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lunes, 25 de enero de 2010

'Chéri' de Colette


A pesar de la mala experiencia de 'La gata', me animé a leer algo más de Colette. 'Chéri' estaba en la librería y no me pude resistir. Aunque no ha llegado ni por asomo a entusiasmarme, me ha parecido una lectura agradable. Es ridículamente frívola, pero tiene un estilo elegante, irónico y hasta cierto punto cautivador. Pero afortunadamente esta novelita no tiene sólo estilo (que era básicamente lo que le pasaba a 'La gata', que sólo se preocupaba por construir un estilo florido que acababa resultando insufrible). Afortunadamente 'Chéri' es una novela de personajes, por más que todos ellos sean el colmo de la frivolidad.

La protagonista de 'Chéri' es Léa, una mujer de 50 años pero que aún conserva la mayor parte de la belleza que la hizo famosa en su día. A lo largo de su vida ha tenido una cantidad considerable de amantes y el actual es Fred Peloux, apodado cariñosamente Chéri, un veinteañero caprichoso, mimado y malcriado. El reparto lo completan la madre de Chéri, que también es "amiga" de Léa, amiga entre comillas porque, aunque merienden juntas, en el fondo no se soportan. Y también la joven nueva prometida de Chéri, a la que le tocará hacer el papel de esposa abnegada.

Supongo que 'Chéri' se digiere mejor si se pasa por alto lo egoístas, egocéntricos y superficiales que son todos los personajes, y se intenta leer como un reflejo de las costumbres sentimentales de una época y un lugar concretos. Lo más interesante es la relación entre Léa y Chéri, por más que a principio no lo parezca. Ella busca en él un niño al que mimar y regañar, ya que nunca ha tenido un hijo. Y él busca en ella una madre que lo mime y lo regañe, ya que la suya nunca le prestó atención. Al principio se engañan diciendo que lo que hay entre ellos no es amor y luego se engañan diciendo que es amor. Pero no puede serlo porque son seres tan absortos en ellos mismos que lo único que pueden sentir es un sordo pero constante deseo de poseer y disponer. Y si no es así vienen las rabietas y el mal humor. Frívolo pero encantador.


martes, 19 de enero de 2010

Teaser Tuesday : 'Chéri'


Léa se estremeció, corrió hasta el umbral y se detuvo. Tenía delante de ella a la vieja Lili y a su amante adolescente, el príncipe Ceste, que acababan de llegar. Mujer de unos setenta años, con una gordura de eunuco encorsetado, la gente solía decir de la vieja Lili que "se pasaba de la raya", pero sin concretar de qué raya se trataba. Una eterna alegría infantil iluminaba su rostro, redondo, rosado, muy maquillado, donde unos ojos muy grandes y una boca muy pequeña coqueteaban sin el menor reparo. La vieja Lili seguía escandalosamente la moda. Una falda a rayas, azul revolución y blanco, contenía la parte baja de su cuerpo; un justillo azul, muy escotado, permitía ver la piel acanalada de su pechuga de pavo coriáceo; un zorro plateado no ocultaba el cuello desnudo, en forma de maceta, un cuello ancho como un vientre, y que había aspirado la barbilla.
'Chéri' de Colette (pp. 67-68)
(traducción: Ramón Hernández y E. Piñas)

sábado, 20 de junio de 2009

'La gata' de Colette


'La gata' tiene un punto de partida inmejorable: un triángulo amoroso entre una mujer, un hombre y la gata de éste. Pero esta idea que promete tanto queda diluida en un estilo enmarañado y ferragoso. Se suponía que esta novelita tendría que hablar de amor y celos, pero Colette parece más interesada en hacer filigranas con su estilo que no en contar una historia, con lo cual nunca dejé de tener la sensación que estaba leyendo un simple artefacto literario de lo más frío. Nunca llegó a transmitirme nada y lo terminé por puro orgullo. Había ocasiones en que la obra se volvía más narrativa y parecía que iba a arrancar el vuelo pero se volvía a perder en sinestesias absurdas y evocaciones veladas que no evocaban nada. Pero no todo es decepcionante en este libro: me gustó la inversión de roles que hay en la pareja protagonista. Mientras que el hombre es hipersensible, pasivo y adopta en la relación un rol tradicionalmente ligado a la mujer, la mujer es quien toma la iniciativa, incluso sexualmente. Lástima que la profundidad psicológica de estos personajes también se vea desplazada en favor de la forma. Y bueno, el problema es que yo no aguanto los libros que prestan más atención a la forma que al fondo, algo que en este libro ocurre de una forma descarada.