Vosotros sabréis. O espabilamos, o nos pilla el toro.
domingo, 29 de mayo de 2022
¡Andaluces, espabilad!
Vosotros sabréis. O espabilamos, o nos pilla el toro.
Un peligroso juguete roto
En otras circunstancias podría considerársele un jarrón chino pero no, él mismo se ha empeñado en convertirse en patético juguete roto. Muy costoso, pero roto.
sábado, 28 de mayo de 2022
RTVE: Si las derechas están contentas, algo se está haciendo mal
Cuanto peor mejor.
Ese es el sueño húmedo del Partido Popular con Televisión Española: que acabe teniendo Cero Influencia en la vida política, social y económica del país.
Respaldaron en su día (marzo de 2021) al actual equipo responsable de la Corporación, que superó así los dos tercios de apoyo en el Congreso de los Diputados en primera votación y, desde el día siguiente y con la anuencia de la parte socialista del Gobierno de coalición más el silencio cómplice del PNV, los populares empezaron a copar puestos claves en el organigrama. A Unidas Podemos ni agua, al resto de los partidos una de cal y mil de arena y a los de Vox, ¿qué hacer con Vox? ¡qué miedo, menudo marrón! y ahí andan desde entonces los ultraderechistas, aprovechando las dudas de quienes no saben cómo gestionar esas encendidas soflamas anticonstitucionales que sus cabecillas sueltan apenas encuentran un micrófono cerca, sacando petróleo sin parar.
El Partido Popular no quiere que Televisión Española cuente con informativos de referencia. Este es su objetivo desde los tiempos de Mariano Rajoy y, en los cuatro años de gobierno de Pedro Sánchez, los mismos comisarios políticos que provocaron la protestas de los trabajadores en tiempos del PP, aquellos famosos y dignos “viernes negros” en los que se denunciaba la manipulación, esos mismos comisarios, decía, son quienes en la actualidad ocupan puestos de responsabilidad donde se manda mucho y, en consecuencia, se puede continuar manipulando mucho.
Tve lleva mucho tiempo insultando a diario en sus informativos la inteligencia del espectador y haciendo sufrir a quienes amamos la información decente y bien servida. No voy a poner ejemplos porque la noticia sería la ausencia de manipulación, qué digo manipulación: burla en muchos casos. Podría pedírseme que aportara ejemplos y a quien lo hiciera yo le respondería que escogiera al azar cualquier telediario, de mediodía, de la noche, del fin de semana… el que quisiera del último año y medio, o de los casi cuatro años que lleva Sánchez en Moncloa con una honrosa excepción: el período en que al frente de los Informativos estuvo Begoña Alegría. Tomamos cualquier telediario, como decía, y lo analizamos minuciosamente, minuto a minuto, segundo a segundo: el enfoque, la selección de totales, la organización de la escaleta… Cuando quieran y donde quieran les demuestro que no es ya manipulación sino, en muchos casos, burla descarada para con el espectador como lo era en tiempos de Soraya y Cospedal.
Para verificar la satisfacción de las derechas con Tve, basta comprobar que ese tridente que conforman sus periódicos de cabecera (El Mundo, ABC, La Razón…) apenas abren la boca para criticar los telediarios. El martes 24 de mayo, el diario El País dedicaba toda una página a la gestión del actual equipo directivo que titulaba “El progresivo hundimiento de RTVE, una crisis sin solución a la vista”. RTVE siempre fue una balsa de pirañas y ningún equipo directivo lo tendría nunca fácil, pero hablar de “reinos de taifas” como hizo el presidente de la Corporación en sede parlamentaria durante su más reciente comparecencia no creo que ayude a mejorar las cosas. Tampoco declarar que se encuentran “ante una estrategia concertada de acoso y derribo a profesionales de la Corporación” porque, entre otros asuntos, a una persona de la redacción se le ocurrió publicar hace días en su cuenta personal un tuit que no gustó a la dirección.
Como escribía también Rosario G. Gómez en El País, lo cierto es que “un año después del relevo en la cúpula directiva, la corporación pública tiene cada vez menos relevancia en el panorama audiovisual español”. Y eso, añado yo, al PP le parece de perlas. Le parece de perlas porque, como decíamos al principio, ese es su objetivo. Que los medios públicos pinten lo menos posible en el panorama informativo de nuestro país. Así ocurre desde hace tiempo con Radio Nacional y con varias autonómicas ¿Por qué? Porque la doctrina la tienen que impartir las privadas, que es lo que a ellos les interesa. La presencia de afines al PP en puestos clave de la estructura informativa de Tve ayuda a redondear la faena a la hora de conseguir este objetivo.
Aún así, como las derechas son insaciables, no se dan nunca por satisfechos y todo les parece poco: por eso llegan a tener la caradura que exhibió un miembro del PP en la última comisión de control al quejarse de que un asunto menor, que afecta a un hermano del socialista Ximo Puig, se emitiera en el minuto 12 del Telediario y ocupara solo once segundos. Pero… ¿qué querían, que se abriera con eso? ¡Si ni siquiera se había tenido que haber dado!, ¿cómo pueden tener esa caradura? Pues porque aprovechan cualquier cosa para avisar, para intimidar, para advertir de que, aunque en estos momentos parecen satisfechos, se pueden cabrear a las primeras de cambio.
Si ganaran las próximas elecciones generales, argumentos como estos les valdrán para cuestionar la continuidad de un equipo que el parlamento respaldó para seis años. Si el PP acabara necesitando a Vox para gobernar, no me quiero ni imaginar la escabechina que perpetrarían, porque si los unos tienen la piel fina, de los otros ya mejor ni hablar. Hace unos días se me ocurrió escribir un tuit en el que decía que “la cancha a Vox en los telediarios de la 1 de tve es cada vez más inentendible. Por supuesto, nada explicable desde un punto de vista profesional y por completo inadmisible desde un punto de vista democrático”. Jamás he recibido más insultos en mi vida. Una hora larga estuve bloqueando haters.
Esa es la cera que arde. Y eso es lo que, desde mi punto de vista, no se puede tolerar. No se puede permitir que el Partido Popular, con la anuencia de la ultraderecha, consiga que la capacidad de influencia de Televisión Española acabe siendo Cero Patatero. Dado que se trata de su sueño húmedo, todos los esfuerzos para evitar que lo logren serán pocos.
J.T.
sábado, 21 de mayo de 2022
Sobre el presunto perfil bajo de Feijóo
Entre el insultante regreso de Juan Carlos por un lado, y por otro las grabaciones de Villarejo conspirando con personajes del PP en su día bien relevantes, Alberto Núñez Feijóo pugna por hacerse un hueco para arañar titulares e ir ganado relevancia y apenas lo consigue, el pobre. Eligió mala época para hacerse notar. Hasta Chanel le quitó foco varios días acaparando titulares antes, durante y después de su actuación en el Eurofestival. Y la semana que viene la final de la Champions, ¡jó!, así no hay manera.
Hay lugares en los que aparecer estos días por sus alrededores puede ser un arma de doble filo (p.e. las regatas de Sanxenxo este fin de semana por muy de acuerdo que esté con el regreso del emérito) y hay otros ámbitos donde le roban el protagonismo no solo Pedro Sánchez con sus periplos internacionales, sino Ayuso y hasta Almeida, cuyos papeles institucionales les permiten chupar mucha más cámara que al líder de su partido, como sucedió en la reciente visita del emir de Qatar. Y bien que lo aprovecharon: cena de gala, discursos…
Manos mal que Tve, tan preocupada ella siempre por la buena imagen del Partido Popular y de su flamante líder, pone de su parte todo lo que puede, ya sea retransmitiendo por el 24 horas en directo hasta sus ruedas de prensa en Ceuta, ya sea metiendo totales con calzador en los telediarios vengan o no a cuento. Claro que con tanto peloteo igual no le hacen ningún favor, habida cuenta de las escasez de pericia que Feijóo está demostrando en el arte de afrontar canutazos.
Madrid no es Galicia, así que el nuevo faro de la derecha presuntamente moderada va a tener que ensayar un poco más. Es verdad que no grita ni insulta, al menos de momento pero cuesta trabajo encontrar alguna diferencia contundente entre sus mensajes y los de su predecesor, si es que estas existen. Hay veces que se lía más de la cuenta, como en ese triste espectáculo que nos brindaron hace unos días a propósito del empleo del vocablo “nacionalidad”. Tras escucharlos a él y a Bendodo, la única conclusión posible es que ni ellos mismos se aclaran a la hora de emplear públicamente términos como nación, plurinacionalidad o nacionalidad por muy empollada que se tengan esa Constitución que tanto aman y cuyo articulo 2 explica con claridad que la carta Magna está fundamentada en “la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.
