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martes, 23 de agosto de 2016

Los Biscuit, quizá por última vez, en absoluto estado de "Gràcia"

Biscuit. Foto: Ivy Lot 
Los Biscuit cerraban una larga, memorable y fructífera trayectoria de 23 años el pasado 19 de agosto de 2016 con una fabulosa actuación celebrada en la calle de la Perla de Barcelona durante las fiestas del barrio de Gràcia.  A partir de aquí, la banda de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) abre un periodo de reflexión personal que esperemos les lleve, de algún modo u otro, a seguir con otro proyecto musical aunque, por el momento, no hay definido nada concreto.  Sin tapujos que valgan, nos deja la mejor de nuestras bandas de rock and roll y lo hace mediante un concierto de fiesta mayor que resultó, contra todo pronóstico, uno de los mejores, con el público absolutamente entregado ante una formación única, irrepetible,  que nos dio una lección de actitud, maestría instrumental y vocal, entrega, buen humor, despliegue de medios artísticos, fuerza… Unos Biscuit, quizá por última vez, en absoluto estado de “Gràcia”.       

Biscuit: Ivy Lot 
La banda abrió con “The Sound” de su álbum de 2003, al que siguió “R’n’r exile”  del  disco "Time For Answers” de 2005. De su más reciente trabajo de 2016 interpretaron: “Duke's Tale”, “Welcome To Dundersville”, “Blame Me”, “Saw Ya”, “The Chip”, “Unthinkable”, y “Blank Morning (She Said)” que cerró la primera parte del concierto con una fascinante compenetración de guitarras, bajo, percusión, solos ácidos y riffs demoledores. 

La segunda parte fue destinada exclusivamente a las versiones. Empezó con el “Togheter” de los Box Tops, al que siguió “Alone with you” de los Sunnyboys, “Strychnine” de los Sonics, “Hold On” de Les Fleur de Lys, “Have Love, Will Travel”, también de los Sonics, y “Runaway” de Del Shannon que empalmaron con el “No Fun” de los Stooges. A partir de aquí, el concierto que había resultado brillante hasta el momento dio un paso más hacia lo inconmensurable y  mutó en una algarabía de público disfrutando de lo lindo con las adaptaciones de “I wanna be your Dog” de los Stooges, “Ramblin’Rose” de los MC5 de los que también tocaron “Kick out the Jams” y para finalizar el “You’re gonna Miss Me” del gran Rocky Erickson con los 13th Floor Elevators. 

Biscuit. Foto: Ivy Lot 
El repertorio escogido por la banda fue muy acertado tanto en sus canciones originales como en las versiones. Tras una primera parte en la que se puso de manifiesto la destreza compositiva e interpretativa mediante temas propios, la mayoría de su más reciente disco, en la segunda las adaptaciones de esos clásicos oscuros de los sesenta, no estuvieron exentas de la huella personal de esta gran banda que logró redimensionarlos para adaptarlas, sin fisuras, a su propio universo mediante guitarras sensacionales, una sección rítmica meticulosa, un órgano voluntarioso y una voz principal extraordinaria con un registro más que generoso, incluido ese falsete tan extraordinario del “Ramblin’ Rose” de los MC5

El público entregado...Biscuit. Foto: Ivy Lot
Mientras observaba como las vallas de protección del escenario estuvieron a punto de volar por encima del público enloquecido que bailaba y coreaba los temas de los Stooges o de los MC5, interpretados por los Biscuit, me vino a la mente la filmación de la actuación que los de Detroit dieron en el campus de la Wayne State University de su ciudad el 19 de julio de 1970.  Entonces, a excepción de unos cuantos, la gran mayoría de público, que abarrotaba el campus, seguía el concierto sin demostrar un gran entusiasmo, quizá anonadados ante la fuerza explosiva de esta gran banda ya desparecida. 46 años después de esa actuación, los Biscuit se despedían con una versión que convirtió su magnífica puesta en escena, en ciertamente, apoteósica. Al margen de las razones personales y artísticas que les hayan impulsado a cerrar esta etapa de su vida, a nadie quien les conozca se le escapa que, en su drástica decisión, han tenido mucho que ver circunstancias inexplicables como la, en demasiadas ocasiones, fría y escasa respuesta de nuestra escena hacia su proyecto ciertamente original que atesora una magnífica discografía de seis Lp’s y un directo no menos grandioso.

Biscuit, Foto: Ivy Lot
En su escrito de despedida, que publicaron en las redes sociales, decían: “Podríamos hablar mucho -de hecho, de un modo u otro, llevamos años haciéndolo- de las razones para ello, pero creemos que este no es el momento. Estamos cansados, lo necesitamos, eso es todo”.  Personalmente me entristece que lo hayan dejado y me daría muchísima rabia, si pudiera verlo, que dentro de cuatro décadas, un público enfervorizado bailase sus canciones versionadas por otro combo que se las viera y deseara para que les hiciesen caso con sus temas propios. Pero quizá sea ésta la verdadera historia del rock and roll: la de los héroes que nunca lo fueron en vida. Para mí, y para muchos más, quizá no los suficientes, los Biscuit han sido y seguirán siendo, muy grandes. Del futuro, ya hablaremos. Así que para acabar, nada mejor que las últimas palabras que me dijo el propio Xavi Cardona al finalizar tan memorable directo en las fiestas de Gracia, citando a los Doors: “El futuro es incierto y el final está siempre cerca".    


Trayectoria 

Los Biscuit son Angel Zambudio al bajo, Fermín Roca a la batería y coros, Armand Cardona a la  guitarra, Xavi Cardona a la guitarra y voz, más David Charro a los teclados, coros y guitarra. Se forman en Vilanova i la Geltrú, en el año 1993 tras la escisión de Blue Bus, una banda que editó un mini-lp en 1991 con el título de “All Way” (Macaco Records). Tras una segunda maqueta producida por Enrique Lindo, Grabaciones en el mar les edita en 1997 su primer disco, “Lunch Music” en formato CD. Luego vendrá su participación en discos de tributo a grupos como Love, y en 2001 se autoeditan un EP con cuatro canciones, “The Basement Years” distribuido por Trip Records.

