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sábado, 31 de enero de 2015

Comparación incomparable


Esta semana, apareció en Spiegel una serie de testimonios a sobrevivientes del Holocausto, por el septuagésimo aniversario de la liberación de Auschwitz.

(Ver Presidente Gauck en el Bundestag, a los 70 años de la liberación de Auschwitz)

Una de las sobrevivientes de Auschwitz, Renate Lasker-Harpprecht dice que ella está dispuesta a hablar del tema. Pero que lo que le molesta de la tercera edad en Alemania (gente mayor), cuando ella cuanta de Auschwitz (porque se lo han pedido), le comentan lo difícil que ellos también lo tuvieron durante la guerra...

Por favor, qué comparación...!!!



miércoles, 31 de diciembre de 2014

lunes, 10 de diciembre de 2012

Fue el holocausto consecuencia de la II Guerra?


Hace poco, una amiga argentina linkeó en su Facebook, una foto en que se veía a soldados del partido, con el uniforme de la SS asesinando judíos.

Inmediatamente, un amigo suyo escribió algo así como: "las guerras son malas y es inevitable que esto ocurra en la guerra, por tanto, tenemos que evitar la guerra" (no es textual, cito de memoria, ya que no guardé el texto).

Perdón! Le escribí inmediatamente que el asesinato industrializado de millones de personas por parte de la ideología nacional socialista no fue consecuencia de la guerra... No me constestó...

Qué pretenderán con este tipo de opniones? Bajar el nivel al Holocausto, como si hubiera sido la consecuencia inevitable de una guerra evitable y con ello, todas las guerras y todos su protagonistas están al mismo nivel de injusticia? Sostener que la Shoa no fue tal, sino una consecuencia más de la guerra? O quieren justificar un nuevo genocidio de inocentes por razones étnicas...?

Será ignorancia, falta de inteligencia, ingenuidad o maldad?

jueves, 6 de octubre de 2011

La cruz de hierro del abuelo de mi amiga

Les dijeron que si se "integraban" (esto, es, se asimilaban), serían felices... Lo hicieron, al grado de dar su vida por Alemania, que, en esa época, era la forma de mostrar patriotismo. Yo creo que hay muchas otras, menos sangrientas y más efectivas. Pero en aquella época de comienzos del s. 20 y en aquella sociedad, era "la" forma de demostrarlo.

Miles de judíos murieron durante la I Guerra, luchando por Alemania. Algunos de ellos ganaron la famosa EK, es la abreviatura que se usa para Eisernes Kreuz o cruz de hierro. O sea, no podían amar más a su patria alemana, ya que habían dado su vida, su sangre, a sus hijos predilectos, por la Patria.

Agradecemos la foto a Wikipedia y a  Ironcross

Ya eran alemanes, se vestían como alemanes (no con el kaftan de sus abuelos), comían como alemanes, no hablaban jiddisch, sino alemán (los judíos del Este hablaban jiddisch), trabajaban como alemanes (médicos, abogados, músicos, poetas, filósofos, oficinistas, comerciantes, algunos ricos, otros muy pobres). Muchos habían abandonado su religión y se habían hecho bautizar, creyendo (Edith Stein) o no (el papá de Carlos Marx). Escribían los epitafios de sus tumbas con letras latinas y no hebreas y...

Amaban Alemania por sobre todas las cosas, admiraban su liberalidad (sobre todo en comparación con el Imperio de los Zares, no así con Austria-Hungría, donde su situación era buena), su cultura, su música, sus instituciones, sus colegios, universidades, bancos, costumbres, etc., etc. Eran más alemanes que los alemanes -la típica actitud de los convertidos-. Y.... de pronto, a comienzos de los años 30, comenzó a cambiar todo... en la sociedad, la sociedad se hizo virulentamente antisemita... Comenzaron los progromes.

De nada le sirvió al abuelo de una amiga, en un pueblo de por aquí cerca, en Rheinland, salir a la calle y mostrar orgullos su Cruz de hierro. La chusma le pegó con Cruz de hierro y todo. Lo vejó a él y a su familia de una forma subhumana. El lumpen obligó a un estupendo artesano orfebre a huir de Alemania ("a tiempo") hacia tierras sudamericanas, en un periplo en barco, sumamente difícil. El abuelo no volvió nunca más a Alemania, sus hijos sí; pero él no podía, era tanta la pena, que no pudo superarla.

