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miércoles, 4 de octubre de 2017

Dentro de las tinieblas "La vida no vale nada", pero el corazón se ilumina emocionado al oir la música de Leone

Portada del Lp
Dijo Antoni Gaudí: "La originalidad consiste en volver al origen; a la simplicidad de las primeras soluciones". Y ese retorno pasa, según el maestro arquitecto catalán, por mantener el poder de seducción aunque sea en detrimento de la evolución estética. Su obra nacía de la naturaleza, del mismo modo que las canciones de Leone emergen de la intensidad del alma, de los principios de nuestra música, de esa pasión hilvanada con instrumentación fina y elegante, no exenta de arrebatos de fuerza, acompañando poesías sinceras, agridulces, a veces hirientes otras tremendamente divertidas, aunque eso sí, siempre con la verdad por delante. Este 2017 han sacado su primer Lp con el título de "La vida no vale nada" en la que misterios y amores se entienden y complementan mediante fascinantes arreglos propios que nos recuerdan a la copla y el flamenco vía los preceptos del mejor rock and roll. "Son las cosas de la vida, que no tienen explicación" las que nos cuentan con 10 canciones estremecedoras, envueltas en una llamativa portada y editadas por Clifford records. Parafraseando uno de sus versos: Dentro de las tinieblas, siempre ilumina un buen corazón emocionado por la música de los Leone.  

Trayectoria


Leone. Foto: Fran  Úbeda Lorente 

La banda Leone está formada por Jesús Canet (guitarra y voces, Motel 3), Juan Pérez Marina (guitarra, Cartografía del Ruido, Corcobado), Manuel Cahuchola (bajo y voces, Ventura Dijo, Paul Collins), Jesús Alonso (batería, Les Rauchen Verbotem, Corcobado). Se forma a finales de 2013 con un par de demos grabadas en casa con temas como "Sed de mal". El nombre es un homenaje al cineasta Sergio Leone, conocido por sus obras de spaguetti western. Ya en 2014 se estrenan en directo, y en verano de ese año empiezan a grabar su disco de debut con cuatro canciones que acaban autoeditándose en formato vinilo y digital. Con el título homónimo de Leone Ep se graba en el Estudio La Reserva, con David Acero a los mandos, más Jesús Rodríguez Chinchilla (Hazte Lapón) al bajo y David Talbaila (Ornamento y Delito) a la batería. Ambos son substituidos más adelante por la actual base rítmica por la que pasa también Rubén Lizana (percusión).


Leone. Foto: Fran Úbeda Llorente

Con el respaldo de algunos medios especializados, realizan varios conciertos con éxito en salas del Estado, al tiempo que graban un nuevo sencillo con dos temas, "Tus Huesos" y "Quien quiere ser JC (Jesús Canet)". El single está disponible en el bandcamp en formato digital y en 2016 lo editaba en vinilo 7" Monasterio de Cultura y Delia Records. Aportaron una versión de "Jaleo en la zona deprimida" de 713avo Amor para el recopilatorio "Atardecer naranja infierno", homenaje a Carlos Desastre y editado por El Muelle Records (Málaga). Cabe destacar también que vuelven a colaborar en el artwork, Fran Ubeda Llorente.

Todas las canciones de este Lp fueron compuestas por Jesús Canet más Leone. Fue grabado por OJO en la Zona Autónoma Temporal (Torrijos), mezclado por Pablo Gregor, con magnífica ilustración en portada de Fran Hotdog, y diseño gráfico de Jiwnani. Contaron con la colaboración de Jesús R. Chinchilla a la trompeta. El vinilo incluye un cupón de descarga digital.
  
Las canciones


Leone. Foto: Fran Úbeda Llorente

El disco empieza con "El Presidiario" y esa espectacular combinación rítmica aupada por riffs de guitarra que le dan un aire misterioso, entre arabescos de fantasía y pasiones aflamencadas. "Si te encerraron fue por malvado, por repartirnos tu corazón", nos cantan en una melodía de ensueño con excelente voz principal, magistral solo de guitarra, una banda muy bien conjuntada y desbocada trompeta aportando un toque desquiciado entre acoples perfilando un momento instrumental lisérgico. Brotan gotas de compasión para pedir perdón y de genialidades varias como en el siguiente corte. "Sed de Mal" tiene una combinación melódica y rítmica envolvente, muy cautivadora, entre guitarras finas y percusión no menos fascinante. "Anda que no ha dolido cada minuto que me faltabas…". Un tema muy sentido que presenta un tratamiento musical pegado al alma percutiendo en cada parte de nuestro cuerpo, sedientos de la magnífica obra de estos inspiradísimos Leone.
 

Leone. Foto: Fran Úbeda Llorente

A continuación nos ofrecen la encantadora "Amanecerá" con esos bonitos pasos de mayor a menor. "Se oyen tacones lejanos y la luna brilla en soledad… los pensamientos de miedo que recorren todo el cuerpo, ya desaparecerán… anoche el mundo entero, luego ya amanecerá". "Cuando te sientas perdido, y no encuentres la salida", escucha está canción que, por lo poco, te levantará la autoestima y "en un momento certero, volverás a estar contento y a sonreír". Seguro que al final bailarás con frenesí al compás de su ritmo.

El siguiente tema lleva por título "A tu vera", excelente ejercicio sonoro de beat envolvente "para acallar el llanto y vivir toda una vida junto a ti". Leone son nuestros guías que nos llevan a los campos de Andalucía, una brisa que alumbra nuestra vida, "el barco de nuestro corazón" para agasajarnos con canciones de amor tan profundas como ésta en la que sobresalen esa guitarra imaginativa, bajo poderoso y perseverante percusión, más excelente voz principal, muy buen conjuntados.  


Leone. Foto: Fran Úbeda Llorente

Cierra la cara A "La Nana del caballo chico", otra exquisitez con arreglos un tanto psicodélicos que te arropan sonorizando una carta de amor "para contarte sincero las cosas que yo siento, que te llevo muy dentro, por más que lo intento no puedo escapar. Una mañana en el after te dije te quiero y ahora no me arrepiento… que lo sepa el mundo entero que te voy a cuidar y estoy casi seguro que te va a gustar". Tal y como recen en la canción: "Como un perro sin dueño, siempre corriendo va por las calles desiertas y ahora que ella está a su lado, ya no tiene miedo, ya no soy marinero, que ahora soy capitán, un hombre nuevo que se atreve a dejarse llevar". Sencillamente, estremecedor.
       
La cara B se abre con "La puerta abierta" y ese sensacional arranque de guitara eléctrica tan sutilmente aflamencado, vibrante y pasional, que nos lleva a una duda: "¿cómo eres tan bonita y al tiempo tan cruel, tienes cara de niña, y cuerpo de mujer?… me dices que eres tan valiente pero te asustas de mi querer". Excelente corte melódico perfilado con impecable acompañamiento rítmico con todo lo mejor de esta banda capaz de convertir la fusión de géneros en seña de identidad inquebrantable. "Vuelve a tu casa niña, no me hagas sufrir, no me digas que me quieres porque es imposible querer así". 


