Tal vez sea una excepción. Sí, puede que sea sólo eso, la rareza que se da una sola vez, como las flores en el desierto.
Es posible que no signifique nada. Que incluso sea un montaje de alguien bienintencionado que cámara en ristre y con una trupé de gente asalariada (por cierto, qué bien está conseguido el atrezzo, los jodíos) haya confeccionado este minicorto, que ni siquiera a eso llega, para demostrar lo bien que maneja esto del cine de masas.
¿Será un estudiante ya iniciado de la Escuela de Cine?
¿Será un cineasta fracasado?
¿Será un engañador empedernido?
¿Será, como dijo el poeta, un “sayón y escriba” truculento?
A mí me da exactamente igual. Lo acabo de recibir por correo y lo expongo para que veamos que, al fin y a la postre, no es tan difícil, qué va; es incluso facilón, mal que les pese a quienes nos malentrometen con aquello de que “homo homini lupus”, “defiéndete o se te comerán vivo”, “si te haces de miel te comerán las moscas”, “hermanos puede ser, pero primos…” y demás cantinela.
Seguro que esto lo coge mi amigo Pedro Miguel Lamet y saca unas reflexiones de “toma pan y moja”. Yo sólo me conformo con que lo veáis y sonriáis.
[Por cierto, me lo envió Roberto con este texto: