Mostrando entradas con la etiqueta Limpieza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Limpieza. Mostrar todas las entradas

Que la luz venza a la oscuridad





A ninguno de los tres les hacía gracia que el solar resultante de aquella vieja nave industrial a partir del cual tenían que idear el nuevo templo parroquial estuviera encajado por ambos lados, aunque libre por delante y por detrás. La parte trasera permitía algún tipo de abertura por la que dejar pasar la luz, y la delantera, ya se vería. Pero que los laterales fueran completamente opacos hacía imposible iluminar y ventilar adecuadamente. Por fin dieron con la solución, la única que quedaba: iluminar por arriba. Había, pues, que echar mano del policarbonato. Y desde el principio, esta palabra pasó a ser la incógnita número uno de una larga lista que algún día publicaré en una obra que se hacía con mi presencia pero sin mi intervención directa o indirecta.
Las placas de policarbonato pueden ser transparentes o translúcidas. Y eran éstas precisamente las que interesaba emplear, porque sólo se quería luz, no mirar al cielo. Así pues, se dotó al edificio de un techo luminoso en todo el perímetro excepto en la fachada, que sí fue transparente porque lo pedí expresamente.
Terminada la obra, a todos nos pareció estupenda. Vista ahora, tras dieciocho años, tiene sus cosillas. Por ejemplo, la limpieza. Si complicado es mantener el cristal de la fachada por culpa del tramex que lo protege, limpiar las placas del techo es tarea imposible. Sellado por el interior y cubierto por el exterior por el tejado, nadie se ha atrevido a tocarlo a lo largo de este tiempo.
El polvo que se había ido filtrando a pesar de todos los pesares y la labor de arañas y otros insectos, todo ello bien conjuntado dejó a media luz, exagerando un poquito, lo que en principio era un recinto luminoso.
Hasta que, luego de una siesta reflexiva, me subí a la escalera, pegué un empellón al policarbonato y empecé con el plumero a quitar porquería.
Ha sido laborioso no sólo por el lugar, también por las dimensiones: dieciséis metros de largo y casi metro y medio de ancho de cada lucernario. He tenido que inventarme una herramienta después de estudiar durante todo un día cómo acceder a maniobrar sobre la cara superior desde la pequeña rendija que quedaba practicable.
El proceso ha sido engorroso, pero al fin está terminado.

¿Esa mancha? No es tal, es una mosca atrapada. Alguien quiso agilizar el montaje y obvió sellar la placa por su extremo oculto. Un fallo que no tiene solución… fácil.

Hágase la luz



Bueno tampoco es así de exagerado. Apenas unos lumens más para no tropezarnos cada vez que pasamos a lo largo de la nave parroquial con la de cachivaches que se amontonan, muchas veces sin ley ni orden, y de vez en cuando en un concierto aunque desafinado porque hay que hacer espacio que llega otro camión.
Es que de repente me dio que había que limpiar los transparentes del techo, y me puse a ello. Tuve antes que empalmar la escalera de manera trapacera pero eficaz, para llegar hasta allá arriba. Pero en cuanto los alcancé, ya no se resistieron.
Ni que decir tiene que en el sobretecho y bajo la uralita se acumula mierda en cantidad. En las placas opacas, poco importa. Pero en las que tienen que dejar pasar la luz del cielo, ofendía a la vista y la ponía en la tesitura de enceder la artificial. Y al precio que se ha puesto la factura también ofende al bolsillo.
A los que he conseguido alcanzar, les he pasado y repasado, para que luzcan.
A los que no podía alcanzar, les he abordado desde arriba, de modo que me he tenido que agachar para acercarme a ellos. Ha sido mucho más fácil de lo que me temía, y he terminado de limpiarlos en apenas unos minutos. Con un plumero y una pértiga, solucionado.
Queda aun por ver si merece la pena molestarme por los tres que faltan, que de momento están fuera de control; si hay manera humana de atizarlos con el cepillo y la bayeta, entrarán en el rebaño de los limpios, como los demás. No me tardaré demasiado en ver si es sí o es no.
Y ahora me digo yo si esto que acabo de escribir no tendrá algo que ver con el hecho de que hoy, precisamente hoy, se cumple un año de que Benedicto XVI abdicara, renunciara o dimitiera; dígase como se diga para que se entienda. El caso es que si tal autocese fue por ver si otro era capaz de limpiar de telarañas este inmenso edificio que es la Iglesia Católica, que así parece que fue, ahora todo el mundo lo está celebrando.
Voy a ver si aprendo, porque este edificio mío también las tiene, y bien grandes. Pero da una pereza ponerse a quitarlas…