Leone. Foto: Fran Úbeda Llorente
Le sucede "El inmoralista" con ritmo trepidante. "Me voy a olvidar de esta vida y voy a volver a empezar, me voy a volver egoísta, siguiendo la pista que me lleva en espiral… no hay muros ni cadenas ni castigo que me pueda castigar". Entonces ya pueden decir los demás que solo tengo prisa para "bailar" tan estimulante corte, "no pienso sufrir más, apártate que no quiero parar". Otro excelente solo de guitarra completa tan suculento tema a modo de declaración vital de intenciones. Llegamos al tema que le da título, "La vida no vale nada", otra exquisita muestra de su talento con ese ritmo tan latino, con esencial presencia de trompeta, "Que se me seque la hierbabuena de mi jardín, que me parta un rayo muy grande si te mentí". "Era tan joven que no sabía que esta vida hay que vivir, que pasa el tiempo, y que nunca sabes lo que está escrito en tu porvenir, para darte cuenta lo que te hace realmente feliz". Elegancia y distinción a raudales en una maravilla de canción, melodiosa y bailable, que acabará de raíz con cualquier de tus penas. Fascinante el momento final con el solo de guitarras a varias voces dialogando con la trompeta con acompañamiento exquisito de la percusión.
   



El álbum sigue con "Semana Santa", tema oscuro, perturbador, con ese ritmo tribal, y esas guitarras rugiendo con determinación para definir ese misterio que no se puede entender: "para que dices que me quieres, si no me das tu querer, y me tratas como a un perro… déjate de juegos, hace tiempo que te espero como un niño para que me lleves de la mano lejos". Y es con en esas cosas de la vida inexplicables que los Leone arremeten con sus guitarras profundas, su voz emotiva, y su percusión medida al milímetro con líneas de bajo absolutamente geniales. El último corte lleva por título "Carmencica la churrera", la última de las genialidades de este álbum tan suculento, repleto de matices absorbentes, grandiosos, emocionantes, que en este caso se tejen con guitarra acústica y voz entrecortada a la búsqueda de ese amor inmortal, "que el barquito que se aleja, no va a regresar nunca más, que se pase pronto el frío, que me ponga pronto viejo, que tenga mi casa en el mar, que los besos que me has dado, son míos pa’ siempre jamás… Carmencica no seas loca, no te peines los pelos pa’trás, no te pintes más la boca que ya no tienes edad… Carmencica de mi vida, un día te voy a cantar".
  
Reflexión final



"Esta vida no vale nada, pero a veces, mejor así, que te levantes cada mañana como si fuera a llegarte el fin ", así reza el tema que da título de tan magnífico Lp de los Leone editado por Clifford records. Con un título, que no pretende ser tremendista aunque pueda parecerlo a simple vista, les entronca no solo con el post punk de los ochenta con raíces españolas sino también con la técnica literaria de la novela española de postguerra, y por supuesto con la copla, el flamenco, el rock and roll, o con cualquier exhibición de talento que se te ocurra en el que música y letra se complementen de forma inequívoca para expresar los sentimientos con pasión desgarrada, toques de humor agridulce, y elegancia a raudales. "La vida no vale nada" es un disco conmovedor de principio a fin, repleto de secuencias rítmicas que invitan al baile y melodías que buscan la introspección, y al revés. Repleto de matices sabrosos, detalles de cualidad instrumental inconmensurable, y poesía existencialista de calidad desbordante, los Leone se sitúan en lo más alto de la escena actual del rock and roll con un producto propio que, si se me permite, se me antoja ideal para vivir y para, como bien dicen, "que se acabe la guerra y que nuestro amor se vuelva inmortal".






Nota: Puedes escuchar las canciones en el bandcamp, donde también podrás comprar una copia, o en la web de Clifford Records. El grupo presenta el disco en varias ciudades. Los detalles en el cartel  que acompaña este texto o en su Facebook.
 

miércoles, 7 de junio de 2017

The Seasongs, jugando a sobrevivir en “Días y Noches” (Clifford 2017) con una energía creadora preciosa

Cada nueva entrega de The Seasongs se convierte, desde la primera escucha o incluso antes, ya al observar detenidamente sus siempre espectaculares carpetas, en un referente del mejor powerpop actual con esa mezcla tan sensible de armonías cariñosas, ritmos magnéticos y letras emotivas.  Acaban de editar, de nuevo con Clifford Records, un 10” bajo el título genérico de “Días y Noches”. Cuatro canciones que lograrán enternecerte con sus melodías repletas de matices originales, combinados con elegancia y habilidad manifiesta, a cargo de esta experimentada banda madrileña. Mediante una ejemplar trayectoria, este magnífico combo ha ido enriqueciendo sucesivamente, disco tras disco, nuestra  escena estatal con momentos sublimes que tratan sobre el devenir existencial entre música preciosista. Un amplio abanico de recursos y razones contundentes dispuestas para sobrevivir en un mundo en el que las casualidades no lo son tanto.        

Trayectoria
Jaime, Carlos y Óscar

The Seasongs son un trío formado en Madrid en el año 2003 tras un proyecto de “garage” de 2000 llamado Piso99. Sus miembros son actualmente Óscar Granero (voz principal y coros, guitarras, piano), Carlos L. Vigara (bajo, trompeta, voz ocasional) y a la batería, Jaime Bará. un breve espacio de tiempo les acompañó Carlos Hens (Los Elegantes) en substitución de Ramón Mejía, primer baterista, quien dejó la formación en noviembre de 2014 por motivos personales una vez finalizada la grabación de este segundo disco. Le sucedió Carlos Sánchez de los Comebacks.

Su discografía se inicia con cuatro EPs autoeditados en los años 2003, 2005, 2006 y 2009. Algunos de su temas han aparecido en recopilatorios como los de  Bon Vivant Records. Los dos primeros EPs fueron grabados por Carlos Torero en los estudios Rock Soul, y los dos últimos en los estudios Sónica de Madrid con Ramón Moreira (Ginferno) como técnico de sonido. Con el primero, titulado  "The Seasongs", llegaron a ser finalistas del concurso 5euros.com del sello Rock Indiana. Mediante el tercero, llamado "My turn", también llegarían a ser finalistas del concurso de bandas de Radio Utopía de 2007, y con el EP, "When I call her name", se subieron a tocar en el escenario del Cavern Club de Liverpool en la edición de 2010 del festival de música IPO. Volverían en los siguientes años hasta 2013, 2015, y 2017 en el que contaron con una colaboración puntual de Jeremy Morris a la guitarra. En 2012 editaban su primer álbum con el título de “Out Of The City”. Su segundo trabajo llevaría por título “Buscando el Sol” y fue editado también por Clifford Records. ( + info).


