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martes, 17 de marzo de 2020

Tosta de paté de alubias pintas y huevo.





Otra forma de comer legumbres; en este caso alubias pintas pero con otra legumbre también quedará muy bien.


A los más “descreídos”, incluyo aquí a alguno de mi familia, no le expliquéis de qué es el paté ¡primero que lo pruebe!

A este paté le podéis poner un puñadito de avellanas tostadas al triturarlo, aumentará su valor nutritivo y hará un plato más completo.

Necesitamos para dos:
150 g alubias pintas.
¼ diente de ajo.
Huevos, uno por tosta.
Tomates secos en aceite, 2 ó 3 por tostada.
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Pan de hogaza, cortado en rebanadas.
Un poco de perejil seco, para adornar. Yo no tenía y puse orégano seco.

Empezamos poniendo las alubias a remojo la noche anterior en agua fría. Por la mañana las ponemos a cocer hasta que estén tiernas.

Hacemos el paté: en el vaso de la batidora ponemos las alubias cocidas con un poco del caldo de cocerlas (añadiremos más si vemos que está demasiado espeso) y ¼ de diente de ajo (la cantidad de ajo adaptarla a vuestro gusto, incluso suprimirla si no os gusta); a la vez que batimos agregamos un hilo de aceite, para que emulsiones y quede cremoso.

Reservamos.

Cocemos los huevos 10 minutos, dejamos enfriar y pelamos; con un tenedor machacamos el huevo cocido.

Picamos los tomates secos en aceite, los mezclamos con el huevo y ponemos un poco del aceite del bote de los tomates, para amalgamar.

Tostamos las rebanadas de pan; cuando esté crujiente ponemos una buena capa del paté, encima la mezcla de huevo y tomate seco. Espolvoreamos con perejil y servimos.

¡Y listo, a disfrutar!

martes, 7 de mayo de 2019

Tosta con “paté” de alubias pintas y avellanas.


Hoy os propongo una receta vegana, súper completa: con un buen pan, una legumbre (alubias pintas), frutos secos (avellanas), verduras (zanahoria, espárragos verdes, ajo), aceite de oliva virgen extra y sal.
Una tosta perfecta para la cena (aunque yo me la hice para comer, jajaja).

¡Dadle una oportunidad, os gustará!


Necesitamos para el falso paté :
150 g de alubias pintas.
Un puñado de avellanas cascadas y tostadas (se puede poner almendras).
½ diente de ajo.
Sal.
Necesitamos para la tosta:
Una rebanada de pan.
2/3 espárragos verdes.
½ zanahoria.
Empezamos haciendo el paté: la noche anterior ponemos las alubias a remojo en agua fría, bien cubiertas. Por la mañana las ponemos a cocer hasta que estén tiernas; el tiempo dependerá de la calidad de la legumbre.
Las ponemos, escurridas, en la batidora y trituramos junto con ½ diente de ajo. Os aconsejo poner menos y probar ya que el ajo crudo aporta mucho sabor.
Mientras se cocinan las alubias trituramos las avellanas hasta dejarlas en harina, aunque si no os importa encontrar trocitos podéis triturar menos.
Mezclamos el puré de alubias con la harina de avellana, probamos de sal y reservamos.

Se puede tener hecho y conservarlo en la nevera durante unos días sin problema; con el reposo se volverá más espeso, más consistente.
Para hacer la tosta: lo primero será preparar los espárragos. Quitamos la parta final, la más dura y los partimos; en una sartén ponemos 1 cucharada de aceite, ponemos los trozos de espárrago y sal, salteamos durante tres o cuatro minutos; añadimos dos cucharadas de agua y cocinamos hasta que estén tiernos pero que conserven el crujiente.
Pelamos la zanahoria y sacamos tiras con el pelador; en otra cucharada de aceite freímos durante 1 minuto las tiras, lo justo para que ablanden un poco.
Montamos la tosta:
Tostamos un poco la rebanada de pan; ponemos una buena capa del paté y encima los espárragos y la zanahoria.

                                            ¡Y listo!

domingo, 5 de noviembre de 2017

Alubias pintas con bacalao, al estilo Codornillos.





Codornillos es un pequeño pueblo de la provincia de León, cerca de Sahagún de Campos donde yo tengo un cuarto de mis orígenes ya que de ahí era mi abuela materna de la que, entre otras cosas heredé mi nombre.

Esta receta me la explicó mi madre que se la vio hacer, de niña, a su abuela Francisca.

Es la típica receta rica y sabrosa hecha con ingredientes que se podían tener en un pueblo leonés hace más de 100 años, legumbre (alubias pintas) que cosechaban ellos mismos y bacalao que, no como ahora, era un producto al alcance de la gente humilde por su precio y su fácil conservación.


 Necesitamos por ración:
Alubias pintas, unos 100 g.
Bacalao, unos 100 g.
Una hoja de laurel.
Una cucharadita de pimentón dulce.
Una cebolla y un diente de ajo.
Yo añadí una zanahoria, que no tenía la receta original.
Y como siempre aceite de oliva y sal.

Empezamos poniendo el bacalao a desalar en agua fría; el tiempo dependerá del grosor de las tajadas. Yo os recomiendo que no utilicéis trozos muy grandes, ya que vamos de desmigarlos sirven perfectamente partes de inferior calidad.

Ponemos las alubias a remojo en agua fría la noche anterior para que se hidraten.

En una cazuela ponemos las alubias, la cebolla partida en cuatro o cinco trozos grandes, la hoja de laurel, la zanahoria (si la ponéis), un chorro de aceite, el pimentón y cubrimos de agua.

