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Piedad Mediterránea

 

Las 3 “Pietà” de Miguel Angel:

Bandini*, Vaticana** y Rondanini***


La Piedad Mediterránea. Lau Feliu.

Santa María del Mar. Barcelona




* La Piedad florentina, llamada también Piedad Bandini, del Duomo, de las cuatro figuras o Deposición, es una escultura en mármol que representa una variante de las tipologías iconográficas de la Pietà ("piedad") y de la Deposición de Cristo, realizada por Miguel Ángel y conservada en el Museo dell’Opera del Duomo en Florencia.
 
** La Piedad del Vaticano o Pietà es un grupo escultórico en mármol realizado por Miguel Ángel entre 1498 y 1499. Sus dimensiones son 1,74 por 1,95 m. Se encuentra en la Ciudad del Vaticano.
 
***La Piedad Rondanini se encuentra en el museo del Castillo Sforzesco de Milán. Considerada como la última obra esculpida por Miguel Ángel, ya que estuvo trabajando en ella seis días antes de morir. Fue encontrada en su estudio después de su muerte e inventariada como: Estatua iniciada de un Cristo con otra figura encima, juntas, esbozadas y sin acabar.
(Tomadas de internet las dos fotografías primeras, y de Migraciones, Revista de la Campaña 2022-2023 de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado de la Conferencia Episcopal Española, las dos siguientes)

 

Al ir iba llorando, llevando la semilla.
Al volver, viene cantando, trayendo sus gavillas. (Salmo 126,6)


No hubo ninguna gloria en su camino del destierro, y tal vez sí la hubiera en el regreso, no en vano firmó el decreto todo un rey, Darío. En ambos casos, hubo lágrimas.
Salir de la propia tierra, varía según sea el como. No tengo experiencia propia, no puedo describir qué pueda sentirse. Cuando dejé mi casa, con apenas diez años, sentí desgarro interior aún sabiendo que allá a donde iba sería acogido. Llegué en pleno día y sin temor.
Estos versos de un poema que acabo de encontrar indican otra cosa bien diferente:
Mas cuando parece
que todo está perdido,
cuando las fuerzas se desvanecen,
cuando ya prefiere dejarse llevar
por las garras de la impotencia,
y la blasfemia brota llena de rabia
hacia un Dios sin entrañas,
un potente reflector
deslumbra en la noche,
una mano que surge de la oscuridad
coge con fuerza la suya,
la eleva al abrigo,
y escucha delicadas, unas palabras
que invitan a entornar los ojos cansados,
dejándose acunar durante un instante
por sensaciones ocultas,
caricias que parecían olvidadas.

Es el final de un texto más largo que invito a leer en otro sitio. Miguel Ángel Mesa Bouza pone palabras sentidas a una experiencia que para muchas personas es una tragedia absoluta, porque termina en muerte. Las que sobreviven podrían llorar de alegría si encuentran por fin lo que buscan. Y no parece que esté ocurriendo, precisamente. Por algo el autor titula a su poema Noche oscura.

¿Esto ha sido junio?



Esta vida que me vive, sin salirse del carril, trae siempre novedades. Hace un año a Gumi le ayudé a curarse un absceso, y fue con dolor por parte de ambos. El animalillo lo aceptó porque reconocía que le calmaba el sufrimiento. Yo me vi obligado, porque nada, o muy poco, hicieron los profesionales, salvo mucha parafernalia y ruido, y pocas nueces.
Ha pasado un año felizmente, y sólo queda una muy pequeña señal de aquel incidente.
Ahora ha vuelto a las andadas. Esta vez ha sido en su ojo izquierdo. Como es muy bruto, mete el hocico allá donde pesca algún olor sabrosón, sin mirar si hay peligro. Y se ha provocado una úlcera, afortunadamente limpia, sin cuerpo extraño que la haga mayor ni más profunda. Y por las mañanas, ese ojo aparece rebosante de una espesa masa gelatinosa, que pacientemente se deja limpiar, porque esta vez no duele.
Luego le aplico una pomada en el hueco de su párpado inferior, y él soporta mansamente que yo le manipule, sin meter sus dientes contra mí, porque sabe que ni me gusta ni se lo consiento.
Así vamos a terminar junio, él y yo volviendo a lo acostumbrado.
Que es que, mientras Berto está más sano que una pera en dulce, él siempre tiene alguna pejiguera que cuidar.
En fin, es así la vida.
¿Es así la vida?
Triste mes de junio de 2014 que no ha sido el final de esta historia, sino todo lo contrario: con el buen tiempo en la mar, en Italia, en España y en otras partes del planeta hemos sido espectadores ¿distantes? de esta corriente humana de desarraigo y lucha esperanzada… contra las adversidades.
Me permito copi/pegar esta información:
(Jose Luis Pinilla Martin S.J.).- “Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades...
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser ...”
Así, con las palabras de Gabriel Celeya recordaba el domingo los nombres de los emigrantes muertos en el Mediterraneo (y en otros lugares ) en la celebración “Morir de Esperanza”. Dos horas lentamente gustadas, que la Comunidad de San Egidio tuvo en Madrid -como en otras ciudades del mundo- en memoria de los emigrantes muertos en el Mediterráneo (y en otros lugares ). Y por cada plegaria una luz ante el icono de Mateo 25: Fui extranjero y me visitasteis,
Una de las conquistas digitales de nuestro mundo es la posibilidad de que permanezcan durante mucho tiempo la vida y la “letra” de las personas que amamos y que no deberíamos olvidar nunca. Con nombre o sin él. Religion Digital me ayuda una vez más, a que siempre permanezcan en “la nube” nombres y vidas que jamás deberíamos olvidar.
En esta nueva letanía os las ofrezco. Y que la nube del cielo hecha con las manos cálidas del Dios de la ternura los recoja. Para que su recuerdo vuelva como rocío que empapa la tierra y así vuelvan a “respirar” resucitadas por la acción de Señor. Como queremos que lo hagan de nuevo las 30 personas emigrantes que han perecido asfixiadas por encontrarse hacinadas en una zona muy estrecha de la barcaza en el canal de Sicilia. Viajaban junto con otras 566 personas procedentes del norte de África hacia las costas de Sicilia. ¿Será posible rescatar al menos su nombre junto al de esta larga lista?
Estas 30 muertes no son accidentes. Son fruto de conductas asesinas de los “caínes” actuales como dijo el Papa emigrante Francisco. Caínes que miran a otro lado cuando vienen a veces del infierno
¿Asesinados? En el mismo mar que enriquece a las mafias y mata a los jóvenes y al futuro. El mar una vez más devuelve, cadáveres, o vivos que las leyes de los estados convierten en delincuentes con solo pisar la nueva arena soñando libertad. O a quienes enmudecen a palos y pedradas ante la impasibilidad de las dos orillas. “¿Quién llora a estos muertos?” nos recordaba D. Ciriaco obispo presidente de la CEM, en las recientes Jornadas de Migraciones recordando las palabras del Papa Francisco.
Así era nuestra larga letanía de ayer. Os invito a incorporarlas a las vuestras. Y si tenéis un poquito de tiempo, solo un poquito -nada comparable al de sus largos días y noches atravesando desiertos, fronteras y mares- leedlas también en voz alta y con otros -si es posible- como latidos del propio corazón
Pues eso; que tras cada nombre digamos: ¡Dios mío, ruega por NOSOTROS!
Junto con Yaguiné y Fodé, los dos niños de Guinea Conakry fallecidos el 2 de agosto de 1999 al morir congelados en el tren de aterrizaje de un avión con destino a Bruselas, recordamos a las decenas de miles de seres humanos, hermanos y hermanas, que en su sueño por una vida mejor para sí mismos y para los suyos han perdido su vida a las puertas de la rica Europa, ante la indiferencia y el silencio de tantos.
De muchos de ellos no sabemos los nombres, pero hoy les recordamos porque sabemos que esos nombres están escritos en el corazón del Padre que no olvida a ninguno de sus hijos:

1. El 3 de octubre de 2013 fallecieron 366 personas frente a las costas de Lampedusa a causa del incendio de la embarcación con la que trataban de llegar a Italia. Entre ellos se encontraban Helen y sus hijos Bilen, Delina y Esrom; Dehab, Henry y Diyana; Hiweth con sus pequeños Eyob, Melat y Danayit; Alexander, Merawi, Menken y Habeba; Hagos y Bimnet, de 36 años, con los alumnos de su clase; Milit, y otros 6 diáconos de la iglesia eritrea. El papa Francisco calificó de "vergüenza" este hecho que conmocionó profundamente a toda la sociedad europea.
2. Recordamos a George, Robert, Philip y Saidè, procedentes de Ghana, Níger, y Gambia, que se encontraban entre los más de 100 emigrantes, en su mayoría mujeres y niños, que fueron encontrados muertos a finales de octubre de 2013 en el norte de Níger tras la avería de los vehículos en los que viajaban en su intento por cruzar el desierto del Sáhara. Murieron en medio del desierto a causa del hambre y de la sed.
3. Recordamos a Haifa, Samira y a los pequeños Ahmed, Aisha y Saadia, de 5 y 8 años, sirios, que se ahogaron junto a otras siete personas en un naufragio, el 26 de julio de 2013, cerca de la isla de Cos, en Grecia.
4. Recordamos a Violet, Ruth, Robert y a las otras 7 mujeres y 21 hombres nigerianos muertos al volcar el bote donde viajaban, a 29 millas de las costas de Libia, el 28 de julio de 2013.
5. Recordamos a Armia, copto egipcio, fallecido el 10 de agosto de 2013 mientras intentaba por segunda vez alcanzar las costas sicilianas, junto a otros 5 jóvenes egipcios. Llevaba consigo el Evangelio y una cruz que estrechaba entre sus manos. Con él recordamos a Mohammed y a otras 12 personas que perdieron la vida al volcar la barca frente a Ceuta, el 17 de septiembre de 2013.
6. Recordamos al emigrante maliense que murió apaleado el 17 de noviembre de 2013 en el monte Gurugú, en una redada de la policía marroquí. Junto a él recordamos a todos los que mueren víctimas de la brutalidad de las fuerzas de seguridad en los largos viajes hacia Europa.
7. Recordamos a las 7 personas que murieron el 29 de noviembre de 2013 en el mar Egeo al hundirse una lancha en la que transportaban refugiados sirios desde las costas turcas hasta las islas griegas. La lancha se hundió a unos cinco kilómetros las costas turcas. Uno de los niños ahogados tenía apenas un año y medio.
8. Recordamos a los 17 emigrantes haitianos que fallecieron el día de navidad, 25 de diciembre de 2013, cuando su bote sobrecargado naufragó mientras era remolcado a la costa de las islas Turcos y Caicos. Junto a ellos, recordamos a los diez inmigrantes haitianos que murieron ahogados el 26 de noviembre de 2013 muy cerca de las islas Bahamas.
9. Recordamos a Dawda Dremmeh, emigrante gambiano de 32 años que falleció el 23 de diciembre de 2013 en la tienda de campaña en la que dormía en Jaén donde trabaja como temporero. Había llegado a España en 2008 y estuvo dos años en el CETI de Ceuta donde dejó una honda huella en todos. Decían de él, "era un muchacho ejemplar, siempre escuchaba a todos y cuando se fue lo echábamos mucho de menos". Los trabajadores del CETI y residentes realizaron una colecta para repatriar su cuerpo y que su madre pudiera darle el último adiós en Gambia.
10. Recordamos a Armand, Dauda, Blaise, Ives Martin, Roger, Ibrahim, Larios, y a los otros 7 inmigrantes que murieron el 6 de febrero de 2014 ahogados mientras intentaban llegar nadando a territorio español en la playa del Tarajal, en Ceuta. La Guardia Civil les disparó pelotas de goma para impedir su llegada. Junto a ellos recordamos al joven que falleció el pasado 20 de enero en las costas de Melilla al lanzarse al agua desde la patera en que viajaba, cuando fueron avistados por las fuerzas de seguridad. Recordamos las difíciles situaciones que muchos de nuestros hermanos y hermanas viven intentando cruzar la valla de Ceuta y Melilla, cuyas duras imágenes todos llevamos impresas en la retina.
11. Recordamos a los fallecidos en el rescate de una embarcación en el puerto italiano de Pozallo, el pasado 10 de abril. Junto a los rescatados se encontró el cadáver de un hombre, y otro de ellos falleció al día siguiente por las consecuencias del durísimo viaje. Junto a ellos recordamos al joven de 18 años que falleció al llegar a las costas de Tarifa el pasado 8 de marzo, víctima de una hipotermia, mientras era conducido al hospital.
12. Recordamos a los 13 inmigrantes de Níger que fallecieron en el desierto del Sáhara al ser abandonados por traficantes a comienzos del mes de mayo. Con ellos viajaban otras 33 personas, la mayoría mujeres y niños, cuyos cuerpos no han sido encontrados