Biscuit. Foto: Ivy Lot
Dos años después, verano de 2003,  entran de nuevo en un estudio de grabación, con Santi García en los estudios Ultramarinos Costa Brava. De ahí saldría “Rocks My Litlle World” editado en Cd por Rock Indiana y en vinilo por H Records. Tras el éxito de ese disco, vuelven en 2005 al mismo estudio, productor y con el mismo sello a dar forma a su nuevo Lp, “Time For Answers”, en el que una vez más hacen gala de su poderío con una mezcla de rock’n’roll, psicodelia y toques melódicos de pop. En esta ocasión, No Tomorrow se encarga de la edición en vinilo. Después vendría "Cinnamon Fadeout", grabado en el mismo estudio, y editado en 2009 por el sello Hang the dj!, en Cd y vinilo. A finales de 2011 sacan, de la mano de La Castanya, el álbum “Memorabilia” del que puedes leer más datos aquí.  A destacar también que en 2012 triunfan tocando en directo con Bart Davenport  el “Sound Affects” entero de los Jam.


Biscuit. Foto: Ivy Lot 
En 2013 la Castanya editó un Ep en 7” titulado “Hit the Ground”  para celebrar  el 20 aniversario del grupo. Contiene los temas “The One in Charge”,   “The Wireless Golden Voice” y “Quit This Place”.  Fue producido por Mike Mariconda en los Estudios Ultramarinos Costa Brava (Sant Feliu de Guíxols), con Santi García como asistente.  Por otra parte el sello australiano Off The Hips compiló en 2015 16 canciones que recorren más de dos décadas de carrera en “20 Years a Million Beers & Lotta Nerve”.  Anteriormente a la edición de su nuevo Lp, editado en 2016 sin título por la Castanya  del que puedes leer una reseña en nuestro blog,  se dieron a conocer los temas  “Goodbye Again Or B” y el inédito “Phil's Song”.   

Nota: Puedes visionar un excelente reportaje fotográfico de Ivy Lot (Eva Ferrera) sobre el concierto en el barrio de Gracia (Barcelona) en su flickr

miércoles, 1 de junio de 2016

Wow Pow! en Tarragona (2016), una noche única de buen rock and roll con Biscuit, Pow Pow Pows y High Tiny Hairs

Biscuit. Foto: Eva Ferrera 
Con el excelente criterio que le caracteriza, el amigo Miquel Gistas aka Mick Gave (Dj Soulblonding) volvió a ofrecernos una excelente noche de buen rock and roll el pasado 28 de mayo de 2016 en la sala Zero de Tarragona. Tras la exitosa XIII edición del Castanyasso Rock, celebrada en noviembre de 2014, tres bandas de auténtico lujo como son los Biscuit, los Pow Pow Pows y los High Tiny Hairs recuperaron la agenda anual de esta cita tarraconense, bajo el epígrafe genérico de Wow Pow!, mediante tres demoledores directos y una fenomenal pinchada final.

Pow Pow Pows. Foto: Eva Ferrera
Sin tapujos que valgan, sobre el escenario tarraconense pudimos disfrutar del directo de dos de los mejores grupos actuales de nuestra escena de rock and roll como son los Biscuit y los Pow Pow Pows. Dos formaciones experimentadas, con un absoluto dominio de varios estilos forjados sobre raíces sixties, cuyo repertorio original, más esas ingeniosas versiones, va del powerpop a la psicodelia pasando por el hard rock o el high energy con una destreza instrumental inigualable, un gran control rítmico y una capacidad fascinante para crear melodías ciertamente cautivadoras. Completaba el cartel unos High Tiny Hairs en proceso de perfilar una propuesta de “garage psych” que se nos antoja ya muy convincente, aunque no contaran con baterista para la ocasión.  A pesar de lo prometedor de la noche, al evento asistió una escasa audiencia, apenas una  treintena de personas que no quisieron perderse una velada tan excelente como la que vivimos de principio a fin. Sin embargo, esa lamentable circunstancia no hizo mella en los grupos quienes, pese a todo, actuaron con una profesionalidad y una entrega digna de todo elogio.
   

High Tiny Hairs. Foto: Eva Ferrera 
Los Biscuit presentaron su más reciente trabajo, un Lp editado en 2015 por la Castanya, con  enorme poderío, una descomunal entrega y una exultante complicidad con el público. Tres excelencis contrastables que les convierten no solo en una de nuestras mejores bandas de rock and roll a nivel discográfico sino también en una de las formaciones más convincentes en vivo y directo. Por su parte los Pow Pow Pows volvieron a dejarnos anonadados con su espectáculo en el que presentaban los temas de su más reciente Ep, aunando esa experiencia indiscutible combinada con una fiereza que les rejuvenece a pasos agigantados, logrando entusiasmarnos con un concierto que resulto ciertamente apabullante. Por su parte, los High Tiny Hairs también nos agasajaron con algunos de los temas del que será su primer Lp en proceso de mezcla, y nos confirmaron que pueden llegar a ser una de las apuestas de “garage” psicodélico más convincentes del momento. Cerró la noche el mencionado organizador Mick Gave quien, desde los platos, culminó una velada impactante con una selección de éxitos y rarezas del rock and roll de todos los tiempos. Le acompañaron los Bad Psychs que en esta ocasión fueron Salva (Islandia Nunca Quema, Pupille, Vórtex) y Adolfo "Jester Plims" (Electric Riders, Pow Pow Pows).

A continuación te ofrecemos una reseña detallada de cada uno de los tres conciertos. El nombre de las bandas te llevara a nuestra crítica. 

