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martes, 22 de marzo de 2016

Dire Straits - On every street (1991)


En el año 1991, seis años después de Brothers in arms, que supuso un éxito masivo de la banda liderada por Mark Knopfler, y 5 después de haber acabado la gira del mismo que les dejó agotados psicológicamente, volvían con nuevo disco, que a la postre sería el último de estudio, aunque las señales previas parecían indicar la disolución de la banda, primero la edición del recopilatorio "Money for nothing" en 1988, su aparición ese mismo año en el homenaje a Nelson Mandela en Wembley, que parecía una despedida, y los proyectos en solitario de Mark Knopfler, cuya inquietud era evidente y realizó varios trabajos musicales de envergadura en 1990, como fueron su disco con The Notting Hillbillies, aquella banda con músicos veteranos y su inseparable Guy Fletcher, un álbum excelente y ese otro trabajo con el gran Chet Atkins a dúo, además de componer y tocar en el disco Hell to pay del canadiense Jeff Healey. A eso hay que añadirle la incombustible labor de Mark en las bandas sonoras, haciendo la maravillosa "La princesa prometida" (1987) y Last exit to Brooklyn (1989).
Todos esos discos influyeron de una manera evidente en las composiciones de este álbum, pero aquí también había alguna canción antigua recuperada para la ocasión, otras nuevas y relucientes y otras que indagaban en estilos hasta entonces poco revisados por el grupo, que le confiere al álbum una variedad de paleta que era nueva y enriquecedora, sin duda.


Pero por si fuera poco, la formación que grabó el álbum y que luego hizo la gira es de armas tomar. A los fijos en el grupo, es decir Mark Knopfler a la voz y guitarra solista, John Illsley al bajo y coros, Alan Clark y Guy Fletcher a los teclados, se les unieron el guitarrista Phil Palmer, la batería corrió a cargo de Jeff Porcaro que sólo grabó el álbum (en dos temas fue Manu Katché) y Chris Whitten (que había trabajado con Paul McCartney) que grabó los vídeos he hizo la gira completa, Danny Cummings a las percusiones, Chris White al saxofón, Paul Franklin al pedal steel guitar y la colaboración en los arreglos de cuerda del mítico George Martin. Se trata de un gran trabajo, que contaba con músicos de excepcional categoría y lo más importante, temas espectaculares que lo componían, muchos de ellos singles siderales. Aquí hay rock, country-rock, toques jazzísticos, swing, incluso rockabilly y una ranchera de baile de salón. Ojo porque hablamos de un disco que vendió millones y millones de copias y fue número 1 en Noruega, Austria, España y Suiza, por ejemplo.


Comienza el álbum con el que fue el primer single, Calling Elvis, una canción muy especial con homenaje incluído al rey del rock y los míticos muñecos thunderbirds haciendo de los miembros de la banda, un tema de rock muy potente con toda la maquinaria a pleno rendimiento que abría todos los conciertos de la gira, y donde se alargaba hasta los 10 minutos con sólos de todos los músicos. Continúa con On every street, la canción que daba título al disco, con dos partes muy diferenciadas, primero una lenta con piano, voz, clarinete y leve guitarra, para hacia la mitad desarrollar una maravillosa parte instrumental donde la guitarra de Mark es la protagonista junto al pedal steel guitar y a la sección rítmica. When it comes to you es un delicioso y elegante country-rock donde la voz y la guitarra más el ambiente atmosférico creado, tienen como resultado un temazo de tomo y lomo con pasajes brutales. Fade to black es un tema lento de claro aire jazzístico, con una guitarra sincopada de Mark realmente brillante, pero para mi la verdadera locura de este tema es como lo canta Mr. Knopfler, para que luego digan que su voz nasal no tiene registros. The Bug es otro de los singles claros del disco, con su ritmo rockabilly, un estribillo muy coreable y donde el pedal steel guitar de Paul Franklin se marca un sólo maravilloso, un tema alegre, prima lejana de Walk of life. Cierra la primera cara You and your friend, que me parece una balada deliciosa con dos guitarras que se entrelazan y tienen un duelo de sólos (ecos de Ry Cooder y su Paris, Texas), que tocaban en la gira y poca gente entendía, pero que a mi me encantaba.


