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jueves, 2 de abril de 2015

David Bowie - The rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972)


Año 1972, David Bowie edita El ascenso y la caída de Ziggy Stardust y las Arañas de Marte, un disco que es icono del glam-rock, y probablemente y sin temor a equivocarme, uno de los mejores discos de la historia, y porqué no decirlo, de la propia carrera del artista en cuestión. En esa mítica formación que le acompañaba, estaba compuesta por Mick Ronson (guitarra, piano y coros), Trevor Bolder (bajo) y Mick Woodmansey (batería).
El álbum es conceptual y narra la historia de Ziggy Stardust, un extraterrestre bisexual de imagen andrógina que se convierte en estrella del rock, en el que Bowie quiso combinar ciencia ficción y el teatro japonés kabuki. Este personaje fue el primer alter ego de su carrera, al que luego sucederían Aladdin Sane y el Duque Blanco.
Bowie en esa época desfasaba, consumía drogas... pero componía como los ángeles, de hecho este disco a día de hoy, te lo vuelves a poner y es una delicia compositiva enorme, desde el primer hasta el último tema.


Un disco que empieza con Five years, con ese piano constante, acompasado por las baquetas de la batería y esa voz maravillosa para que luego desarrolle la melodía, tiene pocos rivales. Sigue con Soul love que te embelesa, de esas melodías atrayentes como una dulce fragancia o una mujer bella, y sus tremendos y gigantes cambios de ritmo que te elevan a la estratosfera. Moonage daydream es un temarraco que te deja boca abajo con ese mítico punteo de Mick Ronson, y la manera de cantar del genio, una canción hecha para desparramar en directo y para el lucimiento personal de Mick. En el cuarto corte encontramos Starman, que posiblemente, decidme si me equivoco, pero, es un tema perfecto, es que no se puede hacer mejor, lo tiene todo, melodía, estribillo, voz... en fin, tiene que ser la leche componer un tema así y no decir que eres el mejor. It ain't easy acababa la primera cara (la única no compuesta por Bowie) esa versión de Ron Davies, un músico americano de blues.


Lady Stardust  con su melodía pegadiza abre el segundo acto y ese piano con voz de Bowie que estremece. Star y su piano saltarín son inconfundibles, además de esos coros de maravilla. Hang on to yourself volviendo al rock es una pasada, con un ritmo certero de guitarras acústicas y eléctricas que te dejan siempre contento. A partir de aquí, el final del álbum cierra con 3 joyas de calado, como Ziggy Stardust y su mítico riff, una de esas canciones que debes tener si o si en tu cabeza por los siglos de los siglos, con sus jadeos, sus cambios de ritmo y sus guitarras constantemente sonando ardientes, además de ese estribillo mítico. Suffragette citty es un tema de rock and roll clásico, de los que para mi más ha ganado con el paso de los años, rápido, urgente y muy bien rematado. y Rock 'n' roll suicide, es un bombazo de tema para acabar el disco, con la guitarra de 12 cuerdas del genio al principio, para que se introduzca la letra, siga el increscendo, y luego entren batería, bajo y guitarras, y como no, los vientos maravillosos... para que la obra acabe por todo lo alto... Wonderful!!!!


Si hay alguna persona que a día de hoy no haya oído esta obra maestra de la historia de la música, por favor que le ponga remedio a la velocidad de ya, este disco hay que tenerlo, oírlo, disfrutarlo, machacarlo y seguir aprendiendo... porque ya no se compone así.
Un servidor dispone de la edición 30 aniversario con un cd extra delicioso y la del 40 aniversario, en cuyo vinilo viene un DVD extra. Ambas muy recomendables.


Este texto fue escrito por mi para Exile SH Magazine y ahora reposa en mi espacio.

