Mostrando entradas con la etiqueta aparato. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta aparato. Mostrar todas las entradas

jueves, 6 de abril de 2017

El “know how” del PSOE andaluz


Hay una manera de hacer política en Andalucía que, de acabar siendo importada al resto de España con la victoria de Susana Díaz en la pugna por la Secretaría General del PSOE, nos introduciría en parecida dinámica a la aquí existente desde que se celebraron en 1977 las primeras elecciones democráticas. Una manera de pensar del aparato socialista andaluz cuyo resumen podría ser el siguiente:

1. El PP es partido de los señoritos, que son pocos, no le hacen asquitos a la corrupción y heredaron de UCD aquel “Andaluz, este no es tu referéndum” que aún les pasa factura treinta y siete años después. Los de centro derecha decentes, en Andalucía y en toda España, somos nosotros.

2. A nuestra izquierda, nadie tiene nada que hacer. Nuestro elector medio no traga a los ricos, pero tampoco quiere disgustos con los ahorrillos ni con el piso de la playa y sabe que nosotros le proporcionamos tranquilidad. El porcentaje de votos de Podemos en todo el país debe llegar como mucho entre el quince y el veinte por ciento, que es lo máximo que los partidos a la izquierda del PSOE han conseguido siempre en Andalucía.

3. Los nacionalismos en nuestros dominios no ofrecen nada mejor que lo que proporcionamos los socialistas. Juegan a progresistas pero son de derechas, como todo nacionalismo. Por poco progresistas que seamos nosotros, siempre lo seremos más que ellos. Por eso hemos conseguido que se queden prácticamente sin votantes.

4. Cuando otros partidos deciden aliarse contra nosotros, lo que consiguen es que salgamos reforzados, como ocurrió entre 1994 y 1996 cuando Partido Popular e Izquierda Unida practicaron aquella célebre “pinza” para intentar desgastarnos porque gobernábamos en minoría.

5. Cuando otro partido gobierna en coalición con nosotros, acabamos desactivándolos. Tanto Partido Andalucista como Izquierda Unida perdieron apoyo en las elecciones posteriores a aquellas legislaturas en que gobernaron en coalición con nosotros.

6. Hay agricultores de Jaén, Córdoba o Sevilla, pequeños empresarios y gentes de clase media en toda Andalucía que son de derechas, pero que votan socialista en las autonómicas porque saben que salen ganando. Solo hay que convencerlos de que votar socialista en las generales también será bueno para ellos.

Si a estas seis reflexiones le sumamos la destreza del aparato para los cálculos matemáticos, las purgas y los premios a la fidelidad, artes que llevan perfeccionando cuarenta años, nos encontramos con una máquina perfectamente engrasada y dispuesta para ser importada de la calle San Vicente en Sevilla, sede del Partido Socialista Andaluz, a la calle Ferraz de Madrid.

Todo esto es lo que piensan también en el club de los dinosaurios, al que últimamente alguien ha venido en llamar “socialismo tradicional”, aquellos que el 26 de marzo, fueron a Fibes a hacerse la foto y a cerrar incondicionales filas con la gran esperanza blanca de Triana. El know how andaluz exportado a toda España. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, piensan, y si en Andalucía llevan gobernando cuarenta años seguidos por algo será. Si los trabajadores de su manipulada televisión arman menos ruido que otras, por algo será. Si a pesar de los pésimos índices de bienestar en la Comunidad, a Susana se la comen a besos en las plazas de los pueblos que visita, por algo será.

Todo eso es lo que hay detrás de las desahogadas expresiones del responsable en Málaga del aparato del PSOE en la provincia. Lo que dijo es lo que piensan la mayoría de quienes, instalados en las instituciones desde hace decenios, no están dispuestos a que nadie ponga en peligro su, por otra parte, única fuente de ingresos que han tenido en su vida. Como se pregunta Odón Elorza, habría que saber cuántas charlas “formativas” de ese tipo se han dado a las juventudes socialistas para justificar el golpe de octubre demonizando a Pedro Sánchez, al PSC y  a los diputados socialistas que se negaron a abstenerse cuando se le otorgó el gobierno a Mariano Rajoy.


El triunfo del estilo andaluz en las primarias y en el congreso del PSOE tendría, si llega a producirse, carácter de acontecimiento histórico. Si más tarde consiguieran convertirlo en votos en unas elecciones generales, habría que quitarse el sombrero y reconocer que son unos genios.