La asimilación, a fn de cuentas no le sirvió de nada, el racismo pudo más... Ver mi comentario sobre la integración en el artículo sobre la película austriaca "Los falsificadores", ganadora del Oscar 2008.

sábado, 16 de abril de 2011

La cosecha del oro

Amigo mío, judío me cuenta que su papá era judío de Polonia. Al invadir ese país los nazis, él huyó a Bielorrusia. Salvándose así de la muerte en el holocausto. Muerte de la que no se salvaron su sra. y sus hijos... muriendo todos durante la Guerra. Él fundó, después de la guerra, otra familia, de la que viene mi amigo.

Cuenta mi amigo que, cuando su papá, después de la Guerra, regresó a su pueblo en Polonia, lo recibieron no con flores, sino con piedras y rechazo absoluto. Sus ex-vecinos se habían apoderado de su casa y de lo que quedaba de sus pertenencias (repartidas entre los polacos). Hicieron como si nunca le hubiera pertenecido nada a él y lo expulsaron del pueblo. El poder de la codicia es grande en todas partes y desde siempre. Él siguió su camino solo hacia Occidente, varando en Alemania, a la espera de poder seguir a los EEUU (lo que, en definitiva, nunca ocurrió).

Lo que dice Jan Tomasz Gross en su libro "La cosecha del oro" (Golden Harvest), es cierto. No entiendo cómo algunos lo quieren negar... Como le he dije a Higinio Paterna (ver su comentario expreso sobre Gross en mi artículo Feliks Tych, lo califica entre los "mayorcitos y con poco rigor histórico. Como Tomasz Gross") más que una vez: no todos los polacos tienen una aureola sobre la cabeza. De esto me di cuenta apenas llegar a Alemania.Ojo, que el libro apareció publicado en una editorial católica polaca... Me pregunto si lo comentaran (posiivamente) en Ace.

domingo, 13 de septiembre de 2009

El aborto, la culpa y Jesús


Queridos amigos: mi amigo Stefan Ehrhardt, me ha explicado algo cuya solución buscaba desde hace mucho tiempo... sin encontrar... hasta ahora.

Y lo ha hecho a través de las palabras del arzobispo de Viena, que él cita en su post de ayer, Neuer Mensch, neuer Holocaust (1).

Las palabras del Cardenal Schönborn, a las que me quiero referir son estas, citadas por Stefan:

Solange nur der schreckliche Vorwurf bleibt: Wir haben Kinder getötet, muss diese Schuld verdrängt werden! Sie ist zu schwer zu ertragen. Aber als verdrängte bleibt sie. Das gilt von aller Schuld, die nicht der Barmherzigkeit begegnet ist. Wir können es uns „psychohygienisch“ nicht leisten, unsere Schuld zu bekennen, wenn das in die Verachtung und öffentliche Verurteilung mündet. Jesus kann ich es sagen, weil ich weiß: Seine Barmherzigkeit wartet sehnsüchtig auf mich.


Se los traduzco. A ver qué opinan, después les cuento más de lo que opino yo; pero prefiero oir antes que hablar:

En tanto, levantemos terrible acusación: "hemos matado a niños" sea reprimida (2), ¡la culpa debe ser reprimida! Una culpa así es muy pesada de soportar. Permanece entonces como una culpa reprimida. Esto vale, sobre todo, para la culpa que no es reparada con misericordia (caridad, piedad, compasión).

Desde el punto de vista de la Psychohigiene (débilmente traducido en Wiki como salud mental), no nos podemos permitir reconocer nuestra culpa (3), si ésta termina en el desprecio y en la condena pública. A Jesús se lo puedo decir, porque Él, con toda su compasión, está esperándome ansiosamente.

__________

(1) Quienes me conocen, saben que pienso que el holocausto es único y que no estoy de acuerdo con que se lo compare con nada. Como por lo demás, señala críticamente el blog Gott sei Dank!, en su post Abtreibung und Holocaust II, que advirtieron recientemente -una vez más- los blogs católicos austriacos, que consideran inaceptable tal comparación.

(2) reprimir = verdrängen, estamos en Viena, usamos lenguaje psiquiátrico. Verdrängung es el mecanismo de la represión, un "mecanismo de defensa del yo en el cual el individuo se niega a reconocer una realidad determinada".

(3) Nótese que el cardenal habla en primera persona plural.


martes, 27 de enero de 2009

Víctimas del Holocausto


Hoy es el día en que recordamos a las víctimas del holocausto... el 27 se conmemora la liberación de Auschwitz...

Les recomiendo leer este testimonio (la acabo de escuchar en la radio) de Anita Lasker-Walfisch, polaca alemana, sobreviviente de la Auschwitz. Ojalá alguien de entre los amables lectores, lo pueda traducir.

