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domingo, enero 17, 2021

Benjamin Labatut - Un verdor terrible


La combinación entre ciencia y literatura suele resultar fascinante. Ambas disciplinas son guiadas por la curiosidad, por el afán de desentrañar la realidad, bien para desarmarla o bien para comprenderla. Seguir los pasos de los grandes descubrimientos, o los de una simple idea, o un hallazgo casi casual, sus implicaciones, sus ecos, todo lo que tendrá una relación más o menos directa con tal o cual concepto, con una teoría más o menos acertada. Todo puede reducirse a la búsqueda de aquello que conforma la materia, el compuesto primigenio del que está formado el mundo. Y con este material y un ritmo frenético capaz de encandilar al lector, ha escrito el neerlandés afincado en Chile Benjamín Labatut su magnífico libro de relatos Un verdor terrible.

Bastaría el primer cuento, "Azul de Prusia", para justificar la compra de este volumen. El origen del color conocido como azul de Prusia es el hilo conductor de una historia que no respeta tiempos ni espacios y es capaz de relacionar acontecimientos de épocas distintas, incluir a Göring y a Napoleón, a Johann Jacob Diesbach y los sacerdotes de Egipto, al químico  Carl Wilhelm Scheele, Rasputín, Alan Turing, Fritz Haber, Clara Immerwahr ("la primera mujer en recibir un doctorado en química en una universidad alemana") o el mismo Adolf  Hitler, en un hilo narrativo que relaciona el pigmento azul de Prusia con el gas mortal conocido como Zyclon B, la belleza con la muerte.

O el último, "Dejemos de entender el mundo", una colección de cuentos dentro de un libro de cuentos, o una novela corta dividida en cinco capítulos que parecen independientes. El quinto, "Dios y los dados" comienza del siguiente modo: "Bajo el cielo gris de Bruselas, en la mañana del lunes 24 de octubre de 1927, veintinueve físicos atravesaron el pasto escarchado del parque Leopold y se refugiaron en uno de los salones del Instituto de Fisiología, sin sospechar que cinco días después habrían sacudido los cimientos de la ciencia". Einstein, Heisenberg, Schrödinger, nombres que revolucionaron la física newtoniana y con los que nació la física cuántica. El modo en que se convierten en accesible conceptos complejos, la personalidad de los visionarios que supieron ver más allá de lo evidente, convierten este libro en uno de los más interesantes que se puede encontrar ahora mismo.

El físico Schwarzschild dándole vueltas a sus fórmulas matemáticas en el campo de batalla en plena Primera Guerra Mundial, o el matemático Grothendieck y su deseo por borrar su huella de este mundo, sus descubrimientos matemáticos, horrorizado por lo que éstos pudieran esconder. Personajes intensos que se propusieron escarbar en lo que hay debajo de la realidad tal y cómo la percibimos.

Un libro didáctico y literario que se lee con la fascinación con la que un niño escucha un cuento. Una clase magistral sobre narrativa. Un estilo ágil e impecable. Un libro que vale la pena leer al menos un par de veces, seguros de disfrutarlo siempre con el asombro que provocan las obras maestras.


domingo, mayo 26, 2019

La mujer geométrica, de Vicente Marco



Vicente Marco ha ganado el Premio Tiflos de novela, el Premio Jaén, el Premio Valencia de Narrativa en Castellano Alfons el Magnanim, el Premio de Novela el Fungible, el Premio Nacional de Teatro Castellón a Escena, el Premio Fray Luis de León de Teatro, el Premio Ciudad de Requena de teatro, el Premio Unamuno, el Premio Julio Cortázar, el Alberto Lista o el Hucha de Oro, entre otros. Tiene una obra muy extensa en su haber, de la que nombraré Los trenes de Pound, Ya no somos niñas, Opera Magna, Mi otra madre o El desorden de los números cardinales. Estamos pues ante un escritor con mayúsculas que no tiene nada que demostrar y que conoce el oficio sobradamente. Su última obra se titula La mujer geométrica.