13. Recordamos a Mustafa, Fadia y Shirin, que se ahogaron el 5 de mayo de 2014 frente a la isla de Samos, en Grecia, junto a otras 26 personas, entre ellas 4 niños y 12 mujeres.
14. Recordamos al hombre que apareció sin vida en un barco rescatado en el canal de Sicilia el pasado 7 de mayo. En el barco viajaban 400 personas. El hombre murió de hambre y sed durante el viaje.
15. Recordamos al más de un centenar de emigrantes que fallecieron en el naufragio de una barcaza en Lampedusa el pasado 13 de mayo. En la embarcación viajaban unas 400 personas.
16. Recordamos a Anita, Bata, Compiter, Deborah, Blessy, Hagos, Tesfai, Errail y Rosa, nigerianos y eritreos, que se ahogaron el 12 de mayo de 2014 a 50 kilómetros de Tripoli junto a otras 8 personas, entre ellas un recién nacido. Los supervivientes hablan de unas 100 personas desaparecidas.
17. Recordamos a los ocho nigerinos que perdieron la vida el pasado 15 de mayo en Libia, después de que el camión en que viajaban fuera atacado por guerrilleros libios mientras intentaban llegar a la costa del país. El triángulo que forman las inhóspitas y casi invisibles fronteras de Níger, Argelia y Libia son con frecuencia el escenario en que mueren numerosos emigrantes.
18. Recordamos al joven afgano de 15 años que falleció por asfixia en un puerto griego el pasado 22 de mayo, mientras viajaba escondido en un camión para embarcar en un ferry con destino a Italia. Junto a él recordamos a los 22 inmigrantes fallecidos tras una colisión entre dos embarcaciones ocurrida cerca de la isla griega de Samos. Diez inmigrantes desaparecieron y 39 fueron rescatados con vida. Entre los cadáveres recuperados se encontraban los de tres niños. Ocurrió el 5 de mayo. La mayoría eran sirios que huían del conflicto en su país.
19. Recordamos a las tres personas que murieron el 28 de mayo tras zozobrar la barca en la que viajaban 11 emigrantes de nacionalidad marfileña y camerunesa en el norte de Tánger, y a la mujer subsahariana que desapareció el 25 de mayo tras volcar la barca de juguete en que viajaba en las inmediaciones de la isla de Perejil.
20. Recordamos a Ghenet, Tsigereda, Tadese, Tewolde y Rukia muertos el pasado 3 de junio junto a otros 55 inmigrantes de Somalia y Etiopía en un naufragio cerca de las costas de Yemen. Más de medio millón de personas han efectuado en los últimos cinco años la travesía desde los países del Cuerno de África hacia Yemen, en una ruta por la cual aspiran a llegar a los ricos países del Golfo Pérsico.
21. Recordamos al joven emigrante desaparecido en aguas del Estrecho de Gibraltar mientras intentaba cruzarlo en una barca hinchable, junto a otros cuatro inmigrantes que fueron rescatados por Salvamento Marítimo, el pasado 13 de junio.
22. Recordamos a Asbar, Asna ya los pequeños Mohammed y Bashir, ahogados en aguas libias el pasado 16 de junio, junto a un centenar de prófugos procedentes de Ghana, Malí y otros países del Árica subsahariana.
23. Recordamos a todos nuestros hermanos inmigrantes, que después de haber llegado a España y a Europa en busca de un futuro mejor, viven situaciones de pobreza, abandono, enfermedad y desarraigo. Recordamos a todos los que son objeto de discriminación en sus múltiples formas. Recordamos a todos los recluidos en Centros de Internamiento, privados de sus derechos de forma injusta.
24. Recordamos a todos los hombres, mujeres y niños que han muerto en cualquier lugar del mundo, intentando atravesar las fronteras, visibles o invisibles, que dividen este mundo entre ricos y pobres. Recordamos a José, Jaime, Pilar, Francisca, Joana, Merlín y Esteban, que forman parte de las 443 personas que han fallecido durante 2013 en el desierto mejicano intentando entrar en EEUU.
25. Recordamos a los más de 50 millones de personas que en el mundo han huido de sus casas y se encuentran refugiadas dentro o fuera de su país. Especialmente recordamos a las víctimas del conflicto en Siria, en Irak y a las víctimas de los conflictos en África. Pidamos al Señor que acaben todas la guerras, auténticas madres de la pobreza, y que este mundo nuestro conozca finalmente una nueva estación de paz. Este verano, miles de niños Sirios se arriesgan a perder su vida huyendo del conflicto.
26. Vela, Señor, por todos los que se ven obligados a abandonar su tierra, en busca de trabajo y seguridad. Toca las mentes y los corazones de todos para que seamos vulnerables al grito del pobre. Que tu Espíritu suscite testigos y profetas que sepan construir un mundo sin exclusión ni pobreza.


