda los billetes y continúa despejando la sala- ¡Todo el mundo fuera!

Pues eso es, señores, ¡qué escándalo, hemos descubierto que aquí se presiona! Victoria Prego y la APM han descubierto la pólvora a estas alturas de la película! Se presiona, se ha presionado y se presionará. Aquí, en Carolina del Norte y en Ciudad del Cabo ¿dónde está la novedad? Periodismo es el arte de resistir y sobrevivir a las presiones. En cuarenta años de oficio periodístico no he vivido un solo día en que las presiones no hayan revoloteado, tercas y amenazantes, a mi alrededor. Presiona el jefe, presiona el dueño, presiona el político, presiona el tendero, el amigo, el primo, el vecino, unos para que digas y otros para que no digas, unos para que tengas cuidado con lo que cuentas y otros para que lo cuentes cuanto antes. Unos con amenazas más sutiles que otros. Y solo hay una medicina contra el defecto de presionar: la virtud de no dejarse.

Que levante la mano el periodista que no haya recibido presiones en su vida. Habremos caído o no en ellas, pero haberlas, háylas, húbolas y habralas. De toda la vida de dios y de todos los colores y procedencias. Pocos deben ser los que alguna vez no han pagado un alto precio por resistirse a ellas. ¿Por qué le ha dado entonces, precisamente ahora, a la entrañable Victoria Prego, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), por montar el pollo que ha montado denunciando acoso y amenazas por parte de miembros de Podemos a varios periodistas cuyos nombres desconocemos?

¿Ha usado la APM a Podemos porque antes no se atrevió con ningún otro partido? ¿Ha querido aprovechar esta oportunidad para abrir la caja de los truenos y ponerle altavoz a un secreto a voces? Podría ser, pero no me lo creo. Más bien tiene toda la pinta de ser un torpe ejercicio de hipocresía cuyos efectos no calcularon lo suficiente. ¿O sí?

¿Acaso los veinticuatro miembros de la directiva de la APM no han sufrido presiones en su vida? ¿Pidieron alguna vez amparo?¿Por qué escogen a varios acojonados anónimos para rasgarse las vestiduras y precisamente ahora? ¿Nunca antes encontraron un momento propicio? Nadie acude a ellos a protestar, argumentan. Suponiendo que eso fuera cierto, ¿qué pasa, que nunca han encontrado un motivo para intervenir de oficio ante la divulgación de según qué informaciones de vergüenza? ¿Ni siquiera en TVE o en Telemadrid? Nunca me planteé recurrir a la Asociación para que me defendiera de nada y, tras este bochornoso numerito, jamás se me ocurrirá. Total, ¿qué sería de nuestro oficio si no existiera la presión? Cuando no cabreas a alguien con la información que publicas, decía Orwell, pregúntate en qué te estás equivocando.

Siempre combatí las presiones defendiendo mi independencia a codazo limpio. Mi sueño es que desaparezca toda aquella presión ejercida desde el poder y no dejaré de luchar siempre por ello con el privilegiado instrumento que tengo a mi alcance, la palabra. Peleo porque los políticos saquen de una vez sus manos de los medios públicos y porque puedan existir medios independientes sin banqueros ni fondos buitre en los consejos de administración ¿Es contra todo esto contra lo que pretende luchar la APM aunque hayan empezado la casa por el tejado. Si es así, de acuerdo, pero... ¿a que no es así, queridos escandalizados?

Hay colegios profesionales que al menos funcionan como un poderoso lobby, pero en el periodismo no valemos ni para eso. Nos asociamos para que nos den un carnet y un jamón por navidad. O para optar a unas prebendas médicas ya desaparecidas porque eran un privilegio insostenible que costaba cada año a la ciudadanía más de ocho millones de euros. Espero que no sea por esta decisión, en la que Podemos tuvo algo que ver, por lo que se actúa ahora contra ellos. No, ¿verdad que no, queridos amparadores?

No es oficio para miedosos el periodismo. No me cabe la menor duda que los presuntamente acosados y amenazados tendrán sus buenas razones para haber pedido amparo a mamá Asociación de la Prensa. Pero permitidme que os diga que, si no fuera porque el asunto se está encanallando, a mí todo esto me parece una ridícula riña de patio de colegio. Como dice mi compañero Antonio Rubio, yo lo que quiero es que me presionen. Que los poderosos se cabreen conmigo, pero no los de Podemos, que acaban de llegar y apenas han tocado pelo todavía, los pobres.

Como en las novelas de misterio, igual para entender este quilombo basta con preguntarse a quién beneficia que manden desalojar el local de Humphrey Bogart en Casablanca.

-¡Qué escándalo, aquí se juega!, ¡qué escándalo, aquí se presiona!

J.T.

miércoles, 8 de marzo de 2017

¿Se equivoca Iñaki Gabilondo?