La protagonista de La mujer geométrica es Sara, una mujer casada y madre de un hijo de diecisiete años. La historia empieza cuando descubre que su hijo está teniendo una relación con una mujer llamada Nat mucho mayor que él. Esta circunstancia altera su vida y, cuando se decide a intentar averiguar algo sobre esa mujer, conoce a Rodri Brun, un hombre que la iniciará en un mundo de perversiones, de juegos sexuales, de emociones que nunca antes había experimentado, lo que provoca que decida abandonar a su marido y se deje llevar por ese compañero de juegos. Sara se siente absolutamente rendida a todo lo que se le propone. La novela se convierte en una sucesión de retos, a cual más atrevido o incluso estrambótico. Hasta que, en un momento determinado, todo da un giro que nos pilla por sorpresa.


La novela no da tregua. Una historia de violencia y sexo que nos convierte en obscenos voyeurs, sin apenas personajes y pocas explicaciones. El diálogo es el recurso predominante para ir avanzando en la trama. No importa la reflexión sino las actitudes en este juego del gato y el ratón. Un libro en el que el autor realiza una especie de travestismo literario, al narrar la historia desde el personaje de la mujer, en primera persona. Un thriller en estado puro, cuyo objetivo es obligarnos a pasar las páginas cada vez más deprisa.

viernes, diciembre 14, 2018

Carlos Manzano - La azarosa y enigmática vida de Idaira Badiero



La escritura de Carlos Manzano tiene la capacidad de incomodar a quien se enfrenta a ella. Uno va pasando páginas sin darse apenas cuenta de que la tensión le va asfixiando sutil pero implacable, hasta que se ve obligado a detenerse un momento, a tomar aire, a cambiar de postura. No es un recién llegado, es un escritor con una sólida y coherente obra. Carlos Manzano es autor de cuatro novelas y dos libros de relatos, además de haber participado en diversos libros colectivos y haber coordinado la revista virtual "Narrativas", una trayectoria que debería ser motivo suficiente para que sus nuevos trabajos recibieran mayor atención mediática.
Su última novela, la quinta en su haber, se titula La azarosa y enigmática vida de Idaira Badiero. El título recuerda quizá a los enunciados de los trovadores, de los narradores callejeros, y no es una cuestión baladí, pues está directamente relacionada con el tema central de la historia. Dos amigos, Domingo y Miguel, planean un viaje por Europa cuando, a última hora, se suma al grupo una muchacha llamada idaira Badiero, que resulta ser la hija de un escritor del que Miguel es fiel seguidor. Ambos amigos sienten fascinación por la muchacha, pero de forma diferente, llegando, en el caso de Miguel, que es además el narrador, a casi idealizarla. En un momento dado, ella se separa del grupo y decide seguir el viaje por su cuenta, debido a un episodio desagradable que no revelaré. Algún tiempo después, el protagonista conoce en persona al escritor Sebastián Badiero, y en un intento por establecer una relación con ese hombre al que admira, le dice que conoce a su hija y se ofrece a contarle algunas cosas sobre ella. El escritor y su hija apenas se han visto en muy contadas ocasiones desde que ella era una niña. Comienza así una relación extraña, resultando la actitud del narrador casi obsesiva en su intento por imaginar la vida real de idaira Badiero. Se produce una especie de juego del gato y el ratón, una investigación que comienza de forma casi inocente y se va convirtiendo en algo que determina la actitud de Miguel, que llega a comportarse en algunos momentos como una especie de psicópata, pese a que siga narrando sus pesquisas con un tono inocente, casi ingenuo.
De este modo, el veterano escritor, que en algunos momentos expresa ácidas reflexiones sobre su oficio o el mercado editorial, recibe el relato de la vida de su hija a través de la versión de un narrador que nos parece poco fiable y que, pese a que suele resultar melindroso en muchos aspectos, sigue adelante con sus pesquisas, con su deseo de ver sin ser visto para armar una vida ajena y servirla de un modo atractivo a ese hombre al que tanto admira.
Podríamos decir que este libro puede leerse de varias maneras: como una intriga sobre una muchacha huidiza, como el relato de un ser apocado que se obsesiona por una persona hasta el punto de convertirla en un personaje, o como la confrontación entre diferentes modos de narrar una historia. El personaje principal se convierte en un narrador oral preocupado por mantener el interés de su interlocutor y, de paso, el de los que seguimos con la lectura todas sus meditaciones. De cualquiera de las formas que decidamos adoptar a la hora de enfrentarnos a este texto, lo vamos a disfrutar.
El estilo de Carlos Manzano es diáfano y preciso a la vez. Sus personajes atrapan la atención desde el principio, e incluso en los momentos en que nos desagradan, nos descubrimos incapaces de apartar la mirada. Nos conduce por la historia con oficio y nos regala jugosas reflexiones sobre el mercado editorial y sobre los mecanismos de la ficción, intercalando diferentes tiempos en la narración y dosificando la historia al estilo de las mejores obras de intriga. El personaje principal, ese narrador pusilánime a la vez que tenaz, llega a resultar agobiante y tenebroso, en una evolución casi imperceptible y asombrosamente eficaz.
Supongo que La azarosa y enigmática vida de Idaira Badiero no será un libro fácil de conseguir, algo muy común últimamente, pero les recomiendo que hagan el esfuerzo de buscarlo, de solicitarlo en su librería o por internet. Seguro que no les dejará indiferentes.

