1.- ¿Por qué escribes?
Porque es una de las actividades
(o actos) que más placer me proporciona y también porque es una forma de
ejercer la libertad.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Escribo a primera hora de la
mañana, cuanto más temprano mejor. Así, el resto del día lo dedico a ser una
persona “normal”, es decir, a vivir mis otras siete vidas simultáneas. Lo único
que me resulta imprescindible para escribir es la soledad. Tampoco puedo
escribir contra una pared. Si el ordenador está conectado a Internet, mejor. De
esta forma, es como tener varias ventanas enfrente, además de la física, la
terraza, el balcón, etc. También escribo mucho en los viajes. Sobre todo para
cumplir con los plazos. La prisa me estimula, pero después, antes de enviar
algo (como este cuestionario) lo tengo que revisar muchísimas veces.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Para mí el tema inacabable es la condición
humana. A él me dedico.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Para mí, la mayor muestra de
generosidad que puede tener alguien que escribe es tomar consciencia de que no
se puede permitir aburrir al lector. Un autor que quiera ser leído tendría que
enfocar todos sus recursos en esa dirección. En el otro extremo estaría la
escritura de autoconsumo. Está muy bien practicarla —como desahogo o terapia—pero
por su propia naturaleza no es recomendable compartirla. Al menos yo no lo
haría aunque entiendo que también es una cuestión de carácter y de cierto
retraimiento en mi caso.
5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Para mí escribir es un trabajo
sobre todo mental, plasmarlo después sobre el papel o en el procesador de
textos es para mí transcribir. Eso sí, antes dibujo mapas mentales, lo ordeno
todo en esquemas, en cuadrículas, en escaletas, utilizo cualquier medio que me
sirva de ancla para la memoria.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Cervantes, Pessoa, Caterina Albert (Víctor
Català), Dino Buzzati, Max Aub, las mujeres de la generación del 27 (Nelken,
Saornil, Arderiu, Catarineu, Mulder,
Roca de Togores, etc. etc. etc.), Mercè Rodoreda, Bradbury, Carmen Laforet, Julio
Ramón Ribeyro, Francisco González
Ledesma, Vicent Andrés Estellés, Elena Poniatowska, el poeta limeño Luis
Hernández Camarero, Montserrat Roig, Albert Sánchez Piñol, Eloy Fernández
Porta, Agustín Fernández Mallo y muchos otros aún no tan conocidos de los que
he tenido el privilegio de ser su primera lectora.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
En estos momentos (“solo” desde
hace ocho meses que se suman al tiempo ENORME que tardé en escribirla, más de
tres años) estoy revisando una novela sobre Canfranc durante la Segunda Guerra
Mundial. Se publicará el próximo 7 de abril en la colección Autores Españoles e Iberoamericanos de la
editorial Planeta si para entonces he dejado de corregirla, ajustarla, releerla,
modificarla, repensarla, mirarla del derecho, del revés, cabeza abajo, y desde
todas las atalayas y ángulos que aún se me ocurran. La próxima ya está a la
vista. Eso sí, me pondré manos a la obra en cuanto el mensajero se lleve esta a
su destino.
Rosario Raro (Castellón, 1971) es Doctora en
Filología. Estudió Técnicas de Escritura Creativa en la Universidad Mayor de
San Marcos y la Pontificia Universidad Católica de Perú, país donde vivió
durante una década. Cursó un Postgrado en Comunicación Empresarial en la
Universitat Jaume I y otro de Pedagogía en la Universidad de Valencia después
de licenciarse allí.
En 2009 fue una
de las dos únicas españolas finalistas del concurso de escritura
literaria Virtuality Caza de letras de la UNAM de México y
Alfaguara. Ha impartido numerosas conferencias sobre literatura y dirige desde
su fundación el Aula de escritura creativa de la Universitat Jaume I de
Castellón. Es autora de, entre otras obras, de los libros: Carretera de
la Boca do Inferno, Surmenage, Perder el juicio, Los años debidos, Finlandia,
La llave de Medusa, Desarmadas e invencibles y El alma de las máquinas. Su obra ha sido
traducida al catalán, al japonés y al francés y reconocida con numerosos
premios literarios tanto nacionales como internacionales. Volver a Canfranc es su tercera novela.