Esta vez, querido maestro, no puedo estar de acuerdo contigo. No entendí tu videoblog del pasado martes. Y digo que no lo entendí porque prefiero no entenderlo a entender lo que entendí.
Veamos: el lunes seis de marzo, transgrediendo el más elemental catón del periodismo, la presidenta de la APM (Asociación de la Prensa de Madrid) hace pública una petición de socorro de varios informadores anónimos que aseguran estar siendo amenazados e intimidados por Podemos. Acto seguido, ancha es Castilla, sin preguntarse ni quiénes son los denunciantes, ni en qué consiste la presión, ni quiénes sus autores, El País coloca en primera la información a tres columnas frotándose las manos y añade el pertinente editorial, faltaría más. Y al día siguiente, tú también decides entrar en harina dedicándole tu homilía matinal a los presuntos coaccionadores.
El introito ya me rechinó: ”Ignoro los hechos”, decías. Y añadías: “No sé si hay razón suficiente para un documento público de esa naturaleza”. “De lo que no se puede hablar, es mejor callarse”-escribía Wittgenstein al final de su célebreTractatus, que seguro has leído. Pero esta vez no lo hiciste. ¿Por qué?
Dijiste tres cosas:
1. “Un partido político que sale a la palestra diciendo públicamente que quiere actuar contra el Sistema, debe esperar que el sistema se defienda”
En palabras de una amiga mía llamada Mariate, esto “no es verdad. El llamado Sistema es el que ofrece la libertad para criticar, no para defenderse, y es el que debe ser respetado como única atmósfera politica que permite esta dialéctica. No es el Sistema, pues, el que reacciona sino el que permite la crítica en todas las direcciones; también por supuesto contra Podemos“.
2. “Los medios, en su mayoría, formamos parte del Sistema y por tantoPodemos debe dar por supuesto que las líneas editoriales no le van a ser favorables. Esto es elemental”
Elemental, claro está, siempre y cuando no llamemos línea editorial a mentir impunemente en portada (currículum de Monedero, por ejemplo) y rectificar inexactitudes, cuando lo hacen, en letra pequeña y página par.
3. “También Podemos forma parte del Sistema y juega en esta liga” -añades
Juega, por supuesto, en el terreno democrático, pero lo hace para intentar cambiar las cosas, que es para lo que han sido votados. Además, como dice mi compañero Fernando López Agudín, “no presiona quien quiere sino quien puede, y no es Podemos precisamente quien más puede”
Acto seguido pasaste a hablar de la autocensura, recuerdas tu diagnóstico sobre este peliagudo asunto en el que atribuyes la culpa al paro, y admites resignado que eso acobarda. Pues será así, pero no tiene por qué serlo. Tú y yo estuvimos en una empresa informativa maravillosa, llamada CNN+ y allí nadie renunció nunca a su dignidad. Nos cerraron, me puedes contestar, pero sembramos una semilla que todo el mundo recuerda y que estoy seguro germinará.
“Está en el comportamiento humano una especie de tendencia hacia la precaución, hacia la supervivencia” -añades. Pero vamos a ver, querido jefe, ¿tú no eres aquel director de informativos que plantó cara a los golpistas enTVE? ¿No eres aquel que dimitió porque estaba harto de llamadas de ministros y decidió dejar de ser jefe sin que eso perjudicara tu carrera profesional sino más bien al contrario? ¿Cómo es posible que ese periodista al que siempre admiré intente a estas alturas justificar la resignación cristiana?
Hablabas de todo esto partiendo de datos que dices ignorar, y admitiendo no saber tampoco si existen razones suficientes para un documento como el hecho público por Victoria Prego. Aún así, rematas tildando de pardillos a los cuadros de Podemos, a quienes atribuyes “uñas de acero” para unas cosas y “piel de mantequilla” para asumir “la ferocidad de la política democrática”, a pesar de lo “cualificados e inteligentes” que son, y lo “preparados”que están. Recurro de nuevo a mi amiga Mariate, que últimamente está sembrada en su cuenta de Facebook, cuando recuerda que “una excelente formación, en absoluto es garantía de comportamientos democráticos. La historia demuestra que se puede ser persona de gran formación y, a la vez, fascista o comunista o liberal”.
Y terminaste afirmando que los cuadros de Podemos están “equivocados”. Puede ser, Iñaki, pero me chirría verte repartiendo ese tipo de carnets, la verdad. Yo jamás osaría decir que tú estás equivocado, pero me vas a permitir que esta vez no esté de acuerdo contigo.
J.T.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Y ahora, a por Ramón Espinar


El ataque a Ramón Espinar es solo un apunte más en un ya largo y cansino suma y sigue. Fusilan mal pero disparar, disparan. Fusilaron mal a Juan Carlos Monedero quien, a medida que va pasando el tiempo, incrementa su autoridad moral hasta el punto que lo que dice y escribe es tomado siempre, tanto por amigos como por enemigos, con interés y respeto. Un referente. A Errejón no llegaron a fusilarlo, pero lo de la presunta irregularidad de la beca en la universidad de Málaga puso cachondos a los socialistas andaluces con Susana Díaz a la cabeza durante meses. Luego todo quedó en agua de borrajas pero enredar, enredaron. Mucho. Ahora le ha tocado a Espinar. Suma y sigue.

Intentaron también, con un fantasmal y vergonzoso informe policial llamado PISA, acabar con Pablo Iglesias, y como los promotores de la iniciativa fueron desautorizados hasta siete veces por los tribunales la nueva estrategia parece que es, si concedemos credibilidad a las palabras del veterano conspirador Luis María Anson, poner el CNI a currar a ver cómo pillan en un renuncio al incómodo líder de Podemos, control de su vida privada incluido. La Stassi resucitada.

Han ido también a por Rita Maestre por aquella célebre protesta universitaria en la capilla de la Complutense, y a por Guillermo Zapata por controvertidos tuits escritos en la red cuatro años antes de ser concejal. Y a por la jueza Rosell, y a por Echenique... El asunto es enredar, crear confusión, obligarles a explicarse y que sus comparecencias en las ruedas de prensa y en los juzgados sea lo que finalmente permanezca en la memoria de la gente. Que quede la foto, aunque luego todo acabe en agua de borrajas. Da igual que sea mentira, pero que se expliquen. A Carmena llegaron a cuestionarle hasta su modesta manera de veranear. Busquemos, busquemos, que algo encontraremos. Y ahí están a piñón para ver cómo desprestigian, cómo desactivan o cómo paran a las caras visibles de un movimiento imparable.

Con ataques como el de este miércoles a Ramón Espinar se equivocan. Se equivocan porque aquellos a quienes quieren hundir  son tan solo representantes de lo que significa un poderoso movimiento de indignación y protesta incubado durante años, que explotó el 15M, y que cada día que pasa va a más, en la medida en que mayores son los abusos, las injusticias  y la pérdida de calidad de vida que sufre el ciudadano medio. Por mucho que se intente hundir a todo aquel que ose asomar la cabeza.

Ahora le ha tocado a por Ramón Espinar, cuyo presunto "pecado" es haber aceptado ahorros familiares para meterse en un piso de una habitación en un barrio de Alcobendas, a veinte kilómetros de Madrid; esperar a que lo construyeran y comprobar cuando se lo dieron que no ganaba lo suficiente para pagar la cuota mensual de la hipoteca. Así que se lo quitó de encima, devolvió a su familia lo que le habían prestado y al menos no perdió dinero, que también podía haberle ocurrido. Los diecinueve mil euros euros a su favor parecen ser ahora el quid de la cuestión. Pongámosles nerviosos. Obliguémosles a comparecer y a ver si con un poco de suerte meten la pata y dicen inconveniencias a las que sacar punta. Así, si no los pillamos por aquello de lo que les acusamos, les pillaremos en algún renuncio cuando les nervios acaben jugándoles una mala pasada. Presionémosles hasta que exploten.

Llevan dos años largos buscando hasta debajo de las piedras y continuarán haciéndolo con quien despunte lo más mínimo. Como lo único que parecen sacar en claro hasta ahora es que se trata de gente normal, ni más santos ni más malvados que el común de los mortales, quizá sea de ahí de donde procedan las ganas que les tienen quienes están de corrupción hasta arriba. Como saben que ni en broma superarían la prueba del algodón, le pasan la bayeta a sus adversarios y, cuando creen haber encontrado una miserable mota de polvo, ponen el altavoz y el ventilador a máxima velocidad a ver si acaba cayendo la breva. Así, mientras desvían el foco y obligan a los atacados a dar explicaciones, ellos pueden continuar con lo suyo.

Este miércoles le ha tocado a Ramón Espinar. ¿Quién será el siguiente?