Enlace a la página web.

domingo, octubre 14, 2018

Reseña de "Cierta distancia" en ZAS! Madrid

Acaba de aparecer en la publicación ZAS! Madrid, una reseña de mi libro Cierta distancia. Manual de supervivencia para amantes de la literatura, firmada por Pedro M. Domene.

En ella dice cosas como esta:
"

Cierta distancia es un libro sobre la necesidad de contar, de un desafío propio: escribir, escribir, y escribir porque forma parte de una vida, y la razón última de no dejar de hacerlo. Un auténtico manual que, en unas muy aprovechadas páginas, se convierte en un atípico ensayo, tan ameno como interesante, culto por sus abundantes referencias literarias y acertados comentarios sobre autores y sus obras, notas con referencias a entrevistas y toda una curiosa lista de libros de escritores y escritoras de una amplia producción y que generaciones de lectores nacidos entre los 50 y los 60 tenemos como autores de cabecera.

Os dejo el enlace para que podáis leerla completa:

http://zasmadrid.com/para-amantes-de-la-literatura-un-manual-de-supervivencia-cierta-distancia-de-miguel-sanfeliu/

Mil gracias a Pedro M. Domene por su lectura del libro.

lunes, julio 30, 2018

Chica, chico, chica



Cuando uno se enfrenta a un libro, realiza una lectura personal, ligada a sus intereses, buscando algo concreto. Supongo que dos personas pueden leer el mismo libro y luego descubrir que cada uno se ha fijado en detalles diferentes. Digo esto porque, aunque la experiencia de Savannah Knoop en la época en que se hizo pasar por el escritor J. T. Leroy me resulta interesante, lo que yo perseguía en las páginas de Chica, chico, chica era la figura de Laura Albert, la artífice de todo el tinglado, la que realmente manejó los hilos de toda esta historia.
Todo lo relacionado con J. T. Leroy me interesa. Me parece un episodio fascinante. Por si alguien no lo conoce, os pongo rápidamente en antecedentes. J. T. Leroy es el autor de los libros Sarah, El corazón es mentiroso y El final de Harold. El primero de ellos, Sarah, se publicó en 1999 y se vendió como la historia autobiográfica de un joven hijo de una prostituta que había crecido en un mundo sórdido y terrible, trabajando como chapero y adicto a las drogas. Una historia que sobrecogió a todo el que la leyó. Tanto es así que pronto la gente quiso saber más sobre ese joven héroe que había conseguido salir de la marginalidad contando su historia por escrito y convirtiéndose, de inmediato, en un autor que suscitaba el máximo interés. Muchos famosos querían conocerlo y mostraban en público su admiración. El muchacho siempre daba largas para no conceder entrevistas en persona, sólo por escrito o por teléfono, pero al final se vio obligado a aparecer, a asistir a las fiestas de los famosos, a codearse con Asia Argento, que incluso llevó al cine el segundo de los libros de Leroy, El corazón es mentiroso, con Dennis Cooper, Winona Ryder, Carrie Fischer, Courtney Love, Gus Van Sant, Bono… El único problema es que J. T. Leroy no existía. La persona que se hizo pasar por él fue en realidad una mujer, Savannah Knoop, la cuñada de Laura Albert. Laura Albert, la verdadera autora de los libros y la que diseñó toda la campaña de promoción de sus obras y su autor maldito, la mujer que luego fue juzgada y condenada por fraude por haber conseguido engañar durante casi diez años a la más respetada élite cultural y periodística.