Una frivolidad



¿Qué otra cosa puede ser estarse un montón de horas encaramado en lo alto de una farola? ¡Gamberro! Si la policía, y sobre todo los jueces, fueran como deben ser, no ocurrirían estas cosas.
Ni es el primero, ni será el último en hacer el numerito. Sólo en un ratito he localizado estas fotografías.
 Unos lo hacen para divertirse.
Otros para que les miren.
Y habrá seguramente quien lo haga por estar de los nervios.
No creo que el de hoy, en Melilla, tuviera ganas de reír o de maravillar; y de beber, cero patatero.
¡Cómo será el lugar de donde vino! Ha preferido estar ahí arriba antes que volver.

Ahora ya puede descansar, aunque el CETI no sea, precisamente, un hotel de cinco estrellas.

¿A éste dónde lo ponemos?


Santiago Agrelo Martínez
La pregunta está de más, porque ya lo han colocado en su sitio. Justo más allá de la frontera. Que grite todo lo que quiera. Y si tiene algo que decir, que se lo diga al marroquí.
Suele ocurrir cuando sentamos a nuestra mesa a quien no está a la altura. Queda en evidencia, pero a nosotros algo nos salpica. Desde luego, pensamos, primera y última vez que volvemos a invitarlo.
Pero él, de momento y ojala no calle nunca, seguirá cantándonos las cuarenta.
A la vista de lo que dice, empiezo a suponer lo que piensa sobre otras cosas. Pero no voy a extrapolar, porque no sería veraz. Así, pues, y para no desbarrar, me limito a poner aquí lo que parece que son sus palabras textuales. Quien quiera sacarlas punta, que lo haga por su cuenta y riesgo.



Por el aspecto -muy sencillo, con un pin de Cáritas en la solapa- no parece un arzobispo; por el número de fieles de su diócesis -apenas unos 2.000 católicos de paso por Tánger- tampoco; pero es su discurso lo que marca las diferencias en este gallego.

- Dice la Biblia: "Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que va desnudo". Y nosotros plantamos una valla en la frontera.
- Hay que diferenciar dos mundos: el mundo de los intereses nacionales, que no sé con qué criterios se determinan, y el mundo de la fe, donde no hay fronteras.

- Pero el primero es el que cuenta para quien salta la valla.
- Así es. Aun así, ellos tienen su fe. Si no religiosa, sí tienen fe en un sueño, que es una manera de creer en algo. Esa fe en un sueño da una fuerza tan grande que les lleva incluso a desafiar a la muerte. ¡Ojalá los que decimos que tenemos fe en Dios o que creemos en el Evangelio nos moviéramos con la fuerza que ese sueño da a los subsaharianos que saltan la valla! Pero no es solo un sueño, sino la realidad de escapar de una triste realidad de ¿miseria, violencia, falta de perspectivas? Esa amarga realidad hace ilusionante el sueño.

- El problema de la frontera no es la valla ni las cuchillas ni la Guardia Civil. Usted va más al fondo.
- Sí. Si yo pongo una valla y cuchillas en la frontera es porque la considero infranqueable para determinadas personas. ¿Pero quién soy yo para impermeabilizar esa frontera? ¿Tengo yo más derecho que el que tiene el pobre a traspasarla? Cuando se trata de legislar respecto a los pobres lo hacemos siempre los ricos, y siempre desde nuestra perspectiva y no respecto a sus necesidades. En ese sentido, las fronteras son racionales para los ricos, pero son irracionales, absurdas, opresoras y discriminatorias para los pobres. ¿Sería posible que a la hora de legislar tuviéramos la delicadeza de preguntarles a ellos qué esperan y cómo podemos ayudarles?

- Pero no nos importa.
 
- ¡Esa es la cuestión! El problema es político. Qué importa que ahora retiren las cuchillas si no los van a dejar pasar igual.

- Porque son pobres.
 
- Claro. Cada año presumimos de que nos visiten 60 millones de turistas, pero cerramos la frontera a estos 4.000 ó 5.000 inmigrantes.

- ¿Eso es fruto de una política racista y clasista?
- Es fruto de una política equivocadamente economicista. Se considera que estas personas vienen a restarnos recursos, a ser un gasto y no un beneficio. Con ese criterio les bloqueamos el paso. Incluso nos permitimos el lujo de considerar eso un favor que les hacemos: "No pasan porque lo van a pasar mal", decimos. Han de cambiar las políticas y las conciencias.

- Desde Tánger, la Iglesia católica se verá más allá de los divorciados y los homosexuales.
- (Ríe) Digamos que la cosa nos concierne poco o nada. Además, eso va mucho con la mentalidad de las personas, la educación recibida y el trato mantenido. En mi vida hubo siempre homosexuales y divorciados. Los vi como amigos, algunas veces como amigos íntimos. En la Iglesia nadie debe emitir juicios.

- ¿Por qué no impera esa visión?
- Si te han enseñado a reducir el Evangelio a lo doctrinal, a la verdad, mirarás todas las cosas desde esa perspectiva de la verdad. Sin embargo, cuando la vida está regulada no por una supuesta verdad, sino por el amor, todo es posible. Ninguna persona se ha de quedar a la puerta de mi casa, sea de otra religión, ateo, homosexual o no importa qué. Jesús no preguntaba identidades. Queda mucho por cambiar en nuestra mentalidad.

- ¿La Iglesia debe primar su papel de ONG frente al de coaccionadora del poder?
- Ni una cosa ni otra. La Iglesia no ayuda al otro como filantropía, sino como continuación del amor de Cristo en el mundo, que es mucho más que ser una ONG. Otra cosa es la cuestión del poder. Ahí tenemos un problema serio. En vez de ser fermento en la masa social -es decir, disolvernos en ella-, seguimos pretendiendo ser órganos de poder. En este aspecto, a la Iglesia aún nos toca recorrer un camino de discernimiento, renuncia y empobrecimiento. Todavía nos sentimos poderosos. Pero eso a Dios no le gusta.

- De todas las manchas que arrastra la Iglesia en la actualidad, ¿cuál le duele más?
- A la Iglesia nos ha hecho sangrar mucho el asunto de la pederastia, porque es un problema muy serio y muy doloroso para las víctimas por el daño que se ha hecho a tantas personas. Al mismo tiempo, para nosotros ha sido doloroso porque se señaló a la Iglesia, en general, como responsable de ese daño. Yo me he pasado la vida entre niños y jóvenes; he dado la vida en medio de ellos. Y aunque a mí no me ha pasado, que entres en un bar y te digan "pederasta" es algo terrible. Aparte de eso, nos hace mucho daño que se asocie a la Iglesia con el PP.

