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miércoles, 10 de agosto de 2011

'Una familia venida a menos' de Nikolai Leskov


Nikolai Leskov nunca se encontrará entre los escritores rusos más originales e innovadores (es demasiado intencionadamente arcaico para esto), pero sí que debe ser uno de los grandes maestros rusos de la narración, que no de la novela. Sus obras tienen mucho de oral, mucho de historias contadas en voz alta alrededor del fuego. Tiene en su posesión numerosos recursos para atrapar al lector: sabe inserir historias dentro de historias, encadenar un relato tras otro y terminar todos los capítulos de un modo que sientas una necesidad irrefrenable de continuar con el siguiente.

‘Una familia venida a menos’ narra la historia de los Protozánov, una familia noble y antigua que las ha pasado de todos los colores, aunque más que nada se centra más en la abuela de la narradora, toda una matriarca rusa, con tanto carácter como bondad. En la primera parte se nos relatan a grandes rasgos los orígenes de la familia y luego se pasa a describir la vida de la princesa Varvara Nikanórovna en el campo y sobre todo la de los personajes excéntricos y muy rusos que la rodean. Así, se nos cuenta la vida de personajes estrafalarios y carismáticos, con lo cual más que delante de una novela estamos delante de una serie de narraciones encadenadas.

En la segunda parte, la princesa se instala en San Petersburgo y es como si Leskov pretendiera dejar de hacer lo que se le da mejor (hilvanar historias) para intentar hacer una novela con una trama lineal y el resultado es que la segunda parte no está a la altura de la primera y a ratos incluso se vuelve tediosa y pierde la frescura que hasta ahora le había caracterizado. En San Petersburgo, la princesa tiene que lidiar con una hija que se ha criado en un colegio selecto y se ha convertido en una muchacha caprichosa y frívola, pero también con los intrigantes que por fuerza siempre hay en ciudad.

El final es abrupto e insatisfactorio para nuestros cánones, pero si una reflexiona un poco cae en la cuenta de que para el Leskov creador de narraciones el final de un libro es algo secundario y es por eso que no vale la pena molestarse en hacer uno que no sea precipitado. A pesar de todo, se trata de una obra interesante y agradable. Ciertamente es muy rusa y algo anacrónica, pero estos son sus principales encantos. El estilo es directo y fresco, y fluye que es una maravilla. Sin duda, ante todo, es una obra perfectamente narrada.



lunes, 8 de marzo de 2010

'El peregrino encantado' de Nikolái S. Leskov


‘El peregrino encantado’ de Nikolái Leskov es una novela totalmente rusa. Y cuando digo que es “una novela totalmente rusa” ni siquiera yo misma sabría explicar por qué, pero es así. Es una novela de aventuras y de humor, una novela costumbrista y picaresca, y en todos estos aspectos es de lo más rusa. Seria como un ‘Tristram Shandy’, pero en ruso, y en bueno. Tiene también esa religiosidad rusa, algo laica y supersticiosa, que a mí siempre me ha fascinado, con apariciones de muertos que traen mensajes del más allá incluidas. Decir que es un libro que transmite lo que es el alma rusa (con todo lo bueno y todo lo malo) sonaría muy pretencioso, pero sería la pura verdad.

Durante un viaje en barco por el lago Ládoga, todos los pasajeros se fijan en uno que llama especialmente la atención, va vestido con hábito de monje pero por su porte cualquiera puede ver que ha llevado una vida mucho más azarosa que la de cualquier monje. Este misterioso pasajero, instado por todos los demás, durante el viaje, les relatará su vida y efectivamente resultará tan exuberante y tan llena de aventuras como todos se habían imaginado. La novela es puro entretenimiento, por más que sea entretenimiento decimonónico ruso, pero es un entretenimiento aún totalmente válido, porque el caso es que te atrapa y no te suelta, y la lees pensando que es una lástima que ya no se escriban obras como ésta.

El pasajero con hábito de monje se llama Ivan Severiánich y empezó su existencia siendo un simple hijo de siervo que se cuidaba de los caballos de su señor, pero por culpa de una gamberrada tuvo que marcharse y así empezaron sus peripecias en las que siempre se acaba encontrando en un callejón sin salida del que parece que no podrá salir airoso, pero en el último momento gracias a una jugada del destino consigue salvarse. La mayor parte de su vida la pasa siendo tratante de caballos, pero también trabaja como niñera, soldado y actor, e incluso acaba siendo cautivo de los tártaros, que son retratados como unos seres más malvados y crueles que el demonio en persona. Es una novela divertida, trepidante, fresca y muy bien escrita. Recomendable para cualquiera que sienta un mínimo interés por la literatura rusa.