J.T.

viernes, 15 de abril de 2016

Por qué seis millones seguirán votando al PP

elperiodico del 14 de abril de 2016lavanguardia del 14 abril 16













No caben en las primeras páginas. Rebosa la corrupción hasta el punto que no entra ya en los periódicos. Inmejorable coartada que este jueves 14 de abril salvó a José María Aznar de las portadas de la prensa madrileña, pero no de la catalana. "Aznar, cazado por Hacienda", titulaba El Periódico de Catalunya; "Hacienda multó a Aznar por eludir el pago de impuestos", contaba La Vanguardia a cuatro columnas. Ni rastro de esta noticia en la primera de El País, que prefirió apostar por una foto de Pedro Sánchez en la Feria de Sevilla, en la caseta de la cadena Ser, acariciando al bebé de una Susana Díaz rigurosamente uniformada con vestido de gitana verdiblanco. Tampoco el ABC, ni El Mundo, ni La Razón, se hicieron eco en sus primeras de las trampas a Hacienda de José María Aznar, ocho años presidente del gobierno de este país. Del mutismo de Televisión Española, ya ni hablamos. Pero hay que entenderlos: no les cabe tanta corruptela, tanta picaresca institucionalizada. Y además, tenían que hablar de la victoria del Atlético de Madrid en la Champions, que pasa a semifinales después de propinarle un histórico baño al mismísimo Barça. 

Por mucho que se quiera, es que no queda sitio.elpais 14 de abril 16
Se les amontona tanto la faena, que el periódico que dirige Antonio Caño no encontró hueco este jueves (tampoco lo había encontrado en días anteriores) para hablar del atribulado José Manuel Soria, ministro en funciones de Industria, Energía y Turismo ni de su díscola firma, aficionada ella a pasearse por distintos paraísos fiscales sin que la frágil memoria de su dueño fuera capaz de recordarlo. Este viernes ya sí que aparecía el asunto en la primera de El País. A dos columnas titula: "El Gobierno abandona a Soria tras conocer su sociedad opaca". Una sociedad opaca de la que los lectores del "periódico global", salvo que hubieran recurrido a informarse por otros medios, no tenían la menor idea. Más abajo, en el subtítulo, hacen encaje de bolillos: "La revelación de que fue administrador de una sociedad en un paraíso fiscal -escriben- deja al ministro en una situación política crítica". Y al periódico en una situación ridícula y esperpéntica, porque dotan de importancia el desenlace de un asunto que hasta el día anterior trataron como historia menor, o directamente ni trataron. No les cabía, no les cabe a los abc otra entrega del 14 de abrillarazon. del 14 de abril 16pobres periódicos tanta corrupción en sus páginas. Y mucho menos en la primera. Al alcalde de Granada, José Torres Hurtado, ha faltado tiempo para lincharlo, pero Aznar o Soria son otra cosa. Como Rita Barberá, que ahí continúa ella, aforada  e inasequible al desaliento, enfundada en sus modelitos rojos ya sea en el Senado, en sus ruedas de prensa valencianas o en su comparecencia en Mallorca como testigo del caso Nóosdonde a un cuñado y yerno de rey es posible que acabe cayéndole la del pulpo.  Con tantas historias es difícil saber por dónde va el hilo. Yo, la verdad, hace mucho tiempo que, apenas me despisto un poco, me pierdo.

Pues bien, éramos pocos y parieron los papeles de Panamá. Menuda ristra de pícaros y tramposos, menuda macedonia de frutas. Los hay para todos los gustos, de todos los colores, texturas, rango y condición: Pilar de Borbón, Mario Vargas Llosa, Bertín Osborne, Lionel Messi, Pedro Almodóvar, José Manuel Soria... Aparece todo esto justo cuando hay overbooking ya de casos abiertos en audiencias provinciales y juzgados de instrucción por todo el país. Rebosan, no caben todos. Es la consecuencia de un trabajo intenso en los últimos cuatro años de fiscales, jueces, policía y guardia civil, de tanta casa y tanta sede como hemos visto registrar, de tanto cargo público como hemos visto entrar en coches o furgones policiales, unos a pecho descubierto, otros compungidos y otros intentando ocultar su cara y su vergüenza tras un abrigo o una manta amiga.

La palma en el ranking, por número de empurados, se la lleva el PP. En cantidad y en "calidad". Y aún así, las encuestas continúan reflejando que los populares volverán a ser el partido más votado si se repiten elecciones en próximo 26 de junio. Y que podrían gobernar solo con Ciudadanos ¿Usted lo entiende? Yo no. Pero como la realidad está para entenderla y no para modificarla a nuestro antojo, lo voy a intentar. Permítaseme en primer lugar una conclusión a mi juicio lógica. Si, como nos dice Carlos Enrique Bayo en Público, más de seis millones de personas están dispuestas a votar de nuevo el 26-J al partido más enfangado de corrupción en toda nuestra historia, cabe deducir que tal comportamiento no les resulta reprobable a estos presuntos votantes, ni tampoco parece que les preocupe excesivamente si quienes nos gobiernan continúan robando a manos llenas. 

¿Son tontos? No creo, nuestra literatura nos lo explica muy bien: en El Buscón, el Guzmán de Alfarache, La Celestina, El Lazarillo de Tormes... los clásicos siempre ayudan a que nos comprendamos mejor a nosotros mismos. Y el comportamiento del electorado que se empeña en continuar votando a los ladrones me recuerda aquel famoso episodio del Lazarillo en que el ciego le propina una contundente bofetada a Lázaro cuando descubre que el muy truhán se está comiendo de tres en tres las uvas del racimo que habían acordado compartir "¿Cómo os habéis dado cuenta, pregunta Lázaro, si no podéis ver?" "Muy sencillo, le respondió el amo, porque yo me las estoy comiendo de dos en dos, y tú no has dicho nada".

J.T.

martes, 23 de febrero de 2016

Por qué acosan tanto a los ayuntamientos del cambio

A Kichi lo tienen frito en el Diario de Cádiz. A Santisteve le buscan las cosquillas hasta con los utensilios que usa en el baño de su despacho en la alcaldía de Zaragoza. A Joseba Asirón, el Diario de Navarra lo enfila día sí día no. Ahora la han tomado contra su intención de poner en marcha dos ikastolas más en Pamplona, polémica que acaba de saltar a la palestra nacional a través del diario El Mundo... Noriega en Compostela y Ferreiro en A Coruña sufren la tensión añadida de la cercanía de unas elecciones autonómicas donde el PP puede perder la Junta... A Colau le faltan horas en el día para despejar balones y Carmena... bueno, de Carmena no hace falta que os cuente, porque cada vez que se mueve una mosca en Cibeles ya están los lacayos peperos de Torrespaña abriendo los telediarios para todo el país con el asunto, por nimio que sea.

- No acaban de asumir que ya no tienen el poder, me decía el domingo Joseba Asirón en Madrid, en el acto de clausura del Plan B, donde Varoufakis y otros muchos promotores de la iniciativa, como contaba Marià de Delàs aquí en Público, recordaban la urgente necesidad que tiene la izquierda de ganar terreno electoral y aumentar cuotas de poder para plantar cara a esos burócratas europeos que gobiernan nuestras vidas a pesar de que nadie nunca los eligió.