J.T.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Emilio Botín sigue ganando batallas

Tras la designación digital -a dedo- de Susana Díaz, por parte de Pepe Griñán, como presidenta de la Junta de Andalucía, los banqueros y grandes empresarios empezaron a desfilar por San Telmo para rendir pleitesía a la flamante lideresa. A medida que transcurre el tiempo, parece que va quedando mucho más claro que aquello no fue una simple casualidad.
Los poderosos, y la antigua guardia pretoriana del PSOE, habían encontrado a quien andaban buscando. Para que parezca que las cosas cambian, pero todo continúe como está, es bueno buscar entre quienes vienen detrás la persona dispuesta a hacer ese trabajo con eficacia y convicción. Y la encontraron.
Había que hacer encajar los intereses del dinero con los de la derecha en el gobierno, con los de los socialistas que habían gobernado el país y manejado los hilos en el partido, y también con los de quienes, gracias a su trabajo en el PSOE, o al cargo de representación que ostentan en su nombre, tienen desde hace muchos años la supervivencia asegurada.
Nada parecía correr peligro hasta que la aparición de Podemos generó serios temblores de piernas en los cenáculos políticos y económicos. Para colmo de males, Pedro Sánchez les salió rana y hubo que organizar un golpe de estado a cara descubierta. Así, tras ayudar al Partido Popular a recuperar el gobierno y ya sin pudor, cuando el defenestrado opta por plantar cara, se decide organizar una intimidante manifestación de poderío con la que arropar la candidatura de Díaz a la secretaria general socialista, para que a nadie le quepa duda sobre qué camino es el “correcto” cuando llegue el momento de votar en las primarias y en el congreso.
Ellos, quienes apoyan a Susana Díaz son, aseguran, cien por cien PSOE, la esencia, la sustancia, el perejil imprescindible. ¿De qué PSOE? ¿Queda algo de aquel PSOE que ilusionó a diez millones de votantes en 1982? ¿Queda algo de aquel Felipe, de aquel Guerra? ¿Acaso se reconocen cuando escuchan y ven lo que decían y hacían hace cuarenta años? ¿En qué caladeros piensan pescar los reunidos en Fibes el domingo todos los respaldos que necesitan?
¿Qué PSOE es el de esa esa foto de todos juntos arropando a la candidata blanca? ¿A quiénes y a cuántos representan, aparte de a sí mismos? Cuando son necesarias tales exhibiciones de fuerza, se está reconociendo la propia debilidad. Si la intención el domingo 26 de marzo en Madrid fue asustar a los díscolos, malo. Si lo consiguieron, porque no hay reacción más imprevisible que la del asustado. Y si no lo lograron, pues qué quieren que les diga.
¿De verdad,, con aquella puesta en escena, aspiraban a transmitir ilusión? ¿A cuántos? ¿A quiénes? Si era al ABC o La Razón, entonces no tengo nada que decir. Pero para ilusionar al votante de a pie, ¿no tendrían al menos que ayudar a Díaz a enhebrar frases menos trilladas y con más sustancia de las que pronunció? ¿Con mensajes  como “hay que levantar la voz”, “aquí tienen cabida todos”, y “tenemos que liderar un proyecto que se haga cargo de España” esperan llegar muy lejos?
Me pregunto si, tras la solemne entronización del pasado domingo, tanto los venerables dinosaurios como la gran esperanza blanca tienen alguna carta escondida en la manga que el resto de los mortales desconozcamos. Imagino que así será porque, con la mili que reúnen todos juntos, no creo que se arriesguen a dar puntada sin hilo. Pero a simple vista no se intuye, la verdad. Para atraer los votos que necesitan, siempre que el juego sea limpio, sobra parafernalia y faltan argumentos. A menos que, como ha dejado dicho Gabilondo, hayan apostado por el órdago a la grande contemplando incluso la hipótesis del suicidio.
Frenado el efecto Podemos, donde el viejo sistema le llegó a ver las orejas al lobo, ahora buscan recomponerse hasta conseguir rehabilitar el entrañable bipartidismo que tantas alegrías les dio en sus vidas. “No existe una derecha transformadora a la izquierda del PSOE“, proclama la misma persona que entregó en bandeja el gobierno a Rajoy. Extraña manera de reivindicar la izquierda escorando hacia la derecha.
Dos días antes de morirse, el banquero Emilio Botín admitió públicamente lo preocupado que estaba por cómo iban las cosas en Catalunya y por el peso que estaba adquiriendo Podemos en el panorama político nacional. Pero que no se inquiete el viejo banquero allá donde esté, porque Susana Díaz y el gran aparato que la respalda parecen dispuestos a que, incluso después de muerto, Emilio Botín continúe ganando batallas.
J.T.

viernes, 1 de mayo de 2015

¿Quién se ha cargado a Juan Carlos Monedero?