Ahora Savannah escribe un libro contando su experiencia durante todo el tiempo que duró la impostura. Es un libro con cierto tono catártico en el que llega a confesar que, durante aquella época, se hizo adicta al personaje porque le permitía vivir una realidad muy alejada de la que podía aspirar. La vida de Savannah Knoop, ayudante de camarera en un restaurante tailandés, con sueños de convertirse en diseñadora y aficionada a la capoeira, estaba muy lejos del glamour que rodeaba la figura de J. T. Leroy.  Tal como dice un productor en un momento dado: "Cuando uno ve su nombre, puede estar seguro de que el proyecto será algo innovador, fresco, moderno". Todo era demasiado tentador. Pero ser una chica que se hace pasar por un chico que a su vez quiere hacerse pasar por una chica no resulta fácil y, desde luego, conlleva un coste elevado.
Nos habla en el libro de fiestas, de la gente que conoció, de su romance con Asia Argento, de su pánico escénico, de su vulnerabilidad, y de cómo, pese a todo, sigue adelante, dejándose guiar por Laura Albert, que permanece siempre a su lado, interpretando el papel de Speedy, la asesora de Leroy, su persona de confianza.




Y, como ya dije, es esa persona que aparece casi en la sombra la que me interesa. Savannah la muestra sin entrar en profundidad en su personalidad, en cómo diseñaba su estrategia. No sabemos si tenía todo pensado desde el principio o si iba improvisando sobre la marcha. Pero nos la muestra de un modo directo, a través de sus actos, y nos vamos haciendo una idea de la ambición desmedida que la movía y la inteligencia con la que conseguía siempre mantenerse a flote.
Laura Albert era una joven con problemas de obesidad y baja autoestima. La primera vez que la ve, Savannah la describe así: "Tenía un aire clásico, como una lechera de Rembrandt: mejillas carnosas y rosadas que acentuaban su piel blanca, labios finos y rizos de querubín que asomaban por debajo de un ajustado sombrero de punto marrón". También nos dice que comía sin degustar la comida, de forma compulsiva. Y que tenía "talento, labia e ingenio. Le daba igual ofender a alguien si con ello dejaba claras sus convicciones. No se permitía pasar desapercibida, jamás aceptaba un no por respuesta y nunca se callaba para encajar con el grupo". Trabajaba en un servicio de sexo telefónico. Con su marido, Geoff, el hermano de Savannah, formó un grupo llamado Daddy Don´t Go. Ella promocionaba el grupo consiguiendo salir en revistas y periódicos alternativos, también empapelaba paredes y postes con carteles de la banda, y conseguían agotar las entradas de sus conciertos. Laura era la cantante principal, pero eso le ocasionaba mucha presión.




Cuenta Savannah que Laura, cuando era adolescente, llamaba a teléfonos de emergencias haciéndose pasar por chicos descarriados y contando sus experiencias a través de ellos. Conoció al doctor Terence Owens, jefe de la planta de pediatría del hospital St. Mary´s, y fue éste quien le aconsejó que escribiera esas vivencias y que él compartiría esos escritos con sus alumnos de trabajo social.
Cuando se disolvió el grupo, "Laura se puso a escribir más en serio. Esbozó una historia desde el punto de vista de un adolescente que se escapa de casa, un personaje con el que uno empatiza al instante tanto por su juventud como por ser un superviviente nato". En un momento dado, quiso saber qué reacción provocaban sus escritos y contactó con escritores a los que admiraba, haciéndose pasar por su personaje: Jeremiah Terminator Leroy. Habló con Sharon Olds, mantuvo una regular relación con Dennis Cooper durante años. Le presentaron a otras personas, la animaron a seguir escribiendo y le buscaron editor. Sarah y El corazón es mentiroso se convirtieron rápidamente en un fenómeno de crítica y ventas. Leroy era el autor de moda y todo el mundo quería conocerlo. Laura dio todas las largas que pudo para evitar que su creación tuviera que exponerse al público, pero la presión era demasiado fuerte y recurrió a Savannah.