A la hora de poner el cebo para que piquen los medios amantes del periodismo declarativo (que son prácticamente todos, a pesar de tratarse de una modalidad informativa abominable) Ayuso le sigue ganando por goleada a Feijóo como antes le ganaba a Casado. Pero no solo le gana ella, también lo hacen los cabezas visibles de Vox, que siguen sin recibir de Feijóo las tajantes réplicas que merecen y que el Partido Popular necesita, según aseguran ellos mismos, para marcar distancias, fijar posiciones y recuperar un electorado que es suyo y no de los ultraderechistas.
Mientras consigue encontrar un asesor tan malvado y eficaz como Miguel Ángel Rodríguez lo es para la presidenta de la Comunidad de Madrid, más le vale al nuevo líder popular no meter la pata más de lo estrictamente inevitable. El jardín en el que se metió para manifestar su disconformidad con algunos aspectos de la ley del aborto producía verdadera vergüenza ajena. Lo de predicar bajadas de impuestos no se lo cree ni él…
El aire parece estar a su favor pero él no acaba de arrancar. Además de Tve, Mediaset ya le ha hecho también la ola con programas como la larga entrevista “humana” en casa de Bertín Osborne,
Atresmedia le rinde pleitesía en cada uno de sus informativos con Vallés y demás palmeros postrados de hinojos a la menor excusa; ese tridente de papel que conforman ABC, La Razón y El Mundo se deshace a diario en halagos a través de sus editoriales y de la nómina de columnistas que arremeten sin descanso contra el correoso Sánchez y la “perfidia” de Podemos. Aún así, en las primeras páginas le dedican poco espacio, no por falta de ganas pero se conoce que no acaban de encontrar la percha adecuada para promocionar y ensalzar a su amado líder.
Si hace alguna cosa, se nota poco; y las que no hace, como dilatar la renovación del Poder Judicial, lo mantienen en los mismos marcos de actuación en los que se movía el equipo anterior. Puede que no crispe pero tampoco destaca, lo que no sabemos es si eso es malo o bueno porque igual un día, más pronto que tarde, nos sorprende y acaba saliendo a flote ese otro Feijóo nada suave ni contemporizador cuya gestión al frente de la Xunta muchos gallegos aseguran haber sufrido en sus carnes durante casi cuatro legislaturas.
J.T.
domingo, 15 de mayo de 2022
¡No a los sembradores de la discordia!
Vox es todo menos estabilidad, menos sosiego, todo lo contrario del buen rollo.
Están haciendo país más feo y crispado.
sábado, 14 de mayo de 2022
¿Qué hemos hecho para merecer Vox?
Hago números y no me salen las cuentas. Sin los pobres, los explotados, los colectivos LGTBI, las mujeres discriminadas en su trabajo y víctimas de mil injusticias, los jóvenes que no consiguen encauzar un proyecto de vida, los jubilados que han de hacer juegos malabares con su pensión para sobrevivir con un mínimo de dignidad… si ni una sola persona de estos colectivos los votara, la ultraderecha no podría conseguir los resultados que consigue.
Me niego a pensar que son tontos quienes los votan, me niego a pensar que no saben que están votando contra sus propios intereses. Así que si lo hacen, ¿por qué lo hacen?
Muchos talentos analíticos se estrellan ante esta cuestión. Si ellos son menos, tienen menos argumentos y son más cobardes, ¿cómo es que se están llevando el gato al agua? ¿cómo es posible que vayan a subir en Andalucía lo que predicen las encuestas? ¿qué conjunción astral es la que ha llegado a permitir que un joven como Juan García-Gallardo, por ejemplo, haya acabado siendo vicepresidente de una Comunidad Autónoma? ¿qué hemos hecho tan mal para que un joven como él sea a sus 31 años un ultraderechista convencido y entre sus prioridades figure acabar con la ley de memoria histórica cuanto antes? (ha transcurrido apenas un mes y ya nadie habla de Castilla y León, ¿se dan cuenta a la velocidad que va esto?).
¿Qué educación le hemos dado, qué le hemos enseñado a García-Gallardo y a tantos jóvenes como él nacidos en plena democracia, cuando Franco llevaba quince años muerto y el PSOE casi diez gobernando? ¿quién se está equivocando aquí? ¿qué tiene que pasar para que abran los ojos quienes los votan? ¿Cómo ha podido calar en el imaginario popular la crítica despiadada a un gobierno de coalición que, con sus luces y sus sombras, está mejorando sin discusión la vida de una buena parte de la población que sin sus políticas estaría teniendo en estos momentos problemas serios de supervivencia?