Wow Pow 2016: Biscuit presentaron el mejor disco de rock and roll de este año ante una treintena de privilegiados


Biscuit. Foto: Eva Ferrera
Los Biscuit cerraron la noche del “Wow Pow” 2016 el 28 de mayo en la sala Zero de Tarragona haciendo gala de tener entre manos el mejor proyecto estatal de rock and roll, capaz de competir entre los más importantes a nivel mundial. En directo resultaron tan convincentes y cautivadores que lograron engrandecer, con creces, las excelencias propias sonsacadas con mucho trabajo del estudio de grabación. Y para aquellos que piensen que estas palabras son meros elogios desmesurados sin más,  les planteo la siguiente pregunta: ¿Cuántos grupos conocéis que sean capaces de tocar de la primera a la última, y con el mismo orden, todas las canciones de su más reciente disco sin que se perciba el más mínimo altibajo?.  Pues los Biscuit lo hicieron con su último, ese “puto” gran y memorable disco sin título porque empiezo a creer que no existen las palabras adecuadas que resuman lo bueno que es. Más que un álbum, su puesta en escena las convierte incluso en una hipotética selección de lo mejor de su largo y fructífero repertorio. Realmente, los Biscuit ofrecieron un concierto inmejorable ante  una treintena escasa de privilegidos. Tal y como dijo uno de su artífices, "son 20 años tocando ante salas vacias pero siempre con el mejor sonido". Y sí fue, sin lugar a dudas, dándolo todo al margen de la  pesadumbre que se contagia con la, a menudo, pobre realidad vigente de nuestra escena.    

Biscuit. Foto: Eva Ferrera
La banda empezó recordando algunas de sus anteriores y mejores perlas. Abrieron, del mismo modo que el recopilatorio “20 Years a Million Beers & a Lotta Nerve”, con “The Sound” de su álbum de 2003, “Rocks My Little World” del que también interpretaron “Alone With You”.  Además, pudimos oír, del  disco "Time For Answers” de 2005, “R’n’r exile” y “Mike Hammer's Casting Guy Shuffle”, más el tema “The One In Charge” de su Ep de 2013, “Hit The Ground”.  A partir de entonces, una tras otra, las canciones de su más reciente disco editado este 2016 por la Castaña: “Welcome To Dundersville”, “Blame Me”, “Blank Morning (She Said)”, “Duke's Tale”, “Need My Coach”, “Unthinkable”, “The Chip”, “Saw Ya”, “Agus Young”, “I'll Take Anything” y “Goodbye Again Or”.  El concierto finalizó en este punto pero tal y como se dice en ese tema, “this is not the end”, ya que en el bis nos noquearon con una descomunal versión del “You're gonna miss me” de los 13th Floor Elevators.

En directo, las fabulosas canciones de los Biscuit crecen con una fuerza inusitada. La banda convierte sus temas en auténticos himnos del rock and roll combinando dosis de powerpop con detalles lisérgicos más esas irrenunciables descargas de alto voltaje energético. La fórmula mágica pasa por compenetrar una poderosa voz principal con dos guitarras imaginativas e hirientes, más un excelente colchón armónico del recién incorporado teclado aportando una segunda voz; y para redondearlo, una sección rítmica de antología a base de bajo y batería inconmensurables. El resultado no podía ser más arrebatador. La puesta escena de su más reciente disco redimensiona las canciones, ya de por si memorables, en una experiencia única que ningún amante del rock and roll que se precie debería perderse por nada del mundo.    


Trayectoria 

Biscuit. Foto: Eva Ferrrera
Los Biscuit son Angel Zambudio al bajo, Fermín Roca a la batería y coros, Armand Cardona a la  guitarra, Xavi Cardona a la guitarra y voz, más David Charro a los teclados, coros y guitarra. Se forman en Vilanova i la Geltrú, en el año 1993 tras la escisión de Blue Bus, una banda que editó un mini-lp en 1991 con el título de “All Way” (Macaco Records). Tras una segunda maqueta producida por Enrique Lindo, Grabaciones en el mar les edita en 1997 su primer disco, “Lunch Music” en formato CD. Luego vendrá su participación en discos de tributo a grupos como Love, y en 2001 se autoeditan un EP con cuatro canciones, “The Basement Years” distribuido por Trip Records.

Biscuit. Foto: Eva Ferrera
Dos años después, verano de 2003,  entran de nuevo en un estudio de grabación, con Santi García en los estudios Ultramarinos Costa Brava. De ahí saldría “Rocks My Litlle World” editado en Cd por Rock Indiana y en vinilo por H Records. Tras el éxito de ese disco, vuelven en 2005 al mismo estudio, productor y con el mismo sello a dar forma a su nuevo Lp, “Time For Answers”, en el que una vez más hacen gala de su poderío con una mezcla de rock’n’roll, psicodelia y toques melódicos de pop. En esta ocasión, No Tomorrow se encarga de la edición en vinilo. Después vendría "Cinnamon Fadeout", grabado en el mismo estudio, y editado en 2009 por el sello Hang the dj!, en Cd y vinilo. A finales de 2011 sacan, de la mano de La Castanya, el álbum “Memorabilia” del que puedes leer más datos aquí.  A destacar también que en 2012 triunfan tocando en directo con Bart Davenport  el “Sound Affects” entero de los Jam.

Biscuit. Foto: Eva Ferrera
En 2013 la Castanya editó un Ep en 7” titulado “Hit the Ground”  para celebrar  el 20 aniversario del grupo. Contiene los temas “The One in Charge”,   “The Wireless Golden Voice” y “Quit This Place”.  Fue producido por Mike Mariconda en los Estudios Ultramarinos Costa Brava (Sant Feliu de Guíxols), con Santi García como asistente.  Por otra parte el sello australiano Off The Hips compiló en 2015 16 canciones que recorren más de dos décadas de carrera en “20 Years a Million Beers & Lotta Nerve”.  Anteriormente a la edición de su nuevo Lp, editado en 2016 sin título por la Castanya  del que puedes leer una reseña en nuestro blog,  se dieron a conocer los temas  “Goodbye Again Or B” y el inédito “Phil's Song”.   

