17 de marzo, Paradilla de Gordón...en el mismo cielo.
El domingo 17 de marzo tras las últimas nevadas, ventiscas fuertes y demás pudimos salir , decidimos hacer la senda del Celorio para llegar a Paradilla y disfrutar tras la caminata una rica limonada en su centro social, en La Abubilla, qué vistas desde allí y cómo nos gusta subir a charlas con José Manuel y Juan Carlos.
Hace un día bueno de temperatura y aunque ya se quitó prácticamente la intensa nieve caída aún encontramos algunas lenguas de nieve, este día en La Abubilla hay ambientillo, tienen preparada una paellada entre amigos.
Lo que me gusta a mi este cresteo.
Las vistas de estas nuestras montañas bonitas y del pueblo de Paradilla son extraordinarias.
Todavía por el camino nos encontramos montón de nieve, nos han dicho que aquí el viento fue bestial y lo que ha hecho es desaparecer en algunos sitios por completo , pero en otros la arremolinó de tal manera que aún pudimos disfrutar de lenguas de nieve profundas. Entre lo verde que está todo, las primeras flores primaverales y el blanco manto, está toda mi tierra divina.
Me paro a beber y a sacar una fotita a Manuel en este pilón precioso.
Maravillosa la mano de la senda del Celorio, toda su historia y todos los carteles que a lo largo de la senda nos vamos encontrando con toda su leyenda. Para mi La Senda del Celorio son José Manuel y Orlando, allá hasta su cielo.
La Abubilla de Paradilla de Gordón, presidiéndolo todo.
Esta carreterita de lata montaña. parte del pueblo y esa ermita preciosa.
Ommmmm, paz, tranquilidad, sosiego...y crezco como un árbol y me enraizo a la tierra...
Y siiii, aquí se está mejor que en brazos, La Abubilla de Paradilla de Gordón.
Chin chin, cervecita cero-cero tostada, que después de una ruta me encanta y limonada de cien cepas, todo un placer brindar en Paradilla.
A comer a la Collada de Aralla, donde nuestra querida Lorena, allí siempre disfrutamos de lo lindo, un lugar de buenas energías y vibraciones. Hostal Rural Collada de Aralla. Todavía hay nieve, poquita para todo lo que nevó, pero aún las cumbres están cubiertas.
Escenas de este lugar mágico para mi.
Y Manuel después de comer todo feliz en la terraza, mira que nos gustan las terrazas y estar al aire libre.
Estar aquí es encontrar esa paz y sosiego necesarios.
Y este cocido con estas torrijas inigualables cerraron una jornada preciosa de montaña y buenas gentes.
Todas las emociones son necesarias e importantes: porque no puede haber luz sin oscuridad. Serán negativas o disfuncionales, sólo si no sabemos gestionarlas.