En Semana Santa nos vamos unos días a mi paraíso, a mi Llanes del alma, cuántas ganas tenía de mi paraíso, necesitaba arraigarme de nuevo a este suelo, a este mar , a esta tierra que es mi segunda casa...o igual de primera que mi primera casa.
El tiempo está bastante bueno y nos permite hacer muchas cosas y pasear muuuucho, por este concejo llanisco y por la vecina Cantabria, tan sorprendente como siempre, seguimos descubriendo lugares mágicos en Cantabria...pero en esta entrada mostraré imágenes de las playas de Cué (Antilles y Ballota) y de la ruta de los acantilados del cabo de San Emeterio, Cuevas del Pindal y el Monasterio de Santa Maria de Tina (restos)
Paseo hasta La Ballota, siempre tan sanador y reconfortante.
Playa de Cué, desde el Hotel Migal, cuántos días de nuestra vidas hemos disfrutado en este precioso hotel.
Y abajo en la playa de Antilles, el mar estaba revuelto y preciosa es su furia.
Nos adentramos en el Concejo vecino a Llanes, en Ribadedeva, concretamente en las Cuevas del Pindal y cabo de San Emeterio, también nos encanta siempre que venimos por aquí (ahora ya hacía mucho de eso) en las ruinas del Monasterio de Santa María de Tina. Qué bonito está todo.
Ermita de San Emeterio...una auténtica preciosidad y todos sus alrededores, bosque frondoso y mar cantábrico.
Ruinas del Monasterio de Santa María de Tina.
Cabo de San Emeterio y aquí mismo, en este lugar mágico, que me recuerda a esos mares lejanos de piratas, están las Cuevas prehistóricas del Pindal, esta vez las encontramos cerradas, son una auténtica joya...volveremos con nuestros tesoros.
Decidí que la aventura era la mejor manera de aprender a vivir.