En la grabación de estas canciones Óscar Granero se encarga de la guitarras eléctricas y acústicas, teclados, palmas, sonidos de revés, arreglos de cuerdas en “In flames” y voz principal en todos los temas menos en “La Reina Blanca” en la que canta Carlos L. Vigara (coros, bajo, percusiones, teclados, arreglo de cuerdas en “La Reina Blanca”).  Han contado con la colaboración de Carlos Sánchez a la batería, percusiones y palmas en "Estoy vivo" e "Ingratitud"; Ramón Mejía a la batería, percusiones y coros en "In flames" y "La Reina Blanca";  Ana Rodrigo: piano y coros en “La Reina Blanca”; más Beatriz Zaragoza al violonchelo, y Arancha Moreno y Carolina Marcos a los violines en "In flames" y "La Reina Blanca".
Contraportada

Fue grabado, mezclado y masterizado por Pepe Bermejo en los estudios Village Green de Madrid entre abril y octubre de 2014 ("In flames" y "La Reina Blanca", de las sesjones para su anterior álbum “Buscando el Sol”) y abril a septiembre de 2016 ("Estoy vivo" e "Ingratitud"). Los arreglos son de The Seasongs y fue producido por Pepe Bermejo. De nuevo, los excelentes dibujos de portada y contraportada son obra de Óscar Herrero, autor del diseño, más color a cargo de Laura Herrero y Diana Herrero.   "Estoy vivo", "Ingratitud" e "In flames" fueron compuestas por Óscar Granero, y "La Reina Blanca" por Carlos L. Vigara. A mencionar que "Estoy vivo" está dedicada a David Bowie.  Se incluyen las letras y una descarga en digital.

Las canciones

The Seasongs con la banda de Jeremy Morris 
La cara A se abre con “Estoy vivo”, tema de pop que arranca con guitarras acústicas y la dulce voz de su cantante. Se incorpora la sección rítmica entre arpegios absorbentes con los que nos llevan hasta el grandioso estribillo.  “Un sueño sin fin… habiendo tiempo, jugando a sobrevivir”. Pasan los acordes con una seguridad pasmosa, “escuchando a los Kinks”, con riff de homenaje incorporado.  Añaden un excelente solo de guitarra que culmina esta delicatesen de canción con el que celebran sabiamente que “estoy vivo” con una secuencia instrumental fascinante con detalles lisérgicos digna de mención. Le sigue “Ingratitud”, otra maravilla melódica con unos arreglos muy bien hilvanados. En este caso, se tornan más hirientes con esa letra agridulce entre esa “sonrisa de la ingratitud… que brillará hasta explotar,… y vienes tú, golpeando una vez más entre latidos de pasión”.  El tema combina varias líneas musicales que se compenetran mediante una sección rítmica de bajo y batería, guitarras que ocupan toda el espacio sonoro, equilibradas a la perfección con la excelente voz principal.  


The Seasongs con Jeremy en el IPO
“In flames” es un tema, cantado en inglés, que trata sobre el amor en todas sus consecuencias, desde su vertiente dolorosa hasta la conmovedora, entre el cielo y el infierno.  Tras un sugerente combinado de eléctrica y acústica, se incorpora la voz principal quien desarrolla la melodía arropado por una portentosa sección rítmica y sección de cuerda. El tema va creciendo en intensidad entre varios riffs conmovedores y secuencias sonoras reforzadas por violines y violonchelo para descargar toda su intensidad en el apoteósico estribillo final.   Cierra el disco “La Reina Blanca”, canción en la que “la imagen mental  entra en conexión con la realidad”. Con una introducción instrumental cosmológica, nos hablan de casualidades que no lo son, “sincronicidades y acausalidades”.  Como en todas las cosas bien hechas  “todo lo que fue hoy,es y será, vuelve a suceder, vuelve a comenzar… Como separar  gotas en el mar entre tú y yo, no hay dualidad”.  Un tema cargado de sensualidad lisérgica, ritmos marciales, coros angelicales y una melodía pop que pone los pelos de punta entre descargas eléctricas de guitarras con las que se generan “el giro que nadie esperó”.  Una gran canción a la que se suman momentos solistas de guitarra, y efectos de cuerdas creando un colchón anímico de dimensiones estratosféricas para terminar con el ritmo de batería marcando los latidos del corazón.  

Reflexión final
The Seasongs

En la letra de una de las canciones de los Seasogns,  concretamente en la primera que abre tan flamante álbum “Días y noches” , con el título de “Estoy vivo”, se nos dice: “en los viejos tiempos soy feliz”. Sin lugar a dudas, en la música de esta banda madrileña cohabitan por una parte los parámetros sonoros de esos “viejos tiempos”, por ejemplo con el riff de los Kinks que refuerza esa aseveración vital, y por otra, una forma muy particular e intransferible de tratar las melodías con detalles minuciosos y enriquecedores de todo lo aprehendido hasta el momento.  De esta forma crean sus propios “latidos de pasión” a los que se refieren en el segundo corte “Ingratitud”.  En sus canciones emergen motivos agridulces porque el dolor y el amor comparten una causa que afecta a nuestros sentimientos.  Son temas que despiertan los sentidos y consiguen emocionarte de principio a fin. La suya es una música que está hecha con el corazón y por ello logra comunicarse con tamaña fuerza emotiva. Parafraseando los dos temas de la cara B de este álbum, “La Reina Blanca” y “In flames”, déjame decirte una sola cosa sobre la música de los Seasongs: “su energía creadora… It's so precious”. 

Nota: Puedes escuchar las canciones en el bandcamp de The Seasongs donde también podrás adquirir una copia del disco en vinilo más descarga digital.

martes, 11 de abril de 2017

Los Superfortress, volando de forma inmejorable con su orgánico y enérgico álbum “Human Race Sucks”

No por habitual resulta menos preocupante y ciertamente injusto: aparte de los músicos, el rock and roll tiene múltiples y variados protagonistas que no suelen obtener, más allá del ámbito personal próximo, un merecido reconocimiento. Solo la perspectiva que da el tiempo transcurrido logra que los expertos valoren, en su justa medida, su imprescindible aportación aunque, lamentablemente, no siempre. Qué duda cabe que un buen disco es obra directa de sus autores e intérpretes pero, para que su talento llegue hasta nosotros con toda su brillantez, se necesitan ingenieros de grabación tan profesionales y hábiles como Máximo Ruiz, quien desde su estudio malagueño de Hollers Analog, ha conseguido el mejor sonido posible para la nueva obra magistral de los Superfortress. Se trata de un álbum de ocho imponentes canciones bajo el título genérico de “Human Race Sucks”, editado a finales de 2016 por Clifford records. Si conoces su anterior entrega, este disco te va a sonar más orgánico y visceral porque, entre otros aspectos temáticos, fue grabado en un ocho pistas y en directo. El resultado no podía ser más apropiado para unas canciones que despiertan los sentidos a base de latigazos procurados por esos inconfundibles riffs de guitarra que respaldan la vehemente voz principal acompañada por una imperturbable sección rítmica de bajo y batería que completa una formación de trío ciertamente espectacular tanto en directo como en estudio.                    