A continuación te ofrecemos una reseña detallada de cada uno de los tres conciertos. El nombre de las bandas te llevara a nuestra crítica.

miércoles, 20 de abril de 2016

Los Biscuit cierran con un gran álbum dos décadas de enorme creatividad frente a eufemismos mediáticos

Portada
A los Biscuit no se les admira y reverencia ampliamente, como bien se merecen, porque sinceramente hay mucha tontería suelta en algunas parcelas narcisistas del rock and roll. Empecemos por ese sector imperante que vive anclado en el pasado, por norma y defecto, coleccionando  reliquias para, principalmente, fanfarronear entre similares.  Conforman una multitud de obsesivos Dj’s que viven pendientes del comercio de antigüedades para satisfacer  a grupúsculos de danzantes que no están interesados en la música en directo ni en proyectos actuales tan enriquecedores como el de este brillante grupo de Vilanova i la Geltrú (Barcelona).  Aunque  los seguidores de Biscuit  coincidamos que atesoran un repertorio potente, tan original como brillante, las masas, incluidos aquellos que se disfrazan para los cacareados allnighters, pasan olímpicamente, sin explicación ni plausible ni posible, de sus múltiples y variadas aportaciones musicales a los diferentes tipos de escena, incluida la “indie”.  

Artwork
Aupados por el voluntarioso sello La Castanya,  se les considera “grupo de culto”, como si eso fuera un atenuante que valiera la pena tener en cuenta, cuando en realidad es un brutal e indisimulable eufemismo de “banda con poca repercusión”.  Hasta la crítica especializada les sitúa en  una especie de limbo, entre lo mínimamente mediático y el oscuro “underground”, un lugar recóndito para disfrute de unos cuantos privilegiados. Sin embargo, aunque se deshagan en halagos, la mayoría en letra pequeña y con fecha de caducidad, lo cierto es que nunca van a concederles una portada.  Todo ello sin que la banda haga ni diga nada, durante estos más de 20 años de trayectoria impecable, que justifique tanto despropósito ni esa preocupante falta de atención.  Los Biscuit se limitan a  componer canciones fascinantes que interpretan para disfrute personal con el propósito de entablar una fluida conversación artística, tan enriquecedora como divertida, con aquellos que quieran gustar de su apasionante proyecto.  Y en ese loable objetivo de seguir en la brecha, pese a todo, creciendo  a pasos agigantados con obligada discreción, se enmarca su nuevo álbum editado este 2016, sin título, con once canciones fascinantes que originan una explosión única de placer que lo convierten en uno de sus mejores trabajos y, de paso, en uno de los más grandes discos de rock and roll y pop poderoso que se hayan publicado nunca.  

Trayectoria 

Biscuit. Foto de su facebook.
Los Biscuit son  Angel  Zambudio al bajo, Fermín Roca a la batería y coros, Armand Cardona a la  guitarra, y Xavi Cardona a la  guitarra y voz.  Después de este nuevo disco,  han pasado a ser un quinteto con la aportación de David Charro a los teclados, coros y guitarra. Se forman en Vilanova i la Geltrú, en el año 1993 tras la escisión de Blue Bus, una banda que editó un mini-lp en 1991 con el título de “All Way” (Macaco Records). Tras una segunda maqueta producida por Enrique Lindo, Grabaciones en el mar les edita en 1997 su primer disco, “Lunch Music” en formato CD. Luego vendrá su participación en discos de tributo a grupos como Love, y en 2001 se autoeditan un EP con cuatro canciones, “The Basement Years” distribuido por Trip Records.

La discografía de Biscuit. Foto de su facebook.
Dos años después, verano de 2003,  entran de nuevo en un estudio de grabación, con Santi García en los estudios Ultramarinos Costa Brava. De ahí saldría “Rocks My Litlle World” editado en Cd por Rock Indiana y en vinilo por H Records. Tras el éxito de ese disco, vuelven en 2005 al mismo estudio, productor y con el mismo sello a dar forma a su nuevo Lp, “Time For Answers”, en el que una vez más hacen gala de su poderío con una mezcla de rock’n’roll, psicodelia y toques melódicos de pop. En esta ocasión, No Tomorrow se encarga de la edición en vinilo. Después vendría "Cinnamon Fadeout", grabado en el mismo estudio, y editado en 2009 por el sello Hang the dj!, en Cd y vinilo. A finales de 2011 sacan, de la mano de La Castanya, el álbum “Memorabilia” del que puedes leer más datos aquí.  A destacar también que en 2012 triunfan tocando en directo con Bart Davenport  (+ info) el “Sound Affects” entero de los Jam.

En 2013 la Castanya editó un Ep en 7” titulado “Hit the Ground”  para celebrar  el 20 aniversario del grupo. Contiene los temas “The One in Charge”,   “The Wireless Golden Voice” y “Quit This Place”.  Fue producido por Mike Mariconda en los Estudios Ultramarinos Costa Brava (Sant Feliu de Guíxols), con Santi García como asistente.  Por otra parte el sello australiano Off The Hips compiló en 2015 16 canciones que recorren más de dos décadas de carrera en “20 Years a Million Beers & Lotta Nerve”.  Anteriormente a la edición de este nuevo Lp que te presentamos,  se dieron a conocer los temas  “Goodbye Again Or B” y el inédito “Phil's Song”.  

Artwork.
Todos los temas de este su más reciente álbum son originales de la banda con ayuda en los arreglos de Santi García.  Las letras son de Xavi Cardona y en los créditos se menciona la inspiración de Henry Miller en la canción “Unthinkable”. Fueron grabados en Cal Pau Recordings durante cuatro días del mes de noviembre de 2014, producidos y mezclados por Santi García y masterizados por Víctor García en Ultramarinos Mastering. Santi también aporta voces y percusión en algunos temas. Marc Clos toca el vibráfono, la armónica y teclados.  Edu Rocket se encarga del saxo. El artwork, con esas viñetas en portada en las que uno imagina la conversación entre un joven que escucha el disco a volumen demasiado bajo y su mentor rockero, es de Joan Thelorious.     

