Había leído ‘Postales de invierno’ de Ann Beattie y (a pesar de algunos defectos; básicamente un final demasiado feliz y forzado, y nada acorde con el tono general de la novela) me había gustado lo suficiente como para precipitarme a comprar el siguiente libro de la autora tan pronto como me enteré de que había sido publicado. Lo que me pasa siempre: compro de forma compulsiva y luego puedo dejar años sin leer estos mismos libros adquiridos en un frenesí consumista. No ha sido hasta ahora que me he animado a leer ‘Retratos de Will’ y la verdad es que me ha decepcionado mucho. Quizás es que me es más fácil identificarme con veinteañeros a la deriva que no con una madre divorciada indecisa y con un padre divorciado que no piensa más que en sí mismo. Pero me gustaría creer que hay algo más que falla.
Por más que la novela se titule ‘Retratos de Will’, lo cierto es que de Will poco se nos escribe; se centra más en sus padres. Yo creía que iba a hablar de cómo a Will le afecta el divorcio y cosas de este estilo, que por más que es un tema que nunca me ha interesado especialmente (quizás porque mis padres nunca llegaron a divorciarse), era un tema que bien tratado podía resultar interesante. En su lugar habla de treinteañeros al borde de los cuarenta que se encuentran en una encrucijada en sus vidas y que no saben por dónde tirar; algo que se nos ha contado mil veces. Cierto que este tema bien tratado también podía ser interesante, pero es que Beattie lo desarrolla de una forma que a mí me da la impresión que no aporta nada nuevo.
Es cómo si esta historia ya la hubiera leído muchas veces antes y mucho mejor. Encima, como parece que los dos personajes principales (padre y madre) no dan por un libro se meten personajes secundarios con sus historias secundarias que no consiguen en ningún momento interesarme. En general me parece todo muy tópico y previsible, sin la frescura y la vida que había en ‘Postales de invierno’, muy de “clase de escritura creativa” (no tanto por el estilo como por el tema y la forma de abordarlo). También me da la sensación que probablemente las historias hubieran quedado mejor en forma de relato breve, lo cual me hace pensar que cuando alguien se digne a traducir y publicar sus relatos yo otra vez me lanzaré de cabeza a comprarlos (supongo que de esto se puede deducir que, como lectora, o bien no aprendo nunca, o bien no pierdo nunca la esperanza).
Como he dicho, ‘Retratos de Will’ me parece mucho un “ejercicio de taller de escritura creativa”. Y por supuesto, en este tipo de ejercicios nunca puede faltar la escena gratuita de bizarros actos sexuales con menores. Y es algo que me molesta mucho. Digo que es gratuita porque parece está puesta ahí sin ninguna otra intención que chocar al lector, porque después nunca se no habla de las consecuencias ni de cómo se ha llegado allí más que superficialmente. Y es que sí, todo en esta novela me parece muy superficial, nunca va más allá de lo obvio, a veces incluso cae en el costumbrismo por el costumbrismo, así que los personajes nunca acaban de parecerme personas reales. Y no es que sea un libro horrendo (escena desagradable aparte), pero es tedioso, que muchas veces es aún peor.