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domingo, 12 de marzo de 2017

The Velvet Underground & Nico - The Velvet Underground & Nico (1967)


La historia de la música está llena de discos enormes que en su día tuvieron mucho éxito, discos extraordinarios que fueron reconocidos tiempo más tarde, y otros álbumes como el trabajo del que hablo hoy, que fue ninguneado durante mucho tiempo, pero que como alguna vez dijo Brian Eno, sirvió para que todos esos visionarios que compraron el disco de la banana, unos 30.000, de The Velvet Underground & Nico formaran una banda gracias a su escucha.
En 1964 Lou Reed y John Cale empezaron a crear lo que luego sería su proyecto musical en New York, pero hasta que no encontraron a Andy Warhol, diseñador de la mítica portada, que les haría de mánager no empezaría todo a rodar y sería en su estudio The Factory donde todos sus eventos tendrían lugar.
Una de las características que hay que comentar de éste trabajo, es que inicialmente salió en 1966, pero no incluía Sunday morning, por lo que volvió a rehacerse y definitivamente el 12 de marzo de 1967 saldría la edición definitiva que hemos conocido siempre, con dicho tema que lo abría. Posteriormente en el año 2002 saldría la edición deluxe, que contaba con el disco en versión mono original y singles de la época, temas seleccionados por Nico que iban para su disco en solitario "Chelsea girl", etc...
La temática del disco iba por el uso y abuso de drogas, la prostitución, el sadismo y masoquismo, desviaciones sexuales, en fin esas historias de la Gran Manzana Podrida.
Las composiciones corrían casi todas a cargo de Lou Reed, cantante y guitarrista, en algunas con John Cale de colaborador, que tocaba viola eléctrica, piano, celesta, bajo y hacía coros. Completaban la formación Sterling Morrison a la guitarra rítmica y solista más al bajo, Maureen Tucker a los instrumentos de percusión y la cantante alemana Nico que cantaba varios de los temas del disco y era la voz femenina.
Hay que aclarar que todo esto pasaba mientras en la costa Oeste estaban The Doors, Love, Jefferson Airplane además de la aparición de Jimi Hendrix, el soul de Aretha u Otis pegaba muy fuerte o Albert King con el blues, y desde Gran Bretaña los Beatles sacaban Sg. Peppers, Pink Floyd su primer álbum, los Stones dos discos, estaban The Kinks de dulces, The Who, Small Faces, en fin... una locura.
50 años después, es un gustazo seguir recorriendo los enormes surcos de este álbum, sus tremendos detalles, sus impagables enigmas...


Comenzaba el disco con Sunday morning como si fuera una nana, que te mece totalmente, tema hipnótico con esa voz de Lou Reed que te atrapa de una manera increíble, mientras John Cale toca la celesta y Nico le hace los coros. I'm waiting for the man es un tema dedicado al personaje del camello, referente a la droga y ese mundo sórdido en el que muchos caían, mientras musicalmente se desarrolla un himno descomunal, y es muy reconocible la voz de Reed. Femme Fatale es una delicia gloriosa que canta Nico, pop melódico de una belleza brutal, y los coros que la adulan. Venus in furs se adentra en el sadomasoquismo a saco, una de esas piezas que me siguen dejando perplejo, con la viola y ese aroma a escena de película inclasificable. Run Run Run quizás sea el tema de una estructura más normal y no tan rompedora dentro del álbum, donde la distorsión también aparece con las guitarras que chirrían. All tomorrow parties cerraba la primera cara del plástico, otro tema cantado por Nico, preciosidad absoluta donde se mezclan las percusiones, la voz totémica de Nico y un ritmo ciertamente atmosférico e hipnótico.
Heroin abría la segunda cara, y claro vuelve el tema de las drogas, y aquí las subidas y bajadas, describen prácticamente con la música todas las sensaciones de un chute, aceleraciones, paradas, caídas, una pasada mientras la voz de Reed lo cuenta todo. There she goes again es sin duda el tema más alegre del álbum en el apartado musical, aunque su letra es dura y cruel, quizás una pieza más acorde a la época. I'll be your mirror es el tercer tema cantado por Nico, otra delicia brutal de pop delicado, con su voz dulce, muy favorita mía. The Black angel's death song es un tema difícil, donde la viola es de una persistencia increíble, y quizás sea poco accesible. Cerraba el disco European Son, la única canción coral compuesta por todos menos Nico y bastante psicodélica con ritmos de guitarras que corren sin control, distorsión casi en plan jam session.


Es más que evidente, que a día de hoy, 50 años después, no es un disco comercial, sigue siendo duro de oír a la primera escucha para alguien que se meta con él, pero su atractivo y atrayente siguen a altísimo nivel. Ellos inventaron la deconstrucción de las canciones, con una versión distinta, muy novedosa y explorando diversas posibilidades sonoras.

Os dejo con Sunday morning, y a flipar.

domingo, 18 de septiembre de 2016

The Doors - The Doors (1967)


The Doors, la banda de Los Ángeles, California, Estados Unidos, se forma en julio de 1965, cuando dos amigos de la universidad de UCLA, Jim Morrison y Ray Manzarek (éste 4 años mayor) tienen una charla en la playa de Venice y Jim le canta al oído a Ray un poema al que había que poner música, tenía muchos en su cabeza, pero aquella era la letra de Moonlight drive. A partir de ahí, empiezan a dar forma a la idea de su grupo de música. Ray estaba en una banda llamada Rick and the Ravens, con su hermano Rick, mientras Robby Krieger y John Densmore tocaban en The Psychedelic Rangers, que conocían a Manzarek de unas clases de meditación. En agosto Densmore se unió a la banda con alguno de los Ravens, grabando en septiembre una demo de 5 temas. Ese mismo mes se incorpora Robby Krieger y queda cerrada la banda, sin bajista. Así tenemos a Jim Morrison a la voz, Ray Manzarek al órgano y piano, Robby Krieger a la guitarra y John Densmore a la batería. Posteriormente Ray se inventaría un pedal en el teclado para hacer la función del bajo, para los directos, ya que solían utilizar bajistas de estudio en las grabaciones.
Sólo faltaba darle un nombre a la banda, y lo tomaron del verso del poeta William Blake: "If the doors of perception were cleansed, everything would appear to man as it is: infinite", es decir, "Si las puertas de la percepción fueran depuradas, todo aparecería ante el hombre tal cual es: infinito", que también daba título al libro de Aldous Huxley, The Doors of Perception, quitando esta última parte y dejándolo más corto, se quedaron en The Doors.