Cera bendita



Sin agobiarnos, pero sin descuidarnos tampoco, tenemos a gala que el templo y los demás lugares que componen los locales parroquiales gocen de buena salud y tenga el esplendor que se merecen. Es decir, que los cuidamos y los mantenemos limpios. Por eso no nos disgusta ni nos sorprende que cuando alguien de fuera viene a lo que sea diga ¡uy, cómo brilla este suelo!
Pero no todo es oro reluciente. Hay algunos lugares, justo donde se apoyan los pies durante más tiempo, es decir, debajo de los bancos, que aparecen oscuros. En un principio pensamos que el suelo estuviera rayado. Coincide con los sitios donde se suelen ubicar personas muy mayores, de esas que van arrastrando lo pies al andar.
Por temor a estropearlo más, en esas manchas pasamos la fregona o la mopa con mucha suavidad. Esa precaución esta tarde ha quedado desvirtuada.
A escondidas de mis feligresas que lo cuidan con primor, esta tarde he vertido lejía sobre una baldosa y tras un rato de espera, he pasado un cepillo de esparto con energía; de esta manera no tenía por qué deteriorarse la porcelana. Al poco rato he comprobando que iba saliendo una cosa negra que desaparecía conforme lo aclaraba con agua.
Eureka, me dije, no hace falta ni lejía; basta con saber que es goma de suela de zapatillas. Sí, ese calzado que usan las señoras muy ancianas, no pueden rayar el piso, sólo tiznarlo de negro.
Así que hecho este descubrimiento, habrá que dar las indicaciones oportunas para que, en los lugares donde creíamos que había rayaduras, se aplique jabón y goma de borrar.
Es negro inofensivo, pura cera, simplemente mierda.
Mea maxima culpa por no haberlo descubierto antes.

P.D. Ahora está limpio, y por eso aparece en la foto la baldosa más clara que el resto, pero está tan rayada que ha perdido todo el brillo. Definitivamente hay suelas de goma de zapatillas de ancianas que muelen el gres más duro que se fabrica en este país.
Las cosas hechas de noche, en la mañana se ven…

Ropa tendida




Las camisas en la ducha, para que se sequen lentamente y no demasiado arrugadas. La ropa de cama fuera, al aire y al sol, o en el cuarto de calderas si hace frío y llueve, porque no uso repuesto, aquí no se gasta quita y pon. Y los calzoncillos, pañuelos, moqueros, paños de cocina, toallas y servilletas, en la cocina. Y nadie se para a mirar por la ventana si dentro hay o no hay ropa tendida. Lo normal en una casa normal.
Pues no señor, va y me dice que no fue por no estar con toda la “clerucalla” (sí, ya sé que lo correcto es clerigalla, pero dijo lo otro). ¡Y dónde vive él, más que allá dentro, con todos ellos, a mesa puesta y habitación dispuesta!
No suelo hablar de curas, y menos para criticar. No es mi estilo. Además, yo también tengo el techo de cristal.
Sólo en mis principios tuve patrona que me cocinaba y me aseaba la casa. La ropa siempre la lavé en casa; primero de mis papás, luego en la mía propia.
Si no puedes tener familia, pareja, prole y demás, o es con todas las consecuencias, o es bobada. Así que uno es autosuficiente, con muchíiiiiiiiiisimos defectos. El más visible, que mi casa es un desastre. Cocino lo justo para salir del paso, y en cantidad para subsistir. Barro y friego pisos sin problema. El polvo es otra cuestión. Y la arruga… la arruga es bella, así que nada de plancha salvo el alba y poco más.
Fue en la comuna donde Rosa nos espabiló: “O se limpia esto o contratamos a alguien, porque nos come la mierda. Y como vamos de pobres, ¡a ver a quien metemos para que nos haga las cosas!”. Así que, como en un cuartel, por semanas pasábamos por cocina/compra y fregadero, retretes y cuartos de baño, lavandería y limpieza general. El cuarto personal, de cada quien.
Ahora que vivo solito lo hago cuando y como me peta; y así está todo, manga por hombro. Pero, como digo yo, si apenas mancho aunque coma mucho; son éstas acémilas perrunas las que lo ponen todo perdido; que lo limpien ellas. Pero ni caso.
Hoy me tocan blancas, que paso a verano. Las sábanas de colorines, debidamente lavadas e higienizadas, ¡y esta vez espero que planchadas!, vuelven al cajón hasta nuevo aviso. Y los slips secándose en la cocina, para ir cogiendo día a día, según toque, blanco, azul o verde, rojo o gris, hasta que todos vuelvan a la lavadora y de ella al tendal, por supuesto siempre a la vista a través de las ventanas de la cocina.
Hay que seguir la vieja conseja: persona honrada, ropa lavada. ¿O me lo acabo de inventar? Seguro que sí, porque no lo encuentro, por más que lo busco.
Tampoco he encontrado la manera de hacer desaparecer determinadas manchas en mi ropa. Aunque, la verdad sea dicha, no lo he dedicado demasiado tiempo.