Aproximadamente a las seis de la tarde de este jueves 30 de abril, cuando apenas faltaba una hora para que Juan Carlos Monedero comenzara la grabación del programa que cada semana modera en La Tuerka, Noelia Vera y yo nos fuimos con él al plató, enchufamos un ordenador portátil y nos dispusimos a seguir por streaming el momento quizás más importante en la corta historia de Podemos. Éramos pocos los que en ese instante sabíamos ya lo que Pablo Iglesias iba a comunicar en rueda de prensa.

- He tenido  hace unos minutos una conversación con Juan Carlos Monedero -arrancó Pablo. Ha presentado su dimisión de los órganos directivos de Podemos y he aceptado su dimisión.

Juan Carlos no apartaba la mirada de la pequeña pantalla, pero no movía ni un solo músculo.

Juan Carlos dimite -continuó Pablo- después de cumplir con sus obligaciones como responsable de programa. Ha presentado el programa marco que será hecho público en pocos días. Es, como podréis imaginar, algo enormemente doloroso para mi.

Decidí respetar el silencio entre nosotros tres y la emoción contenida de Noelia, pero no pude evitar que mi mente se disparara camino del 17 de enero del año pasado en el Teatro del Barrio, el día en que nació Podemos. Y se me agolparon las frases de aquella esperanzadora jornada: "Podemos somos todos, repetían, haremos las cosas de una manera distinta, empoderaremos a la gente, si no haces política te la hacen, somos más, tenemos memoria, no tenemos miedo, hay que echarlos y podemos echarlos...

Supieron recoger los promotores de Podemos el malestar, la indignación y esa necesidad de contar con algo nuevo y distinto que cientos de miles de personas transmitíamos ya en aquel momento. Había que acabar con las tropelías del pp y necesitábamos un istrumento, una etiqueta. Y allí estaba Podemos, con Pablo y Juan Carlos al frente, dando el paso al frente.

- Que no, que no, que no nos representan, que no, coreábamos… Y poníamos "todas nuestras complacencias" en del liderazgo de dos profesores de universidad que cuatro meses más tarde darian el campanazo consiguiendo un millón doscientos mil votos y cinco escaños en el Parlamento Europeo

- Juan Carlos no solamente es un compañero de años sino que además es uno de mis mejores amigos, y ha sido y es una figura determinante para nuestra biografía política, por supuesto para Podemos.

Un compañero de años al que yo miraba mientras escuchaba las palabras de su amigo y la verdad es que parecía experimentar un enorme alivio. Resultaba evidente que se estaba quitando un peso de encima. Pero se mire como se mire, pensaba yo, su marcha es una putada en toda regla. El alma máter del proyecto que ha removido los cimientos de la política de nuestro país en el último año... triturado por la implacable maquinaria de un sistema, de un régimen dispuesto a hacerle pagar lo más caro posible haberles sacado sus vergüenzas al aire. Su larga retahíla de víctimas: Rubalcaba, Chaves, Griñán, Pujol, Juan Carlos de Borbón, Cayo Lara, Rosa Díez, Francisco Granados, Ignacio González,Tomás Gómez, Rodrigo Rato... todos debían estar haciendo palmas con las orejas. Incluso Botín e Isidoro Álvarez, allá donde se encuentren, lo tenían que estar celebrando por todo lo alto, nunca mejor dicho. En apenas un año, Monedero había pisado demasiados callos como para que tanto pez gordo no pusiera toda la carne en el asador hasta conseguir hacerlo fosfatina. Y lo han conseguido. Ya está. Ya se han cobrado la pieza.

- El poder ha hecho muy bien los deberes contra mí -declararía hace un par de días.