Os dejo con Moonage daydream en vivo en 1972, sobran las palabras.


martes, 10 de febrero de 2015

Lou Reed - Transformer (1972)


Nunca podré estar lo suficientemente agradecido a un compañero del instituto que llevaba zapatos de gamuza azul y tupé, cuando me puso este vinilo en su casa por primera vez. Ya me avisó de lo bueno que era este disco, era un adelantado (con hermanos mayores que le pasaban música) y yo estaba descubriendo todo a un ritmo vertiginoso (siendo yo el hermano mayor que solía tener relación con los hermanos pequeños de otras dinastías).
Hablo de Transformer de Lou Reed, del año 1972. Pongámonos en situación, ya que Lou venía de la Velvet Underground a la que dejó a finales de 1970, un grupo básico y fundamental en la historia del rock, pero que vendió poco, como casi todos los genios en todos los lados o recovecos del arte, poco reconocidos en su momento (Van Gogh es un gran ejemplo).
Por otro lado, el bueno de Lou, inició carrera en solitario a principios de 1972 con un disco homónimo de muy buena calidad, que pasó sin pena ni gloria.
Pero hay una cosa fundamental que diferencia a este disco de muchos otros, y es que lo produce David Bowie. Bowie y Reed se conocieron en 1971. Mientras Lou se había dedicado a la pintura y a estar en segundo plano, Bowie estaba que lo petaba, ya que en 1971 editó Hunky Dory (con toques velvetianos como en Queen Bitch) y se encontraba ya rumiando Ziggy Stardust, ashí es nada.
Bowie admiraba e idolatraba el trabajo de la Velvet y convenció a su manager, Tony de Fries, para que le consiguiera un contrato a su amigo. Así, Reed fichó por el sello de Bowie, RCA UK, y en diciembre de ese año marchó a la capital inglesa para grabar su primer disco en solitario, del casi nadie se interesó. En mayo de 1972, Reed recurre de nuevo a Bowie para grabar unas maquetas de lo que posteriormente sería Transformer, el disco que nos ocupa. La grabación del disco arrancó el 2 de agosto de ese año y concluyó tan solo nueve días después. Todas las canciones del álbum fueron compuestas por Reed, pero quienes realmente se encargaron de pulir la piedra fueron Bowie y, especialmente, el guitarrista de sus Spiders from Mars, el maravilloso Mick Ronson.


El auténtico acierto de esta joya de disco, es que se aleja del rock experimental y se acerca al glam rock (la influencia del Camaleón es obvia). Además Bowie hace arreglos y coros en el disco, no sólo se dedica a la producción, y de hecho el gran David siempre recuerda que alucinaba con que Reed le llamara para producir su disco, cuando él era fan del de Long Island. Como anécdota, Klaus Voorman, bajista de John Lennon y colaborador de la primera época de los Beatles colabora en el álbum.
El ex Velvet presentó unas melodías anárquicas, y ni siquiera se daba cuenta de cuándo tocaba con la guitarra desafinada. No fue una empresa fácil para Ronson hacer entrar en razón a Reed aunque, finalmente, entre los tres fabricaron una obra maestra. Pero claro, tampoco debemos olvidar que estamos ante un compositor descomunal como Lou y es desde luego muy loable el hecho de que el disco sea tan variado y abarque tanto espectro musical.


Empieza la joya con Vicious, y su ritmo de guitarra y percusiones al unísono, más ese punteo sideral de aire glam total, mientras en la letra habla contra una chica (obviamente) viciosa que quiere que le golpeen con un palo y a la que Reed pregunta "¿por qué no te tragas hojas de afeitar?". Andy's chest combina un inicio lento con un crescendo bonito hasta enlazar con la melodía cuando entra la batería, y esos famosos coros que acompañan. Perfect day es una obra maestra en si misma, con esa maravilla de piano que da el intro y entre la voz que nos describe una historia de amor típica, y hasta tópica, pero que concluye con un tono avinagrado en la frase "cosecharás lo que has sembrado", pero mucho personal sostiene que este tema va sobre la heroína (desde luego en Trainspotting describe el momento de un chute). Hangin' round se caracteriza por un riff enorme grabado a fuego en la memoria junto a algunos personajes caracterizados con la crudeza y el humor negro de Reed, como Harry, "un hombre rico que se hizo sacerdote" o la "mocosa malcriada" Jeanny, nunca olvidemos lo gran contador de historias que era Lou. Remata la primera cara del disco Walk on the walk side, otra perla, el primer single elegido al azar en la radio como presentación del disco, y en cuya letra  Reed describe a algunos de los personajes, como el travesti Holly Woodlawn o el modelo y actor Joe Dallesandro, que frecuentaron The Factory, el estudio de arte que Andy Warhol fundó en Manhattan, gente que camina por el lado salvaje de la vida... "Hey babe, take a walk on the wild side; said hey babe, take a walk on the wild side" (y las chicas negras en crescendos varios, que cantan el pegadizo "dooo, do doo, doo...") y el inolvidable saxofón... no me cansaré nunca de esta maravilla, es imposible.
Make up comienza la cara B, tema más oscuro, dónde unos graciosos trombones suenan desde el inicio y me recuerdan a los Kinks del rollo cabaret, claro, estamos ante un tema totalmente cabaretístico. Satellite of love es hermosa a más no poder, con su piano, su preciosa melodía, y con un estribillo demoledor... y esos coros Pom pom pom es que es una puta obra maestra leñe. Wagon Wheel es más rockera, tanto por las guitarras como por la propia voz de Reed, además de esos coros puntuales y acertados. New York Telephone Conversation, describe en plan cachondo y circense una conversaión telefónica en Nueva York, corto contrapunto para finalizar el disco. I'm so free es un tema tremendo, animadísimo y muy rocker, con ese estribillo precioso, y los coros de las chicas detrás a todo trapo. Cierra el disco otra perlita, Goodnight ladies con más trombones, clarinetes, etc.,  aire de años 20, canción como de cierre de bar, que recoge el siguiente verso: "Hemos estado juntos durante mucho tiempo, pero ahora es momento de drogarse", una fabulosa manera de decir adiós.


