1.- ¿Por qué escribes?
Siempre me he formulado esta
pregunta, en más de una ocasión, y siempre me quedo con una respuesta a medias.
Quizá no tenga una contestación precisa, pero podría aventurar una. Escribir me
hace sentir libre. En mi literatura no me censuro por nada ni por nadie, ni por
estilos, ni estructuras, ni temáticas, ni ideologías. Para mi literatura no hay
pensamientos impuros, para mi literatura no hay temas prohibidos de tratar.
Escribo para sentirme libre, quizá lo hayan dicho otros de mejor manera, pero
en mi caso es la respuesta más honesta.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Siempre escribo de noche, cuando me
desocupo de las tareas del hogar. El silencio debe ser un componente esencial a
la hora de escribir. Escribo en el ordenador y corrijo a mano las hojas
impresas. En las ocasiones más felices me tardo dos o tres horas en llenar
apenas una página con la que me siento de momento conforme, y no me detengo a
revisarla porque sé que si lo hago me pasaré toda la madrugada escarbando los
desperfectos y no avanzaré. La corrección la dejo para después. Para corregir permito
que pase mucho tiempo, por lo general semanas, a veces meses, en ocasiones
años, y cuando regreso al texto siempre me embarga el asombro de no creer que
he sido yo quien ha concebido esos párrafos, ya sea por lo decepcionante de mi
escritura o porque los considero aceptables. Lo demás es corregir hasta la
extenuación.
La noche tiene cierto misticismo,
pero en mi contexto es más por necesidad que por superstición, puesto que si
tuviera tiempo para escribir durante el día no dudaría en aprovecharlo.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Creo que ya es un tópico afirmar
que el escritor debe trabajar sobre el mal como una materia maleable y aprovechar
los recursos que este provee. Intento trabajar sobre el mal, desde sus
diferentes variantes.
También me interesa el asalto a
los géneros, el abordaje de los géneros, en todas sus acepciones, tanto en sus
formalismos adosados al ensayo o la poesía, como en sus propuestas estéticas de
ficción.
Como temáticas transversales me
interesan las diversas formas de sexualidad, donde se guardan muchos tabús, creo que estas aparentes prohibiciones son un campo fértil para
la ficción. Mi próxima novela tiene que ver mucho con esto.
4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de
escribir?
No escribir para nadie, ni
siquiera para mí, sino para la historia que estoy creando. Es un principio
tomado de Horacio Quiroga, pero del que me he apropiado a mi manera y lo
utilizo como un axioma irrefutable. No escribir para mis lectores ya ganados,
ni para captar la atención del lector del momento. Incluso pensar que puedo ser
un incomprendido y que escribo para un hipotético lector futuro más hábil, no
es garantía de nada. Escribo para nadie, que es una forma de decir que trato de
escribir como nadie. Aclaro algo, es mi principio, y no creo que lo daría como
consejo. A la escritura se llega por sendas misteriosas y cada autora o
escritor debe aprender su propio errar.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Me gusta armar una estructura
sólida antes de iniciar cualquier libro. Y saber de antemano los aspectos más
importantes de mis personajes y de sus historias. De lo contrario me sentiría
desconcertado y no sabría dirigir la narración. Lo hice con Bestiario
americano, un poemario que me ha dado muchas alegrías y que
recientemente ha sido traducido al italiano; lo hice con Estructura de la plegaria,
una novela que aborda temas sensibles como la pederastia dentro del clero
católico, así como las historias de las novicias embarazadas. En esta novela construí
cada parte con un esquema en base a la liturgia católica y los pecados
capitales. No obstante, el buen narrar siempre debe escapar a estos
encasillamientos, y someter la literatura a una celda estructural tampoco nos
conduciría a nada. Mi lucha ha sido mantener una coherencia formal al tiempo que
intento evitar la fijación esquemática. No sé si lo he conseguido, pero puedo asegurar
que lo he intentado, y que dejé todo de mí en la escritura de mis primeros
libros.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Joyce me marcó. Ulises
fue una lectura que padecí en mi juventud y que me enseñó mucho. Es una de las
grandes construcciones de la literatura universal. Pero hay escritores que
también me han enseñado que el armazón no lo es todo (aunque sería insulso de
mi parte insinuar que Ulises es tan solo armazón, Joyce es
mucho más que eso, pero espero que se entienda el punto). Son escritores que se
sintieron incómodos con la rigidez de las normas establecidas y que optaron por
la rebeldía, o que en apariencia son más despreocupados en su estilo y que por
lo mismo desbordan en sabiduría. Ahí está Kafka, abanderando la horda de desadaptados
que escogieron por estandarte el sueño y la extrañeza, al igual que Bruno Schulz
o Borges. Pero también escritores de tendencia más realista como Katherine Mansfield,
José Saramago o Max Frisch.