- Nuestra organización se quedaba estrecha para Juan Carlos, continuó explicando Iglesias en la rueda de prensa. Juan Carlos no es hombre de partido, Juan Carlos es un intelectual que necesita volar.

- Coño, a ver si me van a poner una bomba, nos comenta relajado y desenvuelto.

¿Quién se ha cargado a Juan Carlos Monedero? ¿Montoro? ¿Soraya? ¿"El País" y su manera de orientar las informaciones sobre Podemos? ¿los periódicos amamantados por el PP? ¿el Ibex 35 que, acojonado, ha puesto todas sus cañones a funcionar? ¿las luchas internas del aparato de un partido recién nacido? Una cosa está clara: le ha tocado los cojones mucho... a muchos. Y además con fundamento. No se lo podían perdonar. Cuando una persona despierta tanta inquina en sectores tan distintos, esto significa sin duda alguna que hace pupa, que ha dado en el clavo con su discurso y con sus ideas y que el sistema ha intuído el peligro que esto acarrea como no aplique correctivos con urgencia. Así que, costara lo que costara, tenían que conseguir que su cabeza acabara rodando. Y rápido.

Dentro de tres años, o de treinta y tres, le devolverán el dinero que tuvo que adelantar a Hacienda, pero de nada servirá ya. Lo han conseguido quemar a fuego lento, al tiempo que acojonaban a sus compañeros de viaje hasta lograr que muchos de entre ellos compraran el mensaje de que Monedero les perjudicaba para crecer. Una vez más se repite la historia: los espíritus libres y los aparatos son difíciles de casar entre sí.

- Estábamos de acuerdo los dos, remató Pablo en la rueda de prensa, en que Juan Carlos puede ser una figura mucho más útil tanto para Podemos, como para el cambio político, como para las necesarias reflexiones críticas que siempre nos deben acompañar en todos nuestros caminos, trabajando sin la presión y sin la losa de las responsabilidades orgánicas.

Puede ser, pero igual que el comer y el rascar, que cuando empiezas no sabes el momento en que vas a poder acabar, cuando abres el melón y comienzas a servir cabezas en bandeja de plata, es difícil saber hasta dónde llegará el corte. Una cosa está clara. Los malos, de momento, van ganando por goleada. Se han cobrado la pieza que más les preocupaba porque saben que Monedero es mucho más Podemos que la mayor parte de Podemos. Como lo sabe la gente de a pie. Como lo intuyen quienes toman nota de todo lo que dice y lo ponen en valor:

- Hay que recuperar el frescor del 15M
- No podemos acabar pareciéndonos a quienes combatimos
- Nunca, como en política, conocí tanta gente tóxica por metro cuadrado
- No puede ser que el Ibex 35 mande más que 10 millones de trabajadores.

La gente de a pie sabe que buena parte del proyecto de Podemos está basado en el peso intelectual de Juan Carlos Monedero. Pero había un conflicto interno. Un conflicto que comenzó cuando, tras los furibundos ataques de febrero, ganó peso la tesis de que Monedero tenía que dar un paso atrás "por el bien del proyecto".

- Vaya la que se ha montado tras mis declaraciones en Radiocable esta mañana, me comenta cuando Pablo termina su comparecencia. Y pensar que anoche me acosté tarde y he estado a punto de quedarme dormido...

J.T.