Las canciones

Biscuit. Foto de su facebook
El disco se abre con “Welcome to Dundersville”, un tema fantástico tanto a nivel rítmico como  melódico, con una combinación original de riffs de guitarras ciertamente monumental.  Con la entrada de la batería y bajo se sube el listón de placer a un nivel indescriptible y, ya con el arranque de la poderosa  voz principal, nos deslumbran hasta cotas magistrales. Con semejante arranque triunfal, el disco ya se torna en indispensable. Le sigue “Blame Me”, otra exhibición de guitarras grandiosas, incluido el perseverante bajo, la rapidez de la batería y la entrega vocal que, combinados con destreza, crean un ácido natural que corroe el aburrimiento para que impere la fuerza de una banda en completo estado de gracia. Diferentes motivos eléctricos van originando incandescentes puntos de interés entre desarrollos instrumentales sublimes.  Con “Blank Morning (She Said)”  persisten en esa disposición de arreglos calibrados expresamente para levantarnos del suelo como si se trataran de muelles emocionales que nos invitaran a tocar el cielo con saltos enérgicos propulsados por esas sucesivas descargas electrizantes con algún que otro ramalazo bien ideado a lo Who.  Incluso cuando reducen intensidad, resultan igual de poderosos y emocionantes.  

Biscuit. Foto de su facebook
El siguiente corte “Duke's Tale” explota mediante otra secuencia impresionante de power pop, con marcado peso del bajo, entre detalles lisérgicos de guitarra aportando una segunda voz más extraordinarias cascadas de distorsión procurando un crescendo de órdago que se completa con una fantástica intervención de armónica a la carrera. Y de este modo, exhaustos frente a tantas excelencias sucesivas, llegamos a la más reposada “Need My Coach”, al menos inicialmente, porque a los pocos compases adquiere la misma entrega hiriente de una banda capaz de reinventarse, tema tras tema, sin perder por ello su sello personal. Guitarras, batería y voz principal se combinan con una complicidad única entre algún que otro solo envolvente de factura impoluta.  “Unthinkable” cierra esta impactante cara A. Se trata de una canción de vocación oscura, muy potente, que descarga de forma luminosa en la melodía del estribillo. A destacar esa aportación esencial del saxo que confiere un toque de aguerrido R&B.   
      
Biscuit en el estudio. Foto de su facebook

“The Chip” es el título del tema con el que se inicia la cara B.  Se trata de una canción que cuenta con unos compases iniciales de batería al modo de los himnos de glam rock, de nuevo con el saxo como invitado de excepción, y muchas guitarras trenzando motivos convincentes, con guiños a la historia del rock and roll setentero y un psicodélico solo de wah wah que se pierde hasta la inmensidad y antecede a esa impresionante “Saw Ya”. Menudo temazo de powerpop californiano, el que nos ofrecen en este caso, con una pulsación rítmica de una agilidad milimetrada más una melodía encantadora de puño en alto.  Momentos a lo Jam con un bajo fantástico, juegos lisérgicos de eléctrica y una voz endiabladamente buena, más unos salvajes compases finales, culminan esta canción tan extraordinaria.  A continuación vuelven a sorprendernos con “Agus Young” con bajo distorsionado y una amalgama de recursos instrumentales, pretendidamente sucios, que ponen los pelos de punta y no impiden que triunfe sobre ellos los valores melódicos de ese pop contagioso.  Añaden otro solo de guitarra de textura rockera con el que reafirman su crudeza. 

Biscuit. Foto de su facebook.
Llegados a los dos últimos cortes, nos agasajan con “I'll Take Anything”,   fantástico medio tempo con filigranas de bajo, guitarra, pedales de teclados y una percusión impactante. Canción de raíces psicodélicas adaptadas a su impronta personal. Una contribución psych sencillamente cautivadora que muchos grupos de exclusiva  convicción lisérgica querrían para ellos. Finaliza el álbum con “Goodbye Again Or”, la última de las maravillas de un trabajo inequívocamente Biscuit, no tan distanciado de sus anteriores discos como algunos pretenden ver. Aquí se tornan más pop, incluso new wave si se me permite con detalles que me recuerdan a los Style Council, mediante toques de vibráfono, ritmo saltarín, un órgano celestial y un bajo y guitarras no menos imprescindibles, incluida la voz principal canturreando con soltura y entrega el estribillo final entre coros de respaldo. 

Reflexión final  

Los Biscuit. Foto de su facebook
En la promoción del disco se especifica expresamente  que este álbum  cierra su primera época dorada pero que: “This is (not) the end”.  La aclaración podría incluso conllevar un cierto  aire de ironía porque más de una banda ya lo hubiera mandado todo a paseo y se hubiera disuelto ante la impotencia de ver cómo tras 20 largos años de trayectoria, con un repertorio tan consistente y enérgico como el suyo, aún chocan contra absurdos muros de indiferencia y tienen que soportar falsas palmaditas en la espalda de supuestos entendidos sin apenas criterio.  Afortunadamente, éste no es su fin y creo que todos aquellos a los que nos gusta la música, y en especial el rock and roll, deberíamos felicitaros por ello.  


Biscuit. Foto de su facebook.
La realidad es tan clara como odiosa. No tienen cabida en el negocio al por mayor de la radio fórmula, porque simplemente les resultan incomprensibles y difíciles de digerir; ni tampoco figuran entre las deidades de las sectas de anticuarios sónicos que siguen a lo suyo sin visión alguna de futuro, obsesionados por el pasado y pendientes de las raíces sin darse  cuenta de que del árbol sagrado siguen surgiendo nuevos frutos suculentos, crudos si se quiere echar mano de los habituales latiguillos, como éste  nuevo disco de los Biscuit: un álbum sin título, simple y directo, apasionante y vital,  que les convierte en más enormes e imprescindibles que nunca.  Eso es lo que realmente cuenta.  Todo lo demás:  palmaditas en la espalda, incomprensión a raudales, actitudes indefendibles como no comprar el disco ni acudir a verles en directo son, en resumidas cuentas,  una sarta de estupideces de las que deberías arrepentirte cuanto antes porque son, a todas luces, nuestra mayor banda de rock and roll, mucho mejor incluso de lo que podríamos desear, y es intolerable que no les hagamos el puto caso que bien se merecen. 