Ahí está la clave de todo: los no elegidos por nadie se mueven estos días a la desesperada usando todos los instrumentos de presión de los que disponen para conseguir que en España gobierne la gente de orden, como está mandado, y los perroflautas dejen de incordiar y acaben mordiendo el polvo como les corresponde.

Desde su proverbial y cincelada caradura, a Rajoy se le escapó el pasado sábado esta frase: "Mucho bla, bla, bla, muchas ruedas de prensa larguísimas para explicar que no han llegado a ningún acuerdo y para acabar cansando a la gente. Antes me criticaban a mí por comparecer poco" -ponderó desde su infinito cinismo- Y remató: Pronto me pondrán como ejemplo.

Continúa expresándose Mariano con esa seguridad que sin duda debe proporcionar saber que cuenta con un nutrido manojo de incondicionales: el respaldo incondicional de los tiburones europeos responsables de nuestra ruina, la comprensión de esos buenos chicos que son los de Ciudadanos, la tolerancia de una buena parte del psoe de toda la vida y la complicidad aritmética de unos endiablados números parlamentarios.

Por eso sus huestes mediáticas continúan acosando por tierra, mar y aire a los alcaldes del cambio: Televisión, radio, periódicos nacionales, regionales y locales... Por eso el Diario de Navarra, o el de Cádiz, no levantan pedal en su acoso a Asirón o a Kichi. De ahí las extorsiones para continuar teniendo la mayor tajada del pastel publicitario institucional, por eso se fijan en la gomina del cuarto de baño del despacho de Santisteve...

No es solo, pues, a Colau o a Carmena. Se trata de un asedio coral en toda regla que forma parte de una estrategia a varias bandas, con Bruselas al frente, para hacer más imposible aún de lo que ya está, ese pacto de izquierdas con el que tanto ingenuo lleva soñando los últimos dos meses.

J.T.










                 

jueves, 24 de septiembre de 2015

Réquiem por un periódico que me gustó


el pais portada
Hubo un tiempo en que yo, como tantos de mis amigos, lo reconozco, estuve enamorado de El País. Una reproducción enmarcada de su primer ejemplar, con fecha 4 de mayo de 1976, presidió el salón de mi casa y sobrevivió a mudanzas diversas durante años. Fue duro entender con el tiempo que aquel producto periodístico del que un día estuve enamorado ya no lo reconocía ni la madre que lo parió. Lo quité de la pared.
Fue duro sobrellevar los pesados cuernos que me pusieron. A mi El País me nutria, me satisfacía, me informaba y hasta creo que me formaba. No se me ocurría, ni por asomos, dudar de una información aparecida en sus páginas. Es más, llegó un momento donde consiguió que pensáramos que una noticia no era tal si ellos no la habían publicado. En aquellos analógicos tiempos subrayaba yo los artículos de la sección de Opinión, recortaba sus reportajes, e incluso guardaba y archivaba muchos de sus informes…
Hasta que un buen día, hace ya años, empecé a frotarme los ojos con algunos de sus titulares. No podía ser, aquel no era mi periódico. Y comencé a entender que, como sucede en todos los enamoramientos, yo había estado ciego. El periódico nunca fue ni tan progresista ni tan honesto ni tan guay como me había llegado a creer en algún momento.
Bonifacio Cañibano explicó un día, en su columna “El rincón del ñángara”, cómo la línea editorial de El País siempre se ajustó “como un guante a su cuenta de resultados. Por eso -escribía Cañibano- ha apoyado a gobiernos reaccionarios (Fox y Calderón en México, Alan García en Perú…) e incluso a gobiernos que promovían la violencia y el paramilitarismo (Uribe en Colombia…) Y sin despeinarse ha ensalzado gobiernos de izquierdas, como el de Lula en Brasil y vituperado a los de Chávez o Evo Morales que preconizaban políticas similares”
Es posible que durante un tiempo El País fuera en España una especie de tuerto en el reino de los ciegos, pero mucho antes que Gregorio Morán publicara en su libro “El cura y los mandarines”  (Madrid, Akal, 2014) los tejemanejes internos de la sociedad editora del diario desde antes incluso del nacimiento del diario yo ya había dejado, con todo el dolor de mi alma, de acudir al kiosko cada mañana para comprar El País.
La cuesta abajo, que fue lenta pero incesante, la certificó para mí la llegada del primer ERE. No podía creerme las cosas que me contaban algunos compañeros afectados por el expediente. Encajaba todo desde el punto de vista técnico, pero algún rescoldo de enamoramiento debía quedarme aún porque me resistía a admitir según qué asquerosas jugarretas de las muchas que iba conociendo. Y en enero de 2014 llegaría aquella portada infame, como recuerda Carlos Enrique Bayo en la edición latinoamericana de Le Monde Diplomatique, con la desagradable fotografía de un paciente entubado que en absoluto correspondía, como le atribuían, al entonces presidente venezolano Hugo Chávez: se trataba de una captura del mismo vídeo que semanas antes se había tratado de colar como gran exclusiva desde el interior del Centro de Investigaciones Médicas y Quirúrgicas de La Habana, donde el mandatario convalecía de la extirpación del grave tumor cancerígeno que acabaría finalmente con su vida.
La llegada a la dirección del periódico de Antonio Caño, a quien no tengo el gusto de haber tratado, ha sido ya el remate de la faena. Ahora sí, por si quedaba alguna duda, a El País no lo reconoce ya ni la madre que lo parió. Si yo fuera del ABC o La Razón lo denunciaba por competencia desleal. Ya no son solo ellos quienes tienen el patrimonio de las mentiras, los infundios y las injurias en portada: ahora Caño compite a diario con Marhuenda y Rubido por ver quién la suelta más gorda.
A la Defensora del Lector se le amontona el trabajo y me la imagino todo el día con la manguera en la mano intentando apagar fuegos imposibles. Varios redactores abandonan el diario tras publicar informaciones incómodas para Soraya y el comité de redacción no consigue refrendar un comunicado crítico con el director porque éste se niega a facilitar el censo actualizado.
La última ha sido dejar a los pies de los caballos a una de sus redactoras, llamada a declarar junto a él por una información falsa sobre Jaume Roures publicada en diciembre de 2014 y en la que le atribuía al empresario catalán 250 millones en 150 cuentas, un tercio en paraísos fiscales. Invocando un apartado del Código Penal, el 30.2, Caño aspira a desentenderse del asunto a pesar de haberlo publicado en primera página, un espacio de su estricta responsabilidad.
Una vergüenza para quienes, como yo, hemos dado la cara siempre ante los juzgados por todo lo que aparecía en las publicaciones que dirigíamos, lo firmara quien lo firmara y estuviera en la página que estuviera. Una pena, que Caño haya sido capaz de remitir un recurso al juez que lo ha citado a declarar el próximo 10 de noviembre para ser excluido de la querella “al no ser el autor de la información” y amparándose en la “responsabilidad en cascada o escalonada“.
En fin…

