Todos tenemos secretos. Secretos que no deberíamos confesar, que no deberíamos poseer y que nos configuran internamente. Secretos que no se deberían desvelar...
Aunque alguien repare en ellos, aunque nos fascinemos por ellos, no se deben sacar a la luz.
Vértigo es la historia de lo que ocurre cuando la verdad sale a la luz. Cuando lo oculto sale a la superficie. Y, sus protagonistas, son oscuros, complicados, histriónicos.
Envueltos en llamas de misterio, en destinos inexcrutables, en trajes cerrados y austeros. En almas sin alma.
Vértigo es una historia desgarradora sobre lo que ocultamos. Sobre los diarios que escribimos y no escribimos. Sobre el voyeurismo. Sobre el ver y el observar.
Vertigo versa sobre los miedos y las pasiones. Sobre las obsesiones y la locura. Sobre la verdad y la mentira. Sobre el miedo y la psicosis. Sobre la represión sexual. Sobre la imagen. Sobre la sustitución.
Sobre Pandora y su caja.
Y los impulsos que llevaron a Pandora a abrir la caja del trueno y el rayo. Sobre nosotros y nuestra Pandora. Sobre la circunstancia.
Y lo que pasa cuando se abre la tapa.
Vertigo son muchas historias en una y, sus personajes son muchos personajes en uno.
Aunque ella siga siendo rubia...
Con maneras de femme fatale. Y sinsabores de pecadora.
De esas que no aceptan las consecuencias y cierran la tapa de la Caja de Pandora. Justo cuando aún quedaba la esperanza.