Nota:   Puedes escuchar el disco en el bandcamp de la Castanya donde podrás adquirir una copia en Cd, Lp, en vinilo color azul, o varias ofertas con su discografía. 

Entre otras fechas que podrás consultar en su facebook o en su blog, les podrás ver en directo el 28 de mayo de 2016 en el Castanyasso Rock Festival "Wow Pow" que se celebra en la Sala Zero de Tarragona. El resto del cartel lo forman los Pow Pow Pows, High Tiny Hairs y Mick Gave and The  Bad Psychs.  

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Biscuit y Davenport triunfan en el Sidecar con su revisión al completo del “Sound Affects” de los Jam

Foto: Magic Pop
El concierto que los Biscuit y Bart Davenport nos ofrecieron la noche del 11 de diciembre de 2012 en el Sidecar, dentro de la gira de revisión del quinto Lp de los Jam  ‘Sound Affects’, da para muchos comentarios que se me antojan más o menos destacables y que nos llevan a remarcar el más importante de todos: grandiosa actuación, brillante y entregada, la de este compacto cuarteto catalán con el vocalista californiano al frente interpretando uno de los mejores álbumes de la historia del pop.

Como bien sabes, la ocasional formación tiene programadas un total de diez actuaciones dentro de la serie We Used To Party, patrocinada por el sello Houston Party, de homenaje a un Lp interpretando todas y cada una de sus canciones. En este caso el álbum escogido es el “Sound Affects” (1980) de los británicos Jam, para muchos paragidma del modernismo o al menos del llamado mod revival de finales de los setenta y ochenta. La actuación de Barcelona suponía superar el meridiano de la gira que hasta el momento ha cosechado grandes críticas de aceptación tanto de público como de crítica. No podemos hablar de las actuaciones anteriores pero sí que podemos afirmar que en la noche barcelonesa se superó el listón de un más que digno  homenaje mediante inolvidables momentos instrumentales. Incluso podemos aventurarnos a predecir que, tras ese triunfo sin discusión, es más que probable que las cotas de genialidad de los próximos directos sean ya insuperables.

Foto: Magic Pop
Para los amantes de los Jam, la noche prometía ser litúrgica. No creo que en la sala, abarrotada de público, hubiera alguien que no supiera exactamente quienes fueron los componentes de ese poderoso y legendario trío formado por Paul Weller, Bruce Foxton y Rick Buckler. Aún así sería lógico aceptar que hubiera entre los presentes alguien que solo acudía a la cita para ver actuar a Davenport, como irreductible fan de los también grandes Loved Ones.  Sea cual fuera la opción, estoy más que seguro  que la inmensa mayoría de los que presenciamos ese concierto, sabíamos que los Biscuit no iban a conformarse con interpretar los temas de “Sound Affects” sin aportar nada de su parte. De este modo,  el sonido de todas y cada una de las canciones, no solo las del álbum  sino también la de los bises, tuvieron sus inmejorables toques Biscuit, esos que les distinguen como una de nuestras bandas más potentes de powerpop.  Hay quien dice que los de Vilanova son nuestros Who, pues bien, si aceptamos la comprensible comparación, podemos asegurar que en el Sidecar vimos a los Who versionando a los Jam, y esa experiencia, para alguien al que le guste el rock and roll, es francamente memorable.
Foto: Magic Pop

Todos y cada uno de los músicos de la banda, Àngel al bajo, Armand y Xavi a las guitarras, y Fermín a la batería, dieron sobre el escenario lo mejor de ellos mismos con excelentes detalles marca de la casa, con una perfecta compenetración rítmica, más unos solos de guitarra que nos pusieron los pelos de punta y una simpatía propia de aquellos que se suben a un escenario para compartir un buen momento con una buena excusa porque no solo son excelentes instrumentistas sino también inmejorables personas.    


El orden del concierto fue estrictamente el del Lp, con sus 11 temas, y empezó con percance técnico en la batería al romperse uno de sus componentes y que obligó a reiniciar la fantástica “Pretty Green“ con ese poderoso bajo.  Cuando pasan cosas así, tan imprevistas, uno tiene la seguridad de que ya nada malo volverá a suceder y así fue. Tema tras tema, los Biscuit y un divertido como entregado Davenport, brillaron con su impecable interpretación melódica del “Monday”, la rabiosa “But I’m Different Now”,  la penetrante “Set The House The Blaze”, la rítmica “Start”, la agridulce “That’s Entertainment”,   la entusiasta “Dream Time”, la entrañable “Man in the Corner Shop”,  la casi instrumental “Music for the Last Coupe”, los ecos soul de “Boy about sound”  y finalmente la psicodélica “Scrape away”, cerrando con ese marcado bajo hipnótico.


Foto: Magic Pop
En el par de bises que nos regalaron se pudieron oír tremendas adaptaciones de otras perlas de los Jam como el “In the crowd”, el “When You Are Young”, y el seminal “In The City”, más una interpretación en solitario de Bart Davenport con la acústica, del  “The Whole Point Of No Return” de los Style Council; y para acabar otra revisión más, en este caso del single también de 1980 que los Jam editaron con los temas “The Dreams Of Children” en la cara B y “Going Underground” en la cara A, que puso punto final a una actuación decididamente genial.