J.T.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Esa "huérfana" llamada Manuela Carmena

14424912075378Ocurrió el pasado jueves. Manuela Carmena hacía balance de los cien primeros días al frente de la alcaldía de Madrid y disparó:
“Casi todos los grupos políticos tradicionales tienen medios de comunicación que los apoyan. Nosotros hemos llegado huérfanos y nos hemos dado cuenta de que el lenguaje de la verdad puede convertirse en el lenguaje del desprestigio”.
La frase tiene su miga y, aunque antes de comentarla he preferido esperar un par de días para digerirla, he de admitir que se me ha indigestado. Tu quoque, alcaldesa? ¿Tú también -le hablo a usted de tú porque es como prefiere que se le trate- piensas que la solución al vergonzoso discurrir de la mayor parte de los medios de comunicación en España es controlarlos? ¿De verdad crees, admirada Carmena, que frente a los infames e injuriosos ataques que habéis recibido por parte de los esbirros que el poder tiene en los periódicos, radios y televisiones, la solución es ponerse a su altura y contar con medios afines?
No me puedo creer que, desde tu probada y comprobada altura intelectual y política, respetada alcaldesa, desconozcas que reclamar la existencia de medios afines para trasladar tus mensajes se llama propaganda y no periodismo.
No me puedo creer que tus lamentos ante el injusto tratamiento del que habéis sido objeto tú y parte de tu equipo desde el minuto uno en que tomasteis posesión se traduzcan en sentimiento de orfandad porque eso significaría que has caído en la trampa de la derecha depredadora y desprejuiciada. Los medios que te han atacado y la manera en que lo han hecho son cualquier cosa menos periodismo. No se puede entrar en su juego y echar de menos medios que hagan lo contrario. A menos que, como te decía, busques contar con medios de propaganda y no de información. El periodismo es otra cosa, Manuela, y yo sé que tú lo sabes. El periodismo es independencia, servicio al lector, a quien hay que respetar propiciando que sea él quien extraiga conclusiones de la información que le ofrecemos.
En España hemos caído muy bajo a la hora de gestionar los medios de comunicación. No es culpa de la crisis, porque llevamos casi cuarenta años arrastrando un malentendido lamentable: hay periodistas que reclaman su cuota de mérito en que la transición saliera bien y ahí empezamos a fastidiarlo todo.
Los dueños de los medios privados contrataron a periodistas amigos de políticos y comenzó una polarización que cada vez ha ido a más, sobre todo desde que las deudas se comieron el poco aire fresco que quedaba en algunos de ellos, y todos acabaron albergando a bancos y fondos de inversión en los sillones de sus consejos de administración. En cuanto a los medios públicos, la desfachatez con que manipularon Tve desde los primeros ochenta definió el estilo de gestión que practicaron todas las radios y televisiones públicas -autonómicas y locales- a medida que fueron naciendo.
La torticera utilización de TV3%  (como la llama Gregorio Morán) estos días de campaña electoral en Catalunya es la demostración más palpable de hasta qué punto se puede perder el decoro, el pudor y la vergüenza.
Quiero imagino, Manuela, que cuando te quejas de “orfandad”, no estás echando de menos un medio como la radiotelevisión pública catalana. Imagino que cuando lamentas no tener “padrinos mediáticos” no estarás queriendo insinuar que aspiras a que te bailen el agua como los medios privados catalanes han hecho, durante tantos años, con los inquilinos del ayuntamiento barcelonés y con la Generalitat a cambio de sustanciosas subvenciones.
Estoy seguro que no quieres decir eso, admirada Manuela. Estoy seguro que tienes claro que la libertad de expresión es patrimonio irrenunciable de toda sociedad democrática y que lo que estás haciendo es denunciar las prácticas infames de algunos periódicos para que dejen de mentir y recuerden de una vez para qué nacieron.
El lenguaje de la verdad nunca puede convertirse en el lenguaje del desprestigio, como tú dijiste el viernes. Discrepo, porque el lenguaje de la verdad, si en realidad lo es, acaba finalmente imponiéndose: el tiempo se encarga de poner las cosas en su sitio como tú, que has sido víctima de tantas injusticias a lo largo de tu vida, sabes bien. De hecho ya está ocurriendo también con los cañones que apuntaban al ayuntamiento desde que llegasteis. Ya se van serenando, ya van entendiendo que el camino de mantener una postura crítica no puede ser la infamia ni la injuria permanentes. Es verdad que estamos huérfanos, todos, no solo tú, de una prensa más decente, de una asociación de la prensa más honesta que denuncie tanta tropelía como silencia y no pierda el norte emprendiéndola contra vuestra web municipal. Es verdad que muchos periodistas llevan muchos años mangoneando donde y como no deben, e intentando usurpar las funciones de quienes gobernáis gracias a los votos.
Pero los votos no dan derecho a promover medios propagandísticos ni sumisos, sino independientes y críticos. Los votos no dan derecho a los políticos a cabrearse con las informaciones que no les gustan ni a decirle a los periodistas de lo que tienen que hablar o no.
Que la prensa española, en este momento, produzca auténtica vergüenza leerla no dota a ningún político de autoridad moral para querer meter sus narices en ella. Que haya muchos que lo hagan porque existen presuntos periodistas que lo permiten no puede acabar sugiriendo a políticos honestos como tú que la solución pasa por continuar con el mismo juego.
Llevo mucho tiempo diciendo que el periodismo en este país, como la política, necesita un auténtico reseteo. Esa es una de las razones por las que hemos apostado por proyectos políticos como el que tú encabezas. Para resetearlo todo, no para echar de menos medios afines ni para que os proclaméis huérfanos. A los profesionales del periodismo nos preocupa mucho la falta de prestigio internacional de nuestros medios. No sé si eso es orfandad, pero desde luego es una vergüenza. ¿Por qué no nos ayudas a solucionar este problema en lugar de preconizar la existencia de medios donde tú y los tuyos podáis decirle a los profesionales que trabajen en ellos lo que queréis que cuenten y lo que no? Ese no es, ni puede ser jamás, el camino de una opción de cambio y frescura como la que representáis quienes nos hicisteis felices el día en que tomasteis posesión del gobierno del ayuntamiento de Madrid.

jueves, 6 de agosto de 2015

Sondeo del CIS. Los periódicos de papel pierden el norte y la vergüenza

Un trimestre más, el CIS ha sondeado y los periódicos han manipulado. Ellos lo llaman "interpretar", pero la tal interpretación suele pivotar, sin apenas variantes, sobre dos ejes fundamentales: Uno: Amarás el bipartidismo sobre todas las cosas y dos: Machacarás a Podemos sin pudor alguno. Recordemos los datos básicos de la encuesta y luego les invito a repasar conmigo el caldo de cerebro que se han marcado en esta ocasión.

