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jueves, 3 de septiembre de 2015

La foto del niño sirio y su utilización en las redes

Estas líneas hablan sobre una foto que no publico en mi blog. No, no quiero publicarla. Soy periodista, sí, pero por eso mismo entiendo que hay informaciones que se pueden ilustrar sin propinar reiterados bofetones gratuitos. Para ilustrar lo que les voy a contar me basta con una foto que pertenece a la misma secuencia pero que es, a mi juicio, mucho menos agresiva. Nos muestra, como ven, a un policía turco con un niño sirio de apenas tres años en sus brazos. Lo acaba de recoger en la playa de Bodrum, donde las olas lo depositaron después de naufragar la embarcación en la que su familia, tras huir de su país, pretendía llegar a Grecia y lego a Canadá. Se ahogó antes, las olas transportaron su diminuto cadáver hasta la orilla y allí quedó quieto, boca abajo, entre la arena y la espuma. Esta vez había un fotógrafo para contarlo.

La foto pertenece a una secuencia demoledora, entre las que hay varias instantáneas que son directamente espeluznantes. Tan espeluznantes como la hipocresía y el cinismo de muchos de los que se rasgan las vestiduras comentándola en internet y reproduciéndola sin descanso una y otra vez: plano general, plano medio, plano corto del pequeño yaciendo boca abajo justo en la orilla. Eso, plano corto y... a multiplicarlo por esporas en las redes.

¿Es necesario? ¿De verdad aporta tanta información multiplicar hasta el infinito las copias de una foto tan obligatoria de hacer como discutible puede ser el uso que se haga después de ella? ¿Es imprescindible cebarse en su reproducción hasta rozar directamente la pornografía?

Soy el primero que ha defendido toda su vida, y continúo y continuaré haciéndolo, que las canalladas hay que denunciarlas siempre y que la mejor manera de hacerlo es documentándolas gráficamente. Son un altavoz sumamente eficaz, me parece básico no renunciar a esto bajo ningún concepto y entiendo pedagógico que no haya nadie que se quede sin ver fotos como las del pequeño sirio recién depositado por las olas en la playa urca de Bodrum. Pero una vez, por favor, que para que se nos quede en la retina para siempre es suficiente con una vez. No me empachéis, por favor, no me la copiéis y peguéis una y mil veces en twitter y en facebook so pretexto de denunciar el horrendo drama que están viviendo tantos refugiados en el mundo.

Vale, ya hemos visto la foto, ¿no? ya nos la hemos aprendido de memoria: el color del pantalón, el jersey y los zapatitos del pequeño, ¿verdad? Pues bien, ahora ya a dejar de darse golpes de pecho y a mover el culo para terminar cuanto antes con horrores como éste.

Defiendo la utilidad de la foto como símbolo de todas las vilezas que estamos contando estos días: los más de setenta refugiados asfixiados en una camioneta, las alambradas y los gases en fronteras como Hungría o Macedonia, la vergonzosa manera de ponerse de perfil ante el problema que están practicando tantos países, entre ellos el nuestro...

Cojamos el toro por los cuernos, pongámonos a la faena para solucionar un drama humanitario de escandalosísimo calibre, pero dejemos ya de recrearnos en la fotito de marras. Sin duda merece un premio, se pueden hacer mil análisis sobre lo que transmite la foto más explícita de la secuencia, claro que sí, pero la utilización abusiva que estamos haciendo de ella me parece, repito, directamente pornográfica.

Por eso no la publico en este post, porque entre otras razones, es sumamente fácil encontrarla y me temo que continuará siéndolo por los siglos de los siglos.

J.T.

lunes, 28 de junio de 2010

Seis consejos que me dio César Lucas


1. Nunca tomes decisiones en contra de tus intereses. Que sean los demás los que las tomen por ti

2. Todo trabajo que realices te tiene que permitir disfrutar

3. Cuida tu imagen. Distínguete. Que quien piense en ti lo asocie con tu trabajo y vea algo peculiar, distinto, único en lo que haces. Una vez conseguido esto, aplícate en pasar lo más desapercibido posible

4. No hay nada más gratificante que ganarse la vida con lo que te gusta hacer. No siempre es fácil. Algún impuesto revolucionario hay que pagar por ello. El más complicado: aprender a comerse el orgullo. Pero compensa

5. Conserva los amigos. Y si alguna vez te ves obligado a ser su jefe, no te los juegues

6. Trabajamos por dinero. Pero el trabajo es mejor si, cuando lo realizas, tienes la impresión de que si fueras rico pagarías por hacer lo que estás haciendo
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Son seis de los muchos consejos que César Lucas me dio hace ya más de treinta años. Consejos que, aunque no he olvidado, todavía lucho por cumplir unas veces con más fortuna que otras. Me alegraré si alguno de ellos os resulta útil.

Tuve la suerte de empezar a trabajar en Madrid con César en 1977, cuando llegó al Grupo Zeta tras haber sido jefe de fotografía y miembro fundador del diario "El País".



No dejó César Lucas palo sin tocar en el mundo de la imagen fotográfica: desde las estrellas internacionales de cine que venían a rodar a España (la foto de Brigitte Bardot en blanco y negro está tomada en un camino almeriense allá por los años sesenta) hasta emblemáticas instantáneas del trascendental momento político que vivimos en España durante la transición de la dictadura a la democracia.


Y por supuesto, suya es la foto que para siempre estará asociada a su nombre: el desnudo de Pepa Flores, Marisol, publicado en Interviú portada incluida con fecha 2-8 de septiembre de 1976, cuando todavía no hacía ni un año que Franco había muerto.

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Esta entrada se publicó por primera vez en "Las carga el diablo"el 27 de abril de 2010

J.T.