Estos días, previos al concierto, he vuelto a escuchar el álbum por enésima vez. Resulta sorprendente que un veinteañero Paul Weller escribiera temas tan profundos, con esa belleza melódica y energía rítmica, como los que forman parte de este “Sound Affects”, para muchos el mejor de los Lp’s de los Jam. No resulta menos sorprendente imaginarse cómo se las agenciaban para hacer sonar los temas en directo con solo tres músicos. Ahora bien, la interpretación que hicieron Davenport y los Biscuit pasará a la historia por su brillante interpretación y su revisión que, dentro del homenaje, reivindicó otra forma de entender el powerpop con arreglos más contundentes repletos de detalles de cualidad.  Pensándolo bien quizá sea ese el objetivo: sonar como los Biscuit y no como en los ochenta, la razón que convencería definitivamente al eterno modfather para reunificar a los Jam. 

sábado, 21 de abril de 2012

Segunda noche del Sixties 2012 con un elenco de estrellas y “lunas” entre R&B, "garage" y psicodelia

Midnight Shots. Foto Magic Pop 

Si tuviéramos que escoger una sola palabra para resumir la segunda noche del Sixties Rock Weekend, ésta sería sin duda la de: apoteósica. Incluso puede que se convierta en la jornada culminante de este festival que como cada año nos trae, a la puerta de casa, un amplio abanico de propuestas con raíces sixties de lo más variado y emocionante. Empezaron la velada los valencianos Mignight Shots con un nuevo guitarrista, de nombre Carlos, que substituye a Pep González y que, pese a formar parte de la banda hace apenas un par de semanas, supo amoldarse con corrección y buenas maneras al ritmo trepidante del grupo formado por Paco Beneyto, voz y guitarra; Ignacio Durbán, al bajo; Carlos Espina al teclado; Fernando Bonet al saxo; y Quique Gallo a la batería. La banda interpretó sus conocidos temas de R&B y presentó las nuevas canciones que a punto están ya de salir al mercado discográfico mediante un Ep. Se trata de cuatro canciones que han grabado en los estudios del Circo Perrotti de Gijón para ofrecernos un sonido fiel a esas grabaciones analógicas de finales de los cincuenta y principios de los sesenta.

Midnight Shots. Foto Magic Pop

Midnight Shots es un proyecto musical muy válido que resulta cada vez más consistente con esa trayectoria ascendente empeñada en mejorar y ofrecer un resultado que consiga atraer, como poco,  la atención y el respeto del público. En menos de cinco años, han incorporado a su formación un saxofonista y un teclista, y del R&B primigenio han evolucionado a unos arreglos más sofisticados en los que adquiere una gran importancia el swing y el rock and roll de los cincuenta. A raíz de este continuo proceso de cambios, la banda ha mejorado considerablemente. De la formación original, solo quedan dos de sus miembros originales: su cantante Paco, con su potente voz, y el baterista, Quique, otra de las partes fundamentales para entender en su máximo esplendor el concepto genérico del grupo. El resto de los músicos dieron también la talla y con nota en sus respectivas parcelas instrumentales. Todos juntos supieron llenar la ausencia de público con imaginación y consistentes pasajes de música tan divertida como elegante.

Biscuit. Foto Magic Pop
A continuación, subieron al escenario los catalanes Biscuit presentando su último álbum, “Memorabilia”, con una exhibición de buenas maneras, domino instrumental, bromas, sinceridad y complicidad que les identifica y les sitúa entre las propuestas más profesionales de este país. En los Biscuit es todo tan extraordinario y alentador que solo duelen los finales porque eso quiere decir que el tema lamentablemente ya se ha acabado. Sus canciones, bien trazadas, tanto rítmica como melódicamente, son un desparpajo de genialidades a modo de las grandes bandas de rock and roll, y en escena las interpretan con soltura y convicción. Son de esos grupos que, si no estás familiarizado con su música, te preguntarás una y otra vez de quién es esa versión que interpretan cuando en realidad es un tema propio. Solo tocaron una versión, un tema de Alex Chilton, del que han participado en algunos homenajes, más canciones de sus anteriores álbumes, “con esos medios tiempos que nos han llevado a la fama” como recordaba su cantante y guitarrista Xavi, acompañado por Fermín a la batería y voces, Angel al bajo y Armand a la guitarra. Su música aprende de las raíces de los sesenta y setenta y coge de los diversos estilos, bien sea del hard rock, el rock and roll o del powerpop, los parámetros más atractivos que les sirvan para construir su universo  propio repleto de melodías envueltas con trallazos de guitarra y recursos rítmicos portentosos.

Biscuit. Foto Magic Pop
Los álbumes de Biscuit son, sin excepción alguna, trabajos discográficos magníficos que quizá no les lleven a esa fama internacional, por otra parte más que merecida, pero es indudable que conforman auténticas lecciones de cómo componer buenas canciones que llegan al corazón mientras que los pies no pueden dejar de moverse al ritmo de sus desarrollos insgturmental siempre grandiosos. En resumidas cuentas, nos ofecieron un concierto con esa excepcional manera de buscar puntos clave que entusiasmen, con ímpetu desde la primera a la última canción, descubriéndose próximos a su público, conscientes de que, sea donde sea, están en el más importante escenario del mundo. Esa manera de ser y de tocar les dignifica y consigue que desde el primer acorde conecten rápidamente con el público, sea cual sea la cantidad, en este caso creciendo a medida que avanzaba la noche.

Hara Kee Rees. Foto Magic Pop
Con la siguiente banda, los alemanes Hara Kee rees, entraba en escena el sonido  “garage” sixties interpretado con actitud punk. Se trataba de su último directo. Formados en Colonia en el año 2002, dan por finalizado su proyecto musical dejándonos grandes momentos de fuzz que no pasan desapercibidos entre los amantes del género. La banda,  formada por Martin Götte, guitarra; Patrick Fülling, cantante; Michael Larisch, baterista; Michael Preising, bajo; y Torben Wesche, al órgano y saxo, dio un gran concierto con detalles de cualidad que oscilaban entre la energía desbordante de sus canciones y la puesta en escena entregada para que esa noche, la última, fuese verdaderamente especial. En los ya disueltos Hara Kee Rees “forever” convivía el espíritu de unos Monks, con esquemas del revival de los ochenta, para construir un proyecto musical original en el que no costaba identificar ciertos toques de ese carisma alemán que rodea todo cuanto tocan, desde el krautrock hasta ese techno más radical con toques de free jazz.

Hara Kee Rees. Foto Magic Pop
Sus principales bazas estuvieron en un cantante de larga melana, ataviado con una soga al cuello, que gritaba y cantaba con extraordinaria solvencia, un guitarrista con barba y los labios pintados de rojo que dominaba los secretos del correcto fuzz a mansalva, y sobre todo el sueño de todo grupo de garage que quiera sonar en todas sus variantes: un saxofonista que a la vez toque los teclados y que encima lo haga igual de bien, con su corte de pelo a los años treinta y dando volteretas por el escenario.  Si a eso le sumamos una contundente base rítmica de bajo y batería, tenemos un buen grupo que nos dice adiós con un concierto memorable que calentó la sala Magic Box para recibir a los suecos The Men.