La foto (2008) es de un amigo mío chileno. ¡Muchas gracias por regalármela!




domingo, 23 de noviembre de 2008

Los antisemitismos


Siguiendo con el tema, uno de los historiadores contaba que, durante el s. 19, en Alemania (sobre todo en Prusia) hubo un antisemitismo religioso o por razones religiosas. Explicaba que, en cuanto los judíos se convertían (y muchas de las conversiones eran bastante falsas... digo yo), sí accedían a los puestos más altos dentro de la sociedad (pensé en la familia Marx, en Trier o Tréveris).

El antisemitismo nacional socialista fue un antisemitismo más bien "de raza", ya que, daba lo mismo que ya no fueran judíos de religión, sino que un judío y sus descendientes seguía siendo judío daba lo mismo que se hubiera convertido. Pensaba yo: cómo podía ser de otra forma, si el nacional socialismo es una ideología (hermana del marxismo, para la cual, el cristianismo -que considera a los judíos como sus hermanos mayores- es una plaga a combatir) racista.

De manera, concluía el historiador, distinguimos dos tipos de antisemitismo: el primero, que podríamos denominar religioso y el segundo, racial.

Yo agregué -y nadie me contradijo- que hoy distínguese otro tipo de antisemitismo: el político. Se identifica a los judíos y a Israel con los EEUU, el imperialismo yankee, Bush, etc., etc. y se los odia desde una perspectiva política, pero se los odia igual. Y este odio es, para mí, intolerable.


viernes, 21 de noviembre de 2008

El antisemitismo no comienza ni termina en Auschwitz


Continuando con el tema... el último post es Lo que los cementerios judíos nos explican acerca de la asimilación

Lo que me quedó claro, sobre todo, porque uno de mis nuevos amigos lo dijo claramente, con explicación histórica y todo, es que... el problema contra los judíos en Alemania (considerando que había sido un país sumamente liberal frente a ellos) no empezó con el nacional socialismo, ni con la II Guerra, sino mucho antes.

Lo que quieren decir es que, al pensar en el exterminio judío por parte de la ideología nacional socialista, en Alemania y Europa Central, no es pensar en Auschwitz... (la foto es de mi amigo Álvaro Paul, AL PAN PAN, VINO VINO, del campo de concentración de Sachsenhausen ¡gracias Álvaro!). El antisemitismo no comienza y se acaba en Auschwitz, sino que empieza mucho antes y termina (o no termina) mucho después.





jueves, 20 de noviembre de 2008

Lo que los cementerios judíos nos explican acerca de la asimilación


Y siguiendo con el tema... La Cruz de hierro y los judío-alemanes, uno de los nuevos amigos a los que me referí ayer, contaba que en los (creo que) 12 cementerios judíos de Frankfurt -algunos de ellos muy antiguos- se observaba un fenómeno que él describía así:

Las inscripciones en las tumbas más antiguas -de una misma familia, por ej.- están en caracteres hebreos. Las de la siguiente generación, en letras latinas. Y la generación de los nietos, ya no está (enterrada) en el cementerio judío, lo que significa que se había dejado bautizar (como se dice en alemán). En alguna de las dos iglesias (en Frankfurt, supongo que más que nada en el Igl. evangélica).

Esto es se había convertido, lo que implicaba la máxima asimilación o integración de los judíos en la sociedad alemana.



miércoles, 19 de noviembre de 2008

La Cruz de hierro y los judío-alemanes


El lunes estuve en un evento de la comunidad judía en Alemania. Conocí a... no a mucha gente; pero sí a dos nuevos amigos (si puedo hablar así) encantadores.

Uno de ellos, me habló de algunos aspectos de la persecusión de los judíos en Alemania que no conocía.

Por ej., que, en el Este de Europa (o, en realidad, en el centro del continente), en esas regiones que pasaron varias veces de unas manos a las otras y que se disputaban, el Imperio de los Habsburgo y el de los zares, entre guerra y guerra, los judíos habían sido históricamente mejor tratados por alemanes y austriacos, que por el resto.

De manera que los judíos de estas regiones, pensaban que los alemanes eran muy liberales y que dentro de su territorio, podrían desarrollarse libremente (lo que, en realidad, ocurrió hasta un determinado momento, en mayor o menor medida, dependiendo de la región).

Por tal razón, a comienzos del s. 20 y a fines del 19, ingentes grupos humanos judíos inmigraron a Alemania, desde Europa central.