Savannah nos dice que leyó los libros en un solo día y que le parecieron historias "hermosas y sinceras, al margen de quién las hubiera escrito". Y esta es una de las cosas que más me interesan de este caso. Si los libros eran tan impactantes, si la historia era tan conmovedora, si estaban tan bien escritos, ¿no debería dar igual que fueran o no reales? O, mejor dicho, una vez eliminado el hecho de que fueran autobiográficos, ¿los libros dejaban de tener valor, dejaban de ser buena literatura?

En el epílogo de El final de Harold, escribe Michael Ray:
"La mayoría de los autores crecen de manera gradual. Sintonizan con un modo de percibir el mundo, de ordenar sus palabras. El éxito puede paralizar dicho proceso, ya que tienen la tendencia a identificar y proteger lo que se les alaba. El avance de J.T. es más valiente y más dramático, como el de un río que salta sobre los desniveles. Impulsa su escritura con tesón para convertirla en más clara y más hermosa, frase a frase: su facilidad para el riesgo hace que cada una de esas frases desprenda el escalofrío de un experimento potencialmente peligroso".

Laura perdió peso en poco tiempo. "Dejó de llevar los vestidos de rayón y las sandalias de siempre, y empezó a poner todo su empeño en cuidar su imagen". Convenció a su cuñada para que se hiciera pasar por Leroy para una sesión fotográfica, sólo sería una vez. Pero poco a poco el asunto se les va de las manos y va tomando unas dimensiones inesperadas que únicamente les permite dejarse llevar y adaptarse lo más rápidamente posible. A lo largo del libro vemos siempre la sombra de Laura, interpretando el papel de Speedy, atenta a cubrir los silencios de Savannah/JT, interpretándola, justificándola, dirigiéndola como un director de cine. La vemos reprimida y no podemos de dejar de preguntarnos qué se le pasaría por la cabeza al ver los focos en su creación, los focos que en realidad le correspondían a ella.




Resultan indudables sus dotes como manager, su capacidad para moverse en esa jungla de artistas, de egos, de proyectos, de negocios. Escribe artículos de opinión e incluso está a punto de convertirse en guionista de series cuando salta el escándalo a raíz de la publicación del artículo de Warren St. John, periodista del New York Times, en el que pone al descubierto el engaño. Pero esa es otra historia, sin duda tan interesante como esta, y espero que algún día sea la propia Laura Albert quien la cuente.
Mientras tanto, me pregunto si Laura Albert tiene o no por delante una posible carrera literaria. ¿Sigue siendo una buena escritora? ¿O quizá no lo fue nunca y lo que se encumbró fue un bluff lo suficientemente sórdido como para despertar el morbo y la ambición de la industria? Paul Auster dijo en su momento: "A mí toda la historia me parece fascinante, muy literaria. Aunque me faltan detalles, no creo que haya traicionado a sus lectores. Ella escribía ficción así que, en ese sentido, no engañó a nadie"
Mientras estas preguntas esperan su respuesta, no es mala idea acercarse a este libro en el que Savannah Knoop nos cuenta cómo fue su vida cuando se convirtió en un escritor de éxito y se codeó con las grandes estrellas. Una historia fascinante.