The Men. Foto Magic Pop
Para quien no conozca a los Men, puede que piensen en ellos como una banda “retro”, incluso “mod”, de señores ya en una edad e incluso con hijos mayores que podrían substituirles en el escenario, como fue el caso ,en el último tema del show interpretado por la hija del cantante, Isabella Köhler. La banda la forman su padre, Sven Köhler voz solista y armónica que formó parte de los Sinners en los ochenta; Olof Wallberg: a la guitarra y voces; Ola Främby al bajo y voces, más Niklas Kilenstam a la batería. Todos ellos tienen trabajos al margen de la música como neurofisiólogo, profesor de historia o empleado de un museo y puede que a alguien le parezca solo una banda de señores mayores que recuperan las formas, rítmicas y melódicas, de los sesenta para diseñar un producto propio elegante y vibrante. Efectivamente, todas estas definiciones podrían ser válidas para empezar una reseña como ésta aunque son manifiestamente insuficientes tras haber presenciado uno de sus conciertos. La energía y vitalidad de estos suecos no parece la de un grupo autocomplaciente de gente mayor. Más bien sería todo lo contrario. Su guitarrista y cantante se mueven de aquí para allá encima del escenario  mientras que su bajista y baterista mantienen una más que respetable postura estática que no les impide contribuir al inmejorable resultado final con una ejecución excelente.

The Men con Isabella. Foto Magic Pop 
Durante el concierto se pudieron oír temas de sus anteriores álbumes como el magnífico “The Men return” (2006) o su más reciente “Four Good Men and True” (2010). En ambos no faltan los grandes motivos que hicieron grandes a las bandas de R&B blanco de los sesenta pero interpretados con el deje de estos Men que construyen sus arreglos con cortes temáticos sensacionales, “crescendos” rítmicos acongojantes y combinados de guitarra y armónica sensacionales. Sobresaliendo entre todo este cúmulo de grandes momentos, la voz de su líder con un leve toque nasal que arrastra el público al clímax moviéndose sin parar, saltando, bajando y subiendo del escenario con increíble soltura, tirando y recogiendo maracas, panderetas, pies de micro… Sin duda fue un directo apasionante en el que los Men dieron lo mejor de si mismos. En estos instantes se encuentran preparando los temas de su cuarto álbum que verá la luz en otoño de este 2012.

The Moons. Foto Magic Pop
Para finalizar la segunda jornada del festival, pudimos disfrutar de un grupo joven llamado The Moons que nos ofrecieron su único concierto en España y que llegaron a Castellón precedidos por las alabanzas de Paul Weller, Mani de los Stones Roses o Edwin Collins con el que han trabajado su segundo álbum de estudio

Si bien las referencias eran de lo mejorcito e indudablemente hacían presagiar un buen directo, en mi caso no estaban exentos de un halo de incertidumbre sobre cómo iban a sonar en el escenario unas canciones cercanas al pop psicodélico con detalles indies. Quien más quien menos se esperaba oír poco más que a un grupo británico novel, quizá uno más, a lo sumo con detalles un tanto complicados y poco complacientes a modo de los no menos geniales Coral, y con abundantes reverencias al actual eclecticismo de su padrino Weller, que también colaboró en su primer álbum “Life on Heart” (2010). Sin embargo fueron mucho mas allá y su concierto en el Sixties 2012, demostró que son un grupo excelente con un lenguaje y un mensaje propio, que construyen grandes canciones mediante múltiples referencias, no solo con las mencionadas sino también con otras más no menos suculentas como el rock instrumental.  Esta banda de Northampton está formada por Andy Crofts, voz y guitarra; Ben Gordelier, baterista y voces; James Bagshaw, guitarra y voces; Thomas Warmsley, bajo y voces; Tom Van Heel, teclados y voces. Presentaban su inminente single con los temas "Double Vision Love” y “English Summer".

The Moons. Foto Magic Pop
Son habituales en el circuito mod inglés y constituyen, sin duda, una sabia nueva para todos aquellos que van más allá de repetir esquemas, con ese espíritu precisamente modernista de crear nuevos caminos y buscar nuevos proyectos. Los Moons sonaron elegantes, relajados, sublimes, con momentos de fiereza pero siempre contenida en un esquema bien articulado donde se creaban pausas temáticas psicodélicas sensacionales o arranques de instrumentales oscuros, incluido el punteo de Twilight Zone. Sin barroquismos innecesarios agradaron por su calidad melódica, sorprendente, sugerente y cercana a ese popsike británico de finales de los sesenta con algún que otro leve toque de britpop. Su música está dotada de recursos imaginativos altamente creativos que combinan con elegancia y misterio para forjarse un estilo propio en el que brillen esas lunas psicodélicas repletas de grandes ideas pop.

Exposición fotografia Manuel Peris
Puso punto final a la noche los Dj's Toni Valer-Oh y Jartur de los Immediatos que pinchó también en los descansos una selección de grandes momentos sixties un día antes de que los valencianos pudieran disfrutar del directo de su grupo con los Glups y los Picamato el 21 de abril en el Loco Club. Este sábado cerrará el festival con diversas actividades que se celebrarán desde el mediodía a la tarde para llegar a la noche con otro cartel que también promete mucho por la calidad de sus grupos. A priori, es más que posible que las bandas de la última noche nos ofrezcan grandes momentos para el recuerdo aunque será harto difícil que consigan hacernos olvidar el elenco de estrellas y "lunas" que disfrutamos durante esta segunda y apoteósica jornada del Sixties Rock Weekend.

Nota: Puedes conseguir más información del festival y de los grupos que actúan en la página web del Sixties Rock Weekend. También puedes leer la reseña de la primera noche aquí. y de la última jornada aquí.