- Disculpe el inciso, pero esa vinculación se la han ganado a pulso.
- Sí, sí. Pero lo que digo es que nos hace daño.

- ¿Por qué?
- Nos hace daño porque el Evangelio no es de derechas.

- Todo lo contrario.
 
- Sí. No sé si se entenderá si digo que Dios es de izquierdas. Con lo cual no digo que sea del PSOE o de Izquierda Unida. Dios sería de derechas si se preocupara de Dios, pero es de izquierdas porque se preocupa de ti y de mí. La Iglesia ha de mostrar que no se preocupa de sí misma ni de Dios, sino del otro. En este sentido, nos hace daño que se nos identifique con políticas que se preocupan del dinero y de cosas que no tocan.

- ¿Por qué es tan raro encontrar este discurso en la jerarquía?
- Se trata de la cercanía con la que vives la pobreza. Pongo un ejemplo: en 2005, yo era párroco en la Diócesis de Astorga. Hubo un intento de salto a la valla de Ceuta y murieron cinco inmigrantes. Recuerdo que pensé: qué vienen a hacer, quién les manda subirse a la valla, la Guardia Civil tiene que rechazarlos. Ése era mi pensamiento. Luego llego a Marruecos y me encuentro con ellos. Y mi pensamiento ha cambiado. Porque una cosa es hablar de la pobreza y otra cosa es encontrarte con el pobre. Ahora ya sé por qué suben a esa valla. Mil cosas empujan a esas personas a una valla a la que nunca hubieran querido acercarse si hubieran tenido otra posibilidad.

 
Yo, tras leerlo, me quedo más tranquilo. O intranquilo, para ser real. Porque destacar de esta manera le pone en el brete de recibir más que palabras feas. De todas las partes y de todos los colores. Y hasta es posible que se pregunte ¿quiénes son los míos? O ¿qué pinto yo en donde estoy?
Casi estoy seguro de que es consciente de que está más solo que la una. Pero lejos de inquietarse, estará mucho más firme; tiene hecha su opción tiempo ha, está con quien quiere y donde tiene que estar. Lo demás, ya se irá viendo.

Sólo han sido pelotas de goma



También se han visto casquillos de bala. Dicen que eran de fogueo. No valen que lo nieguen, porque hay demasiados testigos. Y treces cadáveres encontrados, de momento.
No es enemigo quien trata de entrar por esa parte del país. Son personas hambrientas y desesperadas huyendo de la muerte y queriendo encontrar una vida que merezca la pena. La buscan hasta morir, matados.
No es de recibo que se les reciba a tiros. Tampoco que se los devuelva al “enemigo”, sea este un país extraño, sea a un destino cierto.

Si nos toca defender una frontera contra invasores, deberíamos saber en nombre de qué, y sobre todo en representación de quiénes. No está siendo Europa en su conjunto una familia bien avenida. Aquí parece que unos disfrutan de la buena mesa y otros vigilan los alrededores. ¿Seremos nosotros los perros de presa?
Tampoco Europa parece ser una casa acogedora. Nunca lo fueron las mansiones de los ricos satisfechos con quienes sólo pedían pan y agua.
No me importa qué partido nos gobierna. Lo están haciendo mal en este asunto, y en otros muchos más. Sólo espero que cuando toque ir a votar, tengamos en cuenta lo que hacemos y a quién le damos nuestro placet.
Luego no vengamos diciendo que también a nosotros nos dispararon, no importa si eran salvas o simples pelotas.
También esta noche me acuerdo del pastor Niemöller.

¿Concertinas? ¡Hay que ver cuánto juego ofrecen las palabras!


Concertina para proteger haciendas y bolsillos

Concertina disuasoria para tranquilizar conciencias

Concertina de calidad asegurada

Concertina de seguridad medida

Concertina de toda confianza

Concertina de calidad probada

Concertina para espíritus sensibles

Concertinas en concierto

This was printed on the front of a T shirt for Gillian, who was fed up of hearing about concertinas

Concertinas para mantener las cosas en su sitio



Es lo que tiene nuestro idioma, da para todo lo que podamos imaginar, y mucho más… 

¡Más indios!