The Doors en 1966 en The London Fog

En cuanto a los estilos que dominaban su música, Krieger venía del blues, Densmore del jazz, mientras Ray era fanático del rock y el blues de la época y Jim aportaba la parte psicodélica y lisérgica. Así ya, en 1966, el grupo tocaba en The London Fog para cambiarse al prestigioso Whiskey a Go Go. Allí les vio el presidente de Elektra, Jac Holzman, debido a la insistencia de Arthur Lee, líder de Love, que ya estaban en la compañía (habían editado su primer disco homónimo en 1966). Después de que Holzman y Paul A. Rotchild les vieran dos veces, en la segunda cayeron rendidos ante el concierto hipnotizante del grupo y decidieron ficharlos. Ese mismo año Jim la liaría parda en el club y serían despedidos, cuando interpretando The End, Morrison espetó "Father? Yes son, I want to kill you, Mother? I want to fuck you".
Así este primer álbum, fue grabado en menos de una semana en agosto de 1966, aunque no saldría editado hasta el 4 de enero de 1967, prácticamente grabado en vivo y muchos temas en una sola toma, ya que eran canciones que el grupo tenía muy machacados de tocarlos en directo, y bajo la producción de Rotchild. El disco fue un bombazo, y si a esto le unimos la estética de Jim con sus pantalones de cuero, y convertirse en un sex symbol de la época, ver que en sus conciertos siempre pasaba algo, etc., el grupo se posicionó entre los punteros americanos de la época junto a Jefferson Airplane o Grateful Dead.
Pero entre una juventud que se manifestaba dentro del movimiento hippie, con el rollo de la paz y el amor, apareció un personaje que no respetaba más normas que las suyas, fuera de este mundo y poseído por espíritus del más allá, por lo que pronto se convirtió en un icono adorado por las masas. Su autodestrucción es un capítulo aparte, y el caos que se provocaba en sus directos, afectaba al resto de la banda.

The Doors en 1967

El álbum en si, se abre con Break on through (To the other side) es un auténtico bombazo de salida, donde su ritmo, los teclados y órgano de Ray son incendiarios y la letra contenía una frase en la que dice She get's high (ella se coloca) que la censura de la época trataría de tapar por todos los medios, pero ya empezaría a ser un lastre que les seguirá toda su carrera. Soul kitchen empieza con el teclado de Ray, mientras entran la batería y la guitarra, junto al bajo (de estudio) empieza Jim a desgranar la letra, una delicia de esas que definen un estilo, con pre-estribillo glorioso y estribillo brutal, paradas, vueltas a empezar... un pasote. The Crystal Ship es un viaje hipnótico en si misma, medio tiempo dulce y fantástico que alcanza su cúspide en el estribillo, aparte de disfrutar de un sólo de piano de Ray simplemente antológico. Twentieth Century Fox es un rock rápido, con inicio pausado que se vuelve furioso al llegar al estribillo, y donde el armazón de la banda suena de manera fantástica, compacto y sin fisuras. Alabama song (Whiskey bar) es una versión de Bertolt Brecth y Kurt Weill, pero cuya letra le venía de lujo a Jimbo que demostraría en su vida civil, que ir de bar en bar buscando whiskey sería una constante, un tema festivo que me encanta cantar cuando estoy de fiesta. Acababa la primera cara del vinilo con Light my fire, una obra maestra en si misma, y un tema que por si solo define la carrera de un grupo. Un tema que partía de Krieger, y al que la banda dio forma y donde Ray tenía varios minutos de gloria con un solo de teclado y órgano de caerse de espaldas. Era evidente el tono sexual del tema, pero en manos de los Doors es sucio y humano, provocativo y honesto, también cubierto por una capa de desilusión. Un hit brutal.
La segunda cara del disco empezaba con Back Door Man, un blues de Willie Dixon, que en las zarpas de The Doors es majestuoso con la voz de Jimbo dando arreones gloriosos y ese teclado que es la base perfecta, mientras el grupo arropa bestial. I looked at you es un tema de amor a su estilo, nada romántico, una pieza rápida y que puede parecer alegre, y en cierta forma lo es, pero lo que lleva dentro es desfase y juerga, con ese teclado que corre que se las pela y esa batería que es un lujazo. End of the night es el tema lento del álbum, donde los Doors se muestran crepusculares y la guitarra de Krieger se erige en protagonista. Take it as it comes vuelve a ponernos patas arriba, otro tema rápido, alegre e interpretado de forma brutal con estribillo muy pegadizo, aunque en el fondo esconde ese aroma feroz e indomesticable de esta bandaza. Y cierra la joya The End, esa epopeya dramática y épica de casi 12 minutos de duración. La primera parte transmite serenidad, pero lentamente se va transformando en una vorágine oscura (los redobles de John) y enfermiza, que camina entre la poesía y grandes dosis de experimentación, y cuya interpretación era realmente una pieza teatral, algo que le daba todavía más riqueza a este grupo. Aquí, musicalmente hay diversos estilos, que confluyen en un único contexto musical, pero todos coherentes, el blues de Ray al órgano y su manera de tocarlo, Robby a la guitarra que une blues y rock, John y su conjunción de beats jazzísticos junto a la bossanova o un primigenio funk, y como no, la voz de Jim, que te embelesa, te hipnotiza, y hace que entres en su historia que habla de su primer amor. Como anécdota, cuando grabaron el tema la primera vez en el estudio Jim estaba desconcentrado, la segunda vez, unos días después volvieron a hacerla, esta vez con las luces del estudio apagadas y sólo una vela encendida... ¡¡¡MAGIA!!!


Pocas bandas pueden alardear de tener un primer disco que cambió la historia del rock, y sin duda The Doors es uno de ellos. Por muchas circunstancias éste álbum tiene mucho de especial, pero casi 50 años después de su edición, aunque realmente 50 después de su grabación, sigue sonando potente y grandioso.

Os dejo con el tema Take it as it comes.


domingo, 4 de septiembre de 2016

The Doors - Strange Days (1967)


El 3 de julio de este año se cumplieron 45 años de la muerte de Jim Morrison, y desde que creé este espacio de música, y todos los años sin excepción, en esa fecha le hacía un homenaje. Este año no fue así, porque tenía pensado hablar de los primeros discos de la banda, cosa que se me ha ido retrasando por cuestiones varias, pero a la que hoy pondré remedio.
The Doors se crearon en 1965 en la playa de Venice, California, dónde el estudiante de la universidad de UCLA Jim Morrison, le cantó una estrofa al oído a Ray Manzarek, de un voceto de canción ya hecha en su cabeza, era Moonlight drive. A partir de ahí Ray ve el filón y empieza a reclutar a dos músicos más, que al final serían Robbie Krieger a la guitarra y John Densmore a la batería, comienzan a ensayar y durante 1966 no paran de parir temas, primigenias versiones de lo que luego serían auténticos hits.
Todo ese material acumulado era grande, y recomendados por Arthur Lee de Love, sus paisanos, y después de unas actuaciones en vivo en clubs de Los Ángeles, en las que dejaron con la boca abierta a todos aquellos que les vieron, formando ya algún altercado el bueno de Jim, deciden firmar por Elektra.

The Doors 1966

Tanto es así, que el primer disco homónimo se graba en una semana bajo la producción de Paul A. Rothchild, y sale una auténtica obra maestra, decidiendo posponer una tirada de temas para un segundo trabajo, en vez de hacer un disco doble. Tanto es así, que aunque se graba en agosto del 66, el primer álbum no se edita hasta enero del 67. Así el 25 de septiembre de 1967 sale Strange Days, el segundo álbum del grupo, en el que sigue habiendo rock, pop, psicodelia, blues, jazz, etc., una amalgama estilística que en el seno del grupo había germinado a la perfección y a la que nunca faltó la acidez, tanto en las letras como en todo tipo de sustancias que rodeaba al grupo. De esta forma, sus directos ya tenían una buena selección de canciones para hacer un set respetable en duración.
El álbum se graba en los Sunset Sound Recorders, unos estudios de grabación de Hollywood, y realmente su estructura es bastante parecida a la del primer álbum, con una primera cara enérgica, y una segunda dominada por temas más bien cortos, para acabar con una canción de largo minutaje y clásica en sus conciertos.
Pero aquí, ya desde el inicio, encontramos una diferencia, y es la portada del álbum, si bien en el primero era una foto del grupo, aquí el aire circense con personajes clásicos del circo dan un giro en ese sentido.