Barómetro del CIS de Julio 2015. Estimación de voto (en % sobre voto válido)

PP                    28,2% frente a un 25,6 en abril  (+2,6)
PSOE              24,9%     "      "  "  24,3 "    "       (+0,6)
Podemos         15,7%     "      "  "  16,5 "    "       (- 0,8)
Ciudadanos     11,1%     "      "  "  13,8 "    "       (- 2,7)




Titular de El Mundo: "Podemos se desinfla, Ciudadanos se frena y resurge el bipartidismo"

Es decir, los 0,8 puntos menos de Podemos llevan a interpretar que la formación se "desinfla" pero los 2,7 que pierde Ciudadanos solo significan que Rivera se "frena". El bipartidismo sube 3,2 puntos respecto a abril y, aunque desde 2011 ha perdido nada menos que el 20,2 por ciento, eso no es óbice para que el periódico que ahora dirige el nunca suficientemente bien ponderado David Jiménez lance ya las campanas al vuelo y concluya a cinco columnas que "resurge el bipartidismo".



Titular de La Razón: "El PP remonta y Podemos cae 16 puntos desde Diciembre"

Nunca admitió Marhuenda, el inefable director de este producto (¿o subproducto?), que el PP se desinflaba, pinchaba o caía, pero al emplear ahora el verbo "remontar" reconoce implícitamente la debacle y se consuela añadiendo en el titular que Podemos cae 16 puntos... desde diciembre. Él sabrá de dónde saca esos datos, porque en su propio pasquín incluye un gráfico donde los datos de Podemos en Enero arrojaban una intención de voto del 27,2%. La caída, o si se quiere el batacazo es enorme pero, si yo aún sé sumar, de 27,2 a 15,7 van 11,5 puntos. Si el tortazo es ya de por sí espectacular, ¿qué necesidad hay de mentir añadiéndole 4,5 puntos más a tan clamoroso desplome?


Titular de ABC, que se supera cada día en esta especie de campeonato de burradas en primera página donde pelean por ver quién la suelta más gorda: "El estreno en el poder pasa factura a Podemos y Ciudadanos"

Pero ¿qué poder ni qué gaitas, Bieito Rubido? ¿a quién pretendéis enredar? Me incomoda mucho reflejar obviedades, pero ni Rivera ni Iglesias han gobernado nunca. Hasta ahora solo han meneado el patio. Quienes han votado por ellos, lo que han hecho es sacar tarjeta amarilla-casi roja para decir que están hasta las narices del mamoneo de siempre. Pero tú apuestas por el bipartidismo enfrentando el exiguo 53,1 por ciento que alcanzan juntos PP y PSOE a un 26,8 que suman Podemos y Ciudadanos, dos formaciones inexistentes hace dos años en el panorama nacional. No entiendo nada.



Titular de El País, ese antaño interesante periódico al que hoy ya no reconoce ni la madre que lo parió, sobre todo desde que lo dirige Antonio Caño: "La necesidad de una coalición se acentúa cerca de las elecciones" Desconcertante ambigüedad, vive dios. ¿A qué elecciones se refiere? Parece que a las generales. Entonces, ¿por qué no lo precisa habida cuenta que para su celebración faltan aún cuatro meses mientras que las que están "cerca" son las catalanas? Dado que no da puntada sin hilo, ¿qué nos está queriendo decir el "periódico global"? Por otra parte, ¿qué significa que una coalición es "necesaria"? ¿Acaso es algo malo? ¿No es lo normal en democracia ¿No está clara esa "necesidad" desde hace ya más de un año? ¿Dónde está la novedad? ¿Está queriendo insinuarnos el cada vez más tendencioso rotativo que la coalición pp-psoe es la única deseable, la políticamente correcta, y no desaprovecha oportunidad para plantear su apuesta e ir allanando el camino a su manera?

Resumen de todo esto: Clamor en los rotativos por un "inevitable bipartidismo". Con ello, esta triste y penosa orquesta de papel impreso refuerza al PSOE para que crea tener un poder del que en realidad carece e intentar así escorarlo aún más hacia una derecha en cuyos caladeros los socialistas ya han pescado más de una vez.

Helo ahí, Pedro Sánchez, convertido en el niño bonito de la prensa carca, en su más apeteceible objeto de deseo. No te vayas con los perroflautas, parecen decirle a voces. Vente con nosotros, que tú eres de los formales, de los nuestros, de los que votas como Bruselas quiere y no como esos niñatos amigos de Syriza, que te van a acabar buscando la ruina. Cuidado, Pedro, cuidado, que viene el lobo, que los radicales no pueden pillar cacho, Tú con nosotros, andemos calientes y ríase la gente.

Y Pedro, mientras tanto, deshojando la margarita, creyéndose el rey del mambo  y, como el cuervo de la fábula adulado por el zorro, poniéndose a cantar y perdiendo al hacerlo el trozo de queso que tenía en el pico. Lo adulan a Pedro los periódicos de papel en tromba. Todos a las órdenes del Banco de Santander y de la troika, todos con miedo a perder la línea de crédito que les permite sobrevivir, todos huyendo hacia adelante y haciendo cada día un ridículo más espantoso con sus portadas de tebeo. Todos rendidos a los pies de quienes nadie vota pero mandan sobre nuestro votos y  nuestros votados.

Mucha vergüenza me dan los medios. Mucha vergüenza su falta de vergüenza. Su capacidad para distorsionar la realidad y manipular los datos sin recato ni miramiento alguno. Estoy seguro que la FAPE, la APM y otras asociaciones de la prensa, tan diligentes ellas a la hora de actuar contra iniciativas como la web municipal de Manuela Carmena, no tardarán en tomar cartas en el asunto y en breve harán público un comunicado donde denunciarán la descarada y vergonzosa manipulación por la que han apostado a calzón quitado esos productos de papel, editados básicamente en Madrid y a los que todavía, no sé bien por qué, continuamos llamando periódicos.

J.T.










martes, 21 de julio de 2015

Carta a los concejales de Carmena sobre la dichosa web municipal


-¿Qué le pasa a tu pulgar? ¿No ibas a obligar a Carmena a cerrar la web?

Desafiante y punto insolente, condición y figura, Esperanza Aguirre se dirigía hace pocos días con estas palabras a Antonio Miguel Carmona cuando se cruzaba con él en presencia de un buen enjambre de cámaras y micrófonos. Luz y taquígrafos para un intercambio de comentarios que dejaron ver a un Carmona intimidado y apocado, como avergonzado ante la sexagenaria lideresa por estar apoyando al gobierno municipal de Manuela Carmena.

- Ya te conté que estuve hablando con la alcaldesa y que me dijo que iban a rectificar, contestaba un timido y acomplejado Carmona con una actitud que recordaba a la del alumno a quien el profe pilla en un renuncio, éste le pide explicaciones y él no sabe qué contestar.

- Tú sabrás lo que estás haciendo, tú sabrás, replicó una Aguirre altiva y perdonavidas mientras continuaba su camino y dejaba al portavoz socialista prácticamente con la palabra en la boca.