CHICA, CHICO, CHICA, por Savannah Knoop
Ediciones Alpha Decay, S.A. - Barcelona
1ª edición: 2018.

martes, junio 19, 2018

Javier Sarti - Extrañas geometrías



Extrañas geometrías es un libro compuesto por doce relatos en los que los protagonistas se enfrentan a una realidad que, de repente, se presenta como algo extraño e incomprensible, algo que encierra un significado oculto que apenas son capaces de vislumbrar. De este modo, nos habla de las relaciones personales, los conflictos de pareja, la desconfianza, los celos, el sentimiento de culpa, las rutinas quebradas o el secreto mundo del escritor.
Historias cotidianas, protagonizadas por personajes poco relevantes, más bien grises. Un hombre se encuentra ante el enigma de una gota de agua que le cae encima siempre a la misma hora y en el mismo sitio y, sin embargo, sin ninguna causa aparente, lo cual llega a obsesionarle. El caso de una mujer que descubre extraños mensajes en el móvil de su marido, una compañía telefónica que parece mostrarse especialmente cariñosa, se convierte en una historia de destinos cruzados y malentendidos que se complica cada vez más. La historia de los tiempos nuevos que sustituyen a los viejos pero que, casi con toda seguridad, se enfrentarán a las mismas dudas, a las mismas cuestiones, que parece plantear un inofensivo test. Los divertidos y absurdos mensajes que aparecen en el contestador de una pareja que, poco a poco, irá intuyendo que encierran una tragedia. La confesión de una mujer desde su celda. El grupo de turistas que se encuentran con una excesivamente generosa anciana. La mujer que encuentra a su marido muerto y se enfrenta a un vacío que irá cambiando su mundo al realizar un inesperado descubrimiento. El trabajo de transcribir un libro que trata sobre una materia incomprensible se convierte en la clave de la supervivencia de una pareja. La historia de un escritor que se enfrenta a su propia vanidad al dedicar un libro en un supermercado se convierte en uno de los cuentos más divertidos y a la vez más patéticos del libro. El destructivo sentimiento de culpa que va desmoronando a un hombre. El hombre que escribe relatos sólo para una persona, relatos muy especiales. Y, por último, casi como un poema, el cuento que plantea los dilemas a los que se enfrenta un escritor al intentar narrar una historia.
Un libro de escritura vertiginosa que tiene la capacidad de captar la atención del lector de un modo directo y enigmático. Tal vez suene a tópico decir que se trata de un libro adictivo, pero creo que es el término que mejor lo define. El mundo de Javier Sarti , que es el nuestro, se presenta como un lugar misterioso y, en muchos aspectos, insatisfactorio. Y todo el mundo sabe que es del sentimiento de insatisfacción de donde nace la buena literatura.
Recomiendo la lectura de este libro que incomoda y cuestiona lo que consideramos como cierto e inamovible, que nos hace pensar que las cosas no siempre son lo que parecen y que, tras cada uno de los cuentos, consigue dejarnos un poco noqueados y pensativos.
Javier Sarti es autor de cuatro novelas publicadas en editoriales tan conocidas como Alianza o Espasa, y ganador de varios premios, entre ellos el Premio de Novela Ateneo-Ciudad de Valladolid en 2010 con Piranesi construido. La aparición de su libro de relatos Extrañas geometrías me ha dado la oportunidad de adentrarme en el universo de un autor que me ha sorprendido en muchos aspectos.

miércoles, diciembre 06, 2017

Marta Sanz - Clavícula


En mi caso, no era buena idea leer este libro, pero fue uno de esos textos que empiezas y ya no puedes parar. Marta Sanz cuenta que durante un viaje en avión sintió un dolor extraño que define como "la presencia de una costilla bajo el pecho izquierdo. Y, en la costilla, detecto una pequeña cabeza de alfiler que súbitamente se transforma en una huella de malignidad". Entonces, yo ya sabía que iba a experimentar todos los síntomas que Marta Sanz describiría, porque soy un poco hipocondríaco, o sería mejor decir alarmista, es decir, que en cuanto siento la más mínima molestia pienso que se trata de algo muy grave y que mis días están contados. Conozco a Marta y a su marido, y los encuentro en este libro, como si nos reuniésemos a charlar. Verás, yo creo que lo que siempre se ha conocido como crisis de los cuarenta ha pasado a suceder a los cincuenta, y todos esos dolores, esos síntomas, esos pinchazos desconocidos, son en realidad la materialización del miedo a la muerte. Sí, ella habla también de esto en el libro, con absoluta sinceridad, a pecho descubierto. Nos cuenta su itinerario médico, las pruebas a las que se somete, los repentinos ataques de angustia. Nos abre las puertas de su vida y nos la muestra, sin maquillaje, tal cual.

