Mostrando entradas con la etiqueta Diego Maenza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Diego Maenza. Mostrar todas las entradas

martes, julio 23, 2019

Diego Maenza - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?
Siempre me he formulado esta pregunta, en más de una ocasión, y siempre me quedo con una respuesta a medias. Quizá no tenga una contestación precisa, pero podría aventurar una. Escribir me hace sentir libre. En mi literatura no me censuro por nada ni por nadie, ni por estilos, ni estructuras, ni temáticas, ni ideologías. Para mi literatura no hay pensamientos impuros, para mi literatura no hay temas prohibidos de tratar. Escribo para sentirme libre, quizá lo hayan dicho otros de mejor manera, pero en mi caso es la respuesta más honesta.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
Siempre escribo de noche, cuando me desocupo de las tareas del hogar. El silencio debe ser un componente esencial a la hora de escribir. Escribo en el ordenador y corrijo a mano las hojas impresas. En las ocasiones más felices me tardo dos o tres horas en llenar apenas una página con la que me siento de momento conforme, y no me detengo a revisarla porque sé que si lo hago me pasaré toda la madrugada escarbando los desperfectos y no avanzaré. La corrección la dejo para después. Para corregir permito que pase mucho tiempo, por lo general semanas, a veces meses, en ocasiones años, y cuando regreso al texto siempre me embarga el asombro de no creer que he sido yo quien ha concebido esos párrafos, ya sea por lo decepcionante de mi escritura o porque los considero aceptables. Lo demás es corregir hasta la extenuación.
La noche tiene cierto misticismo, pero en mi contexto es más por necesidad que por superstición, puesto que si tuviera tiempo para escribir durante el día no dudaría en aprovecharlo.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Creo que ya es un tópico afirmar que el escritor debe trabajar sobre el mal como una materia maleable y aprovechar los recursos que este provee. Intento trabajar sobre el mal, desde sus diferentes variantes.
También me interesa el asalto a los géneros, el abordaje de los géneros, en todas sus acepciones, tanto en sus formalismos adosados al ensayo o la poesía, como en sus propuestas estéticas de ficción.
Como temáticas transversales me interesan las diversas formas de sexualidad, donde se guardan muchos tabús, creo que estas aparentes prohibiciones son un campo fértil para la ficción. Mi próxima novela tiene que ver mucho con esto.

4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?
No escribir para nadie, ni siquiera para mí, sino para la historia que estoy creando. Es un principio tomado de Horacio Quiroga, pero del que me he apropiado a mi manera y lo utilizo como un axioma irrefutable. No escribir para mis lectores ya ganados, ni para captar la atención del lector del momento. Incluso pensar que puedo ser un incomprendido y que escribo para un hipotético lector futuro más hábil, no es garantía de nada. Escribo para nadie, que es una forma de decir que trato de escribir como nadie. Aclaro algo, es mi principio, y no creo que lo daría como consejo. A la escritura se llega por sendas misteriosas y cada autora o escritor debe aprender su propio errar.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?
Me gusta armar una estructura sólida antes de iniciar cualquier libro. Y saber de antemano los aspectos más importantes de mis personajes y de sus historias. De lo contrario me sentiría desconcertado y no sabría dirigir la narración. Lo hice con Bestiario americano, un poemario que me ha dado muchas alegrías y que recientemente ha sido traducido al italiano; lo hice con Estructura de la plegaria, una novela que aborda temas sensibles como la pederastia dentro del clero católico, así como las historias de las novicias embarazadas. En esta novela construí cada parte con un esquema en base a la liturgia católica y los pecados capitales. No obstante, el buen narrar siempre debe escapar a estos encasillamientos, y someter la literatura a una celda estructural tampoco nos conduciría a nada. Mi lucha ha sido mantener una coherencia formal al tiempo que intento evitar la fijación esquemática. No sé si lo he conseguido, pero puedo asegurar que lo he intentado, y que dejé todo de mí en la escritura de mis primeros libros.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Joyce me marcó. Ulises fue una lectura que padecí en mi juventud y que me enseñó mucho. Es una de las grandes construcciones de la literatura universal. Pero hay escritores que también me han enseñado que el armazón no lo es todo (aunque sería insulso de mi parte insinuar que Ulises es tan solo armazón, Joyce es mucho más que eso, pero espero que se entienda el punto). Son escritores que se sintieron incómodos con la rigidez de las normas establecidas y que optaron por la rebeldía, o que en apariencia son más despreocupados en su estilo y que por lo mismo desbordan en sabiduría. Ahí está Kafka, abanderando la horda de desadaptados que escogieron por estandarte el sueño y la extrañeza, al igual que Bruno Schulz o Borges. Pero también escritores de tendencia más realista como Katherine Mansfield, José Saramago o Max Frisch.
Tuve un periodo Kafka. Semanas enteras absorbido a tiempo completo por El castillo, El proceso y El desaparecido. Días completos casi sin comer y sin bañarme, sin cambiarme de ropa. Puedo decir que fue una de las etapas más bonitas de mi vida como lector.
De la literatura contemporánea aventuro dos nombres: Leonardo Valencia, con obras como La escalera de Bramante y El libro flotante por sobre todas, a mi opinión su mejor novela a la fecha; y Mike Wilson con Leñador, que es una obra que escapa a la definición de novela y por la que me siento muy influenciado debido a la pureza de su literatura.
Son a los que de una y otra forma siempre regreso, Mansfield, Saramago, Schulz, Joyce, Kafka, Borges, Valencia, Wilson.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Mi último libro se titula Identidades y busco jugar con los géneros. No son cuentos de género pero utilizan ciertas de sus premisas para establecer un diálogo más amplio con los lectores modernos.
En Identidades podemos encontrar un relato de terror seguido de una sátira y luego un relato policiaco, un cuento de ciencia ficción, uno fantástico, uno erótico y microrrelatos.
No es que intente poner la literatura al servicio de los géneros, sino al revés. Mi pretensión es llevar los géneros al servicio de la literatura, y que lectores de la llamada literatura de género se empiecen a acercar a otras propuestas más sólidas. En este sentido, trabajo a la manera de Lars von Trier, otro de mis grandes maestros.
Tengo culminado el manuscrito de una novela, que ya he enviado a editoriales, planteando la propuesta de publicación. Veré qué acogida recibe. Adelanto que tiene que ver con el tema de la violación sexual; y me encuentro trabajando (un año ya) en mi siguiente novela que aborda desde diferentes ángulos el mundo homosexual, la filosofía queer, pero que también explora el ámbito psicológico, artístico e histórico. Es una novela que está ideada para ser una novela total (ya comenté que no arranco nada sin saber desde el principio a dónde quiero llegar), y que me llevará, por lo visto, algunos años más de trabajo. Soy paciente, porque no quiero que en esta novela algo quede al azar, necesito que sea una construcción precisa.

Por el momento, mientras la escribo, quiero seguir disfrutando de la acogida que ha tenido Identidades. Y continuar escribiendo. No parar de escribir, que es para lo que siento que he nacido.


Diego Maenza (Ecuador, 1987). Escritor. Es autor de la novela Estructura de la plegaria (Casa de la Cultura Ecuatoriana 2018) que aborda temas sensibles como la pederastia y el aborto. Su libro de poesía Bestiario americano (Libros Duendes 2017, Tektime 2019) condensa mitos urbanos y leyendas de todo el continente, y ha sido traducido al italiano por el escritor Francesco Basso. Su más reciente obra es el libro de relatos Identidades (Ediciones Alféizar 2019).

Su hogar electrónico es www.diegomaenza.com donde mantiene un blog activo con permanentes entrevistas a escritores independientes.