Limpiando cristales

 

Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero no me cuesta nada repetirlo: los locales de esta mi parroquia tienen un total de treinta y siete ventanas, además de otras cinco puertas también acristaladas en su parte superior. Salvo las que corresponden al hogar, que son sus usuarias las responsables, todas las demás me corresponde a mí mantenerlas en las debidas condiciones. Es decir, las tengo que limpiar yo.
Y como el curso de catequesis comienza la semana que viene, ha sido hoy el día señalado para empezar a adecentarlas.
Desde que allá en Bujedo, Burgos, me enseñaron a realizar esta tarea limpiando las ventanas de los gallineros, tengo una maña especial con sólo agua y papel de periódico. Vamos, que dejo los cristales como si no existieran.
El tiempo me favorecía, pues ha lucido el sol en todo su explendor. Pero en la ventaja también va incluida la dificultad: las faltas se ven con escandalosa magnitud.
Estaba, pues, en mi faena, dándole al papel hecho un ovillo y empiezan a salir las usuarias del hogar. Una, que tenga cuidado que le he echado polvo sobre la cabeza y esta mañana fue a la pelu; otra, que si me trae un líquido que limpia en un santiamén; otra más tercia y dice que tiene una bayeta que no veas como lo deja. Y la última subió con una goma de esas que usan los limpiaescaparates profesionales.
Todas ellas, en atención a quienes tan amablemente me las ofrecieron, las utilicé. Y nada de nada.
He vuelto al papel de periódico, que es lo que sé usar y lo que deja la tarea a mi gusto.

Veáse, si no, la diferencia. Una vez más, el algodón no engaña. En este caso, el periódico de ayer.


Cuando el diablo no tiene nada que hacer…

 

Lo tenía arrinconado en la cocina, vergüenza me daba que alguien entrara y lo viera. Ahora resplandece.
Es un cacharro que me regaló un tío materno cuando me hicieron cura. Entonces se estilaba, ahora no lo sé. Más o menos, más bien menos, como en una boda.
El caso es que no tiene aplicación práctica. Se trata de un trasto en el que encajan dos vasos y dos tarros pequeños de nescafé. Se supone que los vasos para azúcar y sacarina, y los tarros para descafeinado y con cafeína. Y siempre lo he tenido en el mismo lugar.
Estaba tan negro que parecía ébano.
Esta tarde, haciendo tiempo para ir a natación, me dio por pinchar en internet por si encontraba alguna forma casera de limpiarlo. Escribí: limpiar plata casero. Y salió una ristra de posibilidades.
En realidad no es plata, sólo alpaca plateada, pero supuse que daría lo mismo.
Escogí el más simple y económico. Consiste en esto tan sencillo: Coger un recipiente de aluminio, llenarlo de agua, echar sal y ponerlo a calentar. Sumergir el objeto y esperar veinte minutos. Sacar luego y secar con un trapo.
Y funcionó. En la foto está la prueba.
Palabra que estaba negro. Ahora hasta parece que la cocina no es el lugar más apropiado. ¿Verdad que no?
Pero no tengo otro, qué se le va a hacer.
¿El truco? No lo hay. Una reacción entre el sulfuro de plata, que es lo negro, el aluminio y el cloruro sódico por efecto del calor. Una cosa bien simple y natural.
Y mientras tanto, Berto dormitaba. Él sí sabe lo que es aprovechar bien el tiempo.

¡Mi caaaaasa!

En mi casa siempre huele a café y a tabaco. Eso y lo que cocine en el momento.
En mi casa no hay orden ni concierto, sino un cierto desorden concertado, o si se prefiere un desconcierto ordenado. Cada cosa ocupa un sitio, que no tiene necesariamente que ser el suyo, y hay sitio de sobra para todas y cada una de mis cosas. Y si es menester, se amontonan y ahorramos espacio.
Mi casa no está limpia, ni lo parece. Pero tampoco está sucia, aunque lo parezca. Está… digamos que “a mi manera”.
Nunca nadie que no fuera yo ha limpiado y ordenado mi casa, salvo E que lo ha hecho durante los últimos tres años. En un momento de debilidad cedí a los consejos de personas que se preocupan por mí y que no les hace gracia verme con el mandil a la cintura, el pañuelo en la cabeza y el cepillo y la fregona en mis manos.
Tres años, pero se acabó. Si yo mancho mi casa, yo la limpio. Y si la limpio mal, es mi problema.
No me duelen prendas en reconocer que soy vergonzoso, y que siento cierto pudor de que me hagan la cama, me quiten el fregadero y me higienicen el cuarto de baño. Eso corresponde a mi intimidad más íntima y, ya digo, han sido tres años, pero son historia.
Agradezco a la propietaria del blog Otoño casi invierno que colocara ayer este baldosín, porque expresa ferpectamente lo que quiero de mi casa. Ni más, ni menos.

Vencer o morir…

 
Apenas me ha durado la que supuse ingeniosa, definitiva y novedosa manera de asear lo que mis manos ensucian. Si cuento los días, que no es el caso porque no me apetece, no salen ni sesenta.
 Ha vuelto a entorpecerse de tal manera que me he dicho de esta no paso, o lo rompo o lo limpio.
 Y esto es lo que he hecho, con un vaso de agua y un pincel del nº 7, marca Distripsa, made in Germany.

 Esta vez no ha habido comedimiento, ni hablar. Directamente lo he anegado, encharcado, sumergido en el líquido elemento. Con el pincel de marras, bien chorreando agua, he hurgado hasta los mismísimos…
No pongo aquí cómo salía barro puro, a chorretones, porque tenía ambas manos ocupadas en la faena. Cuando he podido hacerlo, entonces sí he fotografiado.
Luego ya sólo dejar secar… Planchar no hacía falta.
Así, de esta manera he logrado que la bolita de las narices ruede y ruede suavemente. Ahora la pantalla se mueve ágilmente arriba y abajo, a derecha y a izquierda, que es un auténtico primor.
Aviso para navegantes: este procedimiento debe hacerse en ultimísima instancia, una vez que se han intentado y realizado otros menos agresivos e invasivos. Sólo cuando no exista ninguna otra salida. Es vencer o morir.