Creo que todos los indios que hay en la ciudad han pasado esta tarde por la parroquia. Eso me comentó Pilar anoche. ¡Cómo habrán venido tantos!
No es fácil responder a esta pregunta/exclamación. Por lo que ellos mismos dicen, no pueden volver a su país. Sí, allí tienen su familia y sus raíces, en tanto que aquí, sin nada, malviven. Aceptan el trabajo que les ofrezcan, y cobran simplemente lo que les den. Cogen lo que nadie quiere, y, a pesar de ello, se los rifan porque lo hacen muy bien.
¿Por qué están aquí? Parece ser que en su tierra no hay presente. ¿Tendrán futuro?
Curiosamente todo el colectivo de inmigrantes indios son católicos. Ellos no dicen nada. Pero acabo de recibir la última revista Sal Terrae y en un artículo firmado por Joseph Antony, “Jossie”, D’Mello, SJ se dice: «La India, conocida por ser una tierra donde conviven diversas religiones y culturas, está viendo erosionada su reputación de país secular, debido al aumento de atentados cometidos contra las minorías».
Empieza su artículo afirmando lo siguiente: «La India, crisol de múltiples religiones, es la cuna del hinduismo, el budismo, el janismo y el sijismo. Además, ha dado cobijo al judaísmo, el cristianismo, el islam y el zoroastrismo, consideradas religiones foráneas, pues surgieron fuera de la India. De ahí que la tolerancia religiosa esté arraigada en lo más hondo del sentir indio. Puesto que los hindúes eran tolerantes hacia otras religiones, las minorías nunca se han sentido inseguras en este país tan densamente poblado, hogar de un 12% de musulmanes y un 3% de cristianos».
Sin embargo, en los últimos años, el fanatismo y el fundamentalismo religioso se han extendido sobremanera desde que «el Partido Bharatiya Janata (BJP), que se fundó en 1980, pretende hacer de la India una nación hindú, algo que ha marcado su programa. El aumento de la conciencia hindú para la mayoría ha ocurrido en todo el país. Sin embargo, la escalada de violencia contra los cristianos se vive sobre todo en aquellos estados gobernados por el BJP o sus aliados. El manifiesto del BJP para las elecciones generales de 2014 deja claro que el principal objetivo del partido es hacer de la India una Hindu Rashtra (Nación Hindú) o Ram Rashtra (Nación de Ram). Por desgracia, el BJP quiere jugar con la religiosidad de la mayoría para ganar fuerza. Su estrategia ha consistido en llevar a cabo una política de división, polarizando el país en hindúes y no hindúes. Los no hindúes son tratados como foráneos. Por tanto, hay un ataque orquestado contra las minorías. La ideología Hindutva que propugna el BJP es una ideología extremista que va en contra de los principios más básicos del hinduismo, que cree en la no violencia y la paz. Estos fundamentalistas desprecian la Constitución y a las minorías y se toman la justicia por su mano. Por ello, los Estados en los que gobiernan no protegen a las minorías».
En cuanto el avión aterriza, y antes de bajar de él, tengo que quitarme esta ropa y ponerme el sari. Si bajo así, con pantalones, o me matan o me llevan a la cárcel. Palabras dichas por Sindi antes de emprender viaje para visitar a la familia a la que no veía desde hace más de diez años.
«Los cristianos de estas zonas remotas a menudo son obligados a convertirse por grupos de fundamentalistas hindúes. La ceremonia de la reconversión se conoce también como ghar vapasi (vuelta a casa) o sudhikaran (purificación). Los cristianos sufren una “reconversión” forzosa después de ser llevados hasta los templos con amenazas. Se les rapa y se les hace beber agua de purín de vaca como signo de purificación y les obligan a hacer desagradables juramentos para evitar que vuelvan a la fe cristiana», cita “Jossie”, tomándolo de ANTO AKKARA, Early Christians of 21st Century. Stories of Incredible Christian Witness from Kandhamal Jungles, Veritas India Books, Bangalore 2013, 285.
Para entender por qué algunos estados de India están así, especialmente los más apartados como Orissa o Karnataka, hay que seguir leyendo: «Durante los ataques, los grupos nacionalistas hindúes se justificaban diciendo que los cristianos convertían forzosamente a las tribus y a los parias. Sin embargo, el hecho es que las tribus y los parias, viendo el trato inhumano que les daba el hinduismo, se convertían al cristianismo. Se unieron al cristianismo como acto de protesta. Una de las principales razones de que se agreda a sus fieles es que el cristianismo se ha erigido en voz profética en la India. Los parias y las tribus con los que trabajamos ahora conocen sus derechos, y las personas de casta alta ya no pueden explotarlos. La actitud de las tribus y los parias concienciados ha empezado a molestar a los fundamentalistas hindúes. El trabajo de los misioneros les molesta. Estos fundamentalistas de mente cerrada quieren poner punto final a la actividad misionera y nos acusan de convertir forzosamente a la gente al cristianismo, al tiempo que ocultan las verdaderas causas de la violencia».
Por supuesto Suni y sus compatriotas son parias.

Y ahora, ¡a ver qué hace!



Esta es la exclamación-pregunta que saco en conclusión parece ser la que, –mucha gente que escribe y tiene sitio en lugares donde se habla de esto y de lo otro, lo santo y lo profano–, dirigen al buen papa Francisco, que además de casi romperse gritando ¡qué vergüenza! está pensando acercarse para llorar con los que lloran y siquiera estar próximo (prójimo), en el dolor y en el abrazo, velando incluso a los muertos.
Tal parece que antes de ir debiera liquidar el patrimonio entero y, hecho euros, llevar el saco de dineros para ¿hacer qué?
Mientras tanto en Lampedusa, en todas las lampedusas de este mundo, unos intentan llegar y otros recoger los cachos de quienes naufragan huyendo de la miseria y pretendiendo el paraíso.
No sé si corresponde a los gobiernos de esta tierra, a sus habitantes o a los marcianos cambiar este estado de cosas. Pero estoy seguro de que, en tanto no dejemos de esquivar nuestra mirada, indicando a la luna con el dedo que lo arregle, para mirarnos cada quien a sí mismo y a su circunstancia, esto seguirá pasando.

Esto debe saberse. Y si ya se sabe, denunciarlo



Recién publicada la cifra de parados en España, 5.778.100, el 25% de la población, y el 41 y el 30 en algunas provincias, y con nuestra casa hecha unos auténticos zorros, no podemos cerrar los ojos a lo que sucede en nuestra puerta trasera.
Si aún hemos de apretarnos más el cinturón aquí hay un sacabocados para hacer los agujeros que sean necesarios, pero nuestro bienestar futuro no debería construirse o recomponerse a base de estos procedimientos.
Alguien debería hacer mucho más de lo que hace. Mirar hacia otro lado, callarse o echar más leña al fuego lo único que va a conseguir es que tengamos que meternos en las catacumbas o buscarnos un refugio antiatómico. Al tiempo.