The Doors 1967

El trabajo comienza con el tema que da título al disco, una evolución de su sonido, pero sin perder su identidad, ya que Strange days, y su tono sombrío donde los teclados de Ray Manzarek son oro puro, es la base perfecta para que Jim cante entre tinieblas, canción de tono psicodélico maravilloso. You're lost little girl es una balada triste pero deliciosa, que con el cambio de ritmo y la entrada maravillosa de los teclados cobra vida, además del increíble punteo de Krieger y esa batería de bosannova de John, de esos temas que como la vida misma empiezan tristes y acaban... de otra forma. Y llega uno de los hits más alucinantes de The Doors, Love me two times, un tema rotundo, ejecutado a la perfección y donde las mayores virtudes de la banda, que eran muchas, salen a la luz, es decir, ese pop-rock lisérgico, el teclado y órgano de Ray haciendo maravillas (ese solo es una obra de arte), mientras Jim lo borda al cante y la batería se rebela en todo momento, locura musical. Unhappy girl con ese teclado casi de fiesta infantil, es una sencilla pieza, corta en duración, pero con ese aire psicodélico y lisérgico que domina el disco y que remata Krieger son su solo espacial. Horse latitudes remata la primera cara, un discurso de Jim realmente, acompañado de unos sonidos destartalados de fondo que le sirven de banda sonora, fin corto e intenso a la primera parte.
Moonlight drive no formó parte del primer del primer disco, y si de éste, a pesar de ser el tema que originó a la banda. Me parece una canción maravillosa, donde todos están de alto copete, los teclados de Ray que comienzan la canción, el wah wah bluesero continuo de Krieger (maravilloso), la batería de Densmore que lo clava y esa letra deliciosa que despacha y canta de lujo Morrison y sus gritos desgarrados, otra joya de la corona. People are strange es otro de mis temas favoritos de la banda, un tema memorable, hecho a base de paradas y vueltas a empezar, pero con ese aire circense de la portada, una canción que a mi me da un buen rollo brutal, y cuyo punteo de Krieger es delicioso, y no menos el de los teclados de Ray que te hablan, mientras Jim lleva a todos cantando, como si de una fiestaca se tratara... ¡OBRA MAESTRA!.
My eyes have seen you tiene una melodía pegadiza, acompañada de una letra sencilla, pero donde están los Doors más salvajes y oscuros de la primera época, mientras Krieger se desfoga con un sólo brutal. I can't see your face in my mind incluye la novedad de que Ray toca la marimba, además de teclados y órgano, y donde Krieger despacha unos acordes hawaiianos de la guitarra, realmente deliciosos, convirtiendo la canción en una nana lisérgica especial.
Y acaba esta maravilla con When the music's over, canción de casi 12 minutos hermana gemela de The end pero con diferencias, hipnótica, con subidas y bajadas, pero musicalmente más rellena que su predecesora, comenzando con un riff de órgano tremendo, su enloquecido y genial estribillo, y un Densmore que aquí está en plan estrella con sus redobles, platos y charles. El sólo distorsionado y genial de Krieger antecede a la sección del medio, mientras los instrumentos se van callando lentamente, a la vez que el sombrío órgano y el bajo (que hace el mismo Ray) es siniestro y acompañan bestiales. De repente Jim grita NOW! y los instrumentos arremeten furiosos acompañado de sus gritos y exclama Save us! Jesus!, para luego llegar a un medio descanso donde aúlla Until the end, para luego terminar de manera gloriosa.


Y así es Strange days, una obra maestra, cuya atmósfera y su tremenda originalidad, hacen de él uno de los mejores discos de su época, y porqué no decirlo, de la historia de la música, y lo que es aún mejor, consigue estar al nivel de aquel primer disco, algo nada fácil, por tanto dos obras maestras en 5 meses, difícil de igualar.

Os dejo con Moonlight drive en vivo en el Hollywood Bowl en 1968.


miércoles, 30 de marzo de 2016

The Jimi Hendrix Experience - Are you experienced? (1967)


Si los 50 fue una década que influyó posteriormente a generaciones enteras musicalmente, en los 60 tendríamos otra época gloriosa, con sus características propias y sus grupos bandera. Eran los años del ácido, el estallido de la contracultura del verano del amor, el rollo hippie, Vietnam y todo ello se musicó con blues rock y rock psicodélico. Hay formaciones y artistas de esa época que tienen similitudes y se complementan, tanto en Gran Bretaña con Cream o Led Zeppelin (más tardíos estos) por ejemplo, o en Estados Unidos con Jefferson Airplane, Janis Joplin, The Doors o los protagonistas de hoy, The Jimi Hendrix Experience.
En 1967 mismo año este mítico trío comandado por el genial compositor, vocalista y guitarrista Jimi Hendrix, al que escoltaban Noel Redding al bajo y coros y Mitch Mitchell a la batería editan su primer álbum como The Jimi Hendrix Experience y cuyo título es Are you experienced? Pero claro, Jimi Hendrix era un caso aparte, ya que su conocimiento y dominio de la guitarra eran de tal magnitud, que ambos se fundían en una sola identidad, y siendo las 6 cuerdas el transmisor total del alma de Jimi, alcanzando una dimensión sideral, que iba más allá de sus letras, el complemento estratosférico. 
En este primer trabajo debut, nos encontramos con un disco futurista, rompedor, innovador, revolucionario, de una calidad soberbia y variado (algo nada sencillo en aquellos años), para mi gusto comparable al primer disco de la Velvet Underground con Nico, el de la banana. La producción corre a cargo de Chas Chandler, cruda, sin adornos y que retrata con fidelidad la naturaleza espontánea y salvaje del combo.
La versión actualmente disponible en formato cd de este debut, es la mejor posible, ya que recopila todos los singles que precedieron al álbum (La banda en 1967 edita tres sencillos de mucho éxito en Inglaterra, Hey Joe/Stone Free (este a finales de 1966), Purple Haze/51st Anniversary y The wind cries Mary/Highway Chile) y respeta el programa del disco en su versión británica, que fue amputada y alterada en Estados Unidos para incluir los singles inéditos allí. Lo más destacable, sin duda, es que es un disco de composiciones propias, excepto una versión de Billy Roberts, que Hendrix hizo suya.