 * * * * *
Vencer o morir es lo que se ha propuesto el pobre Berto durante todo el día, en su personal y encarnizada guerra con Moli. Pero mucho me temo que ni vencerá ni morirá. Sólo y apenas le queda aguantarse, alma en pena, porque la piba dice nones. No hay manera de doblegarla.
Otros mucho más grandes lo han intentado. A sus doce años recién cumplidos (11/5/1999) no ha habido can que la consiguiera.
Berto tendrá que conformarse con lo que ella le consienta. Y lo que le permite es todo lo más, esto:

En el coche, esta mañana
En casa, esta noche
Como aún quedan días, Berto seguirá intentándolo. Yo no abrigo ninguna esperanza. Pero seguro que él persistirá, es muy testarudo.
Mientras escribo acabo de escuchar a Moli decirle, por enésima vez, estate quieto, pesado. El ladrido ha sido tan desaborido que Berto se ha quedado seco… Pensará seguro: tal vez a la siguiente lo consiga.
Y así empezaremos la segunda noche. Mañana cuento lo que haya

Definitiva, novedosa y no menos ingeniosa manera de asear el Mac Mouse, vulgo ratón

Entre los problemillas que diariamente agobian a uno está el ensuciamiento del ratón del mac, oficial y mundialmente conocido como Mighty Mouse. Desde que lo estrené, sufro con ello.
La sequedad de mis manos que me obligan a darme crema nivea o nimires; el poco cuidado que suelo tener al ponerme ante la pantalla, yendo y viniendo de la cocina, del jardín o de cualquierotrositio, con los dedos manchados de tierra, de grasa o deloquesea; la delicada bolita que no permite manipulaciones por falta de espacio intercostal; en fin, que hay días en los que parece que el pequeño motor de mi ratón se haya gripado y no hay manera de que furrule.
A los principios creí que no habría solución, y que tendría que volver a la tienda a por otro nuevo. Pero tuve la ocurrencia de pinchar en Internet, y encontré un lugar donde daban indicaciones oportunas. Era éste: http://mundomac.org/otra-forma-de-limpiar-el-mighty-mouse.html
Miedo me dio cuando lo vi. Exigía desarmar por completo el artilugio, limpiarlo y volverlo a recomponer. Habida cuenta de que no tenía entonces otro recurso, me dispuse a hacerlo. Fue de noche, para estar tranquilo y sin que nadie ni nada me distrajese e interrumpiese. Resultó muy laborioso, pero me salió… a la cuarta vez que lo intenté. Y quedó muy bien. Pero duró… lo que duró. Apenas unos días.
Lo volví a desarmar, y esta vez casi me lo cargo. Así que me dije: la última.
Al poco tiempo otra vez se entorpeció el aparato y decidido a no reincidir en el error, volví a buscar en la red, y encontré este otro lugar: http://mundomac.org/%C2%BFcomo-limpiar-el-mighty-mouse.html
Es mucho más simple y rápido, y sólo hace falta un papel limpio para que el ratón volviera a deslizarse. La limpieza que se realiza por este procedimiento es tan somera que exige repetirla a diario, pero así he funcionado durante mucho tiempo. Hasta que me he dicho: Miguel  Ángel, tiene que haber otro modo más eficaz, y que no me complique demasiado. Y lo he probado.
He aquí el método que yo propongo para dejar el ratón o Mighty Mouse en perfecto estado de uso/disfrute:
1º Tómese un trozo de lienzo suave, de esos que no tienen pelusilla. Pongamos, por ejemplo, un pañuelo de los de antes; limpio, por supuesto; no utilizar el que está en uso.
2º Del armario de los útiles de limpieza cójase el frasco de limpiacristales. En el caso de no usar dicho producto, sustitúyase por el botellín del amoniaco. Y si tampoco, váyase al botiquín y agárrese el tarro del alcohol.
3º Extiéndase el lienzo sobre una mesa o superficie horizontal y lisa, de modo que no presente arrugas.
4º Échese un poquito, muy poquito, de líquido sobre el lienzo extendido.
5º Tómese el ratón, o Mighty Mouse, y asiéndolo por su base, apóyese la bolita o rolex sobre la parte de lienzo húmeda, ejérzase un movimiento de ida y vuelta, subida bajada, o mismamente como si se estuviese planchando. Así una y otra vez, un rato, “ad libitum”, es decir, usted mismo/a.
6º No invertir el ratón durante un tiempo prudencial, a fin de que el líquido que haya quedado en el interior se evapore. Pongamos veinte minutos o media hora. Et voilà!
Ahora bien, si uno/una es tan aseado/a como lo es mi vecina, no tiene por qué seguir esta secuencia de despropósitos, ni falta que hace. Ella va ya para tres años que tiene el mac, y su ratón está tan ágil que cuando voy a su casa me siento acomplejado. Y es lo que yo digo: no está hecha la miel para la boca del asno. Algunos/as tenemos manos de excomunión, en expresión que usaba mi mamá, q.e.p.e.
Pero no obstante todo lo dicho si alguien quiere meterse a cocinilla, aquí dejo este tutorial y que corra por su cuenta con las consecuencias. Ah, y que le pille bien confesado… http://www.soydemac.com/2008/04/28/reparacion-de-la-bolita-de-desplazamiento-de-un-mighty-mouse/