Tuve un periodo Kafka. Semanas enteras absorbido a tiempo completo por El
castillo, El proceso y El desaparecido. Días completos
casi sin comer y sin bañarme, sin cambiarme de ropa. Puedo decir que fue una de
las etapas más bonitas de mi vida como lector.
De la literatura contemporánea
aventuro dos nombres: Leonardo Valencia,
con obras como La escalera de Bramante y
El
libro flotante por sobre todas, a mi opinión su mejor novela a la
fecha; y Mike Wilson con Leñador, que es una obra que escapa
a la definición de novela y por la que me siento muy influenciado debido a la
pureza de su literatura.
Son a los que de una y otra forma
siempre regreso, Mansfield, Saramago, Schulz, Joyce, Kafka, Borges, Valencia,
Wilson.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Mi último libro se titula Identidades
y busco jugar con los géneros. No son cuentos de género pero utilizan ciertas de sus premisas para establecer un
diálogo más amplio con los lectores modernos.
En Identidades podemos encontrar un relato de terror seguido de una
sátira y luego un relato policiaco, un cuento de ciencia ficción, uno
fantástico, uno erótico y microrrelatos.
No es que intente poner la
literatura al servicio de los géneros, sino al revés. Mi pretensión es llevar
los géneros al servicio de la literatura, y que lectores de la llamada literatura
de género se empiecen a acercar a otras propuestas más sólidas. En este
sentido, trabajo a la manera de Lars von Trier, otro de mis grandes maestros.
Tengo culminado el manuscrito de
una novela, que ya he enviado a editoriales, planteando la propuesta de
publicación. Veré qué acogida recibe. Adelanto que tiene que ver con el tema de
la violación sexual; y me encuentro trabajando (un año ya) en mi siguiente
novela que aborda desde diferentes ángulos el mundo homosexual, la filosofía
queer, pero que también explora el ámbito psicológico, artístico e histórico.
Es una novela que está ideada para ser una novela
total (ya comenté que no arranco nada sin saber desde el principio a dónde
quiero llegar), y que me llevará, por lo visto, algunos años más de trabajo.
Soy paciente, porque no quiero que en esta novela algo quede al azar, necesito que
sea una construcción precisa.
Por el momento, mientras la
escribo, quiero seguir disfrutando de la acogida que ha tenido Identidades. Y continuar escribiendo. No
parar de escribir, que es para lo que siento que he nacido.
Diego Maenza (Ecuador, 1987). Escritor. Es autor de la novela Estructura
de la plegaria (Casa de la Cultura Ecuatoriana 2018) que aborda temas
sensibles como la pederastia y el aborto. Su libro de poesía Bestiario
americano (Libros Duendes 2017, Tektime 2019) condensa mitos urbanos y
leyendas de todo el continente, y ha sido traducido al italiano por el escritor
Francesco Basso. Su más reciente obra es el libro de relatos Identidades
(Ediciones Alféizar 2019).
Su hogar
electrónico es www.diegomaenza.com
donde mantiene un blog activo con permanentes entrevistas a escritores
independientes.