Heavy fuel abría el fuego en la segunda cara, la hermana gemela de Money for nothing para muchos por el ritmo de rock duro guitarrero, con un estribillo muy marcado y la voz casi camuflada de Mark. Iron hand es una obra maestra en si misma de canción, con la voz y la guitarra dobro de Mark, en el que relata una letra que habla de guerras, de luchas entre hermanos y de que la historia se repite muchos siglos después. El tono sombrío y desgarrador de este canción me sigue estremeciendo a día de hoy. Y llega Ticket to heaven, menudo cambio de palo, pasamos a una ranchera de baile de salón, donde los pianos destacan maravillosos y los arreglos de cuerda de Sir George Martin son una locura, además de la melosa voz de Knopfler. My parties en principio era el tema descartado del disco, pero al final se incluyó acertadamente pienso, una crítica hablada (curioso esto, hasta entonces poco frecuente) sobre las fiestas de la "beautiful people" y donde el saxo de Chris White está majestuoso. Planet of New Orleans es un viejo tema recuperado para el álbum y puesto al día, con una preciosa intro de la guitarra de Knopfler y que nos describe un paseo por las noches de Bourbon street, es un paseo apasionante, casi de banda sonora, con un sólo de saxo memorable y un sólo final de guitarra de quitar el hipo. Termina el disco con How long, un tema de country ligero, muy simpático, que sonaba a despedida en su día, y así era.


Los últimos Dire Straits, muy diferentes a los de 1978, pero no por ello menos buenos, mucho mejores músicos y con la paleta de estilos enormemente abierta. Un disco que recibió bastantes críticas en su momento, pero que a mi me parece de una calidad excelsa y que desde luego en ventas no tenía rival.

Os dejo con el vídeo con dos vídeos, primero el de The bug.






Y luego el de Heavy Fuel.


sábado, 14 de febrero de 2015

Antonio Vega - No me iré mañana (1991)


Antonio Vega inicia su carrera en solitario en 1991, después de que en 1989 diera por finiquitado Nacha Pop, es por esto que sus primeros pasos solo, en cierta parte vengan marcados por su etapa en uno de los grupos fundamentales de la música española de lo años 80, y por lo tanto ya era un músico respetado y consagrado entre los compañeros de profesión.
Aquí Antonio pone de manifiesto quien había portado la magia creativa de el grupo madre, en un disco intenso de principio a fin, con singles brutales, con una voz que transmite emociones con facilidad y dónde destaca especialmente el tratamiento de las guitarras, que suenan de lujo.
En este trabajo hay luces, sombras, pop fresco y alegre, pero también el lado más intimista del músico, marcado por miedos, temores y fantasmas interiores siempre habituales en toda su trayectoria, por cierto. Para mi, un trabajo soberbio, que tuve la oportunidad de escuchar cuando salió (estaba yo en el instituto) y del que tengo un recuerdo fantástico, al que siempre recurro cuando tengo oportunidad.
Pocas carreras en solitario tienen la calidad de la de Antonio Vega, aunque en su caso particular, su adicción y el estar enganchado al tema drogas en muchas épocas, espaciase a veces en demasía la salida de sus trabajos, que se alargaban en el proceso de grabación.
También hay un hecho muy importante en este álbum, y es que siendo una evolución lógica de lo que había hecho con Nacha Pop, coge su propio camino y traza las líneas de una trayectoria que tiene sus características propias muy llamativas, incluso superándose más y más a la hora de componer, metiéndose también en el terreno de la canción de autor.




