A propósito de clash of civilizations (ver post anterior Nutella vs. dulce de leche), una de las cosas que más llama la atención a extranjeros que vienen de países con una economía más libre y sin tantos controles estatales, ni una superregulación como la que sufrimos en Alemania, es la inexistencia...
... era la inexistencia absoluta de cadenas de farmacias. Sí, algo que en muchos países de América es tan habitual como una cadena farmacéutica, no hay /había en Alemania.
Hasta que la holandesa Doc Morris (¡su fundador Ralf Däinghaus tiene un blog!) llegó a Alemania, con muchas dificultades y problemas legales comentados abundantemente en los medios y entre la gente en el país... Y fuera de él, porque tiene que haber hecho presión la UE para que entraran las cadenas a Alemania.
Hace poco llegó una Easy a Godesberg. Un agrado comprar en una farmacia donde no te cobren un ojo de la cara por cada aspirina.
Y el domingo en la tarde, ta ta ta tán! no lo podría creer, frente a la iglesia (donde en la mañana tuvimos en concierto de los ucranianos, ver Coro Oreya de Ucrania en Mehlem, me doy cuenta que, de la noche a la mañana) habían transformado la antigua farmacia, común y corriente ¡en una Doc Morris!
Wow! Al día siguiente, lunes, pasamos con una amiga y estaba la misma gordita que siempre había trabajado en esa farmacia, pero completamente con la camiseta puesta, nos dió propaganda y nos mostró y dió un catálogo con los nuevos y bajos precios de la Doc Morris, nos habló maravillas de ella.
El dueño de la farmacia antigua también estaba atendiendo, la farmacia, más llena que nunca. Era la misma farmacia antigua, pero con un nuevo espíritu: el de la libertad de comercio. Me gusta... Alemania está cambiando... ¡Gracias a Dios!
Las fotos son del domingo, por eso la farmacia está cerrada.