jueves

La piscina de los pensamientos

Hace algunos años que nado varias veces a la semana y aunque he de reconocer que al principio me aburría, ahora es una de las actividades que más me relajan. Los pensamientos se van de un lado a otro mientras recorro la calle una y otra vez. A veces, cuando más abstraído estoy, ni siquiera noto que esté mojado, parece como si volara encima de la piscina. Otras, me imagino que las cosas que pienso salen de mi cabeza y se quedan ahí, en el agua, junto con las de las demás personas que nadan o han nadado anteriormente. De esa forma, cuando me hundo en el agua, es como si las vivencias ahí acumuladas resbalaran sobre mi piel y se alejaran en dirección a la nada.
Los brazos apartan las ideas entrelazadas y se abren camino. Ocasionalmente, al respirar, ideas que flotan entran en mi cabeza y pasan a formar parte de mi imaginario.
No sé si el cloro tiene propiedades que desconozca, pero debería investigarlo.

4 comentarios:

Alfonso Saborido dijo...

Será cosas de la edad jaja, miguel angel y yo estamos aprendiendo Reiki, otra paranoia, pero que relaja que no veas jj

Nacho Rodríguez dijo...

Ya me contarás, tiene que ser parecido al yoga ¿no?

Alfonso Saborido dijo...

Sí, tiene el mismo origen, deriva del budismo.

Alfonso Saborido dijo...

Y para la psoriasis no veas lo bien que viene