Trayectoria

Los Superfortress en su gira italiana (2016)
Los Superfortress se formaron hace seis años con Pedro “Last Splash”, cantante y guitarrista; Alberto bajista y coros,  y Juanese, baterista. Empezaron siendo una asociación gastronómica, poco seria añaden ellos, en un cortijo de Uleila del Campo en Almería. Al final fueron liándose con la música y convinieron en la necesidad imperiosa de crear una banda de rock. Cabe mencionar también que Last Splash milita en la banda de space rock Monogay también como guitarrista, formación que está por el momento parada. El nombre lo toman del B-29 Superfortress, bombardero que construyeron los americanos  durante la segunda guerra mundial, asociado con capítulos bélicos como la batalla del Pacífico. Tienen grabado un Ep anterior con el título de “Julen” (Clifford records 2015) que te presentamos aquí

Pura energía en el escenario
Este Lp de 12” a 45 rpm, con descarga digital incluida, fue grabado en directo en los inestimables estudios Hollers Analog de Málaga en 8 pistas, excepto “Proud to tress” prodecente de las sesiones de “Julen”, en marzo de 2016, por Máximo Ruiz (The Hollers) quien también se encargó de la mezcla y masterización altamente profesional. Los temas son propios y todos están cantados en inglés menos dos en los que se expresan en castellano. Repiten en el artwork  María Ponce y Daniel Zapata con una cadavérica y elegante portada en blanco y negro.  Una vez más, tan excelente trabajo está dedicado a Julen, ejemplo de lucha y tesón por seguir adelante en la vida.  Para él, vaya también dedicada esta reseña con nuestros mejores deseos.  
  
Las canciones

En directo, fotos de su facebook 
El disco se abre con “Sweet Assassin” y esa penetrante sección rítmica de bajo y batería que avanzan con una seguridad apabullante a la que se suma la guitarra diseñando momentos estelares que reciben a la desgarrada voz principal. Juntos nos procuran unos momentos sonoros a medio camino entre el hard rock y el “garage punk” más irredento, en un tema que parece pensado para correr entre momentos lisérgicos nada desdeñables. Crescendos geniales y cortes temáticos sobre los que emerge la banda antes de dar paso a su “Muchachita”. Una andanada de guitarras hirientes da cohesión a un tema en el que nos cuentan: “por las calles, los señores, las mujeres, nos señalan al pasar… sabes muchachita que no soy de piedra”. Una canción desgarrada, rápida, con porciones entre ácidas y salvajes, más un ritmo que incita al baile desbocado.

A continuación nos ofrecen “Money Maker”, otra maravilla de cosecha propia en la que la guitarra arranca embebida de lujuria con ese pase oscuro que se funde con la batería y el bajo para ofrecernos un tema trepidante, repleto de matices de blues rock al que añaden la voz de ultratumba con la que logran ponernos los pelos de punta mediante un recitado tan primitivo como visceral. El tema crece por el efecto combinado de guitarra persuasiva, con un solo ácido incluido, más bajo incisivo, y la consabida percusión imperturbable, envolviéndonos a todos en una atmósfera densa propia de una banda tremendamente imaginativa que acelera en los compases finales generando un fantástico éxtasis final.  Acaba la primera cara con “Proud to tress”, tema que se articula sobre una soberbia mezcla de guitarra fiera, bajo impetuoso, y brava batería, dando cobertura a esa voz principal que se rompe por momentos para dar una tremenda áurea de locura a una canción de rock and roll  indómito.    



La cara B arranca con “Bones” y ese instructivo trenzado de punteo de guitarra que va creciendo compás a compás con la ayuda de la sección rítmica hasta la entrada de la poderosa voz solista que se expresa con ese ímpetu propio de la rabia contenida y las ganas de compartir con todos nosotros una pasión indescriptible. La melodía sigue envolviéndonos dotada de efectos que se nos antojan incluso propios del outlaw country más canalla y tosco. “Pindown” es el título del siguiente tema y en él, los Superfortress arremeten con secuencias de punk blues, de nuevo en castellano, entre “sus caderas primavera en Oregón… el no va más al caminar, gafas de rock, tacón molón … la choni más bonita del lugar… la peluquera más canalla del local… no puedo soportarlo más”. Un sólo de guitarra hiriente y un avance percutivo inalterable dotan al tema de ese swing aguerrido imprescindible.    

Superfortress en vivo, foto de su facebook 

Le sigue el corte “Sick Bitch” con el que el trío da muestras, una vez más, de ese dominio natural para medir los tempos con escrupulosos recorridos de guitarra, bajo y batería conjuntados al milímetro, con leves momentos solistas de intensidad nada desdeñable y, por supuesto, esa voz tan compenetrada con la sección instrumental. Un amplio abanico de riffs construyen el motor de una poderosa banda que nos lleva hasta el último y más calmado corte de este álbum. Un “Oh Lord” pura pasión, con momentos de raíz americana en los que la melodía nos conmueve en cada una de sus notas, creciendo hasta el infinito, con arreglos intensos medidos por una percusión escrupulosa.     

Reflexión final


Superfortress en directo. 
“Human Race Sucks” de los Superfortress es, como su nombre genérico indica, un auténtico revulsivo contra la anodina como jodida raza humana y las execrables acciones de sus elementos irresponsables. En todas y cada una de sus ocho magníficas canciones, la banda no solo confirma su enorme valúa, ya sea a nivel creativo como interpretativo, sino que además son producto de una simbiosis extraordinaria con todos los que han colaborado en este gran trabajo discográfico, desde el mismo sello hasta los responsables del artwork contando, por supuesto, con el artífice de su peculiar sonido. El disco fue grabado en solo tres días y lo fascinante del caso es que la banda tenía tan solo la intención de materializar tres temas y masterizar otro procedente de la sesión del anterior Ep “Julen”. Al final fueron hasta siete las canciones, más la mencionada “Proud to tress”, que este power trio grabó en ese mismo tiempo gracias, entre otras cosas, a la facilidad con que Máximo encontró el sonido ideal para lograr que las ideas irradiasen en su máximo esplendor, y valga la redundancia. El resultado  denota un indiscutible estilo propio, una forma propia de entender el rock and roll desde múltiples vertientes, con detalles de hard rock, punk blues, “garage”, o outlaw country. Un disco excelente que te llegará a lo más profundo del alma retumbando en el estómago y revolucionándote los pies, al ritmo de canciones que conmueven por medio de melodías apasionadas y tempos extraordinariamente bien calibrados.     