Supongo que es general el hecho de llegar a una determinada edad y empezar a analizarse, a estar alerta de los mínimos síntomas. ¿Y si voy de viaje solo y me muero? En un hotel, por ejemplo. ¿O si me atraganto en un restaurante y caigo al suelo llamando la atención de todos los presentes y, de paso, cortándoles la digestión? Pesadillas cotidianas que se acrecientan gracias a los medios de comunicación. Nos dicen que hay una campaña para distribuir desfibriladores, debería tranquilizarme pero, por otra parte, ¿cuántos infartos deben estar produciéndose al día para que se tome una medida así? Y yo estoy en los grupos de riesgo, siempre me lo dicen. Debería hacer deporte, lo sé, quizá empiece mañana mismo…

Es valiente Marta Sanz. Ya lo sabía. Es una de esas escritoras que se la juega en cada uno de sus libros. La literatura no es una impostura para ella, es una autora de raza, arriesgada, que se vuelca en su escritura, que se reta a sí misma en cada proyecto. Y demuestra una y otra vez que el verdadero escritor tiene un compromiso ineludible consigo mismo. No se escribe para la galería, se escribe por necesidad, para interpretar la realidad, para analizarla, para intentar extraer su esencia, si es que la hay. Así que en Clavícula habla de cosas que pocos escritores se atreven a abordar. Habla de dinero, de vida cotidiana, de miedos, de menopausia, de angustia, de viajes, de relaciones personales, de literatura y de intimidad. Admite varias veces su impudor, pero es necesario, es lo que se ha propuesto hacer y lo contrario sería un fraude. Ha decidido no disfrazarse de personaje, no jugar a si esto es cierto o es falso. El compromiso es firme.

Ay, por un momento he estado tentado de calificar este libro de "inclasificable", lugar común que además sería falso, claro que se puede clasificar este libro, pero resulta incómodo hacerlo, porque se trata de un libro que a partir de un episodio autobiográfico, jugando con el humor y con la honestidad, se convierte en una pedrada llena de aristas, en una lectura que nos hiere, que nos recuerda que somos mortales. Así, se podría emparentar con Ebrio de enfermedad (y otros escritos de vida y muerte) de Anatole Broyard, pero también con Cómo sobrevivir con 36000 dólares al año, de Francis Scott Fitzgerald.

Clavícula, que pese a su extensión pretende abarcarlo todo, utiliza muchos recursos. Incluye un cuento, un poema, fotografías, e-mails… porque tiene un afán de globalidad, de mostrar las diferentes caras de la autora, o mejor dicho, de sus esfuerzos por sobrevivir, por seguir adelante.

"Cuando escribo -cuando escribimos- no podemos olvidarnos de cuáles son nuestras condiciones materiales. Por eso pienso que todos los textos son autobiográfico y a veces la máscara, las telas sinuosas y las transparencias que cubren el cuerpo son menos púdicas que una declaración en carne viva", leemos en la página 50.


Clavícula es un libro arriesgado y divertido a la vez, un tour de force que merece ser valorado, no sólo por su honestidad, sino por su calidad.

miércoles, mayo 06, 2015

Reseña de Graciela Barrera

Una de las cosas que más agradezco a este blog es la oportunidad que me ha dado de conocer a personas realmente especiales, con las que me he sentido unido de inmediato. Una amistad que no siempre ha conseguido materializarse en un encuentro real y que, a pesar de todo, siento muy cerca. Una de esas personas es Graciela Barrera. Vive en México y estoy seguro de que algún día conseguiremos encontrarnos y compartir una de esas excelentes tazas de café de las que habla en su blog "Las palabras son mis ojos". Siempre me ha animado a seguir escribiendo y, en cuanto he publicado un libro, se lo he mandado. También mi novela "Parece que cicatriza" llegó por fin a su casa, tras quién sabe qué insondables avatares.
Graciela se está recuperando de una enfermedad y pronto estará bien del todo. Ha leído mi novela y ha escrito un texto que me ha encantado y que le agradezco profundamente: Pueden leerlo AQUÍ.