domingo

¿Y no ha llegado el momento ya?

El momento de no hacer más ni puñetero caso a los que gobiernan pensando que nos van a sacar de esta. A no creer que los que están en la oposición tienen mejores planes para superar la situación. A no escuchar a medios de comunicación constreñidos por las subvenciones. A no seguir a sindicatos que no luchan por los derechos de los que dicen defender sino que pelean por mantener su estructura megalítica. A no confiar en que una especie de demiurgo todopoderoso llegará al final del cielo para librarnos del fuego eterno. A no esperar que el vecino haga lo que no queremos hacer porque no nos atrevamos.
Si de verdad terminamos escapando de este desastre sólo será porque cada uno en su papel haga lo que tiene que hacer, mejor, si puede. Trabaje con mayor ahínco por dar lo mejor de cada uno. Supere las adversidades y se enfrente a las contrariedades. Evitemos el conformismo y el fatalismo. Así es como los pueblos han progresado y seguirá siendo del mismo modo.