Ahora que empieza a hacer frío y aunque por estas latitudes es casi imposible que veamos este paisaje a la puerta de nuestra casa, vamos a vestirnos de invierno con colores más apropiados para esta estación. Me gustó la foto de JUCEVEJU (Flickr) por eso va aguantar una temporada en la cabecera.
¿Qué tiene la bossa nova que tanto me gusta? Desde que oí, supongo cuando pequeño, "a garota de Ipanema" me quedé hechizado por ese ritmo, esa sensual cadencia que va unida a sensaciones muy diferentes entre las que destaco, noche, conversación con amigos, placidez, acercamiento... Durante las décadas de los 60 y 70 la eclosión de este género musical no conoció límites. Eran los años de Antonio Carlos Jobim, Vinicious de Moraes, Toquinho un poco posterior, Caetano Veloso, Chico Buarque y tantos otros. La bossa es descubierta por los croonies norteamericanos y empiezan a ver en ella un filón. Dean Martin y sobre todo Frank Sinatra popularizan al gran público la bossa. Desde ahí hasta hoy ya conocemos cómo le ha ido. Bossa y música brasileña se han hecho casi sinónimos. "La chica de Ipanema" tuvo la culpa de que dos granujas vividores (Jobim y Moraes) compusieran la mejor bossa existente, la universal, la archiconocida. Vamos a oír algunas versiones para degustarla y diferenciarla. Con un dry martini, si es posible. Primero una de las versiones más famosas, la de Sinatra y un Jobim jovencísimo.
Otra versión más swing a cargo de la inmensa Ella Fitzgerald:
Y por último una versión más actual de los inconmensurables Pizzicato five, especialistas nipones en bossa y música lounge.
