Hace calor, tan insoportable que sólo respirar te hace sudar. No puedo, por más que lo intento, mantenerme fresca cinco minutos seguidos fuera del agua. En la piscina me meto una y otra vez, nadar es un placer intenso. Sin embargo me apetece salir de allí y tomarme mi cerveza bien fresquita acompañada de una buena tapa de ensaladilla casera. Después de eso tiendo a cerrar los ojos en mi hamaca y noto cómo los rayos del sol empieza a darle color a mis mejillas. Otra vez noto el calor intenso, las ganas de meterme en el agua vuelven a ganar. Y ahí estoy de nuevo haciendo lo que me da la real gana.
Dedicado a los que hoy estamos pasando un frío del demonio.