martes, 17 de junio de 2014

Moverse es lo importante. La foto es lo de menos

“El que se mueva no sale en la foto”. No hay frase que haya hecho más daño a la política española en los últimos 35 años. No hay manera más cruel ni más infame de definir la sumisión, el acatamiento, la docilidad o el servilismo en el seno de un partido. No hay mejor modo de describir la rentabilidad del incienso, la alabanza y el silencio, componentes básicos de los funcionamientos sectarios.
Así ha sido durante cuatro largas décadas en este país y así podría -por fin- dejar de ser si, en este inédito momento que estamos viviendo, somos capaces de darle la vuelta a una manera de funcionar que el tiempo ha demostrado perversa, corrupta, clientelista y en consecuencia ineficaz para mejorar, en democracia, la vida de la ciudadanía.
A base de palos y bastante a regañadientes los partidos tradicionales, uno tras otro, parecen ir entendiendo que las primarias son ineludibles, que los viejos clichés hay que tirarlos definitivamente a la basura y que son muchos los usos y costumbres en los que hay que partir prácticamente de cero.
Sí, hay que moverse. Mucho. Se salga o no se salga en la foto porque se trata de servir y no de servirse. ¿Serán capaces de entenderlo de una puñetera vez?. Es el momento de buscar el talento y las herramientas allá donde estén. Los profesionales de representar durante décadas la voluntad de los demás a base de ignorarlos una vez que consiguen su voto empiezan a constatar atónitos que el chollo se les ha acabado.
No se puede entender ya la representación, en los tiempos digitales que corren, sin una mayor participación. ¿Cómo se hace eso? Habrá que inventarlo primero, pero los profesionales de la supervivencia en el poder empiezan a intuirlo y por eso están moviendo ahora alguna ficha. Con la secreta esperanza de maquillar la cosa para que nada cambie, pero esta vez me parece que va a ser que no.
Ahí quiero ver yo a los nuevos líderes. Ahí quiero ver yo a esos nuevos “humildes portavoces” doblándole el pulso a cualquier asomo de tentación autoritaria o totalitaria. Tanto Podemos, el fenómeno de moda, como la plataforma ciudadana que en Barcelona aspira a la alcaldía, con Ada Colau como cabeza de cartel, tienen ahí su primer desafío: la horizontalidad como marca de la casa, la capacidad de dotar de protagonismo cualquier propuesta por humilde y alejada del “núcleo” que parezca, la disposición a encajar críticas y a no poner mala cara cuando oyes cosas que no te gustan…
Es la hora de moverse. Lo sabemos. Salir o no salir en la foto tiene que ser lo de menos. Así debe ser si quieren que nos los creamos. Y así es como los partidos tradicionales encontrarán más dificultades para continuar funcionando como lo vienen haciendo hasta ahora.
J.T.

miércoles, 28 de mayo de 2014

El ocaso de los "aparatos"


Ay, los aparatos, los pobres aparatos del bipartidismo. El tsunami del 25M los ha dejado con el culo al aire sin piedad alguna. Al psoe y al pp, pero también a iu, donde se han quedado con cara de dios mío, y ahora qué va a ser de mí. Muchos aparatistas de toda la vida han empezado a sospechar que sus días en la poltrona tienen fecha de caducidad y no acaban de dar crédito.

Se les había olvidado que todo lo que tienen es prestado, que no solo no les pertenece sino que les fue dado para ser útiles, para servir a quienes los votaron y no para servirse de los votantes ni de su dinero. Nos estafaron a todos y se han estafado a sí mismos. ¿Por qué demonios no volvió Felipe a ejercer de abogado laboralista cuando dejó la presidencia del gobierno? ¿Era necesario que él, como tantos ex del psoe y del pp, tuvieran que dedicarse a ir dando el cante por el mundo de cargo en cargo y tiro porque me toca?

¡Ay, el aparato! El aparato engrasa las puertas giratorias, agradece siempre los servicios prestados y no deja a nadie tirado, el aparato es la madre generosa bajo cuyo regazo nunca se pasa frío. El aparato, como en el caso del pp, forra los riñones con generosos sobres de empresas agradecidas por los servicios prestados o por prestar. El aparato, si no has sido díscolo, claro, siempre tiene un puesto para ti, el catálogo de mamandurrias es amplio: cargos en instituciones o empresas internacionales, diputado en el congreso o en Europa, senador..., cementerios de elefantes donde hasta te pueden mantener la inmunidad por si, es un decir, hubiera por ahí algún juez o jueza canalla que te tenga enfilao y te quiera empurar.

¡Ay, las puertas giratorias! ¡Ay, esos aparatos, dedicados a planificar cómo mantenerse en el poder, cómo tenerlo todo controlado! ¡Cómo se dedican a hacer favores a todo el que tienen alrededor garantizándose así fidelidades perrunas de por vida. ¡Cómo colocan a familiares, parientes y allegados de todo tipo, lo que les permite desplegar una amplia e incondicional red de clientelismo! ¿Defender los intereses de los ciudadanos que los pusieron allí? Eso después. Lo importante es comprar voluntades, hacer favores para que, cuando llegue el momento de las votaciones internas, ninguna se escape de las manos. Control, control y control. Ya se sabe: el que se mueva, no sale en la foto.

