Reconozco que probablemente leer los cuentos de A.M. Homes después de haber leído los de Amy Hempel es un poco injusto, porque las comparaciones pueden ser odiosas y crueles. Aún así, cuando en una colección de cuentos no hay ninguno que me produzca auténtica envidia ni ninguno que hubiera deseado poder escribir yo, es que algo va mal. Confieso que ya antes había intentado leer ‘Cosas que debes saber’ pero había fracasado, aunque ahora veo que (en parte) mi problema era que empecé por el cuento más desagradable pero con el título más atrayente para mí (el de los presuntos niños prodigio). Me ha desagradado tanto o incluso más que la primera vez. La verdad, no me apetece para nada leer un cuento cuyo clímax sucede cuando un gilipollas abusa de una chica y se le mea encima.
Éste es mi mayor problema con A.M. Homes que a veces parece que quiere ser desagradable sólo para ser desagradable, de forma totalmente gratuita, o como mucho para de pasada resultar polémica, que es algo que siempre queda muy guay, pero en el fondo yo no veo nada detrás. Otro cuento también bastante desagradable es el de la mujer que se insemina ella solita con el semen que recoge de los preservativos tirados por otras parejas. En fin, se supone que la pobre mujer tuvo un accidente muy grave y que tenemos que compadecernos por ella y todo el rollo, pero la verdad es que toda la historia me parece chapucera, gratuita y manipuladora.
Luego hay un par de cuentos con una shapeshifter, que creo que pretenden ser poéticos y tal, pero que a mí me han parecido ridículos y tediosos. Después, hay unos cuantos relatos que no están mal, pero que son bastante olvidables. A veces me da la sensación que para que un editor te publique un libro de relatos tiene que haber uno sobre el cáncer y otro sobre parejas que se rompen. Aquí A.M. Homes ha unido los dos tópicos en un solo cuento y el resultado no está mal, pero ya se ha hecho antes millones de veces y no creo que aporte nada nuevo. También está el tópico del hombre que quiere morir hasta que tiene una experiencia en que la está a punto de palmar y luego se da cuenta que quiere vivir. También con una serie de imágenes desagradables de lo más gratuitas y todo él demasiado previsible.
Hasta aquí ha habido tres párrafos de cosas que no me han gustado, ahora viene uno de cosas que sí que me han gustado. Como veis no son muchas pero espero que notéis la delicadeza de ponerlas al final para que sea con lo que os quedéis. Os juro que yo no quiero ser cruel de forma gratuita. Vamos allá. Me gusta el cuento sobre el niño que va a pasar las vacaciones en casa de su padre divorciado, pero que en realidad se pasa más tiempo en casa de los vecinos que son una familia normal y por eso los adora, porque está cansado de las pijerías de su madre y lo alternativo que es su padre, tiene un punto de nostalgia y de final de infancia que está realmente conseguido. El del presidente Reagan jubilado y aquejado de alzheimer es original, divertido y con un punto amargo, realmente bueno y la verdad es que me encantan todos los relatos que ficcionalizan vidas de políticos (estoy pensando básicamente en el ‘Lyndon’ de David Foster Wallace). También me ha gustado mucho ‘Remedios’, que es muy Carver, muy “en apariencia cuenta algo banal pero dice mucho”. Y el mejor creo que es el que da título al libro; es evocador, breve, simple e inteligente.
Resumiendo, de 11 cuentos, cuatro me han gustado (pero sin llegar a entusiasmarme), tres no me han hecho ni fu ni fa, y los restantes los he odiado. Demasiado poco para poder decir que el libro me ha gustado. Aún así, me alegro de haberlo leído/terminado, haberme fabricado mi propia opinión y poder pasar a otra cosa.