Foxy Lady abre el fuego desde abajo con la guitarra y su salvaje explosión, llena de sensualidad y un groove que alucinas, no hay mejor manera de comenzar un disco. Manic Depression con el ritmo machacón de la guitarra, destaca sin duda por la batería de Mitchell excelsa, con ese caos sofisticado (diferente al de Keith Moon) y controlado, de una vertiginosa perfección, mientras Jimi se explaya con el sólo sideral. Red House es una cátedra del blues, blues ácido a la altura de los grandes, todo precisión y pureza bluesera, con Jimi tocando la guitarra en estado de gracia. Can you see me es un rock de una fuerza descomunal, con el trío a toda pastilla. Love or confusion expresa confusión emocional, pero aquí la guitarra sola dibuja atmósferas increíbles, temazo brutal. I don't live today es otro rock and roll virulento con un marcado estribillo, mientras la guitarra incendiaria de Jimi dispara por todos lados riffs. 
May this be love comenzaba la segunda cara, y es una balada lisérgica y muy muy hermosa, donde se usaba de manera pionera los canales de estéreo para crear la sensación de placidez al oír la canción, con los memorables pasajes de la guitarra y ese estribillo tan soul. Fire es para mi un clásico indiscutible, versioneado muchas veces, pero cuya grabación original conserva una fuerza descomunal, rock and roll de Mr. Hendrix en estado puro y la sección rítmica bestial junto al estribillo adictivo y ese aire de anti-amor en la letra. Third stone from the sun es un cuento de ciencia-ficción, tema algo cinematográfico en el que la guitarra te traslada a lugares que te describe la letra. Remember era otro de esos temas virulentos, tremendo tema rockero también de fuerza tremenda con tintes soul. Are you experienced? se mantiene con una sola nota de piano constante, a partir de la cual se construye una pieza de psicodelia bestial, mientras la percusión está grabada a la inversa al igual que el sólo de Hendrix, un tema adelantado y visionario. Hey Joe era la versión del álbum, imponente, soberbia, elegante, y de una interpretación majestuosa, no olvidarse de los coros por detrás. Stone Free era una Cara B, vamos de alucinar que este temazo fuera un teórico descarte, canción para mi seminal de Jimi con ese groove en el ritmo de la guitarra y la manera de cantar de Hendrix. Purple haze es una obra maestra en si misma, con ese riff antológico de guitarra que hace el ritmo, mientras el bajo y la batería le siguen a todo trapo y escupe la letra, canción de una fuerza bestial. 51st Anniversary quizás es menos conocida, pero es el típico tema de Jimi donde la guitarra comanda la melodía. The wind cries Mary tiene una belleza transparente, con sus paradas y vueltas a empezar, deliciosamente cantada por Jimi. Highway Chile remata todo en lo que viene siendo un final sublime, con la guitarra gimiendo y esa batería y bajo estelares.


La música cambió y para bien después de la edición de este trabajo, hasta entonces se tenía como dioses de la guitarra a Eric Clapton o Jeff Beck, fue llegar Jimi y se los comió con patatas con unos directos abrasadores, como en ese mismo 1967 en Monterrey, donde su rivalidad con The Who hacía de aquello algo mítico, incluso se quemaban guitarras y se partían sus mástiles. Pero nunca olvidemos la labor excelsa de composición de Jimi y la nada desdeñable de como cantaba. Su influencia es más que evidente.

Os dejo con el tema Hey Joe.

jueves, 16 de abril de 2015

Ten Years After - Ten Years After (1967)

Ten Years After se formó en 1965 en la ciudad de Nottingham, Inglaterra. El cuarteto lo formaban Alvin Lee (guitarra y voz), Chick Churchill (teclado), Leo Lyons (bajo) y Ric Lee (batería), y después de varios nombres iniciales, la formación como Ten Years After se mantuvo igual hasta la disolución del grupo. Entre sus integrantes destacaba el genial Alvin Lee, tristemente desaparecido hace 2 años en Marbella (España), un guitarrista impresionante con una técnica muy depurada, y una forma de concebir e interpretar blues muy personal, con unos toques jazzeros, que han creado escuela.
Desde mi punto de vista es un grupo infravalorado, y hablamos de una banda que actuó en Woodstock por ejemplo, pero quizás su aportación quedó diluida por el paso de los años, y sobre todo por grandes grupos que se los comieron en los 70, es decir, Kinks, Stones, Who, etc., pero nunca se debe olvidar sus grandes discos grabados y sus directos demoledores, donde la velocidad de la guitarra de Lee alcanzaba momentos supersónicos.
Este primer álbum homónimo lo grabaron en 1967 para Decca y se editó en uno de sus sellos subsidiarios Deram, y no se editó ningún single del mismo, lo que le impidió una acogida dentro de la escena blues británica, que estaba en pleno apogeo, además de que Cream estaban en todo lo alto y copaban esa parcela de manera egemónica. Curiosamente Ten Yaers After cosecharon más éxito en USA que en UK.
En este primer trabajo se alternan excepcionales versiones de blues con composiciones del propio Alvin Lee con alguna ayuda esporádica de Churchill, el teclista. Fue producido por Don Dudgeon y Mike Vernon.


Comienza a todo trapo el álbum con I want to know, versión de McLeod, donde asistimos atónitos desde el inicio a un desenfreno de rock y blues a partes iguales donde la guitarra de Alvin Lee corre libre y sin correas. Sigue el camino con otra versión de I can't keep from crying, sometimes de Al Kooper y sus Blues Project, con un ritmo pausado al inicio para luego desarrollar la melodía entre solos de guitarra, teclado insinuante y sección rítmica casi jazzística. Adventures of a Young organ es el tema compuesto a pachas por Lee y el teclista, para claro lucimiento de este último, una jam session instrumental donde todos los miembros del grupo tienen su momento de gloria con su sólo. Spoonful es la versión del clásico de Willie Dixon y francamente me entusiasma (la de Cream también me parece soberbia), tanto en la voz como en la guitarra de Alvin que están de cum laude, alcanzando varios momentos de climax a lo largo del minutaje. Losing the dogs es un tema compuesto por Alvin y Dudgeon, uno de los dos productores, bastante más rhythm and blues que sus predecesores y más en onda americana, sin dejar de ser un tema maravilloso de inicio a fin con un ritmo fantástico. Feel it for me, Love until I die y Don't want you woman son tres composiciones de Alvin Lee que forman una particular triada dentro del álbum, tres temas donde se puede apreciar su gran labor de compositor, en los que va del blues más oscuro, al rhythm and blues para acabar casi en el bluegrass con ese toque country. Help me acababa el discarro en cuestión, la segunda versión de Mr. Dixon, y está justificada, ya que ellos bebían de la esencia del blues negro del delta del Mississippi de arriba a abajo, brutal cover con sus subidas, bajadas, solos bestiales y la banda en un estado de forma espectacular.
En la edición que un servidor tiene remasterizada del año 2001, se incluyen 2 singles de aquel año con sus caras B, más dos temas inéditos antes no editados, todos temas compuestos por Alvin Lee, excepto el último que era una versión.



En resumen, un disco imprescindible en un año muy productivo dentro de la música a nivel general, clave en el devenir de todo lo que vendría después. En el terreno bluesero, sin Cream y Tean Years After no se podría entender casi nada, pero en el caso del grupo que nos ocupa, ellos tienen su genuino espacio, por derecho propio.