Así actúan los partidos, los sindicatos -ay, los aparatos de los sindicatos, algún día hablaré de eso más a fondo, que por suerte o por desgracia algo sé- así actúan también ciertas oenegés y hasta algunas presidencias de comunidad de vecinos. Apenas salen del notario con la escritura de poderes en la mano parece como si se les olvidara que fueron elegidos democráticamente y se piensan que ya "se han colocao" de por vida.

Así que se dedican a tejer una compleja telaraña de intereses para que eso sea posible. Votan en sus ejecutivas, en sus comités, en sus miles de reuniones, se llenan la boca con la palabra democracia pero se dejan el alma para conseguir que todo esté pactado antes de un congreso. Al final se perpetúan gracias a eso que ellos llaman democracia interna y que en realidad son los cuatro, cuarenta o cuatrocientos que llevan años mamando de la teta, de esa teta a cuya vaca mire usted por dónde, parece que ya se le está acabando -¡por fin!- la leche.

Antes de dar su brazo a torcer matarán si es preciso. Antes de admitir que los mismos votos que los pusieron donde están amenazan ahora con echarlos usarán todos los resortes a su alcance para criminalizar hasta al lucero del alba si hace falta. Invocarán estatutos, leyes, democracia interna, reglas, usos y costumbres. Pero después del 25M ese rollo patatero ya no cuela, ya no se lo creen ni ellos. En el pp Mariano, Cospedal, Floriano y demás brillantes oradores y mejores gestores saben que ha empezado la cuenta atrás para que se les acabe el chollo. Alfredo, Susana y turiferarios varios del sacrosanto psoe de Ferraz y San Vicente, empiezan a constatar que tampoco en su caso cuela continuar con el mismo soniquete, mareando la misma perdiz de siempre. 

Los aparatos, como las empresas, no tienen alma. Las empresas administran recursos y los aparatos votos. Por eso el mayor activo de Susana Díaz son los votos de Andalucía, la cuarta parte del total de "la empresa psoe". Esas son las "acciones" que lleva a Ferraz a las reuniones del "consejo de administración", donde no hay lugar para la piedad. 

Cuando veo y escucho a Carme Chacón, que no es que sea precisamente santo de mi devoción, llorando por las esquinas y denunciando lo mal que la tratan, verifico la falta de sensibilidad de los aparatos, implacables con los aparatistas que se salen del tiesto, con los que asoman tímidamente la patita, con los que apuestan por la funesta manía de pensar. Cuando escucho a Patxi López despejando balones para evitar explicar las verdaderas razones de su dimisión me deprimo; cuando oigo a Madina declarar tajantemente que así no, que él quiere hacer cosas pero de otra manera, lo primero que pienso es que están escenificando un desencuentro. Necesitamos alguien pelín rebelde, así que ponte tú mismo, Eduardo.

Y de Izquierda Unida, ¿qué me decís? Toda la vida celebrando fracasos, festejando en muchas ocasiones que no se iban al garete de puto milagro. De vez en cuando tocan pelo, sí, pero nunca a lo grande. Claro que con las sabrosas migajas que van pillando mantienen un look muy aparente y dan de comer a miles de colegas que por seguir chupando del bote son capaces de abrir en canal a quien haga falta.

¡Ay, los aparatos! Esos estupendos instrumentos surgidos de votaciones democráticas donde lo primero que está prohibido es ser espíritu libre, tener opinión propia y mucho menos propagarla si eso supone una discrepancia que pueda dejar en bragas al amado líder de turno.

¡Ay, los aparatos! El 25 M los ha puesto en solfa y yo lo celebro.

Pero como los conozco no me fío nada. Si en algo son expertos los aparatos es en administrar la adversidad. Son maestros en hacerte creer que cambian, que se modernizan, que se adaptan a los tiempos... unos verdaderos figuras del maquillaje. Si es necesario lo cambian todo, pero para conseguir su verdadero objetivo: que nada cambie y seguir mamando de la teta hasta el desastre final.

¡Ay, los aparatos! Atestados de avispados supervivientes que nunca le dirán al rey que está desnudo. Así dan lugar a que ocurran crueles episodios como el que cuentan de aquel desprejuiciado preboste que, hablando un día con sus amigos sobre la discapacidad que uno de sus más incondicionales subordinados padecía en un pierna, comentó: 

-El otro día me dijeron que era cojo, pero yo no me había dado cuenta ¡Como siempre entra en mi despacho de rodillas!

J.T.