Nota: Puedes escuchar las canciones en el bandcamp de Clifford donde también podrás adquirir una copia del álbum.  

viernes, 10 de marzo de 2017

Perro Mojado debuta con un excelente álbum de punk and roll cargado de garrotazos mordaces

Portada
“Duelo a garrotazos” o "La riña" es una de las famosas pinturas negras que Francisco de Goya creó a principios del siglo XIX.  La interpretación más habitual del cuadro es la de dos villanos luchando a bastonazos, ejemplificando la tradicional guerra fratricida entre españoles.  Por lo que respecta a la técnica pictórica, está ejecutado mediante una pincelada rápida y suelta, con poca pintura  y gran libertad en cuanto a color y dibujo.  Por todo ello, nos parece una excelente idea que los Perro Mojado hayan escogido un detalle de esa obra, justo la del palo cogiendo impulso, con el fin de dar con ganas,  para ilustrar la portada de su magnífico disco de debut editado por Clifford records en 2017. Al igual que la obra del maestro aragonés, este trío de músicos granadinos han condensado en sus diez canciones toda la furia y entrega del punk and roll con movimientos raudos y espontáneos, a su libre albedrío, mediante arreglos tan persuasivos  como mordaces.          

Trayectoria 

Perro Mojado y su formación actual de trío
Perro Mojado se forma en Granada en el año 2013, con el objetivo de solucionar lo que ellos denominan como el “déficit histórico de la ciudad de Granada con el auténtico punk and roll”. Empezaron siendo un cuarteto con Pablo Cobos a la voz principal y, a partir de 2016, se convierten en un trío con  Alvaro Rotavator a la guitarra y voz,  Antonio El Deshollinador (también en los Harakiri), a la guitarra y coros, y Manuel Claudio a la batería.  En febrero de 2015 dan a conocer su primera maqueta con la que ganan el  concurso Emergentes de la Sala Planta Baja, Granada.  A partir de ese año se suben a numerosos escenarios de toda España donde ofrecen conciertos muy aclamados, especialmente en su comunidad, por cuantos tienen el placer de verles interpretando su demoledor repertorio.  

Contraportada
Este disco que os presentamos fue grabado en Producciones Peligrosas en la Alpujarra (Granada) por Carlos Díaz en octubre de 2015. El diseño es de Rotavator. En la portada, se puede ver el detalle del cuadro de Goya tal y como ya hemos comentado y en la contraportada las fotos de los hermanos Izquierdo tristemente famosos autores de la matanza de Puerto Hurraco (Badajoz) el 26 de agosto de 1990.  La edición en vinilo incluye también una descarga digital gratuita.  

Las canciones 

Perro Mojado, inicios, foto de su facebook. 



El disco se abre con “Carolina”, canción con descarga poderosa de guitarras arañando el cemento entre ritmos tribales y la voz aguerrida que llama a “Carolina,  mírame, huéleme, escúpeme, atácame… te voy a llevar a bailar, vamos juntos a pasear pero nunca hasta el altar”.  Se incluye un buen solo de guitarra afilado como un cuchillo japonés.  Le sigue “Amor En El Ascensor”, otra descerebrada secuencia de punk  sin contemplaciones, con riff a lo MC5.  Otra historia de relaciones al límite en una comunidad, en aparente, tranquila de vecinos, hasta que la Policía viene a preguntar qué está pasando en el ascensor.  De nuevo nos sorprenden con un buen juego de guitarras aportando momentos lisérgicos francamente memorables.  A continuación nos ofrecen “Adolescente”, más carnaza sonora de calidad indudable, a ritmo desbocado, entre secuencias de guitarras guerreras para contarnos detalles de la vida de un adolescente que toca el bajo en una banda los domingos por la Alhambra.  

Perro Mojado en directo, en cuarteto
De este modo llegamos a “¡Mátalo Ya!”, una muestra más del indudable talento salvaje de esta banda que aprovecha modelos de rock and roll con raíces para deformarlos  con el propósito de incluirlos en su fantástico imaginario punk. Una estrategia propia de los mejores  “Jóvenes De Pueblo” , título del corte que cierra la primera cara de este sublime disco.  Aquí, se repiten los solos de guitarra diseñados con una habilidad fascinante, entre riffs de fuzz a mansalva, cautivadores efectos varios,  y ritmos que avanzan con un poder de convicción espeluznante “en unas calles de la ciudad que se llenan de vicio y maldad, con bares de los que marchan sin pagar esos  imbéciles que hay que eliminar, que no saben que todo, tarde o pronto, va a cambiar”.  

Arranca la cara B con “Duelo A Garrotazos”, la primera de las excelencias de esta segunda  cara digna también de los mejores elogios.  Tras el ruido del rebaño de ovejas,  entra en acción esta descomunal banda de guitarras y ritmos vigorosos que nos agasajan con ambientes cargados de ruido controlado que va creciendo, abalanzándose sobre el oyente en lugares donde se bebe, se fuma, y se pelea hasta el final. ¡Qué Mala Hora! es el título del siguiente corte. Aquí, los Perro Mojado dan rienda suelta a su especial concepción de distorsión con modo creativo tejiendo varios fraseos de guitarra, a ritmo recio, y voz atropellada, todo ello para decir que, al final,  “soy feliz”. 

Perro Mojado en trío. Foto: Granada Digital 
Aparece “El Yeti (De Los Andes)” , y de nuevo vuelven a enzarzarse en un combinado melódico y rítmico ciertamente magistral de guitarras impetuosas y batería atronadora.  El resultado es una canción exquisitamente planteada sobre la sencillez de un buen rock and roll de factura gamberra, un instrumental que te hará vibrar de principio a fin con solos de orfebrería vándala.  Le sucede “Solo Pienso En Pienso” , divertido juego de palabras que adquiere una brillante puesta en escena con un grupo muy inspirado, tan bronco como imaginativo. La penúltima de las andanadas con profusa entrada de batería, nos cuenta una historia en la que al protagonista le falla la memoria y solo piensa en pienso. “Salí a la calle, me metí en el bar, y no sé qué me pasa, que la he vuelto a liar, yo solo quería ligar”.  Acaba el álbum con “La Chica De Las Curvas”, con otra mezcla de guitarras ácidas, ritmos perseverantes y voces en coro, con sabio consejo incluido que “tienes que entender si no te quieres perder”, para completar esta última muestra del genio peculiar de una banda que pide a gritos ser vista en directo para ser disfrutada en todo su enrome esplendor.  