Háblame a los ojos inicia la joya, un tema que es un medio tiempo con una voz y unas guitarras acústicas en el inicio, más luego las eléctricas, que aportan la sensibilidad y la intensidad necesarias para darnos cuenta de que estamos ante algo grande. La poesía y la canción se unen en cada verso, "Nunca la lluvia dijo al hielo qué calor, nooo ohhh, por eso yo nunca me quejo de su amor" que Antonio definía como una ácida autocrítica a su invencible timidez. Esperando nada con ese inicio brutal de la guitarra que marca la melodía, nos trae un tema de pop fresco, alegre con una letra que adoro "Y pasó tanto tiempo que llegué a ver sombras en color, Y pasó tanta gente por delante que nadie me vió/ Y creció, a mi lado como un árbol toda una ilusión", una letra para la historia. Lo mejor de nuestra vida es de esos singles inolvidables, temazo rotundo cuya letra trata sobre las rupturas, sobre las sensaciones que invaden nuestra mente cuando todo se termina, suaves despedidas entre potentes riffs de guitarra, que ponen la electricidad a uno de los temas más rockeros del disco y con otros versos para enmarcar que empieza así "Antes de ayer, cuando se fue, ella dejó una nota escrita a boli en la pared, y si con suerte fue una broma mala, hoy tendría que volver", y donde un estribillo genial hace el resto. Tesoros descubre al nuevo Antonio, a ese intimista a tope, un sonido acústico envuelve la voz del genio que nos recuerda el valor de su archivo interior, mientras cajones y percusiones acompañan. Síguelo, con un bajo muy presente en el inicio, es la canción que más recuerda a su vieja etapa ochentera con su banda, donde además las guitarras suenan muy rítmicas con un aire soul y rhythm and blues. La última montaña vuelve a subir el tono, con una guitarra mandona al principio para evocar sensaciones y sentimientos, poesía y naturaleza, recreando esos pensamientos que nos inundan cuando nos damos cuenta de lo pequeños que podemos llegar a ser, un medio tiempo tremendo, enorme canción con la voz de Antonio en estado de gracia. Y llega esa canción que se sale del disco, ese tema que a mi me sigue haciendo llorar de lo bonita que es, dónde el Señor Vega dejaba claro que era un mago de la composición, una cima creativa, con guitarra acústica y cajones como percusión, más la atmósfera oscura y gris, y las drogas en primer plano, mientras la voz emociona y la magia fluye. Antonio llegaría a comentar sobre este tema, que definía la sensación que tenía cuando nada le ataba. Guitarras es un tema bestial, que vuelve al pop fresco, alegre y que en realidad es un homenaje a las seis cuerdas, con sus subidas, bajadas y paradas bien medidas, y como no brillantez en las guitarras que lucen. Mis dos amigos está dedicada a su hermano Carlos Vega quien hizo la música y a su cuñada Mercedes, mientras la letra es de Antonio que dice "Me gusta verlos cuando está detrás el sol, me corta la respiración, su fuerza es la del halcón, laten sus cuerpos con el mismo corazón".
No me iré mañana, tema que da título al disco y lo cierra, que es un medio tiempo  pausado con aires de denuncia sobre el abandono del planeta sin renunciar a la poesía, broche perfecto a el disco.
El álbum fue producido por Carlos Narea y Nigel Walker, y tiene la virtud de destacar la voz de Antonio arropado por unas guitarras limpias y de sonido espectacular, que mantienen la intensidad de las grandes composiciones.



En resumen, un disco básico del pop-rock nacional, lleno de enormes canciones de un compositor fuera de serie, al que siempre recurro una y otra vez, y dónde me veo reflejado muchas veces en algunas de sus letras.

Os dejo con el tema La última montaña, interpretado en aquel Básico de 2002.


lunes, 31 de octubre de 2011

U2 - Achtung Baby Deluxe Edition (1991-2011)