Os dejo con el tema Spoonful, interpretado en vivo en la televisión francesa en 1968.


lunes, 6 de abril de 2015

The Beatles - Stg. Peppers Lonely Hearts Club Band (1967)


Año 1967, y el octavo disco de los Beatles fue grabado en un momento especialmente dulce de su carrera ya que acababan de decidir, por unanimidad, abandonar las giras y centrarse en grabar discos, podían entrar en los estudios Abbey Road cuando quisieran a grabar lo que quisieran. Aún vivía Brian Epstein, verdadero amigo e impulsor de su carrera y que los mantenía unidos. Además hablamos de un momento donde la banda está inmersa en pleno éxito, y hay fiestas, sexo, drogas alucinógenas, y reconocimiento casi unánime por todos los sectores, cosa que acaba explotando por algún sitio siempre, pero que todavía les brindó unos años álgidos tanto en inspiración como en concentración disciplinada en el trabajo, algo que no era nada sencillo. Y este disco es un gran ejemplo de ello, horas y horas en el estudio, buscando nuevas sonoridades, recovecos y matices en los temas, donde George Martin juega un papel esencial.
En cuanto a las canciones, el grupo quería cambiar los cauces del rock y por tanto del pop del momento, algo que se vio reflejado desde un primer momento en las letras, más libres y menos efectistas que antes, cambiando también la temática, dejando atrás temas de amores banales y estribillos más o menos facilones para reflejar aquí vivencias personales desde varios puntos de vista, es evidentemente lo que llamamos madurez. Así se graba uno de los álbumes más geniales, redondos e influyentes de todos los tiempos, cuya estela a día de hoy sigue perdurando. Además hablamos de un trabajo donde todos los miembros de la banda se implicaron mucho y con gran ilusión en todo lo que rodeaba al disco, portada, disfraces, orden de los temas, etc., y se fija un momento en el que los discos dejan de ser colecciones de singles para ser un todo, de hecho en principio o la idea original es que fuese un disco conceptual, aunque el resultado final no lo sea tanto. La supresión de los silencios entre cada tema, algo nuevo en aquel momento, además de la creación de la sensación de un único show donde el oyente se evade, son algo innovador. Para que haya esta unión entre tanto sonido dispar, la batería de Ringo Starr alcanza su máximo nivel y crea el nexo de unión entre una canción y otra, llevando el ritmo y dando juego tanto a las guitarras como a las voces. Sin embargo, y es aquí el único pero que para mi tiene el disco, hay dos canciones que no se incluyeron en el álbum, y se dejaron como singles (posteriormente incluidas en Magical Mystery Tour) nada más y nada menos que Penny Lane y Strawberry fields forever, cuya inclusión hubiera dotado ya a la obra magna del calificativo de insuperable para el que escribe, ya que ambos temas estaban en las sesiones de grabación.


Pero vamos a los temas, y se abre con la canción homónima, que tiene ese carácter conceptual que McCartney quería impulsar al trabajo, y nos mete de lleno en un disco de rock con la entrada paulatina de instrumentos, guitarra chirriante, elementos como aplausos, risas enlatadas, coros amplios, secciones de trompas, que nos avisan claramente de que estamos ante algo distinto. Un tema maravilloso de escasos dos minutos, donde el grupo se autodenomina la Banda de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta. Cuando el final de la canción (cuya letra anuncia algo, una actuación) da paso a la melancolía de Ringo en With a little help from my friends, un alegato a la amistad y el buen rollo cuya música parece brotar como el agua del final del tema anterior, ya no cabe duda, estamos ante un monstruo de muchas cabezas y nos disponemos a realizar un viaje fantástico a sus lomos. Como detalle técnico decir que a Ringo le costaba llegar a los tonos del final, pero la pareja Lennon/McCartney que compusieron el tema animaron de manera increíble al bueno de Ringo, para que al final lo consiguiera. Y llega Lucy in the sky with diamonds y aquí John Lennon se manifiesta, y ¡¡¡de qué forma!!! con su mítica alusión al LSD, pero además es un cambio de timón dentro del estilo del disco, y nos adentramos en un tema totalmente lisérgico y alucinógeno, con sus múltiples detalles como ese teclado Lowrey de Paul, la tamboura de George y con esa similitud para mi, con Strawberry fields forever, esas fantasías de John que le empezaban a acercar al pop. El origen del tema suele partir de un dibujo del hijo de Lennon, Julian, quien dibujó en 1966 a su compañera de clase, Lucy O’Donnell, con diamantes en forma de ojos, algo que el propio Julian no supo explicar en su momento, pero que le llevó a denominar al dibujo como el título de la canción. Getting better destaca por la guitarra de Harrison (al final incluye una parte de tambura) y la de Lennon, que se sincronizan creando un riff adictivo, que se une a un estribillo muy repetido (quizás demasiado) pero que es una delicia con el juego de voces y los coros. Fixing a hole es la única que fue grabada fuera de los estudios Abbey Road, trasladándose a los estudios Regent Sound, también en Londres, porque los primeros no estaban disponibles esa noche (era la primera vez que esto sucedía). Con esta canción vuelven a sonar psicodélicos, Paul sigue doblado en su voz, técnica que también utilizan con la guitarra de Harrison, con un solo donde la guitarra de John se queda más libre. She's leaving home, posiblemente sea sin temor a equivocarme, una de las baladas más bonitas jamás escritas, y a pesar de su aire melancólico nos encontramos ante unas perfectas armonías vocales que mezclan las voces de Paul y John, ambas dobladas, así como los coros de este último. Un tema barroco, maravilloso, con unos falsetes impecables y una delicada caída al estribillo entre arreglos de cuerda de la mano de cuatro violines, dos chelos, un contrabajo y un arpa, tocado por Sheila Bromberg (primera dama en tocar en un disco del grupo) mientras el resto era labor de George Martin que se entendía con Paul a las mil maravillas, qué manera de describir a una chica cuando se va de casa, la ropa que lleva... Being for the Benefit of Mr. Kite! remataba la Cara A y no es más que un juego, un experimento sonoro cuya inspiración brotó de un simple cartel que vio Lennon, pero es para mí uno de los mayores aciertos de este disco, ya que la atmósfera se vuelve más surrealista que en cualquiera de las anteriores y las armónicas se solapan con el Hammond y el piano de Lennon.