Reflexión final 

Perro Mojado. Foto: Francisco Mateos
Cuando un perro se moja, los ácidos orgánicos de la piel se disuelven en el agua que empapa el pelo.  Al evaporarse el agua, las moléculas olorosas se concentran en el aire y de este modo detectamos un olor más intenso.  El rock and roll en manos de los Perro Mojado pasa por un proceso similar: al empaparse de su actitud punk, llega hasta nosotros con mucha más fuerza  y contundencia.  Tras oír detenidamente sus canciones no solo estamos convencidos de  que su aportación a la escena granadina de donde proceden es fundamental para ampliar su ya de por si la amplia capacidad creativa propia de la ciudad, sino que además sus “garrotazos” eléctricos y vociferantes, expresados con ritmos alocados, les sitúan entre las bandas punk más imaginativas de la escena internacional. Sus canciones destilan “pestilencia”  existencial que logra cautivarnos mediante la sencillez de sus dotes agresivas dispuestas con imaginación ciertamente desbordante.  Al igual que con el famoso cuadro de la Riña de Goya, que los críticos extranjeros del siglo XIX vieron en él una representación de una costumbre rural española, el disco de los Perro Mojado pasará a la historia como una de las más mordaces muestras de punk and roll de la escena española de todos los tiempos.    

Nota: Puedes escuchar las canciones y adquitir una copia del disco en vinilo, más descarga digital incluida, en el bandcamp de Clifford records.    

jueves, 2 de marzo de 2017

The Real Me nos embelesan con “12 songs about Love and Stuff”, un compendio agridulce de canciones perfectas

Portada
Estoy convencido de que si Paul Weller oye el nuevo disco de The Real Me, titulado “12 songs about love Stuff” (Clifford Records 2016), va a sentirse tan identificado con sus fascinantes canciones, que igual aparca su necesidad imperiosa de experimentación  para regresar a su etapa inicial de pop y soul con raíces sixties.  Y con ello no quiero decir que el principal valor de The Real Me sea recuperarnos el estilo del añorado “modfather” de antaño. Ni siquiera pretendo insinuar que Weller ande errado con sus últimos trabajos. No es eso, sino mucho más y, como poco, igual de importante. A mi juicio, lo más relevante de este combo residente en Almería es que han conseguido un álbum ciertamente perfecto, difícil de imaginar sin referentes, pero igualmente imposible de materializar sin la habilidad y la creatividad de estos enormes músicos.  The Real Me  han perfeccionado un universo propio de matices que se nos antoja inigualable, con una creatividad especial, combinando modos, arreglos, armonías y pasión con un toque tan personal que te dejará absolutamente encantado ante tamaña exhibición de talento propio.             

Trayectoria 

The Real Me. Foto: Alex Dicker
Creada a finales de 2010, la banda almeriense The Real Me está formada por David Bailey (guitarra,voz, y compositor, originario de Woking en el condado de Surrey, Inglaterra),  Paco García (guitarra), Miguel Ángel Calabuig (bajo/coros), Antonio Medina (batería) e Isa Cazenave (coros/pandereta).  Los dos primeros fueron componentes de Moon Unit.  Los dos segundos fueron miembros de The Shake.  Anteriormente habían contado con el bajista Alberto Bonillo, quien fuera guitarrista de Monogay, y Raquel a los coros. 

The Real Me en directo. Foto de su facebook
Su disco de debut, “Soul on Fire” (Clifford  recrods 2012), se grabó y mezcló en los Rock’n’Rolla Studios de Almería por Jonathan Leandro Ramírez a excepción del tema “Indian Summer” grabado en los Fusible Studios de Aguadulce con Raúl Parra. Pablo se encargó de masterizarlo en Producciones Peligrosas de Granada. Participaron en la grabación los The Mike Angel Singers con Miguel Angel de los Shake, Raquel y Dave; Fran Guirao a la guitarra en algunos cortes, y una sección de metal, a base de saxo, trompeta y trombón, con Nixar Wind (Alejandro, Ramon Jesús, y Angel David) más otros instrumentistas como Jorge Jimeno Mouzo y Angel J. Navarro Andúgar de Bartleby Club.  Puedes obtener más información de ese disco en el blog del Magic Pop. 

Este segundo álbum  fue grabado y masterizado por Raúl Parra en los Fusible y Vilallobo estudios, Almería. El diseño de la cubierta con esos bonitos tonos pastel adornando  varios motivos amorosos como musicales es de Ana Abad. 

Las canciones 

The Real Me. Foto: Alex Dicker
El disco arranca con “Who's Your Guru Now” , en la que se preguntan “qué nuevo gurú  ocupa nuestro  lugar en ese corazón que nos deja”. El tema tiene una fantástica construcción de pop  de melodía conmovedora y ritmos bien definidos desde el primer al último compás. Rabia contenida que juguetea con secuencias de guitarras envolventes y una voz principal verdaderamente sensacional. Cambios armónicos nada predecibles, estribillos arriesgados y un buen solo de guitarra completan tan sensacional comienzo.  Le sigue “Oh Jen”, un amor perdido que no pudimos convencer aunque siempre nos queda la esperanza de seguir siendo amigos, conscientes de que nunca desaparecerá esa sensación especial. Magníficos riffs de guitarra, solo incluido, más  ritmos construidos con entusiasmo y profesionalidad,  acompañan a la voz principal en sus múltiples matices. A continuación nos ofrecen “Through The Looking Glass”, otra exquisitez marca de la casa  que arranca de forma melancólica con ese acompañamiento de guitarra suministrando un colchón de acordes envolventes a los que se suma la sección rítmica con sensacionales riffs de bajo dotando al tema de un aire de psicodelia británica de altos vuelos.  No falta el correspondiente y magistral solo de guitarra comprimido en los compases precisos para dejarnos anonadados mirando al otro lado del espejo  donde, a veces, no conseguimos reconocernos. 

The Real Me grabando. Foto de su facebook
De este modo llegamos al leit motiv principal del disco con ese “No More Love Songs”, una canción de amor especial  para librarnos de los amargos pensamientos. Una última  canción amorosa  sin ganas de que regresen a nuestro lado. “No quiero que vuelvas ahora que te has ido”.  Auténtica maravilla de pop poderoso diseñado escrupulosamente con melodía fascinante y ritmos que te contagiarán ese movimiento sensual para que tu alma se sincronice con tus pies ansiosos de baile. Finaliza con un par de compases  en los que nos dicen “cuando trato de evitar que mis lágrimas caigan como lluvia, oscurecen las palabras pero nunca ocultan el dolor”. 

