Como en otras ocasiones lo peor de esta ensalada ¡con diferencia! son las fotos. Siento que sean tan malas, no pensaba hacerlas, fue un impulso de última hora y así quedaron. Pero la ensalada es riquísima.
En realidad es una simple ensalada de judías verdes con patatas y tomate, es decir, algo poco original, ya inventado hace mucho; para mí lo que marca la diferencia son los chicharros en escabeche de los que, como ya os comenté alguna vez, soy una gran fan. No es que los consuma mucho pero creo que acompañan y completan muy bien las ensaladas verdes, con su puntito de vinagre y su intenso sabor.
Estos eran pequeños, si son grandes los partís en trozos y si no os gustan podéis sustituirlos por un escabeche de bonito.
Eso sí, como en cualquier conserva, comprad una buena marca.
Necesitamos:300/400 gramos de judías verdes.
1 tomate grande o 2 medianos.
1 ó 2 patatas.
Alcaparras.
2 dientes de ajo.
Chicharros pequeños en escabeche.
Sal y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos por pelar las patatas y cocerlas, en trozos, con sal. Reservamos.
Despuntamos y quitamos, con un pelador, los hilos laterales a la judías; las partimos y las cocemos en agua con sal, unos cinco minutos, pero conviene probar el punto de cocción. Reservamos.
Pelamos el tomate y lo picamos en dados pequeños; pelamos el ajo y también lo picamos menudo.
En una sartén ponemos dos o tres cucharadas de aceite y echamos el ajo; antes de que coja color añadimos el tomate y, a calor fuerte, cocinamos tres o cuatro minutos; salamos y reservamos.
Montamos la ensalada: ponemos las judías templadas en el fondo de la fuente, con las patatas, mezcladas o por separado y aderezamos con el escabeche; encima colocamos el tomate cocinado con ajo y añadimos alcaparras al gusto.
Agregamos los chicharros.
Servimos.