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lunes, noviembre 11, 2013

Bárbara Blasco - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?
No tengo ni idea. Supongo que si lo supiera dejaría de escribir, así es que podría decir que escribo para saber por qué escribo. También podría decir que lo hago para poder verme desde fuera, para que mis pensamientos se vuelvan concretos, visibles, con el traje de las letras, para saber quién demonios soy. También podría decir que verme desde fuera equivale a conocer el mundo por dentro.
Podría decir, como Pessoa, que escribir no es una ambición, sino mi manera de estar solo en el mundo. Podría decir, como Plath, que un escritor es alguien a quien le dan un mueble y te hace un árbol.
Podría decir aunque prefiero escribir.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
No tengo manías, ni de mesa, ni de hora, ni de luz- ventajas de haber tenido una vida espartana- simplemente escribo. La única condición necesaria es cierta libertad, sentirme libre y también insatisfecha. El conformismo nunca me ha resultado creativo.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
El amor y sus derivados, el miedo, el odio, el deseo, el paso del tiempo, la muerte, en fin las mismas que las de Homero, Shakespeare o mi pescatera.
En cuanto a géneros, he de decir que a priori me interesan más las historias que exploran las emociones humanas que las tramas policíacas, más el presente que el pasado o el futuro, más el realismo, entre muchas comillas, que la ciencia ficción. Pero para todo eso hay excepciones.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?
Si lo puedes decir con menos, hazlo. Creo que en la síntesis- la poesía es síntesis- se asienta mejor la verdad.
Y la idea de que soy yo quien está al servicio de la historia, que soy yo quien trabaja para la novela y no al revés.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?
Siempre he sido incapaz de planificar nada, y sin embargo…
No creo que se pueda tener todo claro antes de empezar a escribir, las novelas hay que vivirlas al escribirlas, si no, ¿cómo va a revivirlas quien las lee? Uno de los privilegios de este oficio es poder mirar el mundo con ojos nuevos a través de los personajes, tener la posibilidad de vivir otras vidas. Y sin embargo… sin embargo, me sorprendo releyendo los primeros apuntes de una historia, descubriendo que ya estaba todo ahí. Me gusta esa idea de avanzar para llegar al inicio, creo que lo expresó muy bien Plath con lo del árbol.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Soy más de libros, aunque me enamore de sus autores. El primero que leí con 9 años o así, fue Los tres mosqueteros. Me dije, temblorosa, eufórica: ¡por fin he descubierto la fórmula definitiva contra el aburrimiento y la soledad! Pronto descubrí que eran cada vez necesarias más dosis para producir el mismo efecto. Ya en la adolescencia me atiborré de El guardián entre el centeno, Desayuno con diamantes, Bukowski, y todo tipo de poesía. Luego vinieron Mme Bovary, y Rojo y negro, y Un amor de Swan y La metamorfosis. Y más tarde Philip Roth, Bernhard, Bolaño, Vila Matas, Kristoff, Amis, McCarthy…
El último chute  que me ha hecho viajar ha sido Stoner, de John Williams.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Es otra novela, La memoria del alambre. Se llama así por aquello de que el alambre, una vez se ha torcido es imposible de enderezar, por más que lo intentes, siempre vuelve a adoptar su posición maleada. Como una metáfora facilona de la adolescencia, ese momento en que el alambre se tuerce. Es una historia de amistad femenina, de drogas, de sexo, de suicidio, de música, a caballo entre el presente y los años 80, cuando la mescalina, cuando las discotecas de la huerta, cuando aquella inscripción en la puerta: yo quiero morir en los baños de Spook.

En realidad habla de si se puede llegar a la verdad con la única herramienta de la memoria, a fuerza de reconstruir el pasado. 


Bárbara Blasco estudió Dirección cinematográfica en el CECC (Centre d´estudis cinematogràfics de Catalunya) y guión en la escuela de cine de San Antonio de los Baños en Cuba, y en la UIMP, en la escuela de guionistas Luis García Berlanga. Licenciada en periodismo, con premio extraordinario fin de carrera. Ha trabajado en diversos medios locales de Valencia y en el gabinete de prensa de la Bienal. Coautora de diversos libros: “Un cuento para cada problema” de Babia ediciones, “Mujeres de Premio”  “Con niños por los parques naturales valencianos” o “Voces de experiencia” para el Ayuntamiento de Valencia. “Suerte”, de ediciones contrabando, es su primera novela.