Con “Hurt Me”, se recrean con una exhibición de magnífico R&B a medio tempo, con melodía pop y varias secciones a base de guitarras imaginativas que suplen los habituales recursos propios de los metales. Una  canción de soul que emerge con una destreza sin parangón alguno. Nos cuentan:  “ahora que me dejas, quiero que me hagas daño, para sentirme mejor…ni  siquiera tienes la decencia de ser cruel conmigo”.  Finaliza la cara con “Rivers Of Wine”, brillante composición propia que envidiaría  cualquier combo británico de pop con raíces sixties que se precie, por ejemplo unos Ocean Colour Scene. Pelos como escarpias tras oír esa inmejorable forma de “ahogar las penas” con melodía cariñosa y ritmo tan apasionante, con momentos solistas a la voz y guitarra ciertamente memorables.  “La película se acabó pero me perdí la última escena, demasiado borracho para pensar…”.

The Real Me. Foto: Alex Dicker
Ya en la B, nos ofrecen “It's Not What You Know”, tema de R&B y beat con un deje yeyé aflamencado que le da un sabor especial.  Sensacional canción apta para las mejores pistas de baile, con fuerza y sentimiento a raudales, no exenta de ironía: “Parece que nunca llegaré a saber lo que es ganar. No es lo que sabes, es quién conoces. Y toda la gente hermosa me pasa y no puedo ir a donde van…”.  Resultan memorables también las intervenciones de la guitarra, la combinación rítmica de bajo y batería, y por supuesto, la gran voz solista.  Después oímos encantados “The Waterboatman's Song”, tema  mod por excelencia, con detalles pop y soul. Una maravilla sonora luminosa que transpira energía a raudales ya desde ese arranque tan contundente de bajo y batería.  Un tema donde cuenta la actitud y ese sentimiento de rectitud:  “siempre voy a creer en la humanidad y siempre voy a entregar lo que se me enseñó. No me importa si me critican y me crucifican”.   

Le sucede el tema “Yeah You!”, canción de estructura rabiosa con ese riff inicial de guitarra distorsionada con el que dan paso a un combinado excelente de arreglos que van conquistándonos en múltiples planos conmovedores:   “no puedo sacarte de mi mente y  todas las cosas que me dijiste vuelan como mariposas dentro de mi cabeza”.  A continuación oímos “Let Me Down Easy”, con una construcción rítmica inusual, muy bien perfilada, dando cobertura a otro imprevisible tema de amor complicado que finaliza.  Las guitarras siguen luciéndose con gran credibilidad mientras bajo y batería aportan solvencia y seguridad.  A destacar esos exquisitos momentos finales de funk pop que dan paso al estribillo final.     

The Real Me en directo. Foto de su facebook
Llegamos a los penúltimos surcos con “Bring It Home”, canción dulce articulada con esa destreza propia  dispuesta para tocarnos la fibra más sensible. Un tema agridulce con el que logran hacernos sonreír, arroparnos con momentos sensibles “aunque solo sea un cantante que interpreta  su canción”.  Aparece una segunda voz femenina aportando un juego coral verdaderamente preciso y afinado. Un tema que logrará emocionarte hasta lo indecible. La guitarra acústica cierra el álbum con la sensacional “Skirt”, tema de detalles folk, voz tierna, riffs sensibles de guitarra, efectos de cuerdas ronroneando y esos andares con falda, “lo último que vi tras abrazarme para decirme que lo nuestro no funcionaba”.     

Reflexión final:  

The real Me. Foto: Alex Dicker
Resulta tan estremecedor  el nuevo disco de los siempre fascinantes Real Me  que si éste fuera el último álbum  de amor y desamor de la historia, sería un final precioso y memorable para tan recurrente motivo de inspiración en el mundo del pop. Probablemente vamos a disfrutar, incluso padecer según sea el caso, de bastantes discos más que hablen sobre las relaciones interpersonales desde el  cariño, la pasión y la ternura así como desde sus respectivos antónimos.  Ahora bien, aunque pueda parecer sencillo hablar de sentimientos, ¡quién no los tiene!, en realidad no lo es tanto, más aún si nos olvidamos de la necesidad imprescindible de aportar una visión propia y original. Un exceso de dulzura o incluso de odio, no solo en las letras sino también en la música, puede acabar siendo contraproducente, convirtiendo nuestro mensaje en demasiado empalagoso o innecesariamente resentido, según se tercie. No es el caso, ni mucho menos, de estos músicos almerienses, excelentes creadores e instrumentistas  que han logrado aunar deseos y frustraciones amorosas con una habilidad y un poder de convicción impresionante. Sus “12 songs about Love and Stuff” atesoran melodías agridulces y ritmos apasionantes dispuestos con arreglos meticulosos más un sonido muy conjuntado que les sitúa entre las mejores formaciones actuales de pop poderoso y soul cautivador, con raíces sixties, sin olvidarnos de su enriquecedora visión contemporánea y una perseverante como envidiable progresión de futuro.           

Nota: Puedes escuchar las canciones en el bandcamp de Clifford Records y adquitir una copia del Lp con descarga digital añadida en la web del mencionado sello.    

martes, 28 de febrero de 2017

Texxcoco perfilan un cautivador viaje hacia los límites de la psique con los sensacionales discos “Blu” y “Psychonaut”

Portada mini Lp
En la exploración sistemática de los estados no ordinarios de conciencia, la música se manifiesta como medio indispensable para facilitar un viaje interno a los límites de la psique con resultados satisfactorios, a ser posible con billete de vuelta incluido, ya sea con o sin substancias alucinógenas de por medio. Texxcoco son una joven banda formada en 2015 que acaban de editar un par de discos con el sello almeriense Clifford records con los títulos de “Blu” ( Cd-ep, febrero de 2016) y “Psychonaut” (Mini-lp, diciembre de 2016). Un total de 11 fascinantes canciones en las que ponen de manifiesto no solo su gran talante para aprehender maneras y formas de los ritos “chamánicos” que emparentan el rock and roll, con el punk, el grunge y el indie más inconformista, sino también una descomunal creatividad que les permite  expresarse con una voz propia que evoluciona a pasos agigantados no de año en año, sino casi de semana en semana. Justo en este mismo instante que escribimos está reseña, dispuesta a resumirte todo lo que tienen de especial este grupo, los Texxcoco se encuentran ya delimitando su nuevo sonido, que a buen seguro superará, aún más si cabe,  el que ha sido uno de los debuts musicales más explosivos y deslumbrantes de todas cuantas escenas “underground” hayamos conocido protagonizadas por “psiconautas” buscando respuestas a muchas preguntas vitales.    
   