¿Cómo es posible que comunicadores escorados como Vicente Vallés, Ana Rosa, Motos y compañía hayan conseguido imponer hasta tal punto la animadversión contra el Gobierno de coalición? ¿cómo se entiende que los mismos beneficiarios de sus políticas manifiesten en bares y plazas la disposición a votar ultraderecha a ver si así “ se arregla de una vez España”. ¿Pero esto qué es, qué está pasando aquí? ¿qué hacemos tan quietos? ¿nadie lo va a parar?
A veces tengo la sensación de que, bien sea por el bombardeo mediático, bien por dejación y languidez de la izquierda, la ultraderecha se abre paso “como un cuchillo en la mantequilla” apenas sin resistencia. Yo creo que hay quien piensa que se trata de una broma, que tanto odio y provocación como los que personalizan gentes del talante de Macarena Olona no pueden ser verdad. Dado que es demasiado odio, demasiado insulto, demasiada provocación… parece una broma porque nos cuesta entender dónde podía estar escondida hasta ahora toda esa gente, y dónde han mamado tanta irritación para crisparnos como lo están haciendo.
No veo que nadie dé la voz de alarma en serio. Es como si no nos creyéramos que puede pasar nada terrible. Hacer oídos sordos puede derivar en que llegue el momento en que no haya marcha atrás y entonces será cuando lamentaremos no haber espabilado a tiempo.
Es verdad que existe una ola reaccionaria a nivel mundial que en España ha acabado calando, entre otras cosas porque es muy posible que, en según qué sectores, estuviera sobreviviendo sin hacer demasiado ruido hasta que han visto el momento propicio. El bipartidismo no debía molestarles demasiado, pero el procès en Catalunya y la llegada del Gobierno de coalición hizo que se asustaran (tampoco demasiado) porque debieron pensar que igual no podían continuar campando a sus anchas como habían hecho siempre. En instituciones como la judicatura o los cuerpos de seguridad, las máscaras de los agazapados saltaron por los aires y empezó la ofensiva económica y mediática que acabó colocando la ultraderecha en los parlamentos.
El ninguneo de los medios públicos a Unidas Podemos y todo su entorno, a pesar de sus representaciones parlamentarias y su peso en el Gobierno de coalición, frente a la generosa cancha otorgada al fascismo, empieza a obtener sus abominables frutos.
Así están las cosas, cuando quedan 36 días para las elecciones andaluzas.
J.T.
martes, 10 de mayo de 2022
Tertulianos de mis desvelos
Años llevo oyendo vuestros dislates en las tertulias.
Años avergonzándome con los titulares de los periódicos donde trabajáis.
lunes, 9 de mayo de 2022
Cuando el rigor importa un bledo
Que sea verdad lo que cuentas no es lo sustancial.
domingo, 8 de mayo de 2022
Andalucía. De feria en feria hasta el desastre final
sábado, 7 de mayo de 2022
RTVE. Vamos tarde
Yo no sé si RTVE puede evitar que Abascal acabe siendo vicepresidente del gobierno de la nación, pero lo que no entiendo muy bien es por qué esta institución pública parece a veces empeñada en que acabe consiguiéndolo.
Por más que me lo pregunto tampoco entiendo cómo es posible que, tras casi cuatro años de gobierno progresista, TVE no haya conseguido recuperar la buena factura de la que hizo gala durante los años de Zapatero, ni cómo es posible que la cuesta abajo en audiencia que comenzó cuando Rajoy llegó al poder no se haya podido detener, o que la calidad de aquellos informativos que llenaron la casa de premios nacionales e internacionales no se haya podido aún recuperar.
Quienes afirman que el actual Gobierno de coalición le ha entregado la televisión al PP puede que no estén haciendo un diagnóstico acertado, pero tampoco demasiado exagerado, por mucho que esta no sea la intención de su actual cúpula directiva. En los informativos abundan los adjetivos cargados de intención y los verbos valorativos, que por lo general van dirigidos a denostar la parte socialista del gobierno o a machacar a sus socios de coalición. Todo buen periodista sabe que debe huir de esta costumbre porque practicarla significa faltarle el respeto al espectador, igual que si al elaborar una escaleta se hace con criterios ideológicos en lugar de profesionales. Otra día entraremos en más pormenores.
La televisión y la radio públicas deben ayudar a abrir los ojos, los datos deben servirse desnudos para que quien los recibe pueda formarse su propio criterio. En estos momentos, esto no solo no es así en ningún medio público del territorio español sino que en la mayoría de ellos se contribuye a amplificar el mundo de los bulos de la ultraderecha. En este aspecto, TVE no es la excepción que sería deseable.