Hoy sale a la venta una edición de lujo del mítico álbum de U2 Achtung Baby, que se editó el 19 de noviembre de 1991.
Evidentemente el grupo irlandés, como ya he dicho en alguna ocasión hace más de 10 años que no hace nada decente, pero cuando grabaron este disco entre Berlín y Marruecos, en aquel momento fué un giro y un cambio que a la gente le costó aceptar. Recuerdo a muchos chicos pijitos de mi edad con camisetas del Rattle and Hum, y fué salir este disco y no se enteraron del avance y ya no les gustaban... aynsss ¡¡¡qué torpeza!!! Acababan de editar la que para mi, con el paso de los años, es sin duda alguna su obra maestra. Rompieron con la trayectoria que hasta entonces habían tenido, pero dando un salto de calidad y cambiando el estilo. No se me olvida a Beatriz Pecker en Rockopop, haciendo concursos para regalar el disco, porque no vendía, cosa que ella misma no entendía. Además Daniel Lanois y Brian Eno acertaron de pleno en la producción. En este disco está la mejor balada compuesta jamás por ellos, One, rock sin paliativos como Even better than the real thing, Until the end of the world o Acrobat, medios tiempos como Who's gonna ride your wild horses, o temas tan alucinantes por los riffs de The Edge como Mysterious ways, el primer single The fly, dónde Bono acuñó sus míticas gafas de mosca, que hace años le sobran, y ese pedazo de final con ese temazo brutal llamado Love is Blindness.

Luego surgió la gira del ZOO TV, que tuvo enorme éxito y al ser tan larga se mezcló con la salida del siguiente disco Zooropa. Pero esa, ya es otra historia.

Os dejo con los vídeos de dos de los temazos de este disco, Even better than the real thing...




y One en la versión de vídeo de Anton Corbjin.

sábado, 24 de septiembre de 2011

20 años del Nevermind de Nirvana.


Justo hoy, 24 de septiembre, pero de 1991 salió a la venta un disco que cambió muchas cosas, puso al Grunge en primera línea del panorama musical, y desde mi punto de vista se daba carpetazo a los 80 que fué una mezcla de cosas buenas y patinazos por doquier. Hablo del Nevermind de Nirvana, como no. Con motivo de le efeméride el día 27 se pone a nuestra disposición una caja de lujo con un concierto en el Paramount + temas inéditos que se quedaron fuera, edición en vinilo, dvd, blue-ray, vamos la bomba.



Es evidente que dentro del estilo Grunge había más grupos aparte de Nirvana y muy buenos, como Pearl Jam (en activo todavía y a muy buen nivel), Alice in Chains o Soundgarden, pero la diferencia es que la gran explosión mundial, y según decía Kurt Cobain, sin quererlo, la dieron Nirvana. Kurt no aceptaba bien eso de ser una estrella de gran alcance, y a pesar de formar un trío estupendo con Krist Novoselic y un tal Dave Grohl, su final fué la consecuencia de una personalidad a la que todo eso le iba demasiado grande.



En cuanto al disco en si, que empezaba con un tema como Smells like teen spirit que se puede decir, la primera vez que vi ese vídeo en el programa Rockopop de TVE me quedé con la boca abierta y de ahí hasta 500 o más veces, perdí la cuenta, esos acordes del principio son míticos, además de la entrada de la batería. Pero, por si eso fuera poco, el disco tenía de todo, Come as you are, la gran joya con una melodía impecable. El bajo de In bloom que siempre me pareció excelente. Breed, Territorial pissings y Stay away más ratoneras con la batería a 1000 por hora. Lithium con unos cambios de ritmo brutales... ye-yeahh yeahhh!!! Polly un tema de vena acústica cantado por Kurt de cine. Drain you de mis preferidos de siempre, qué pedazo de melodía, y en parecido escalafón pondría a On a plain otra de altos vuelos. Acababa con una maravilla como Something in the way, además de ese tema oculto a partir del minuto 13:51 que es como una jam session, lleno de distorsión y desparrame.
Un disco cuya portada y contenido cambió para bien la historia de la música y que muchos vivimos en directo.


Os dejo dos vídeos, el mítico de Smells like teen spirit y otro de Come as you are en directo en el festival de Reading en 1992.









Y también con un trozo del concierto del Paramount Theatre que me parece bestial. Fijaos bien, los 3 están sobervios, sonido cojonudo y da gusto verlos. Uno no puede sentir más que una enorme pena cuando ve imágenes de ellos, de lo que fueron y lo que no pudimos saber en cuanto a evolución y tal, de haber seguido vivo Kurt. El principio con la versión de The Vaselines, que tanto le gustaba a Kurt Cobain pone la carne de gallina.