Algo me dice que este procedimiento ya lo ha apuntado alguien mucho antes que yo. No importa. Yo me he enterado ahora, y lo cuento por si sirve. Y si no, pues aquí queda para público escarmiento de quien no ha sabido buscar donde hay de todo: Internet.

Seguidores

Etiquetas

20 N Abraham Abstención Abuelez Abuso de menores Abuso de poder Abusos sexuales Acacia Acebo Aceras Actualidad Acuario Ada Colau Adán Adolfo Suárez Adviento Aféresis Afganistán Afilador Afirmación África Agricultura Agua Aguaviva Agustín del Agua Agustinos Filipinos Ain Karem Aire libre Ajo Alandar Albert Einstein Alberto Cortéz Alberto Iniesta Albino Luciani Alcalde Aldous Huxley Alegría Alejandro Guillermo Roemmers Aleluia Alemania Alex Ubago Alfabetización Alfonso Álvarez Bolado Alfredo Velasco Alicante Alicia Martín Baró Alimentos CE Alma de las cosas Almendro Álvaro Pombo Alzheimer Amando López Amanecer luminoso Amapola Aminatou Haidar Amistad Amor Amusco Ana y Simeón Anacoreta Anastasio Rojo Ancianidad André Wénin Andrés C. Bermejo González Andrés Torres Queiruga Ángel Álvarez Ángel Galindo Ángel García Forcada Animaladas Aniversario Anthony de Mello Anton Chejov Antonio López Baeza Antonio Machado Antonio Machín Año nuevo Añoranza Aparcamiento Apocalipsis Apócrifos Árbol Argentina Arguiñano Armarios Armas Armonio Arte Ascensión Ascensor Asertividad Asesinato Aspidistras Astou Pilar Asunción Ataxia Atletismo Atrio.org Auditorio Miguel Delibes Ausencia Austeridad Autoconfianza Autoridad Avaaz Avería Avisos Ayelet Shaked Aymeric Picaud Ayuntamiento Azorín Azucenas Baltasar Garzón Banco de Alimentos Banco de España Barack Obama Barcelona Barrio de Delicias Barro Bartolomé Esteban Murillo Baruck Spinoza Bautismo Baxter Keaton Beagle Beatriz Cariño Beethoven Belén Benedicto XVI Benito Prieto Coussent Benjamín Prado Bernabé Berta Berto Bertolt Brecht Biblia Biblioteca Bicicleta Bienaventuranzas Bienve Blog Bloque Blowin’ in the Wind Bob Dylan Boda Boj Bolivia Bolsa Bondad Borja Borrado Breva Breviario Buena voluntad Buenos consejos Bufanda Bujedo Cabreo Cactus Cadarso Café Cala Calabaza Calendario Calidad de vida Cáliz Calor Calzado Caminar Camino Camino Astorga Redondo Camino del Pesquerón Campamento Campeonato Mundial de Fútbol Canal de Castilla Cáncer Cancha deportiva Canela Canena Cantabria Caracoles Cardenal Martini Caritas Cáritas Carlos Carlos Aganzo Carlos F. Barberá Carlos González Vallés Carlota Carmen Tablada Carnaval Carne Castilla Castromocho Castromonte Catecismo Catecismo Holandés Catedral Catequesis Caza CCP Cedro Celibato Celina Maricet Celtas Cortos Cena de Pascua Cenar Cenizas Censura Cervantes César Vallejo Change.org Chapuzas Charlot Chetán Chile China Chiquilladas Chispa Cielo Ciencia Cine Ciro Alegría Cisne Claudio Coello Claudio Sánchez Albornoz Clint Eastwood Clonar Cocina Codex Calixtinus Codorniz Coherencia Colegio Colesterol Colón Coltán Comadreja Comedor Social Comentarios Comer Comillas Compañeros Compasión Competición Compromiso Comuneros Comunicación Comunión Concilio Vaticano II Cónclave Concurso Conferencia Episcopal Española Confesión Congo Constitución Española Consumismo Contaminación Control Córdoba Cordura Corea del Norte Corea del Sur Coronavirus Corpus Corrección Correo Corzos Cosas Cosas de la vida Cosecha Creación Credo Crisantemos Crisis Cristales Cristianisme i Justícia Cristo Crucificados Crucifijo Cruz Cuadros Cuaresma Cuento Cueva del Cobre Cuidados Paliativos Cultura Cumbre sobre Clima de Copenhague Cumpleaños Curiosidad Dalí Dámaso Alonso Daniel Barenboim Daniel González Poblete Dante Dante Pérez David Déficit de atención Delacroix Delatar Delibes Delito informático Democracia Dentadura Denuncia Deporte Derecho Derecho a la intimidad Derecho Canónico Derecho de propiedad Derechos Humanos Desagües Desahucio Desaparición Desarrollo sostenible Descalificación Descubrimientos Desiderio Desilusión