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viernes, 18 de septiembre de 2015

Gracias Japón


A propósito de las imágenes de München que dieron la vuelta al mundo y mostraron otra imagen de Alemania... No todos quienes estaban en la estación central de la capital bávara, eran alemanes...

Ver mi columna Alemania luminosa

"Und da war noch die japanische Reisegruppe, die 700 € einsammelte und Reiseleiter zum Einkaufen für die Flüchtlinge am Hauptbahnhof schickte", lese gerade..."

Traduzco: un grupo de viajeros japoneses, juntó rápidamente 700€ y guía turístico a cargo del grupo de los donó en nombre de todo el grupo a los refugiados, en la estación central de München.

Bien...!


miércoles, 9 de enero de 2013

39 centavos


Hoy al mediodía, al entrar al mini-supermercado, entró también una de esas extranjeras de pelo muy negro y piel muy clara y demasiado arreglada... se imaginan... una de esas extranjeras de out fit exagerado, con una ninita de unos cinco, seis o siente anos y toda vestida de rojo y rosado... igualmente, too much. Hablaban un idioma que no era ni romano, ni germano, ni eslavo... debe haber sido algo árabe o similar... Se veía como la típica musulmana pobre pero a la que le gusta vestirse bien, en la medida que se lo permiten sus escasos recursos.

Deben vivir en alguna de las viviendas sociales que hay en ese sector, donde viven muchos extranjeros que llegan a Alemania, por ej., pidiendo asilo. O quién sabe por qué otras causas.

Me las encontré nuevamente en la caja, donde atendía una sra. (de clase socio-cultural baja) que es de lo más pesada que hay y del tipo autómata... nunca mira a nadie y siempre está de mal genio.

Una sra. mayor alemana más o menos elegante (de esas más o menos fina que todavía quedan por aquí de cuando Bonn era la capital), con cartera más bien carteras Longchamp, parece que había olvidado su plata o algo así... Tenía unos 80 anos aproximadamente. Estaba devolviendo algunos de los poquísimos productos que quería comprar y se excusaba diciendo que no se explicaba cómo había olvidado el dinero. Todo esto, en cámara lenta... La sra. de la caja estaba de mal genio -como siempre- y no se le ocurría decirle una palabra amable.

Después de la sra. mayor, le tocaba el turno en la caja a la extranjera y a su hija, que esperaban pacientemente que la anciana aclarara para cuánto le alcanzaba la poca plata que tenía. Al final, tuvo que devolver todo, menos un pedazo de carne (debe haber sido para sopa o para el gato, porque era de bastante mala calidad).

Y comenzó a pagar su compra, nada menos que con monedas... le costaba ver las monedas y la cajera le dice, de mala manera, que le faltan 39 centavos. La sra. nuevamente inicia la inútil búsqueda de más monedas y la cajera mira a la extranjera que esperaba y esperaba, como diciendo: "y de nuevo no encuentra 39 centavos".

La extranjera, que entendía poco y nada de alemán, abrió su monedero y sacó 50 centavos que puso en el montoncito con el que intentaba pagar la anciana. Silencio durante algunos segundos... Hasta que la cajera entendió que esa plata era para pagar la compra de la anciana. Y la anciana también se dió cuenta y comenzó a la extranjera su generosidad... 

Siempre que veo estas cosas, pienso en la viuda del Evangelio. Me imagino que, físicamente, la viuda del supermercado debe ser parecida a la del Evangelio.

La extranjera pobre pagó a la alemana de buena situación los 39 centavos... La sra. alemana trató de preguntarle si se iban en el mismo bus, espero que para devolverle los 39 centavos... pero la extranjera no entendía casi nada de alemán.

Cuando ambas se fueron y me tocó el turno de pagar a mí, comenté a la sra. cajera autómata la generosidad de una persona que no tenía nada... Ella me contestó que ella también le habría pagado de su bolsillo los 39 centavos...

Jeje. No estoy muy segura de ello ;)