El frío ha vuelto, bueno en realidad, casi es su primera visita en todo el invierno. El caso es que apetece un plato de cuchara bien caliente.
En media hora podéis tener este plato si utilizáis garbanzos de bote o si los tenéis cocidos y congelados. Yo intento tener siempre un táper en el congelador con los garbanzos cocidos en un caldo de verduras porque te puede resolver una comida fácilmente.
Necesitamos:
Garbanzos cocidos, con el caldo. Si son de bote y no tenemos caldo ponemos agua; los lavamos muy bien antes de usarlos.
Verduras: puerros, zanahorias, cebolla, ajo y nabo.
Champiñones.
Alcachofas, yo congeladas.
Pimentón dulce y cúrcuma.
Sal y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos haciendo un sofrito con la verduras: ponemos el aceite, dos o tres cucharadas y vamos añadiendo primero el ajo, cuando empiece a “bailar” agregamos la cebolla, la zanahoria, el puerro y el nabo, todo picado pequeño, con sal y la hoja de laurel. Dejamos que se cocine unos diez minutos más o menos, hasta que pierda algo de dureza y entonces ponemos los champiñones, limpios en trozos grandes.
Seguimos cocinando unos tres o cuatro minutos mas y añadimos el pimentón y la cúrcuma.
Dejamos que se fría y ponemos los garbanzos escurridos y las alcachofas; si son congeladas se hacen en pocos minutos y si son en conserva con que se calienten es suficiente.
Cubrimos con el caldo o agua y cocemos despacio unos 10 minutos.
Así de simple. Así de completo. Así de rápido. Así de rico.