La cara B comienza con Within without you, que es el tema de George en este disco, por fin plenamente empapado de pasión por el hinduismo y por el sitar, instrumento que ya había empezado a chapurrear bajo la tutela del gran Ravi Shankar, nos propone zambullirnos en su escucha, aunque quizá sea el corte más plomizo del disco, engarza mágicamente con el resto. No en vano estamos ya hipnotizados. When I'm sixty four es una joya, el gusto de Paul por la música clásica y el jazz, pero aquí más enfatizado a un sonido de vaudeville, donde clarinetes y clarinete bajo establecen un diálogo paralelo a la voz hermosísimo, que va fraseando de manera tranquila una narración con fases de humor (son ingleses). Lovely Rita tanto en la voz como en la letra, abre más el grupo hacia el Pop vitalista, dando un papel muy importante al sonido de las guitarras de George Harrison y el apoyo de Ringo Starr a la batería, y esa sensación de libertad que tiene me encanta. La letra estaba dedicada a una mujer a quien Paul tira los trastos con elegancia, a pesar de haberle puesto una multa (intuyo que estaba bien la mujer). Good morning Good morning es un tema descacharrante en la que la musicalidad más exquisita y natural no está reñida con los cambios de compás más inesperados, inspirada en un anuncio de Corn Flakes de Kellogg's y ese final con sonidos de animales variados, además del gallo del principio. El reprise del tema que da título al álbum que digamos es el intento fallido de disco conceptual, donde la batería es mucho más presente, que sería como la despedida del show.
Pero llega como un bis de toda actuación A day in the life, una obra maestra de tema en si misma, tema compuesto a pachas por John y Paul y con sus partes bien diferenciadas. La voz de John en el inicio del tema me sigue aún hoy poniendo la carne de gallina, una de las canciones más apasionantes de la historia, acompañada del piano al principio. Tiene todo tipo de sonidos en su interior, cual caja de Pandora que se abre para mostrarse al exterior, sólo que en vez de salir los males del mundo, sale esta joya. La letra al parecer habla sobre Tara Browne (heredera de la familia Guiness), y su muerte en accidente de coche, que también afectó mucho a Brian Jones, aunque Paul hace referencia a su juventud y John a lo que decían los periódicos. El caso es que John Lennon llega casi desapareciéndose hacia la explosión de la orquesta al final del primer minuto y mitad del segundo, testigo que recoge Paul McCartney, momento al que también le sucede otra explosión de júbilo en un crescendo de los 40 músicos que formaban la orquesta (¡aunque McCartney llegó a querer 90!). Ya al final, la subida llega a su culmen máximo y explota en la cima dejando caer el telón con ella y tras un rato, 20 segundos de locura que siempre han dado para hablar largo y tendido...


Hablamos de una obra maestra, que a día de hoy, sigue teniendo magia por todos sus recovecos, pero que marcó un antes y un después en la música popular, y fue tan influyente que a día de hoy sigue siendo crucial, tanto en grupos que se forman como en su manera de enfocar diferentes ideas musicales. Estamos ante un disco de genios, a los que ayudaron las drogas, pero era sólo un aditivo, ya que hablamos de música con mayúsculas.

Os dejo con She's leaving home.

jueves, 2 de abril de 2015

Jefferson Airplane - Surrealistic Pillow (1967)


Jefferson Airplane fue una banda estadounidense de rock surgida en la ciudad de San Francisco, pionera del movimiento psicodélico influenciado por el LSD, una de las primeras bandas de la escena de San Francisco en gozar de éxito comercial y crítico.
Bajo consejo musical y espiritual de Jerry García (Grateful Dead), la ácida banda Jefferson Airplane  grabó con este disco, Surrealistic Pillow, uno de sus mejores trabajos y uno de los mejores LPs del denominado sonido San Francisco. Pop-rock psicodélico y folk-rock con influencias de los Byrds o de Buffalo Springfield son las bases de un excelente segundo álbum, marcado por la sobresaliente escritura y las voces de Grace Slick, Marty Balin y Paul Kantner. Dos de los temas más conocidos del álbum son composiciones de Grace en su anterior grupo, The Great Society, canciones fundamentales en el éxito de la banda, dentro de un grupo donde la composición estaba muy repartida. Skip Spence había sido reemplazado por Spencer Dryden y Signe Anderson por la cantante Grace Slick.
La formación era Matry Balin a la guitarra y voz, Grace Slick a la voz, piano, órgano y flauta, Paul Kantner a la segunda guitarra y voz, Jack Casady al bajo y guitarra, Jorma Kaukounen a la guitarra solista y Spencer Dryden a la batería y percusión.
Pero ante todo, pongámonos en situación, ya que estamos en 1967 donde se editan discos que cambiarán para siempre la música, este es uno de ellos, pero en esta misma onda, aunque con otro enfoque estaban los Pink Floyd de Syd Barret con The Piper at the Gates of Dawn , The Beatles editaban su disco más psicodélico (también influenciados por el LSD) ese Sgt.Peppers Lonely Hearts Club Band, The Rolling Stones con su Their Satanic Majestic Request y antes el Between the buttons, The Kinks con ese maravilloso Something else by the Kinks, The Doors irrumpían con dos discos descomunales desde California, Jimi Hendrix editaba su primer álbum, Love y su Forever Changes, Cream y su Disraeli Gears, como también la Velvet Underground... mucha tela este año.


Comienza el disco con She has funny cars donde hay un duelo vocal excelente, mientras la música es un pop-rock de altos vuelos con varias de las señas de identidad del grupo. Somebody to love es un auténtico bombazo de tema, donde Grace canta como los ángeles, un himno atemporal donde se unían en un cóctel perfecto el lado psicodélico del amor, el hippiesmo, y el LSD. My best friend es un tema melódico maravilloso, muy en onda Mamas & The Papas, donde los duelos vocales destacan por todo lo alto. Today es un tema de aire lisérgico, donde flautas, panderetas, etc., llevan el peso, curiosamente tema compuesto por los guitarristas Balin y Kantner. Comin' back to me acababa la primera cara, una bellísima balada de tono tranquilo, que es una mezcla del folk que tanto gustaba a Balin y su propio estilo psicodélico.
3/5 of a Mile in 10 seconds comienza la segunda cara con fuerza, tema de un estilo rockero fantástico, demostrando la versatilidad de Balin en la composición. D.C.B.A.-25 va muy en onda folk, con juego de voces, y ese aire a Simon & Garfunkel que porqué no decirlo también andaba presente en sus temas. How do you feel quizás es la canción que más se me emparenta con los míticos Mamas & The Papas con ese conjunto vocal desarrollando la melodía, mientras flautas, guitarras y panderetas acompañan. Embryonic Journey es el tema instrumental del disco,  casi aflamencado (sin querer supongo), que es la transición hacia un final espectacular. White Rabbit con esas guitarras y la voz de Grace componen un tema estandarte de su estilo, el psicodélico, deliciosa melodía, con fantásticos cambios de ritmo, una joya en si misma de canción. Plastic fantastic lover acababa el disco, otro tema lisérgico para volar, y dejarse llevar, con esas guitarras disparando, un enorme final para un excelente disco.
En la edición remasterizada de 2003 que yo poseo, hay cuatro temas extra y dos demos de Somebody to love y White Rabbit, que la verdad merecen la pena.



La fusión del folk rock con la psicodelia de Jefferson Airplane era algo muy original para su época, influenciados por bandas y artistas como The Byrds, The Mamas & the Papas y Bob Dylan. Surrealistic Pillow anunciaba al mundo la escena bohemia que se estaba desarrollando en esa ciudad, comenzada por los Beatnicks en los 50's y continuada en los 60's en la escena contracultural de Haight-Ashbury.

