Los Sonics de Tacoma, Washington, tuvieron en 1965 una portentosa aparición con Here are the Sonics!, un disco de garage-rock que sería pionero para todos aquellos grupos punks de principios de los 70, aquello era un huracán a base de guitarrazos. En Boom, al año siguiente, y con la misma formación, no hacen sino reafirmar y consolidar lo expuesto en su primera obra magna. Así Larry Parypa a la guitarra, su hermano Andy Parypa al bajo, Gerry Roslie al órgano y rugidos, Rob Lind al saxo y Bob Bennet a la batería, despachan una sucesión de versionacas adaptadas a su estilo y temas propios de una calidad indudable. Hablamos de magníficas tonadas de rock 'n' roll que en sus manos son ejecutados con fogosas versiones garajeras de Bill Haley, Little Richard, Marvin Gaye, Kingsmen, Buddy Johnson, etc...
Roslie escribe iracundos y extraordinarios temas sobre cuentos de cenicientas, demonios que aguardan a chicas malas y mentirosas, ligoteos complicados, o sobre la oscuridad. Teniendo en cuenta que venía de hablarnos de brujas y psicópatas en su primer trabajo, es una lógica evolución en un corto espacio temporal.
Nunca debemos olvidar que en la sociedad americana de los años 60 tan puritana (hasta los Beatles les parecían niños malos), los Sonics eran poco menos que diablos, y a los Dj's les parecían demasiado duros para pincharlos en las emisoras de radio, pero la insistencia de la muchachada acabó por derribar esas reticencias.
Cinderella abre al álbum, una de las composiciones propias de la banda que comienza con la guitarra y su riff, para que entre la voz brutal de Roslie que despacha el temazo con esos teclados incendiarios y esa letra donde busca a una cenicienta. Don't be afraid of the dark es otra composición propia, y aquí los coros están muy presentes en un medio tiempo glorioso (también tenían baladitas). Skinny Minny es una atronadora versión de Bill Haley, donde destacan las guitarras y la fuerza del tema con ese saxo bestial. Let the good times roll es una cover de Leonard Lee que suena de vicio con la maquinaria a mil revoluciones y esas voces que corean. Don't you just know it ahonda en otro medio tiempo donde voz y coros en onda hawaiina casi diría, se van dando la réplica. Jenny Jenny aborda en el mismo tono desatado de la original de Little Richard un rock and roll de libro, al que ellos aportan ese lado garagero salvaje que le va de lujo (vaya sólo de saxo).
He's waitin' iniciaba la segunda cara del vinilo, volvemos a una composición propia de altos vuelos, un temazo de esos que define a una banda, con unos cambios de ritmo brutales sonando además a tema sesentero total. Viene el clásico Louie Louie de Richard Berry que en manos de los de Tacoma es un bombazo, radical, visceral y muy atronadora, para mi la mejor cover hecha del tema. Since I feel for you demuestra que el grupo también tenía un lado romántico, que demostraban con cuentagotas, en concreto en esta versión de la balada de Buddy Johnson con ese teclado precioso. Hitch hike vuelve a la caña, al no parar, a la fiesta de garito con una versión de Marvin Gaye, su manera de transformar un tema soul en garajero. It's allright es la adaptación de un tema de autor desconocido, que con un sólo de guitarra bestial queda más que lucida. Shot down cierra el álbum, otra composición genuina de la banda que es una pasada para cerrar el disco, en su auténtico y genuino estilo.
En definitiva hablamos de un álbum fundamental, no sólo en la carrera del propio grupo, al que a partir de aquí empezaron a meter mano los productores, además de la separación del grpo por miembros que se fueron a Vietnam y Roslei dejó la banda, sino también como precursores de muchas bandas de punk posteriores.
Os dejo con el tema Cinderella.