sábado
El visor de diapositivas tridimensional
Otro de esos juguetes que me dejaban totalmente patidifuso cuando era un crío fueron las gafas con las que se podían ver imégenes tridimensionales. Se mostraban dos diapositivas (una en cada ojo) y de esa forma se creaba la sensación de profundidad. Por aquel entonces, ver fotos en 3D se podía catalogar como experiencia mítica.
Algunos parecidos he visto por ahí últimamente, incluso una postal aprovechando este mecanismo estuve a punto de comprar hace poco.
Blogs
Hablo desde mi corta experiencia como "bloguera".He descubierto un mundo nuevo.Es alucinante.Es como un cúmulo de circunstancias,es un juego de probabilidades.Visitas un blog,si te gusta lo lees un poco y comentas algo.Miras que también hacen comentarios a ese blog.Conoces a más "blogueros" y ahí empiezas a descubrir mundos nuevos.A unos les gusta escribir relatos,poesías o hablan de cosas que le han pasado o de la actualidad.Puedes encontrar recetas de cocina,te pueden sugerir que leas un libro,que veas una película,puedes encontrar a verdaderos artistas de la animación,a pintores,a personas que quieren expresarse para que otros lo vean.He descubierto a muchos artistas,he descubierto cosas que me hubiera perdido si esto no existiera.Esto es como una cajita de sorpresas.En ella guardas todo lo que te gusta,esta caja está llena de compartimentos y el que quiera los abre todos o sólo los que le interesen.Aquí me atrevo a escribir sin molestar a nadie.Opino o doy cosas de mí tan íntimas como mis relatos.Esas cosas que no me atrevería tanto a hacer fuera de aquí.Si les gusta tu blog,te recomiendan,te visitan y los que los visitan a ellos te visitan a ti.Dentro de algún tiempo esto será enorme.Y yo estaré encantada de ser parte de ello.
¡Educar qué gran cosa!
Si hace unos días hablaba de lo gratificante que es aprender, hoy quiero dedicar esta entrada al placer que se experimenta cuando se descubre que una persona encuentra interesante algo que explicas y lo hace suyo. Notas como hace mella y engancha, pero está en la obligación del que educa el enseñar a no ser vulnerable. La influencia del educador es tan grande que se corre el riesgo de olvidar el fin último de la educación que es hacer que un "barco navegue por sí mismo".
Hay un poema de Gabriel Celaya que resume a la perfección lo que significa ser maestro:
EDUCAR
Educar es lo mismo
que poner motor a una barca,
hay que medir, pesar, equilibrar...
y poner todo en marcha.
Pero para eso
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco -ese niño-
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos
seguirá nuestra bandera enarbolada.
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