La dichosa web municipal. El tema del mes, manda narices.

Suma y sigue en la estrategia de acoso y derribo, de marcar la agenda, de no dejar respirar a un gobierno novato cuyos integrantes se están dejando comer el terreno y la moral como verdaderos pardillos.

Vamos a ver, estimados miembros y miembras del gobierno municipal madrileño: ya está bien de dejarse intimidar, ¿no os parece? No os podéis dejar marcar la agenda ni un minuto más; no podéis actuar, a la hora de tomar decisiones, con miedo a lo que la caverna vaya a opinar sobre ellas ni dejaros arrastrar por los falsos debates y polémicas que se inventan a diario. Cada mañana sale de sus casas toda una escuadrilla de incondicionales propagandistas bien pagados que se desparrama por teles y radios para vender consignas contra cualquier cosa que hagáis con tal de distraer la atención, generar comidilla, alejar al ciudadano de lo sustancial, tenerlo entretenido e impedir que trabajéis mínimamente en paz.

No podéis continuar dedicando la mayor parte de vuestro tiempo a responder tonterías. Ya está bien. No podéis dedicaros a servir cabezas en bandeja cada vez que enfilan a cualquiera del equipo de gobierno; no podéis tolerar que no os dejen trabajar: no podéis caer una y otra vez, día sí y el otro también, en esas infantiles trampas que acaban robándoos el tiempo, la serenidad y la posibilidad de centraros y concentraros en vuestro trabajo de gestión.

Haberle quitado el ayuntamiento de Madrid a la derecha es una agravio muy gordo que los prebostes peperos y sus adláteres ni han digerido ni parecen dispuestos a perdonar, los muy demócratas. Estáis sobreexpuestos porque Madrid tiene un plus añadido de repercusión. Madrid es un altavoz que todo lo magnifica. El ABC y La Razón se leen en Cuenca, en Orense o en Fregenal de la Sierra provincia de Badajoz. En toda la geografía nacional tienen a Carmena hasta en la sopa, mientras que lo que los periódicos de A Coruña, Cádiz o Zaragoza, por ejemplo, hablan de sus respectivos alcaldes, apenas rebasa los límites provinciales.

Sois la punta de lanza, la joya de la corona, y perdón por recurrir al tópico de siempre. La derecha no os va dejar respirar. Ni os han dado ni os van a dar ni un minuto de tregua. Esperanza Aguirre es la amoralidad misma y no soltará ni un solo cacho de carne, por diminuto que sea, si cree que hincándole el diente puede hacer sangre. Metéoslo bien en la cabeza.

Miembros y miembras todos y todas del equipo de gobierno del ayuntamiento de Madrid, no os dejéis avasallar, por favor. Sois el escaparate de lo que pasó el 24M en España. El foco de muchas esperanzas y a su vez el objetivo de buen número de cañones. A Ada Colau y a su equipo también los tienen enfilados, sobre todo La Vanguardia, y más desde que parece que puede peligrar la millonaria subvención que este periódico recibía de Trías. Pero la pérdida de Madrid es demasiada herida para este PP pendenciero y altanero que ladra a diario, sin ningún pudor, su rencor por las esquinas.

Amigos y amigas del gobierno municipal madrileño: de cómo decoréis vuestro privilegiado y expuesto escaparate dependen bastantes cosas. Por eso, a los desaprensivos que se levantan cada mañana con la intención de buscaros la ruina, no se les puede dejar pasar ni una. Hay que pegar contundentes puñetazos encima de la mesa. Y hacerse respetar, que ya va siendo hora.

La jauría que ha destrozado Madrid durante tantos años, que lo ha dejado todo hecho unos zorros, no puede pensar que va a destruir una vez más los sueños y las esperanzas de quienes os han puesto donde estáis. Gobernáis para acabar de una puñetera vez con todas esas miserias y desenmascarar a tanto miserable suelto.

Están consiguiendo que pasen los días y no pongáis sus desmanes al descubierto. En Valencia y en A Coruña ya han empezado a hacerlo ¿Cuándo conoceremos con detalle, y con números, alguna de las muchas tropelías presuntamente perpetradas por el PP durante sus más de veinte años al frente del ayuntamiento de Madrid? Si os están quitando tiempo para hacer ese trabajo, no debéis tolerarlo. Plantad cara ya, por favor, que la única manera de bajarle los humos al chulo del recreo, desde que el mundo es mundo, es hacerle ver que no le tienes miedo y que estás dispuesto a demostrárselo si se empeña en continuar poniéndose pesao.

La iniciativa tiene que ser vuestra. Que no os marquen la agenda. Espabilad. Gestionad y contádnoslo. Contadnos también lo que vayáis encontrando debajo de las alfombras. Que sean ellos los que tengan que responder a la información que vosotros generáis y no al revés. Ya está bien de perder el tiempo respondiendo a sandeces como la del artificial revuelo montado en torno a la web municipal. Señuelos para distraer al personal. Se os quieren comer en pepitoria, pero ni un golpe de pecho más. Se acabó.

J.T.

viernes, 17 de julio de 2015

La web de Carmena y los periodistas censores

Definitivamente, nos estamos volviendo locos. Nos pasamos la vida los periodistas defendiendo con uñas y dientes nuestro derecho a equivocarnos, a expresarnos en libertad sin que nadie ose insinuarnos cómo tenemos que contar las cosas, y nos empeñamos nosotros mismos en ponerle puertas al campo.

Probablemente "Versión Original", la web puesta en marcha este miércoles por el ayuntamiento de Madrid para puntualizar según qué informaciones periodísticas, no sea la mejor de las decisiones, pero lo que no tiene ningún sentido es que muchos "avezados" periodistas, ciertas asociaciones profesionales y hasta editoriales de periódicos otrora respetables se lancen a degüello, a las primeras de cambio, contra una iniciativa que, podrá estar todo lo equivocada que queramos (a mi juicio no lo está) pero a cuya difusión sus promotores tienen todo el derecho del mundo.

Probablemente Carmena no haya tomado la mejor de las decisiones; probablemente, como ella misma le ha reconocido a Antonio Miguel Carmona, desde un punto de vista político no haya sido un acierto pero... ¿por qué los periodistas nos entrometemos en este asunto y no les dejamos equivocarse en paz?

¿Por qué periódicos como "El País" tienen las santas narices de dedicarle un editorial al tema y acabar diciendo textualmente que "conviene que Manuela Carmena reconsidere la web lanzada por el Ayuntamiento madrileño y la reoriente seriamente o la retire"? ¿Por qué insistimos en querer privar de algo a quienes no les toleraríamos que nos privaran de nada?