Despedida Despertar Día de los Sin Techo Diálogo Diapositivas Dietrich Bonhoeffer Difuntos Dignidad Dinamarca Dinero Dios Dios con nosotros Distopía Diversidad Dolor Dolores Aleixandre Domingo Don Dionisio Don Domnino Donald Jhon Trump Donald Zolan Doñana Droga Duda Duende Duero Ébola Ecce Homo Eclesalia Ecología Economía Edad Edelweiss Edición Eduardo Galeano Eduardo Haro Tecglen Ejercicios espirituales El Cid El club de los poetas muertos El Corazón de Jesús El factor humano El Gordo y el Flaco El Mal El muro de Berlín El Norte de Castilla El País.com El Papa El pinar El Pino El Roto El Salvador El tiempo Elba Julia Ramos Electricidad Eloy Arribas Eluana Emaús Emigración Emilia Pardo Bazán Emilio Calatayud Emisión Emma Martínez Ocaña Emoción En Portada Encinas Energía Enfermedad Enrique Barquín Sierra Enrique Estencop Equilibrista Erlich Ernestina de Champourcin Ernesto Cardenal Escalera Escritura Escuela Escultura Esfuerzo Esgueva Esopo España Esperanza Esperanza Aguirre Espíritu Estafa Estandarte de San Mauricio Estrellas Estrellita Castro Estudios Eta Eucaristía Eugenio Europa Euros Eurovisión Eutanasia Eva Evangelio Evidencia Evo Morales Expectación Extranjeros Eylo Alfonso Ezequiel Ezequiel Zaidenwerg Fabio Nelli Facundo Facundo Cabral Familia FAO Fe Febrero Federico García Lorca Feedly Felicidad Felicitación Felipe Felipe VI Félix López Zarzuelo Félix María Samaniego Fernán Caballero Fernando Altés Bustelo Fernando Fernán Gómez Fernando Lorenzo Fernando Manero Ficus Fidel Castro Fidela Fidelidad Fin de año Fiódor Mijáilovich Dostoievski Florence Nihtingale Florentino Ulibarri Flores Florián Rey Folk Fontanería Forbes Forges Foto palabra Fotos Fotos raras Fra Angelico Francia Francis Francisco Cerro Chaves Francisco de Asís Francisco Pino Frases Friedrich Engels Friedrich Wilhelm Nietzsche Frutas Frutos Fuego Fuencisla Fuensanta Fumar Funeral Fútbol Futuro G. B. Ricci Gabriel Celaya Gabriel Fauré Gabriel García Márquez Gabriela Mistral Gaillot Gala Galarreta Gallinas Gamberrada Gandhi Garoña Gas Gatos Gaza Género Generosidad Gente Gerhard Ludwig Müller Girasol Gitanos Gloria Fuertes Godspell Góngora Google Docs Goya Goyo Ruiz Granada Grecia Greda Gregoriano Gregorio Fernández Gripe A Gripe porcina Grupo sanguíneo Guernica Guerra Guerra española Gumi Gustavo Adolfo Béquer Gustavo Gutiérrez Gustavo Martín Garzo Gustavo Poblete Catalán Gutenberg Hacienda Haiku Haití Hambre Hamlet Lima Quintana Händel Hans Küng Harina Haruki Murakami Helecho Hemodonación Hermanitas de los pobres Hermanos Marx Higo Higuera Hiperactividad Hirosima Historia Historias HOAC Hobbes Hodegética Hogar Horacio Horario de invierno Horario de verano Hormigas Hortensia Hosta Huelga Humanidad Humildad Humor Ibrahim iDVD Iglesia Ignacio Ignacio Ares Ignacio Ellacuría Ignacio Manuel Altamirano Ignacio Martín Baró Ildefonso Cerdá Ilusión iMac iMovie Imperio Argentina Impresora Impuestos Incendios Indagación India INEA Infancia Infierno Informe Semanal Ingenuidad Inmaculada Inmigración Innocenzo Gargano Inocencia Interesante Intermón Internet Invictus iPhone iPhoto Irak Irán Isaac Isabel Isabel y Jesús Isaías Isla Islam Israel ITV J. Ratzinger James Dean James Mollison Jan van Eyck Japón Jara Jardín Javier Domínguez Javier Fesser Jazmín Jefté Jenny Londoño Jerusalén Jesús Jesús de Nazaret Jesús Espeja Jesús Visa JMJ Joaquín López JOC Johann Baptist Metz John Carlin John Martyn John P. Meier John Selby Spong Jon Sobrino Jorge Cafrune Jorge Manrique Jorge Negrete José Afonso José Antonio Pagola José Arregui José Delicado Baeza José Gómez Caffarena José Hierro José I. González Faus José Jiménez Lozano José Luis Borges José Luis Cortés José Luis Cuerda José Luis Martín Descalzo José Luis Martín Vigil José Luis Saborido Cursach José Luis Sampedro José Manuel Calzada José Manuel Vida José María Castillo José María de Pereda José María Díez-Alegría José