En resumen, de esos discos de los que me gustan hasta los códigos de barras, lo que se podría decir una biblia musical, que todo buen oído debe tener en su discoteca, y de los que me enorgullece haber descubierto a una edad todavía adolescente, que me marcó para siempre.

Os dejo con el tema I'm so free, delicia.

sábado, 27 de agosto de 2011

Pink Floyd - Obscured by clouds (1972)


El Fluido Rosa, Pink Floyd, es probablemente uno de los mejores grupos que han existido. Sus dos primeros discos con Syd Barret, era un equipo dónde la psicodelia y las grandes composiciones se llevaban la palma. La entrada de David Gilmour como sustituto del genio loco, Syd Barret, encajó bien desde el primer momento, pero empezó a tener sus mejores demostraciones a partir de 1971 con Meddle. Todos los discos del grupo en los 70 son obras maestras, y yo me voy a centrar en uno de 1972 que es el predecesor del gran The Dark Side of the Moon, titulado Obscured by clouds.


El rock sinfónico, que ya habían empezado a perfeccionar en Meddle, con temas como Echoes, tiene aquí su continuación de una manera muy latente y además con canciones de duración más moderada, pero de una gran calidad, mezclando canciones con letra y temas instrumentales de gran fuerza que aquí son casi la mitad del álbum. Es un disco para días oscuros de otoño o invierno, de esos grises plomizos, para los que empieza a faltar poco.


El disco comienza con el tema que da título al álbum, una pieza instrumental, con la guitarra y la base rítmica como auténticos protagonistas y casi sin solución de continuidad se enlaza con When you're in instrumental también, pero ésta ya más rockera, dónde los teclados de Richard Wright empiezan a asomar. Burning bridges es un tema lento de desarrollo pausado y el primero cantado por David Gilmour en este caso, con buenos coros. The Gold it's in the... es un tema extraordinario con una guitarra preciosa, y las voces de Gilmour y Waters compenetradas al máximo, muy setentero. Wot's... uh the deal es un precioso tema acústico cantado por Gilmour, que se acaba convertiendo en balada de lujo con la entrada de la sección rítmica y un punteo final de guitarra casi de aire country. Mudmen es un tema instrumental tranquilo y pausado que es el contrapunto total del disco. Childhood's end anuncia lo que serán Pink Floyd en su próximo álbum, tema "pre-dark side" estupendo con ese estilo de teclados y ritmos llevados muy bien por la voz de Gilmour y sus punteos memorables. Free Four es el tema más festivo del álbum cantado po Waters, curiosamente, con cambios de ritmo muy acertados y un final rockero con buen guitarreo de Gilmour. Stay es una balada lenta, lisérgica casi, con dominio del piano, con grandes voces y coros. El disco acaba con un tema instrumental, el Absolutely Curtains que es realmente estremecedor, con voces de rezos o cánticos como final.

  Caricatura de los maestros.

Os dejo con los el tema The Gold it's in the...