“Nos golpean con piedras en las rodillas y tobillos para no saltar la valla de Melilla”

Amanece en la Frontera Sur; es viernes 26 de octubre, todo parece tranquilo. Sólo dos sonidos pueden apreciarse en el ambiente si permanecemos en silencio: la llamada al rezo musulmán de la mañana y el rotor del helicóptero de la Guardia Civil que sobrevuela los llamados “puntos calientes” cercanos a la alambrada que separa Marruecos de Europa.
Hoy es la Pascua Grande musulmana, el Aid El Kebir. Aquí las gentes, como marca la tradición, se levantan con el alba y se desplazan, las familias al completo, en ayunas para la oración matutina antes de preparar el sacrificio del borrego y comenzar así tres días de fiesta y júbilo.
Pero no todos los musulmanes están de rodillas en las mezquitas y explanadas con los ojos puestos en el sol del nuevo día. Otros permanecen esparcidos por los caminos que llevan al monte Gurugú esperando a que lleguen las ambulancias y los miembros de Médicos Sin Fronteras.
“La mayoría somos musulmanes, sabemos qué día es hoy. Pero no tenemos nada que celebrar. Seguimos vivos, sí. Pero, esto no es vida. Dios no puede querer esta vida para nadie. Aun así no dejamos de creer en él. Al-lá es bueno y misericordioso, Él nos protege y le bendecimos”.
Anoche, entorno a las 05:30 horas, un grupo de más de cien subsaharianos, la mayoría de ellos de Mali, intentó acceder a Melilla superando la doble valla metálica de más de seis metros de altura, cerca del puesto fronterizo del Barrio Chino (una de las zonas más al sur del perímetro).

Ninguno consiguió entrar a Melilla, pero los vecinos de Altos del Real –el barrio más cercano a esta parte de la alambrada- aseguran que los alaridos y llantos de dolor de los jóvenes subsaharianos les hicieron estremecer hasta más de las siete de la mañana.
“Ha sido horroroso. Una auténtica masacre. Los vecinos nos han llamado escandalizados. Hemos venido en cuanto hemos podido, pero la Policía Local nos ha impedido el paso a la zona. Ha sido espantoso. Se oían llantos y gritos que se te ponían los pelos de punta”, asegura José Palazón, secretario y portavoz de la ong Prodein, uno de los activistas melillenses que fue alertado –“me han despertado los propios vecinos con una llamada de socorro al móvil”- y que se desplazó al lugar de los hechos para ser garante del respeto a las leyes y a los derechos humanos.
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Un gran número de guardias civiles -pertenecientes en su mayoría a los cuerpos de élite especialistas en cargas y métodos antidisturbios, conocidos como Módulos de Intervención Rápida (MIR) de los denominados Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) del Instituto Armado- esperaba en el lado español -provistos de largas porras, cascos y material antidisturbios- a que alguno consiguiera entrar para detenerlo, pero esta vez Marruecos volvió a actuar con contundencia.
Los inmigrantes denuncian que no sólo les dispararon con pelotas de goma y les pegaron con bastones y la culata de los fusiles, “como suelen hacernos”, sino que un gran número de policía fronteriza y de militares les pegó patadas y les golpeó con piedras.
A algunos se los llevaron a la provincia de Oujda, a la frontera de Marruecos con Argelia –donde las organizaciones no gubernamentales denuncian que son abandonados en medio de zonas desérticas sin agua ni comida e incluso a veces engrilletados y después de haber sido sometidos a palizas y vejaciones-. Pero, no todos corrieron esa ‘suerte’. Porque, los que consiguieron quedarse y los que fueron capturados posteriormente en su huida y no se les deportó, volvieron a recibir brutales palizas más allá de la zona colindante con Melilla.
“Nos pegan, nos pegan y nos pegan. No hablan, no te miran a los ojos, sólo te golpean”, grita un joven de Liberia al que le han roto un dedo de la mano derecha y le han producido graves heridas en una de las rodillas.
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Y es que, según dicen, la intención de las fuerzas marroquíes es que estas personas no vuelvan a saltar, nunca más: “Nos golpean con piedras y bastones en las rodillas y tobillos, dicen que con las piernas rotas se nos quitarán las ganas de trepar por las alambradas. Antes golpeaban, siempre golpean, pero ahora quieren rompernos las piernas”, comenta muy nervioso un chiquillo de 19 años que ha huido de Mali; asegura que ha llamado a las organizaciones defensoras de derechos humanos y a las ambulancias –con un teléfono móvil que tiene en la mano y que no deja de observar para comprobar la hora-, pero nadie viene. Han pasado cuatro horas desde que fueron masacrados y siguen tirados en los andenes de las carreteras pidiendo auxilio.

Conforme nos adentramos en el campamento del monte Gurugú –desde el cual se divisa por completo la ciudad de Melilla, el ‘sueño dorado’ para muchos de ellos- nos vamos encontrado muchos más jóvenes y de más diversas nacionalidades: Mali, Senegal, Liberia, Guinea Conakry, Centro África. Algunos de ellos son muy pequeños. Concretamente un chaval delgadito que dice ser de Mali llega con toda la boca ensangrentada. Tiene sólo 15 años y le han abierto una herida en la rodilla derecha y le han echado abajo varios dientes con una piedra.
En un momento aparece medio centenar de subsaharianos. Al menos ocho tienen la cabeza abierta –literalmente- y a una veintena le han abierto profundas heridas en rodillas y tobillos.
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Un chico senegalés nos enseña varias cicatrices de grandes dimensiones en la cabeza, alguna con indicios de haberse cerrado hace escasas semanas. Nos asegura que ha intentado entrar varias veces a Melilla y que, al menos dos, lo ha conseguido, pero que la Guardia Civil les pega, les engrilleta y les expulsa a Marruecos de nuevo a través de las puertas de servicio del propio vallado, algo que incumple la Ley de Extranjería.
Es extraño comenta: “España no quiere que entremos y para Marruecos no existimos. Si entramos quieren echarnos y si no entramos no importa que muramos de hambre o desangrados, sólo somos negros pobres, ni siquiera nos consideran hermanos musulmanes”.
Se quejan de que en el reino alauí las organizaciones defensoras de los derechos humanos no les atienden y que los activistas españoles cada vez se preocupan menos pro ellos y con menor frecuencia.
Entre los campamentos de Segangan, Gurugú y Marihuari pueden ser más de trescientos calculan. La llegada del invierno –que endurece notablemente las condiciones de supervivencia en los campamentos en los bosques y a la intemperie- les hace querer conseguir su fin con la mayor de las premuras. Además, la entrada la pasada semana de más de un centenar de personas a Melilla en dos saltos grupales les anima y les da esperanzas.
No somos mala gente. Sólo queremos sobrevivir. Aquí no tenemos comida, ni agua. ¡Mira como vestimos! No somos ni personas. ¿Tú no lo harías?”, protesta enérgicamente un joven corpulento de Mali. Es la imagen más amarga de la inmigración. Son cientos de historias durísimas. Miles de personas que huyen del hambre, de las milicias, de la guerra, de la persecución, y que se topan con un muro que no van a dejar de intentar franquear, ya sea cojeando o con la cabeza repleta de cicatrices.