María Manso Martínez José Martí José Mugica José Zorrilla Juan Antonio Marcos Juan de Juni Juan Goytisolo Juan José Tamayo Juan José Tamayo Acosta Juan Martín Velasco Juan Masiá Clavel Juan Pablo II Juan Ramón Jiménez Juan Ramón Moreno Juan Valera Juan Vicente Herrera Juan XXIII Jubilación Judit Juegos Jueves Santo Julia Ardón Juliana Vermeire Julio Lois Justicia Justicia y Paz Juventud Karl Marx Karl Rahner Kaunas Khalil Gibran Konrad Adenauer La Alhambra La Arbolada La Cañada La Codorniz La Fontaine La radio La Ser La Virgen de Guadalupe Labordeta Lacomunidad.elpais.com Lágrimas Laico Lampedusa Lanuza Las Cambras Las Edades del Hombre Las mañanitas Las Villas Laurel Lawrence Ferlinghetti Lenguaje Leocadio Yagüe León León Felipe Leon Gieco León Gieco Léon L'hermitte Leonard Cohen Leonardo Boff Leopoldo Panero Lesbos Ley Ley del aborto Leyendas Libertad Libertad de expresión Libia Libros Lilas Lilit Limonero Limpieza Lina Lince Linda Literatura Lituania Liu Xiabo Liuba María Hevia Llano Llaves Lluis Llach Lluvia Lola Lombarda Lope de Vega López Vigil Loquillo Luar na lubre Lucía Caram Ludwig Feuerbag Luis Argüello Luis Darío Bernal Pinilla Luis Espinal Luis García Huidobro Luis García Montero Luis González Morán Luis Guitarra Luis Mariano Luis Pastor Luis Resines Luna Lunes Lunes Santo Lutero Machismo Maestro de escuela Mafalda Magisterio eclesiástico Mal Maltrato Malvarrosa Mamá Manifiesto del día internacional del Voluntariado Manifiesto por la Solidaridad Manos Manos Unidas Manuel Azaña Manuel del Cabral Manuel Mujica Láinez Manuel Sánchez Gordillo Manuel Vicent Manuela Carmena Máquina Marc Chagall Marciano Durán María María Magdalena María y José Mariamma Mariano Cibrán Junquera Maricas Marinaleda Mario Benedetti Mark Twain Marruecos Marte Martes Santo Martha Zechmeister Martín Jelabert Martin Luther King Martin Niemöller Martirio Marzo Máscara Matilde Moreno rscj Matrimonio Matteo Ricci Maximino Cerezo Barredo Mayo'68 Medicina Médicos sin frontera Medina de Rioseco Medio ambiente Mediterráneo Membrillo Memoria Mentiras Mercado Mercedes Cantalapiedra Mercedes Navarro Puerto Mercedes Sosa Meses México Mi canario Mi casa Mica Michael Czerny Michel Quoist Miedo Miedo escénico Miércoles de Ceniza Miércoles Santo Miguel Ángel Baz Miguel Angel Buonarroti Miguel Ángel Ceballos Miguel Ángel Mesa Miguel Cabrera Miguel de Unamuno Miguel Hernández Miguel Ligero Miguel Manzano Milagro Millán Santos Ballesteros Minueto Miradas Mirlo Mis Cosas Mistagogia Moda Moderación Moisés Moli Molino Monasterio de Moreruela Monseñor Algora Monseñor Romero Montaña Montealegre Moral Moral de la Reina Morgan Freeman Morir con dignidad Morten Lauridsen Mosca cojonera Mosqueo Mouse Mucho queda por hacer Muerte Mujer Mundo rural Munilla Muros Muros de la vergüenza Museo Museo del Prado Museo Oriental Música Nacimiento Nadal Narcisos Natación Natalicio Naturaleza Navidad Neil Armstrong Neila Nelson Mandela Nevada Nicodemo Nido vacío Nieve Niñez Nochebuena Nombres Nona Nuevo Mester Obediencia Obras Obsolescencia Ocas Octavio Paz Oliver Sacks Olivo Olor ONU Opera Oración Ordenador Oro Ortega y Gasset Oscar Wilde Oslo Otoño Pablo Milanés Pablo Neruda Pablo Picasso Paciencia Paco Alcántara Padre nuestro Paellada País Vasco Paisajes Pájaros Pajarradas Pala Palabras Palacios de Campos Palacios del Alcor Palencia Palestina Palomas Pamplona Pan Pancho Pancho Aquino Papá Papa Francisco Paquistán Para pensar Paradilla Paraguas Parlamento Europeo Paro Parque infantil Parquesol Parras Parroquia de Guadalupe Parroquia La Inmaculada Parroquia Sagrada Familia Parroquia San Ildefonso Parroquia San Pedro Apóstol Partenia Partidos Políticos Partituras Pasado Pasatiempos Pascua Pasión Pastores y ángeles Patata Patines Patxi Loidi Pavo real PayPal Paz Paz Altés PDF Pedro Ansúrez Pedro Antonio de Alarcón Pedro Calderón de la Barca Pedro Casaldáliga Pedro José