Trayectoria    


Foto de Leonardo Segovia. Edición tipográfica por Poring Poi
Texxcoco es un trio que procede de Las Palmas de Gran Canaria formado por músicos jóvenes, como Adriana Moscoso a la guitarra, voz y composición; Joshua Delgado al bajo; Cristian Muñoz a la batería; y Héctor Pérez a la guitarra.  La banda se crea a finales de 2015, por los tres primeros, allá por el mes de octubre. En noviembre graban el primer Ep con el título de “Blu”. Un trabajo que  nace como maqueta con Wiener records y se edita en vinilo en febrero de 2016 con Clifford records. En diciembre de 2015 ganan el certamen Capital Sonora convocado por el Gobierno de Canarias. En marzo de 2016 se añade a la formación Héctor y, entre mayo y junio, graban su segunda entrega discográfica que se edita en mini-Lp en diciembre de 2016 también por Clifford. El nombre de la banda es una mezcla de Texas y México. Realmente existe una población llamada Texcoco situada en el estado de México de la República mexicana. Además, la capital del imperio azteca, Tenochtitlán, fue fundada a principios del siglo XIV sobre las aguas del lago de Texcoco. Por su parte, ellos añaden esa x para reforzar su sonoridad. 

Portada Ep
Ambos discos están grabados en This Grace estudios de las Palmas con Mariano Gracia (Myairport, Vicious soul…). El artwork de “Blue” es de Clara Maseda, artista, arquitecta, de las Palmas,  y el del mini Lp de Pablo Alberto Pérez, artista también de la capital canaria.   Actualmente, los Texxcoco residen en Madrid desde septiembre de 2016 y están preparando nuevo material.

Las canciones 

El Ep “Blu” se abre con “Fire”, tema con original arranque a base de suculento riff de guitarra respaldado por una no menos descomunal sección rítmica. Se suma la magnífica voz de la cantante que aporta sugerentes fraseos entre andanadas de guitarras, momentos instrumentales oscuros y gritos salvajes. En la misma cara A, está “La Nueva”, canción de pop agridulce con esenciales guitarras, incluido un momento solista tan minimalista como efectivo, más esa magnífica voz principal dialogando con inestimable fuerza persuasiva, entre golpes certeros de percusión, descargando sobre el estribillo dosis energéticas fascinantes a medio camino entre el punk y el indie más aguerrido.  
Texxcoco. Foto de su facebook.
Ya en la B oímos “Green Stranger”, sensacional corte que hereda de los noventa esos asfixiantes parámetros vitales de bajo y guitarra retándose a muerte, midiendo los tempos de forma desbordante gracias a una batería perseverante. Recursos que transforman a su antojo para crear un universo propio de pop atrevido y rock sensual que te envuelve en una espiral de sensaciones electrizantes sin desperdicio alguno.   Cierra el disco “I Wanna Let You Down”, otra maravilla con arreglos absorbentes a base de voz alucinante dando forma literal a las contundentes líneas sonoras que generan la guitarra, el bajo y la batería con una complicidad pasmosa. Canciones hechas para el directo que, en este disco, suenan igual de rotundas y convincentes.    

Por lo que respecta a “Psychonaut”, el mini Lp se inicia con “Sunset Eyes”. En este caso empiezan con sonoridades al límite diseñadas por esas, ya dos, guitarras que generan lamentos que desembocan en una rápida ejecución de rock and roll divertido, contundente, que invita al baile y a sudar en las primeras filas de sus aclamados conciertos. Aportan un buen solo de guitarra y la voz solista sigue siendo uno de sus principales activos.   Le sigue “Larry”, tema de salvaje rock and roll en el que manifestan una destreza especial para conjugar melodía con recursos instrumentales fieros, con descargas de guitarras, bajo muy consistente, y batería atenta a cambios sorprendentes con una solidez muy destacable, incluidos “rallentandos” oscuros que nos trasportan a enigmáticos momentos “pixielados” dispuestos a su conmovedor antojo.     

Foto: Leonardo Segovia
A continuación nos ofrecen “Johnny”, tema que surge de secuencias interestelares a las que se suma un fascinante ritmo de bajo y batería dando forma a este espectacular medio tiempo. Su  cantante se recrea, una vez más, en las palabras que conforman un discurso emotivo, arropada por distorsiones y riffs antológicos. Aportan un afilado solo de guitarra que despierta  los sentidos entre voces ciertamente lisérgicas. Cierra la cara A “Pepper”, otra exhibición de talento para construir canciones cautivadoras con riffs punzantes que se repiten con destreza a lo largo de una canción de ritmo marcado e insinuante voz que estalla de forma inesperada mientras se crece entre arreglos cáusticos con resultados admirables.     

Texxcoco. Foto: Leonardo Sego
Ya en la B escuchamos “Eternal Wrong”, canción  generada por un juego constante de guitarras poderosas que tejen momentos incisivos con los que envuelven a la soberbia voz principal en auténtico estado de gracia. Bajo y batería aportan una construcción rítmica sensacional con la que completan una canción impecable en todos los sentidos. A continuación nos sorprenden con “Eleventh” y sus arpegios corrosivos que nos trasportan directos a esa andanada punk que constituyen mediante guitarras desbocadas. De este modo dan vida a una canción espeluznante en la que experimentan con cambios rítmicos  más alocados solos de guitarra. Finaliza el disco con “Cinnamon”, mediante esa calma aparente inicial que acompaña a la voz y que va creciendo con una enorme belleza sonora para explotar en su máximo esplendor en otro tema estremecedor, cargado de referentes pero al margen de cualquier copia y lejos, muy lejos de simples homenajes, con el propósito conseguido de dar forma a un viaje muy original y propio.       

Reflexión final 

Foto: vi-Twins
La lista de “psiconautas” famosos de la historia de la humanidad es ciertamente tan larga como fructífera. Son muchos los navegantes de la conciencia,  ilustres literatos, pintores, psicólogos, neurólogos, etc que la cultura dominante reverencia pasando, casi por alto, que consumieron drogas varias durante su memorable etapa creativa. Otra cosa bien distinta son aquellos que se cuelgan guitarras, “vociferan” y “aporrean” baterías a un volumen altísimo: esos jóvenes que, para los mass media y el orden establecido, no van a pasar de meros drogadictos, las tomen o no.  Al margen de la decisión personal de recurrir a  sustancias psicodélicas para facilitar los viajes de la mente, reivindicamos la música como medio para generar estados de ánimo, y de paso fomentar situaciones propicias para la indispensable comunicación. 

Foto: Leonardo Segovia
Texxcoco nos demuestra que, al límite de la psique, se puede acceder con una facilidad pasmosa oyendo con detenimiento canciones tan enriquecedores y vibrantes como las que nos ofrecen en sus dos discos editados en 2016 en la siempre sorprendente Clifford records.  Al igual que muchos “psiconautas” que han estudiado los usos sagrados y curativos de la etnobotánica mexicana,  este grupo de origen canario han iniciado otro viaje que, por el momento, les ha llevado de las Palmas a Madrid, ciudad desde donde tienen previsto seguir perfilando una obra propia que se nos antoja ya memorable para, al menos, elevar a ciertos grados la conciencia cultural de nuestra actual escena musical.    

Nota: Puedes oir y comprar los discos en el bandcamp de Clifford Records entrando en "Blu" o "Psychonaut"