Dejamos cocer despacio, siempre cubiertas de agua para que no suelten la piel.

Aparte hacemos el bacalao: lo ponemos en agua fría en un cazo hasta que dé el primer hervor; apagamos y dejamos templar hasta que podamos, sin quemarnos desmenuzarlo. Quitamos espinas y pieles.

Sacamos del guiso de alubias la cebolla y la zanahoria con un poco de caldo, lo trituramos. Se lo volvemos a echar.

Añadimos el bacalao y dejamos cocer despacio durante unos 10 minutos más para que se unan bien todos los sabores.

Dejamos reposar antes de servir.



                                                                              ¡Y listo!

Dedicado a mi hermano "el madrileño", que hoy cumple años: felicidades.

domingo, 8 de octubre de 2017

Alubias pintas con costilla.




Es una receta tradicional muy adecuada para combatir el frío porque los platos de legumbres aportan más calorías que otro tipo de alimentos. 

Además nos aportan muchos de los nutrientes necesarios para un correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.

Nos proporcionan proteínas, de origen vegetal, que si se complementan con otras de origen animal, como es el caso de esta receta, hace un plato completo.

También fibra, muy necesaria para el intestino, vitaminas y minerales.

Como todos los potajes agradece una cocción lenta, suave y “con mucho amor”. El tiempo es difícil de determinar ya que hay muchas calidades y todas no cuecen igual; también depende de la época del año: en otoño e invierno la legumbre está recién cosechada y cuece antes, la legumbre “vieja” tarda más. Hay que probar para comprobar que está tierna.



Necesitamos por ración:
Entre 80 /100 g.
Unos 150 g de costilla de cerdo.
Zanahorias, cebolla, ajo y una hoja seca de laurel.
Sal, pimienta negra, ½ cucharadita de pimentón y aceite de oliva.

Empezamos poniendo las alubias a remojo durante la noche.

Ponemos un poco de aceite en una pota y freímos los trozos de carne, adobados con sal y pimienta, para sellarlos. 

Cuando están añadimos la cebolla partida en dos o tres trozos, las zanahorias peladas y enteras, unos dientes de ajo y una hoja de laurel.

Agregamos las alubias escurridas y cubrimos con agua fría, que las cubra bien, como dos dedos por encima. Ponemos el pimentón y dejamos cocer despacio, siempre cubiertas de caldo. Ponemos la sal.

Cuando las alubias están tiernas, estas tardaron unos 30 minutos, sacamos la cebolla, las zanahorias y un poco de caldo, lo trituramos en la batidora y lo volvemos a echar a la pota. Dejamos cocer unos minutos más, probamos de sal…


 
                                            ¡Y listo!

domingo, 29 de enero de 2017

Potaje de alubias pintas y coliflor.




¿Quién puede resistirse a este plato de cuchara, sabroso, completo y muy apetecible, sobre todo en estos días invernales? 


Con sus alubias pintas tiernas y suaves y con sus verduras, bien calentito… es un plato de “cinco cucharas” (no sé si existe esta clasificación pero si no la hay la inventamos).

Necesitamos:
Alubias pintas de buena calidad, 60/70g por ración.
Una cebolla y una zanahoria.
Una hoja de laurel seca.
Aceite y sal.
Además necesitamos:
Coliflor, 40/50 g por ración.
½ cebolla, unos dientes de ajo, 2 zanahorias y ½ pimiento verde (o rojo, a tu gusto).
Una ramita de romero fresco.
Caldo vegetal o agua.


Empezamos la noche antes lavando y poniendo en remojo (agua fría) las alubias para que se hidraten.

Cuando las vayamos a cocinar las escurrimos, las ponemos en una pota, más bien alta, con un chorro de aceite; revolvemos para que se unten todas y agregamos la cebolla partida en dos trozos, la zanahoria pelada y entera y la hoja de laurel.

Cubrimos con agua fría y ponemos al fuego.

Cortamos la cocción añadiendo un poco de agua fría en dos o tres ocasiones. 

Es conveniente que las alubias tengan un hervor suave y constante para evitar que se suelte la piel.

Cuando estén tiernas salamos y apagamos. Sacamos la cebolla y la zanahoria.

Mientras en otra cazuela ponemos dos o tres cucharadas de aceite, unos dientes de ajo picados, ½ cebolla partida menuda, el pimiento también picado menudo, las zanahorias peladas y partidas y la ramita de romero. Sofreímos.


Cuando todo está blandito añadimos una pizca de pimentón dulce y la coliflor partida en ramitos pequeños, cubrimos con agua (o caldo vegetal) y ponemos a cocer. 





A media  cocción juntamos con el guiso de alubias y ya todo junto lo dejamos cocer despacio hasta que todo está en su punto, aproximadamente 10 minutos.

Dejamos reposar y servimos.



Algunos consejos:
Si no queréis cocer la legumbre podéis usar de bote (yo nunca las he utilizado pero creo que las habrá de calidad).
Si cocéis las alubias aprovechad para hacer el doble de lo que necesitéis y congelad unas raciones para otro día.
Se pueden cambiar las alubias pintas por cualquier otra variedad o por garbanzos.
Cuando juntéis las dos preparaciones tened cuidado con la cantidad de caldo que añadís para que el potaje quede espesito. También se puede espesar el caldo triturando la cebolla y la zanahoria, que sacamos de cocer las alubias y añadirlo al guiso.
El romero en esta receta no es un tema menor: da un perfume magnífico al potaje (si no os gusta pues prescindir de él o poner laurel).



Esta receta está inspirada en una de la web recetas italianas. Com.