Ynaraja Pedro Miguel Lamet Pentecostés Peñalara Peñalba de Santiago Pep Lladó Perdón Pereza Periodismo Periquito Perplejidad Perroflauta Perrunadas Persianas Personas Pesetas Pete Seeger Peter Menzel Pez Piano Picasa Pico Pie Jesu Pierre Teilhard de Chardin Pilar Pilar del Río Pintada Pinturas Pirineo Piscina Pisuerga Plaga Plantas Plaquetas Plasma Plástico Plata Platón Plaza de Tian'anmen Plegarias Pluralidad Pobreza Poda Poder Poesía Pol Política Pornografía Portugal Pozo Predicación Pregón Prejuicios Premio Nobel de la Paz Premios Goya Presencia Presentación Presente Preservativos Primavera Primavera de Praga Primera Comunión Profetas Prohibir Protesta Proyección Proyecto Hombre Prudencia Prudencio Publicidad Pueblo Puertas Quemadura Quevedo Quijote Quino Quintín García Quira Racismo Radiactividad Raíces Ramadám Ramón Ramón Cué Romano Ramos Rastrojos Ratón Raúl Castro Realidad Recados Recambio Recidiva Recolección Record Guinness Recorrido virtual por el Santo Sepulcro Recuerdos Redes Cristianas Reedición Reflexión Regalo Religión Religión Digital Reloj Remuñe Renglones Repuesto Reseña Bíblica Residencia de Ancianos Resiliencia Resistencia Resurrección Retiro Reyes Magos Ricardo Blázquez Ricardo Cantalapiedra Ripios Risa Roberto Roberto Rey Rock Rogier van der Weyden Rosa Rosalía Rosario Roselen Rossini Rostros Roy Bourgeois Rubén Darío Rudyard Kipling Rut Sábado Santo Sábanas Sabine Demel Sacerdocio Sahara Sal Sal Terrae Salamanca Salomón Salud Samuel Samuel Aranda San Agustín San Antón San Antonio San Bartolomé San Benito San Esteban San Ignacio de Loyola San Isidro San Jerónimo San Joaquín y Santa Ana San José San Juan Bautista San Juan de Ávila San Juan de la Cruz San Lorenzo San Miguel del Pino San Pablo San Pedro San Pedro Regalado San Romà de Sau San Roque San Valentín Sancho Sandalias Sandro Magister Sangre Sanidad Sansón Santa Ana Santa Clara de Asís Santa Espina Santa Marta Santa Mónica Santa Teresa Santiago Santiago Agrelo Martínez Arzobispo de Tánger Santidad Santos Santos Cirilo y Metodio Santos Padres Sara Saramago Saulo Scott Fitzgerald Seattle Seguimiento Segundo Montes Selecciones de Teología Semana Santa Seminario Sentimientos Seriedad Servicio Jesuita a refugiados SGAE Shakespeare Shūsaku Endō SIDA Siega Siesta Silencio Siloé Silverio Urbina Silvia Bara Silvio Rodríguez Simancas Simone de Beauvoir Sínodo Siquem Siria Sócrates Sol Sola Soledad Solentiname Solidaridad Soltería Somalia Sopa Soria Sorolla Sotillo del Rincón Stéphane Hessel Stephen Hawking Sudor Sueños Sumisión Suni Sur T. S. Eliot Tabaco Taco Talleres López Tamarindo Tamarisco Tamiflú Tano Taray Tarifa TBO TDT Tea Teatro Teléfono Televisión Temor Tener tiempo Tensión arterial Teófanes Egido Teología Teología de la Liberación Tercera Edad Tere Teresa Forcades Ternura Terremoto Terrorismo Tetas Thomas Becket Tierra de Campos Tiken Jah Fakoly Tolkien Tomás Apóstol Tomás Aragüés Tomás Moro Tomás Segovia Tomates Torío Toro Torres gemelas de Nueva York Trabajo Tráfico Traición Transición Traveling Wilburys Trigo Trini Reina Trinidad Trufa Tsunami Tumba Twitter Ucrania Umberto Eco Unción de Enfermos Unidad Universidad Urbanismo Urracas Uruguay Utopía Uvas Vacaciones Vacuna Valladolid VallaRna Valle de Pineta Valle del Silencio Valporquero Van Gogh Vaticano Vegacervera Vejez Velázquez Velicia Ventanas Ventiladores Ventura Ventura García Calderón Verano Verdad Verduras Viajes Vicente Aleixandre Vicente Huidobro Vicente Presencio Revilla Víctor Codina Víctor Heredia Víctor Jara Vida Vídeo Viento Viernes Santo Viktor Frankl Villalar Villalón Villancicos Villaverde de Íscar Vino Viña Violencia de género Violencia en las aulas Violetas Virgen del Carmen Virgen del Pilar Visita Vladímir Mayakovski Voluntariado Vuelo 605 Whitney Houston Wikiquote Winston Churchill Wislawa Symborska Woody Allen Xabier Pikaza Yankhoba Youtube Zacarías Zenón de Elea