¡Esto no es ninguna exposición, oiga!


     Una exposición es un conjunto de cuadros,  por ejemplo; pero no todo conjunto de cuadros es una exposición. Para que sea exposición tiene que darse ésta, es decir, la puesta a la vista, la presentación en la forma que sea, su manifestación.

     Es sabido que las más famosas y ricas pinacotecas del mundo atesoran en sus sótanos y almacenes muchas más obras pictóricas que las que aparecen en las salas visitables por el público. Aunque ni estén debidamente colgadas, ni presenten una sucesión temática, ni tengan focos que las iluminen, ni figure a su lado una ficha identificativa, no por ello desmerecen de las otras, e incluso pudiera ocurrir, como de hecho sucede, que precisamente las que no se ofrecen al visiteo sean las más valiosas; no digo yo que sean las mejores, que ese es otro cantar.

     Pero no son una exposición.

     Bien mirado, cualquier lugar es bueno para exponer cuadros. Pero también e igualmente, un conjunto de cuadros constituyen toda una exposición, no importa cual sea el lugar donde se hallen ni la  disposición y orden en que hayan sido colocados, con tal de que estén a la vista.

     El caso es que no hace mucho realizamos unas pequeñas obras para hacer algo más digno el portal del despacho parroquial. Le hacía mucha falta, porque tal como estaba más parecía la entrada de una nave de industrias varias que donde se va a solicitar un bautizo, encargar unas amonestaciones o platicar simple y llanamente sobre lo más humano o menos divino.

     Hubo que segregar un pequeño receptáculo de la nave lateral para habilitar un recibidor desde el que se pudiera acceder a la salida lateral del templo, a la nave de almacén general y al despacho parroquial. Es lo que se llama vulgarmente distribuidor, porque distribuye; o sea, para entendernos, hacían falta tres puertas al interior a partir de la puerta de entrada. Y eso es lo que hemos hecho. Como lo llaman en mi pueblo, el portal.

     Pequeño que es, sin embargo también se merece algún adorno, que al fin y al cabo no deja de ser el primer lugar que quien entra se encuentra. Había que poner algo que ambientase al visitante y le predispusiese, y para bien. Porque para disponer en contra no merecía la pena hacer ningún tipo de obra, ya estaba mal como estaba.

     Así que reunidos en sesión plenaria y con el coro completo, hemos decidido todos a una colgar las siguientes obras:




     1. Retrato de Jesús. Ideal, por supuesto, porque no hemos conseguido ninguna foto original. Si entonces alguien le sacó en pintura, cosa que ignoramos, no hay constancia. Tampoco hemos encontrado escultura o relieve en madera, arcilla, yeso o similares. Ya suponíamos que no existiría su rostro grabado en moneda alguna, de modo que ni nos hemos molestado en buscar. Tampoco nos hubiera servido, más que nada por el tamaño.

     Hemos puesto, pues, esa lámina con su rostro imaginado y una pregunta al pie que dice: «Y tú ¿quién dices que soy?», que no resultará demasiado apropiado plantear a quien viene y quiere entrar a lo que sea; pero que tratándose de un lugar como una parroquia, tampoco es que sea como para echar a correr, digo yo.


     2. Virgen Guadalupana. No se trata de la imagen impresa en la tilma (especie de poncho o manta) del indio Juan Diego, ni siquiera una copia sencilla. Se trata, al parecer de una bordado con hilo dorado  de la Virgen de Guadalupe encerrado en el interior de una guirnalda preciosista, con bucles arriba y abajo, a derecha e izquierda. Vidrio y metal  completan el conjunto. Tiene en la parte superior la anotación "Museo de América", en la inferior izquierda la frase "Dvs. Castellanos f. te. mex°." y a la derecha "año de 1740". Una preciosidad.


     3. Cuarto Stato. Lámina a color del cuadro que Giuseppe Pelliza da Volpedo firmó en 1901. Se hizo muy popular esta obra merced a la película Novecento de Bernardo Bertolucci.

     Además de exponerse a sí mismo, este cuadro cumple la honrosa función de ocultar el armario de fusibles y el cuadro general de la electricidad. No consigue, sin embargo, ni ocultar ni disimular el tubo de conducción del gas natural, tan necesario en invierno como el comer; es nuestra calefacción.

     4. Obra anónima e innominada. Diremos, para entendernos que se podría titular "Mujer" y que es obra de un pintor senegalés. Es tela pintada con colores vivos, como puede apreciarse. Representa a tres mujeres ataviadas con traje típico  que portan sobre sus cabezas una carga. Alguien lo trajo a la vuelta de un viaje para visitar a su familia y llevarle suministros varios. Volvió cargado con esta pequeña joya.


     5. Lámina, impresa en Alemania no se sabe cuándo, que representa a una niña y a un niño sentados en un banco que tiene este rótulo escrito en el respaldo: "Whites only blanks aleenilk". Apareció entre un montón de material de desecho de un colegio, ya se sabe lo natural: sillas, pupitres, libros, papeles, etc. Podría titularse sencillamente: ¡Qué bien estamos juntos!, pero se admiten sugerencias.

     La exposición se completa con cuatro sillas puramente artesanales y una mesilla de noche de los tiempos de Maricastaña, salidas yo bien sé de dónde, pero que me lo callo, por si acaso ahora resulta que se han revalorizado y vienen corriendo a exigir su devolución. Ya se sabe: "Santa Rita, rita, rita…"


     La planta es de adorno -pero de verdad- y está en proceso de iniciación a la vida. Cuando crezca lo suficiente vuelvo aquí y os la presento en condiciones.

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