Las reglas del juego de la comunicación no es que hayan cambiado, es que se están inventando cada día desde la aparición de internet sin que nadie se atreva a pronosticar, a fecha de hoy, dónde y cómo acabará todo esto. Y en ese mundo indefinido e impredecible tienen perfecta cabida iniciativas como "Versión Original", cuyos promotores están en su absoluto derecho de puntualizar una información que ellos creen inexacta, incompleta o sencillamente, les molesta y quieren responder valiéndose de las herramientas a su alcance, entre ellas una web en internet. En cualquiera de los casos, y por muy friki que pudiera parecernos, ¿quiénes somos los periodistas para prohibir esto?

¿Por qué nos molesta tanto que nos puntualicen, que nos corrijan, que nos enmienden la plana? ¿Por qué quienes más alzan la voz contra esto son los que más dispuestos están a fabricar primeras páginas de risa o informaciones claramente sesgadas? ¿Por qué a los periodistas que manipulan los tenemos en la misma asociación de la prensa que nunca los ha denunciado, pero que ahora se apresura a arremeter contra una triste web municipal?

¿Por qué la FAPE (Federación de Asociaciones de la Prensa) se alinea con una señora como Esperanza Aguirre, todavía jefa de la oposición municipal madrileña, reina durante años de la manipulación y de la intromisión del poder político en la televisión pública, y que ahora tiene la caradura de promover un pleno urgente para debatir la conveniencia de que exista una web municipal como "Versión Original"?

Estoy hasta las narices de tanta hipocresía, de tanto personal rasgándose las vestiduras para provocar un ruido artificial ante algo que, si realmente está mal hecho, en el pecado llevarán la penitencia, ¿no?

¿Qué es lo que tememos de la web municipal del Ayuntamiento de Madrid? ¿Que tengan capacidad de réplica, que aporten datos...? ¿Y por qué no valoramos la parte positiva? Si ellos son una fuente, que lo son, usémosla, aprovechémonos de ella, verifiquemos lo que cuentan y si nos están engañando metámosles caña, pero dejémosles vivir, por favor ¿A dónde queremos llegar poniéndole, como decía más arriba, puertas imposibles al campo?

A la información libre solo le pueden temer sus enemigos. Y si la página web del ayuntamiento de Madrid no es información, ni es libre, ellos mismos acabarán quedando en evidencia más pronto que tarde ¿A qué viene esa prisa en cargárnosla antes de comprobar, en el día a día, cuáles son sus verdaderas intenciones? Por lo visto, ya no se trata de matar solo al mensajero, sino también al caballo del mensajero.

Como periodista, me avergüenza que la organización profesional a la que pertenezco haya decidido tomar partido en clave sectaria y prohibicionista ante una iniciativa que, podrá ser más o menos afortunada, pero tiene legítimo derecho a existir. Quien así actúe, no me representa. Nadie tiene derecho a negar la existencia de un canal de información, y mucho menos que nadie los periodistas, que nos pasamos la vida defendiendo el derecho a expresarnos en libertad y nos dejamos literalmente la vida en ello.

Promoviendo acciones como el ataque a la web del ayuntamiento de Madrid estamos legitimando y dotando de autoridad moral a quienes, en un momento dado, decidan hacer con nosotros algo parecido, que ya lo hacen, dicho sea de paso. Si alimentamos la fiera, si contribuimos a labrar nuestra propia fosa es que, repito, nos hemos vuelto definitivamente locos.

J.T.

viernes, 10 de julio de 2015

Los datos de nuestra felicidad, según el CIS

Ni el Partido Popular, a pesar de su acreditado descaro, se atreve a citar esos datos para usarlos a su favor: señoras y señores, españolas y españoles todas y todos, por si aún no se han enterado, sepan ustedes que andan por la vida rebosantes de felicidad, que la dicha y la satisfacción han llamado a su puerta para instalarse en casa, a tenor de los datos más recientes hechos públicos por el Centro de Investigaciones Sociológicas.

Según esas cifras, conocidas esta misma semana, el 11,1 por ciento de los encuestados puntúa su felicidad ¡con un 10! Matrícula de honor nada menos. Sólo el 0,6 por ciento lo hace con un cero patatero. Son mayoría los que le ponen notable a la felicidad que invade su vida. La puntuación más repetida es el 8 (28,1 %), seguida del 7 (21,8 %) y del 9 (12 %). Luego están los que no se atreven a pasar del aprobado raso: del 6, el 10,9 %) y del 5, el 10,2

En resumen, que el 84% de los españoles se considera feliz. Pero no solo eso, sino que un alto porcentaje de estos, más del 51, dicen ser casi "completamente" felices. Y disgo yo: ¿comparado con qué?

Pero vamos a ver, eficaces y serviles acólitos de Mariano y su tropa, ¿qué hacéis que no habéis abierto a toda pastilla en vuestras primeras páginas con esta noticia y solo habláis del nuevo logo y de rebaja de impuestos? Comisarios políticos de los informativos de tve ¿cómo os habéis permitido no aprovechar tamaña oportunidad? Estáis tan obcecados con meterle caña a Podemos, Carmena, Colau y demás rojos peligrosos que se os pasan las mejores.

Aunque claro, pensándolo bien, el ABC y La Razón tienen tan acreditada su amplia trayectoria como periódicos serios y rigurosos que no podían arruinar su prestigio con una primera página tan poco creíble.

Veamos, ¿de verdad los españoles estamos tan felices que nos salimos del cuadro? Nos rebanan todos los derechos laborales, le quitan el paro a la mitad de  los inscritos, continúan desahuciando a mano armada, los juzgados tienen overbooking de cargos públicos acudiendo a diario, crece la cifra de niños malnutridos... y nosotros ¿qué? ¿haciendo palmas con las orejas? Porque eso parece.

¿Cómo es posible que apenas un cinco por ciento de compatriotas valoren con suspenso su nivel de felicidad? ¿Significa eso que nos va la marcha? ¿Que el castigo nos pone cachondos? Porque si no, no entiendo nada. Una de dos: o esos datos son mentira o tenemos que hacérnoslo mirar muy seriamente: nosotros, el país de los indignados, del millón de jóvenes universitarios en el exilio, de los recortes -con tijeras de podar- en sanidad, educación y dependencia, ¿no nos estamos dando algo de prisa en ser felices, si es que la razón es haber conseguido quitarle a la derecha unas cuantas alcaldías emblemáticas? Porque quiero pensar que, en todo caso, la felicidad será por eso ¿O no? 

¿Por qué no esperamos un poco a ver cómo resulta todo esto ¿Por qué no esperamos a las elecciones que aún quedan este año y cuando conozcamos los resultados, entonces lanzamos, o no, las campanas al vuelo?

 Que conste que nada me puede parecer mejor que la gente sea feliz, pero lo siento: esta vez no trago, me cuesta mucho aceptar los datos del CIS. A menos que entendamos por felicidad el conformismo y la mentalidad práctica que lleva a valorar, tras sufrir una hecatombe, aquello que todavía no se ha perdido. O apliquemos aquel consejo de don Antonio Machado: ¿Quieres ser feliz? Pues mantén buena salud y la cabeza vacía. J.T.