Cuando comenzaron en territorio alemán las persecusiones de ciudadanos judíos, por allá por el '33; pero con más violencia y coordinación, el '38, con la terrible y vergonzosa Noche de los cristales rotos o de los progromes de noviembre, muchos de ellos sacaban su Cruz de Hierro y la exhibían a los nacional socialistas y demás populacho, para mostrarles que ellos eran MUY alemanes (hoy diríamos, estaban integrados) que habían peleado en la guerra por Alemania, hasta ganar una tan alta condecoración.

En una de las charlas de la primera mitad de la tarde, el autor citó a un Sr. Stern que parece que fue conocido en Colonia por tratar de demostrar, con la Cruz de hierro, lo alemán que era y así evitar la destrucción de sus bienes, el saqueo de su casa y la vejación a su familia. Lo que no logró.

Uno de los nuevos amigos, me contó que su suegro, también había sacado su Cruz de Hierro, para intentar evitar el saqueo en Andernach (un pueblito por aquí cerca mío); pero... por supuesto que no lo había podido impedir.

Me explicó que los "judíos de Alemania", trataban de diferenciarse de los judíos que estaban llegando en masa desde el este y centro de Europa, en busca de libertad, al Reino Alemán (y que -como se imaginan- no tenían ni la Cruz de hierro, ni ninguna otra condecoración de guerra).

Con su Cruz de Hierro (EK le llaman por aquí), pretendían demostrar que ellos eran muy alemanes y que habían contribuido a ganar la I Guerra y también, en su caso, antes, las guerras de liberación en contra de Francia.


martes, 18 de marzo de 2008

Entrevista con Stefan Ruzowitzky


Queridos amigos, quiero invitarlos a leer la entrevista que traduje, al director de la película ganadora del Oscar a la mejor "película extranjera", en mi blog de películas:

Entrevista con Stefan Ruzowitzky


jueves, 13 de marzo de 2008

Elisabeth Mrkvicka


Queridos amigos, este post es de mi blog anterior (copiado, en realidad), pero a propósito de la Anexión de Austria, que "se conmemora" hoy, me gustaría volverlo a subir aquí:

De Zenit (de 26 de julio), la respuesta de los jóvenes, no me extraña nada... ojalá pudiera decir otra cosa, pero es así.

Fotos suyas dando una charla en un colegio: Schwester Elisabeth

«Testigo de la historia» de los nazis en Austria

Una religiosa cuenta su experiencia a los jóvenes

VIENA, jueves, 26 julio 2007 (ZENIT.org).- La hermana Elisabeth Mrkvicka, religiosa del Buen Pastor, desde hace algunos años da conferencias como «testigo de la Historia» en la Universidad de Innsbruck, Austria, y también en escuelas y parroquias.

La religiosa explica lo que esto significa para ella: «Pensando en la historia de mi vida, veo claro que dentro de poco no habrá nadie más con vida que haya experimentado el tiempo del Nacional Socialismo (NS) en Austria entre los años 1938 y 1945. Sólo muy pocos conocen cómo fue la realidad en aquel tiempo».

«¿Qué me hace hablar como testigo de la historia a la gente joven?», se interroga, y responde: «Cuando me abro, el ‘encuentro’ sucede y esto contribuye a la reconciliación».

Elisabeth Mrkvicka nació en Viena, en 1925, en una familia que describe como «totalmente antirreligiosa»: «Mi padre era un convencido social demócrata y en contra de la Iglesia. Sus tres hijos acudimos a las clases de educación religiosa católica pero en la casa nunca hablamos de religión. Hasta la edad de 14 años no sabía ni siquiera una oración».

De un día para otro (debido a la relación de Austria con Alemania en 1938) descubrió, con 12 años, que su madre era una judía bautizada y ella fue considerada medio judía, según las leyes nazis.
Empezó la persecución de su familia, especialmente la de su madre. La familia fue diezmada por el exilio, el suicidio, o la deportación a campos de exterminio.

«Sin esperanza y destrozada, enfrentaba la situación --afirma la religiosa--. Mis padres, debido al fardo de miedo y dolor, no pensaron en explicarme el crimen que se estaba llevando a cabo. Escuché que se gritaba: “Los judíos son los culpables por todo el mal en el mundo, ellos son los indeseables que deben ser exterminados; son la escoria que se debe remover”. No se me permitió estudiar y, una y otra vez, estuve expuesta a la humillación. Me sentía como no querida y siempre en riesgo».

Elisabeth Mrkvicka se puso en contacto con un olvidado grupo juvenil católico en su parroquia y comenzó a creer en Dios: «De alguna manera fue más un escape que una convicción genuina de fe. Sobreviví a estos años terribles de guerra, de constantes amenazas y miedo».

