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viernes, 4 de noviembre de 2011

'Jakob von Gunten' de Robert Walser



No pasa muchas veces, pero en ocasiones sucede que te cruzas, más o menos por azar, con un libro que no tenías pensado leer, pero en un impulso irracional decides darle una oportunidad, aunque en realidad no estás esperando mucho de él, pero luego empiezas e, inesperadamente, ya en la primera página te das cuenta de que este libro va a ser uno de tus favoritos por lo que te resta de vida. Esto me ha pasado con el ‘Jakob von Gunten’ de Robert Walser.

Tengo que confesar que tampoco ha sido por puro azar que me topé con este libro. En casa tengo una edición de ‘Los hermanos Tanner’ y es un libro que he empezado ya dos veces pero, no por alguna razón, no he llegado nunca ni a la página cuarenta. Y es extraño, porque noto que el libro tiene un potencial maravilloso pero no me acaba de atrapar. Hacía unos cuantos días que lo había rescatado del fondo de una de las pilas de libros que se van multiplicando por el suelo de mi habitación; estaba considerando darle una nueva oportunidad, pero no me acababa de decidir.

Luego fui a la biblioteca y estaba curioseando en los estantes de la uve doble, porque tengo la costumbre de saludar a dos viejos amigos que habitan ahí: los dos libros que me descubrieron a David Foster Wallace (‘Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer’ y ‘Entrevistas breves con hombres repulsivos’). Tiempo después me compré mis propios ejemplares, pero a estos de la biblioteca aún les tengo mucho cariño porque me permitieron descubrir a uno de los autores que más me han marcado. Efectivamente estaban ahí (nunca nadie los saca y esto siempre me pone algo triste), pero al lado también estaba una copia de ‘Los hermanos Tanner’ y luego otro libro de Walser que era un poquitín más delgado. Ojeé la contraportada y vi la palabra “joven” e “internado” y, en una de mis mejores decisiones como lectora, decidí llevármelo a casa.

Si tuviera que describir el ‘Jakob von Gunten’ con dos adjetivos serían “hilarante” y “bizarro” (reconozco que ésta última es una palabra que me encanta, quizás porque no hay equivalente exacto en catalán, pero también porque me encanta como suena, sobretodo en francés, y es en clase de francés dónde lo utilizo más). En teoría va de un chico que ingresa a un internado dónde preparan a jóvenes para ser sirvientes. El internado es como un microcosmos con unas normas ridículas, pero pronto nos damos cuenta que no es nada más que un reflejo del mundo en que vivimos. Es una obra sobre relaciones de poder, fascinación por el ejercicio del poder y la sumisión. Es por esto, pero también por el sentido del humor bizarro, que le debía gustar tanto a Franz Kafka.

La grandeza de esta obra es que nunca sabes si te está hablando en serio o en broma, pero aún así te ríes. Está claro que el autor tiene intención de hacer una obra humorística (por más que de fondo trate temas serios), quiere parodiar un sistema jerárquico llevando hasta el absurdo las normas que lo rigen (y resulta divertidísimo), pero ¿y Jakob? ¿Se mofa de todo el mundo o en realidad se acaba creyendo las chorradas que dice? ¿Resiste hasta el final o se acaba convirtiendo en uno de los seres serviles de los que al principio tanto le gustaba burlarse? Jakob es un chico descarado, burlón y egocéntrico, pero ¿cuánto de mentira y cuánto de verdad hay en lo que nos está contando? Yo, por norma, recelo de todos los narradores en primera persona, pero es que de Jakob no me creo ni una palabra: todo son mofas y delirios de grandeza.

En todo caso, para mí, la obra nos acaba diciendo que la única forma de resistirse a un sistema que nos quiere anular como personas individuales es a través del humor. La burla como única forma de rebelarse ante una maquinaria que nos convierte en seres sometidos a un alto poder. Los que no pueden escapar de un trabajo que los esclaviza sólo tienen la imaginación y la risa como válvula de escape. Y es por esto que aún es una novela totalmente válida, completamente actual. Lo que más me fascina de ella es que trata de unos temas áridos que se han desarrollado hasta la saciedad en la literatura (la individualidad frente a una sociedad alienante y anihiladota) de una forma totalmente nueva y original (a través de la parodia y la ironía).