Os dejo con esa maravilla que es White Rabbit.


martes, 3 de febrero de 2015

Pink Floyd - The Piper at the Gates of Dawn (1967)


En 1967, año clave en la historia del rock, se editan a la vez varios discos fundamentales, y el primer largo de Pink Floyd es uno de ellos, a parte del Sgt. Peppers de los Beatles, el Surrealistic pillow de Jefferson Airplane, Love y ese Forever changes, The Doors y su ópera prima, Their Satanic Majestic Request de los Stones, etc... La formación en ese momento es Syd Barrett a la voz y guitarra, Roger Waters al bajo y voces, Richard Wright a los teclados y Nick Mason a la batería. Syd Barrett era el líder de la banda, un genio que es el padre del rock psicodélico y a la vez un loco que acabó plantando champiñones en una casa de Cambridge por culpa de sus excesos con las drogas, por eso se le ha conocido como el "Genio Loco". En este disco la mayoría de las composiciones son suyas, aunque la aportación del resto de la banda es fundamental. La temática del disco tiene letras acerca del espacio, espantapájaros, gnomos, bicicletas, cuentos de hadas, etc., todo ello aderezado con música psicodélica en estado puro. El título del disco proviene de uno de los capítulos de un libro favorito de Barrett que él solía leer, "The Wind in the Willows" (El viento de los sauces) de Kenneth Grahame. En este álbum, se aprecia el gusto de Syd por las letras basadas en asociaciones mentales espontáneas, algo así como un viaje psicotrópico.
Saludado y adorado por toda una generación posterior como gran luz y guía, Barrett sólo tuvo mecha mental para este disco con Pink Floyd, grabando luego dos discos en solitario, donde su locura era ya tan patente como su genialidad.




Lo que a nadie escapa es que el grupo sobrevivió a Syd, metiendo a David Gilmour en la banda como sustituto, ahí es nada, pero claro no fue lo mismo, su giro hacia el rock progresivo y sinfónico le hizo una enorme banda, pero ya con otro estilo. La mente inundada de LSD del fundador de la banda (nunca olvidar este dato), al que puso el apellido de dos músicos de jazz y blues, plasmó en este álbum un universo mental quebrado, mitad pesadilla galopante, y mitad cuento infantil, que emociona, alucina y aterra por partes iguales.
En este disco, conviven la psicodelia inglesa, líneas pop deformadas por unos teclados distorsionados, aullidos, voces, guitarrazos, sonidos saturados, pasajes ambientales y toda una amalgama de recursos eléctricos.
Para más datos históricos tremendos, el disco está grabado en los míticos estudios de Abbey Road, dónde unos metros más allá, los Beatles daban forma al Club de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta. La producción corrió a cargo de Norman Smith.
Señalar que justo unos meses antes habían salido los primeros singles de la banda como See Emily Play, Arnold Layne y Apples and oranges.


Desde el inicio apabullante de Astronomy Domine, con la guitarra que pulsa en morse, hace que se te abran una cantidad enorme de sensaciones para el oyente avezado, psicodelia en ebullición, con unas voces geniales muy tratadas, destacando la guitarra y las distorsiones. En la versión americana del disco este tema desaparecía, en beneficio de See Emily Play. El sonido apabullante de Lucifer Sam, guiado por el eco en la voz de Barrett y el ondulante bajo de Waters son una carta de presentación excelente de un tema fantástico, con cambios de ritmo tremendos y un desarrollo perfecto. Matilda Mother es una fábula dónde canta Wright, un tema experimental marcado por el órgano y su sólo del final. Flaming es un tema circense, burlesco a primera escucha, con sonidos añadidos e insertados y una batería simpática pero dónde el verdadero rey es el teclado de Wright, pura magia, por cierto otro tema que no estaba en la versión americana. Sigue la joya con Pow R. Toc H. un tema algo cavernícola, instrumental, que en vez de tener letra son gritos de la banda, que hace que nos sintamos como en una selva de animales exóticos. Take up thy Stethoscope and walk es el tema compuesto por Roger Waters donde canta y se añade una velocidad más al ritmo del álbum, con un teclado vertiginoso, y se añade más complejidad. Dicha complejidad alcanza su grado máximo en Interstellar overdrive y dónde nos metemos en el space rock a saco y de lleno, y empezamos a volar por territorios inexplorados, ya que es el tema más largo del disco (9:41) y es la plasmación al estudio de uno de los temas improvisados que ya destacaba en sus actuaciones del Club UFO, cuando hacían sus primeros directos. Indicar que hay una versión aún más larga de este tema, rozando los 17 minutos del año 1966. Esa improvisación del corte lleva en ciertos tramos al desconcierto, y perdiendo por momentos el concepto de ritmo musical, una locura de tema, que vuelve a retomar la melodía inicial en su tramo final para dar cierta coherencia a la pieza (en ese aspecto su estructura se asemeja al Light my fire de los Doors, salvando las cuidadas distancias). The Gnome recupera el aire más ligero y divertido del disco, es un tema muy divertido, casi de juglar. Chapter 24 es una canción de fuertes contrastes, por un lado es algo pegadiza y de alegre melodía, pero de estructura casi vocal con el acompañamiento del teclado, el bajo y unos gongs. The Scarecrow es donde Barret se compara con un espantapájaros, que desde luego parece un tema de juerga con los colegas, más que una canción de grandes detalles técnicos. Bike cierra el álbum, una canción de una gran calidad, genial, descacharrante, con animados coros y percusión algo machacona, reincidiendo en esa locura de Barrett genial y con un teclado que suena como un clavicordio bestial.



Un disco, simple y llanamente, imprescindible. Una obra considerada como el referente dentro de la psicodelia británica y que resume a su vez, una época de la historia de la música en la que agonizaba el flower power, para dar paso a sus propias pesadillas, además de clave en la evolución del rock moderno y que tiene como característica principal el pasaporte a la locura de uno de sus genios del que todo el mundo recuerda su obra, pero no a él.

Os dejo con el tema Lucifer Sam.

domingo, 13 de abril de 2014

Cream - Disraeli Gears (1967)


Savoy Truffle es un fanático de los tríos... como muchos ya sabrán si me leen.
Cream fue un muy influyente trío de rock compuesto por el mítico guitarrista Eric Clapton, el bajista Jack Bruce y el batería Ginger Baker. A su lado y como complemento lírico, estaba el poeta Peter Brown. En 1967 editan Disraeli Gears, su segundo trabajo, después de que el año anterior dejaran ya con el culo torcido a más de uno con su Fresh Cream. Hablamos de un grupo que se crea alrededor de la figura de Clapton que tenía ya una trayectoria alucinante con los Yardbrids y con John Mayall & The Bluesbreakers, pero en este grupo no sólo él llevaría la voz cantante, ya que tanto Bruce el bajista que cantaba de vicio y tocaba el bajo que te caías para atrás, como Baker a las baquetas que era una absoluta máquina de matar, hicieron de aquel grupo algo explosivo y muy difícil de olvidar. Instrumentalmente superdotados, vocalmente superiores.
El productor del álbum fue Felix Pappalardi, quien convenció a Clapton para que también grabara temas como vocalista principal (algo que no fue del agrado de Bruce).
Pero además una de las cosas más importantes del disco, es que casi todos los temas son composiciones propias, excepto un par de arreglos de blues.