Pasemos por alto en esta ocasión, si les parece, las guerras internas de poder, dejemos para otro día también asuntos como por ejemplo el baile de puestos en los altos cargos de dirección y vayamos a los resultados: los resultados a día de hoy dejan mucho que desear por la calidad del producto final, por los porcentajes de audiencia y por el excesivo dinero que cuesta la pantagruélica estructura de la casa.
El malestar interno, tradicional en la empresa, no solo no desaparece sino que parece ir a peor, buena parte de la plantilla acude a trabajar desmotivada y hay quienes lo hacen avergonzados según me aseguran porque no les gusta el producto que están sacando a la calle; ellos saben hacerlo mejor y están preparados de sobra, remarcan, para ofrecer al espectador un trabajo mucho más decente del que en estos momentos aparece en pantalla.
¿Por qué no es así? He ahí la pregunta del millón. No me atrevería a asegurar que hay miedo, pero es un hecho cierto que un considerable porcentaje de trabajadores cuentan a diario las fechas que les faltan para jubilarse como también lo es que otros muchos saldrían corriendo a la mínima oportunidad laboral que encontraran. Tragan y callan por miedo a perder sus pluses, sus prebendas o, sencillamente, el empleo que les da de comer.
El espectador, ajeno a todo esto a pesar de ser quien lo paga, se limita a pasar de largo por el dial dado que le cuesta encontrar argumentos para detenerse. La excelente cobertura de la guerra de Ucrania está pasando desapercibida quizás porque buena parte de los consumidores ha perdido la fe en que algo de lo que ofrece Televisión Española pueda estar bien hecho. Llevan ya demasiado tiempo sin encontrar nada que les divierta, les entretenga o les informe en condiciones y se cabrean, mucho, porque se siente timados o tratados como tontos.
A la puerta están ya las elecciones andaluzas, en un año habrá municipales y autonómicas y quién sabe si, como apunta en una de sus últimas columnas mi compañera Ana Pardo de Vera, las generales acabarán adelantándose. Vamos tarde. Estos días han tomado posesión de cargos de importancia dos profesionales (José Pablo López y Pep Vilar) en cuyas manos está desde ahora la oportunidad de mejorar las cosas y evitar quizás que Abascal acabe convirtiéndose en vicepresidente del Gobierno. Veremos.
J.T.
viernes, 6 de mayo de 2022
¿Por qué mola hablar mal de Unidas Podemos?
Pareciera que lo más in, lo que se lleva esta temporada, la tendencia, el trending topic… sea hablar mal de Unidas Podemos.
jueves, 5 de mayo de 2022
Todos los días en "el candelabro"
Están en todas las salsas. Como en el huevo y la gallina, difícil saber qué fue primero. Si yo fuera presidente de Comunidad Autónoma, hace tiempo que se me estarían llevando los demonios con el abusivo predicamento del que goza Isabel Díaz Ayuso en los medios.
miércoles, 4 de mayo de 2022
La tranquilidad de Juanma Moreno
Hablo con la gente de mi pueblo que siempre ha votado al Psoe y los veo desanimados, y eso que mi pueblo es el único que queda con alcalde socialista en el Poniente almeriense, ahí desde tiempos inmemoriales. A los simpatizantes los noto pasotas, reconociendo contritos que la propaganda tóxica de Vox por estas tierras penetra como el cuchillo en la mantequilla; a los que son militantes del partido los veo despistados, como zombies, haciendo cuentas calculando hasta dónde puede llegar la catástrofe, y callándose cuando en la partida de dominó o en el bar donde ven el fútbol alguien pone a parir a Pedro Sánchez y a todo lo que suene a socialismo. Se callan, no plantan cara y quienes han conseguido que cale el discurso ultra no tienen que molestarse ni en discutir porque las teles ya les hacen el trabajo sucio.
martes, 3 de mayo de 2022
Las derechas pinchan en precampaña
lunes, 2 de mayo de 2022
19 J. Se avecina ruina
El problema es que da igual a quien pongan de cabeza de cartel, ya sea la vocinglera Olona o la simpática mona Chita.
domingo, 1 de mayo de 2022
Tirar la toalla, jamás!
Cada día que transcurre, cuando escucho radio predicadores o presentadores televisivos aplaudir el envío de armas, o a presuntos socialistas predicar y defender la violencia, el espionaje.. cada día que ocurre alguna de estas cosas, decía, encuentro más motivos para reafirmarme en mis convicciones.
Cuando descubro que partidos presuntamente progresistas atacan sin vergüenza a quienes defendemos que otras soluciones son posibles...
Cuando los amos del dinero marcan el camino sin que los gobiernos democráticamente elegidos les rechisten.