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jueves, junio 04, 2015

Isabel Cienfuegos - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

El primer libro que recuerdo escuchar fue Alicia en el País de las Maravillas. Me fascinaron las aventuras y los juegos de palabras. También que se hablase de lo que a mi me importaba, como nadar en un mar de lágrimas o ser muy pequeña o muy grande según lo que se comiese.  
Empecé a leer con Robinson Crusoe, y aquello fue como entrar en otro mundo; ser parte de la aventura. Me fui acostumbrando a una doble vida, la “normal” y la que llevaba en el libro que estaba leyendo, y me enganché para siempre.
Un poco más adelante comprendí que leer también era comunicarse con los autores, y que éstos estaban muchas veces más cercanos a mis sentimientos y deseos que las personas que me rodeaban. Me ayudaban a entender mejor y me hacían disfrutar con las palabras; palabras desconocidas, palabras que se trasformaban al juntarse con otras, que me hacían llorar a veces, a veces sonreír.
Empecé a escribir hacia los doce años y por los mismos motivos: hablar de lo que me importaba y comprenderlo, inventar historias como una aventura, vivir más y vivir otras vidas, disfrutar de las palabras y lo que ocurre entre ellas y, participar, en la medida de mi voz, en la conversación que tienen todos los que escriben y todos los que leen entre sí.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Me gusta escribir en mesa de madera porque me encanta el tacto. Me gusta tener cerca una ventana y un espejo. También piedras. Tengo siempre cerca piedras que recojo y que por una causa o por otra guardo. Me relaja verlas y tocarlas.
Muchas veces empiezo a escribir los textos a mano y con pluma estilográfica de las que se recargan en tintero. Escribir a mano me produce un placer adicional, aunque siempre termino y corrijo los textos en ordenador.
Dicho esto, soy capaz de saltarme todo y escribir en cualquier parte y de cualquier forma. Corrijo mucho y siempre leo en alto para corregir. Si oigo, noto mejor lo que no está bien en mis textos.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Lo que ocurre “de verdad” mientras parece que están pasando otras cosas. Lo que no se dice y es lo más importante. La crueldad del poder y las estrategias de dominio en esta sociedad en apariencia tolerante. Las historias que nos contamos a nosotros mismos para ser nosotros mismos. Los mensajes cifrados de la llamada realidad. Qué es la realidad, si es que existe. El tiempo. La muerte. La belleza, la asombrosa belleza que nos rodea. El éxtasis, el juego, el placer.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

El célebre consejo de mostrar en lugar de contar, que quizá podría cambiarse por crea, no cuentes. Crea en lo posible una realidad, algo que por muy disparatado que parezca pueda llegar a tener la misma consistencia en el recuerdo que un hecho. Y todas las propuestas de Calvino en su última lección.  Principios muy exigentes, ideales en realidad, pero que me ayudan a marcar un rumbo.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Las historias me llegan como imágenes, rara vez como una frase o unas palabras sueltas, aunque también puede pasar. Algunas de estas imágenes o frases empiezan a desarrollarse, van creciendo dentro de mí, como si se contasen solas, con un tono, una   lógica y un desarrollo muy determinados. Si crecen lo suficiente, porque algunas se pierden, empiezo a escribirlas.  Para ese momento ya la historia está bastante completa, aunque a veces, después de haberla escrito, me doy cuenta de que no era así, de que las cosas van por otro lado y tengo que “escuchar” otra vez y cambiar. Es un proceso en el que de alguna forma hay que dejar que te lleven. Se puede poner atención, se puede usar  la cabeza, pero en lo fundamental no es un proceso racional, es totalmente diferente del que se lleva a cabo cuando uno escribe una tesis o un artículo científico.
Y luego corrijo. Corrijo mucho, pero ya más bien proporciones, frases, formas de decir, palabras.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Carroll y Defoe son como los “dioses arcaicos”. Luego están los “dioses clásicos” de mi formación, con Cervantes por encima de todos ellos, y alrededor los poetas, todos los poetas que me llegan están en ese círculo del paraíso, porque me alimentan de una manera distinta a los narradores, ya que recurro a ellos para algo que no es intelectual, sino más irracional y más profundo, algo que hace brotar el agua en ese pozo extraño del que surge la escritura. A caballo, pero en el siguiente círculo, está Proust que me vale también para lo mismo, pero al que ya empiezo a preguntar ¿cómo lo haces? Y después viene una legión que según la época y el momento pongo en el altar mayor. Entre los más importantes: Tolstoi, Chejov, Kafka, Rulfo, Borges, Arlt, Cortázar, Italo Calvino, Nabokov, Capote, Milán Kundera, Carver, De Lillo, Coetzee, Bolaño, Alice Munro y el resto de las chicas: Virginia Wolf, las Marguerites, Yourcenar y Durás, Colette, Carson Mc Cullers, Flannery O´Connor, Sylvia Plath, Natalia Ginzburg, Chimamanda Ngozi Adichie y muchísimos más. Bastantes de ellos actuales. No voy a intentar enumerarlos todos, es imposible, no acabaría nunca. Ahora mismo hay autores muy buenos; novelistas que se saltan todas las categorías como Andrés Ibáñez, pero sobre todo hay cuentistas increíbles en lengua castellana, tanto españoles como latinoamericanos. Creo que estamos en un momento especialmente creativo en lo literario. Un momento maravilloso para disfrutar y aprender.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Después de publicar en antologías y revistas, publiqué mi primer libro de relatos en solitario Mañana los amores serán rocas a finales del 2012. En ese momento tenía bastante  material, pero me di cuenta de que quería escribir algo totalmente nuevo. Aparqué todo lo que tenía escrito y empecé el libro que estoy escribiendo ahora. Son también cuentos, pero alrededor de una unidad que de momento no voy a comentar. Está bastante avanzado, aunque como soy muy lenta, supongo que tardaré entre seis y ocho meses en terminarlo. Y luego escribo microrrelatos. Estos sí, brotan cada uno por su cuenta con el menor pretexto, sin un proyecto determinado,  no sé que voy a hacer con ellos. 

Isabel Cienfuegos (Madrid 1954). Vive en Madrid. Pertenece a los talleres literarios de Clara Obligado y comparte su dedicación a la literatura con la práctica de la medicina en un hospital público. 
Ha publicado cuentos en antologías como  Por favor, sea breve  y por favor sea breve 2 (Páginas de Espuma) y otras. Historias para viajes cortos (Trivium), Un lugar donde vivir  y Apenas unos minutos (Dragontinas), Los inquilinos del Aleph (DeLirios), Jonás y las palabras difíciles, Futuros imperfectos y la Isla (Colección Nuevos Narradores). También en revistas internacionales como Luvina, Conexos, Scholar ComonsMagyar Napló.
En octubre de 2012 publicó su primer libro de relatos en solitario: Mañana los amores serán rocas (Cuadernos del Vigían).

*La foto es de Manolo Yllera