Su padre murió. Pudo cuidar a su madre en su última enfermedad y, cuando se quedó sola, creció en ella la decisión de entrar en la Congregación. Vivió por muchos años en esta ocultando sus orígenes.

«Sólo en mi avanzada edad (74 años) --explica--, a través de un acompañamiento espiritual cuidadoso, aprendí a aceptarme y, en el caminar de mi vida, a aceptar mi misión».

Un profesor amigo en la Universidad de Innsbruck --que a través de conferencias y publicaciones trabaja por las personas marginadas--, y su director espiritual le sugirieron que hablara a la gente joven, como testigo de la historia, acerca de su experiencia durante el Nacional Socialismo.

«Nunca podré olvidar el mal --confiesa--. Esta experiencia me robó mi autoestima, y muchísimo del deseo y del valor para vivir. Yo fui capaz sólo de sobrevivir. Mi gran deseo es que nunca más las personas sean humilladas, marginadas o exterminadas».

«Sólo con el acompañamiento de gente amorosa fui capaz de mirar la historia de mi vida, sólo entonces pude percibir el sufrimiento y a pesar de toda la desesperación, fui capaz de ver como Dios me guiaba en mi historia y puse todo en Sus manos», añade.

«En mi más honda devastación, cuando no era capaz de aceptarme a mí misma y ya no quería vivir, por primera vez experimenté que Dios me ama incondicionalmente, que murió por cada uno y que quiere una vida plena para todos los seres humanos. Sólo al experimentarme como amada por Dios puedo descartar cualquier venganza», confiesa la hermana Mrkvicka.

Hace unos años, la religiosa iba en un autobús junto a una pareja. Los medios de comunicación acababan de informar de un ataque a una sinagoga en Estambul. La pareja opinó que los campos de concentración y las cámaras de gas nunca existieron.

«Entonces me sobrepuse a mi cobardía y les dije a ambos: «Oh sí, esos campos de concentración existieron y las cámaras de gas verdaderamente existieron».

Ellos respondieron: «¿Cómo sabe usted esto?». Les dijo: «Porque mis familiares fueron asesinados ahí». Ellos respondieron: «¡Entonces olvidaron asfixiarla a usted también!».

Este es uno de los motivos que mueven a la hermana Mrkvicka a seguir contando su historia: «Los jóvenes se sienten muy afectados por los que les digo, pero también se sienten conmovidos por el pensamiento de que sólo Dios puede curar todas sus heridas. También intento decirles que ellos no pueden cargar con la culpa de sus antepasados; que cada persona es responsable por lo que él/ella piensa y hace».



jueves, 23 de agosto de 2007

Compra donde los judíos


La misma amiga que me contó la historia anterior, ver Persecusión en Weimar, me contó (sí, es que cuenta muchas historias suyas y de su familia, también cuenta chistes) una historia de su abuela en la Viena anterior a la Anexión (que gran parte de la población aceptó gustosa).

Ya había empezado la persecusión en contra de los judíos, ver Elisabeth Mrkvicka - mitad judía cuenta de su vida bajo el nacional socialismo en Austria.

Su abuela, casada con un aristócrata (me refiero a una persona de la alta nobleza, horror, que nadie sepa que hablo de estas cosas, para mí son todas las personas iguales, lo que cuento sólo para que se hagan una idea de lo que significaba, para una persona conocida en la sociedad, andar por ahí en las circunstancias que narro en las siguientes líneas) había salido a comprar por las calles de Viena...

Y como son las mujeres checas, llevadas de sus ideas, entró a una tienda de unos judíos (creo que era Bauer o Braun, no me acuerdo del nombre, que no era de esos especialmente judíos, porque en Austria había mucha mezcla) a comprar algo para coser.

Se había dado cuenta que un grupo de jóvenes nacional socialistas estaban en la puerta del negocio, haciendo propaganda en su contra por ser un negocio de judíos.

La abuela de mi amiga compró algo en la tienda, algo -según el relato- que no necesitaba, pero le daba lo mismo, lo que quería era sentar un precedente.

Al salir, los "jóvenes idealistas" de entonces, le pegaron un papel en el abrigo, que decía "Kauft beim Juden" = compra donde los judíos.

Ella no se quiso quitar el papel.

Y se fue a pasear por las calles de Viena luciendo el papel que la acusaba de comprar donde los judíos...

No se lo quitó hasta llegar a su casa, donde a su marido casi le da un patatús por el riesgo que había corrido.

Y eso que él era piloto de avión, en una época en que volar era muy arriesgado...


Hoy también necesitamos mujeres valientes.