El disco empieza con Strange brew, con un trabajo instrumental fuera de serie y la hipnótica atmósfera ácida, más ese acento bluesero y la voz de Clapton brutal que confieren a este tema la categoría de clásico de la banda. Sunshine of your love, tiene para mi uno de los riffs de guitarras más míticos de la historia, a parte de esa conjunción de las voces que me parece fantástica, hechicera, una obra maestra. World of pain es un tema a medio tiempo, de esos que te embelesan con cada escucha, dónde Baker a las baquetas está sublime, Clapton utiliza el wah-wah en la guitarra, y Bruce está colosal en esta travesía lisérgica. Dance the night away continúa por la senda del tema anterior, pero aquí Bruce se acerca a grupos como Love, tanto en el concepto del tema como en el aire (Forever changes saldría ese mismo año), pero ojo lo veo como coincidencia, no como influencia, deliciosa pieza también. Blue condition es un tema compuesto por Baker y quizás sea la más psicodélica y se emparente con los primeros Pink Floyd de Syd Barret, que también hacían ese año su primer gran trabajo. Tales of Brave Ulysess es pura ingeniería mitológica (letra inspirada en la Osidea de Homero), con esa guitarra de Clapton y el mítico wah-wah y la voz de Jack Bruce sobrecogedora. Swlabr es una maravilla de esas que te dejan absorto, por el ritmo, porque Clapton parece Hendrix, y el trío saca todo su potencial a saco. We're going wrong vuelve a la lisergía antes citada, tema hipnótico de los que en aquella época se hacían como churros. Outside woman blues es una de las dos clásicos blueseros arreglados por el grupo, dónde se nota las raíces blues de los tres, de dónde partían.  Take it back es también muy bluesero con la inclusión de la harmónica y un ritmo muy saltarín y curioso. Mother's lament es el otro arreglo bluesero, este más de guasa y cachondeo, que para mi hace un final de disco de lo más gracioso con ese piano juguetón.


Bajo mi modesto punto de vista, Cream es uno de los grupos más importantes de los 60, no tan sólo por su propuesta y extraordinaria calidad musical, sino por su capacidad para conjugar estilos muy diversos en un panorama dónde cabían muchas influencias, pero que era una amalgama inconfundible. Pioneros en la fórmula del power trío, ellos basaron su trabajo en su cruda manera de entender el blues rock, sin olvidar que daban prioridad a la contudencia sonora. A todo esto, cohexistieron con grupos que venían como un avión como Beatles, Stones, Kinks, Who, etc., y aunque al principio este disco no fuese muy reconocido, su valentía al cruzar el charco y su propuesta genuina, calaron hondo con el paso de los años. De hecho, para mi, bandas como Led Zeppelin o Black Sabbath le deben mucho a Cream.


Este post fue originalmente hecho por mi para Exile SH Magazine y puesto en mi espacio ahora.
Os dejo con el mítico tema Sunshine of your love en un raro directo.

viernes, 11 de abril de 2014

Love - Forever changes (1967)


Hace ya varios años que leí en una lista de discos imprescindibles, dónde entre otros muchos que ya conocía, estaban algunos a los que todavía no había metido mano, uno de ellos era el tercer disco de Love, la banda liderada por Arhtur Lee, titulado Forever changes. Muy al contrario de grupos cohetáneos de los angelinos, el éxito les llegó con el tiempo, ya que compartían sello, Elektra, con The Doors (a los que el propio Lee metió en la compañía) y en definitiva hablamos de una época y un año en concreto en el que salieron Sgt.Peppers de los Beatles, Are you experience? de Jimi Hendrix, The Rolling Stones y su Their Satanic Majestic Request, The Kinks y su Something else... o los propios Doors con dos discarros en ese mismo año... mucha tela.
Pero cuando me metí a fondo con el álbum, caí rendido, admito que después de una buena castaña fue lo mejor que pude hacer para pasar la resaca en la gloria, a partir de ahí adoro este disco. La belleza que atesora a base de folk, psicodelia, rock, pop, guitarras acústicas y eléctricas mezcladas de manera soberbia e incluso arreglos orquestales le hacen un disco imprescindible de la historia de la música, así de claro. Curiosamente el disco logró un más que decente puesto 24 en los charts británicos, pero en su casa, en los Estados Unidos, no pasó del 154.


Pero este disco tiene una historia muy interesante, porque cuando Love entraron a trabajar en el estudio para grabar Forever changes, el productor Bruce Botnick (el mismo que acabó produciendo el mítico L.A.Woman de los Doors) tuvo que buscar músicos de estudio (Billy Strange (guitarra), Don Randi (piano), Hal Blaine (batería) y, con toda seguridad, Carol Kaye al bajo) ante el lamentable estado de Lee, McLean y compañía. Las drogas estaban causando estragos, cosa habitual en aquella época, pero la banda no era una prioridad para sus miembros frente a la poderosa atracción de las sustancias, aunque sin embargo, en lugar del LSD o la marihuana, ellos preferían el demonio, la heroína, y por si fuera poco Lee no se movía de su amada Los Ángeles ni con agua caliente, lo que hacía un gran inconveniente para la promoción de la banda. Tras la marcha del teclista Alban "Snoopy" Pfisterer y del flautista/saxofonista Tjay Cantrelli, los cinco componentes restantes actuaron en 9 de las 11 pistas del álbum. Benditas drogas en lo que se refiere a este disco, porque lo que salió de aquellas sesiones es una jodida obra maestra.
En palabras del propio Lee: "Cuando hice aquel álbum pensaba que iba a morir en aquel momento en particular, así que aquellas eran mis últimas palabras". Afortunadamente fueron capaces de reaccionar al “colocón” y se centraron ante el toque de Botnick.
Y es que Love, al margen de la anécdota de ser una de las primeras bandas multirraciales, habían explotado la psicodelia antes que nadie, habían navegado en una especie de proto-punk y garaje adelantándose a todos, y la guitarra de Johnny Echols había sonado a lo Hendrix antes que Hendrix, porque que a nadie se le olvide que ese mismo año habían editado Da Capo.


No quería detenerme tema por tema, porque este disco hay que oírlo entero, es una suite gloriosa, y casi si no miras los temas, te crees que son todos uno. Eso si, el comienzo con Alone again or con esa guitarra del principio y esos cambios de ritmo, ya te deja claro que estamos ante algo grande, muy grande que continúa con A house is not a motel dónde alucino de verdad con la voz de Lee, que te canta al oído, es pura delicia y esa manera de irrumpir las guitarras, el punteo solista... pufff mucha tela, la balada de Andmoreagain te puede hacer enamorarte perdidamente, The Daily planet vuelve a los cambios de ritmo fantásticos... ¿estamos ya en el cuarto tema? Old man sigue la línea marcada con precisión. The red telephone pasa por ser una obra maestra en si misma, calidad a paladas en cada nota, en cada verso, brutalidad, genialidad. Como en Live and let live, otro tema de esos que te vuelan la cabeza, con las guitarras acústicas que llevan la melodía mientras la eléctrica se marca un punteo sideral y psicodélico que navega a sus anchas, qué locura. El final con You set the scene te deja tan anonadado que dices "Esto es una puñetera locura de genialidad que fluye como cataratas". Líricamente Forever Changes responde a lo que era Arthur Lee, un tipo complicado, inadaptado, individualista, críptico y al filo de la navaja. Nunca nos olvidemos tampoco, de lo que este grupo maldito ha influído a cantidad de bandas posteriores.
Por cierto, a aquel o aquella que todavía no haya descubierto este disco, que se lo ponga a la velocidad de ya, palabra de Savoy Truffle de que me lo agradecerá.
Este post fue originlamente realizado para Exile SH Magazine, en el que participo, y lo recupero para mi espacio.

Os dejo con el tema This house is not a motel.