lunes, 25 de noviembre de 2024

Albóndigas de pollo, con salsa de cebolla y sidra.




Otra forma sencilla de cocinar una humilde pechuga de pollo: en filetes empanados, con verduras y salsa de soja, con salsa de alcaparras…acompañada de arroz, de patatas fritas, de ensalada, de verduras…en bocadillo…, en fin de mil maneras podemos preparar la pechuga de pollo. Hoy albóndigas.

Es una receta muy ligera ya que se hacen al horno, no fritas, por tanto no llevan apenas aceite (un poco en las manos para formar las bolas y otro poco en la salsa) y tampoco van rebozadas en harina.



Necesitamos:

1 pechuga de pollo, aproximadamente 800/900 gramos.

2 dientes de ajo.

2 huevos M.

Miga de pan atrasado y leche para empaparla.

Sal, pimienta negra y pan rallado.

Para la salsa:

1 cebolla grande.

½ vaso de sidra natural.

Sal, cúrcuma, ½ cucharada de harina, una hoja de laurel y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos picando la pechuga: la ponemos es trozos no muy grandes en la picadora, con los dientes de ajo, los huevos enteros y la miga de pan remojada en leche y escurrida.

Trituramos y sacamos para un bol. Aderezamos con sal y pimienta negra. Queda una masa bastante blanda por lo que se puede añadir 1 ó 2 cucharadas de pan rallado. Dejamos en reposo unos 15 minutos para que se asiente y coja consistencia.

Encendemos el horno a 200º para que se vaya calentando.

Nos untamos las manos con un poco de aceite de oliva y cogemos cucharadas de masa, formamos las bolas y las ponemos sobre papel de horno.



Cuando las tenemos todas ponemos encima una pequeña cantidad de pan rallado; este paso es optativo pero creo que cogen un bonito color.

Las asamos unos 15 minutos hasta que tengan buen color y estén firmes.

Mientras preparamos la salsa: ponemos dos o tres cucharadas de aceite en una cazuela con la cebolla picada y la hoja de laurel; sofreímos a fuego suave hasta que coja algo de color.



Añadimos la cúrcuma y la harina y lo cocinamos todo un par de minutos. Subimos el calor y agregamos la sidra, dejamos evaporar y añadimos ½ vaso de agua y las albóndigas.

Cocemos despacio unos diez minutos.

Ya solo nos queda acompañarlas con lo que más nos apetezca y disfrutar.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Verdinas con coliflor.

Hoy un plato vegetariano con verdinas, una variedad de fabes, de cultivo exigente, recogidas antes de que maduren y adquieran el clásico color blanco, pequeñas, suaves, deliciosas; de cocción lenta, a hervor suave y que normalmente se cocinan con pescado y/o marisco.

Con verduras: zanahorias, cebolla, puerro, ajo, laurel y…coliflor.

Además les puse huevos cocidos para hacer plato único y completo.

Para cuatro:

500 gramos de verdinas.

Dos zanahorias, una cebolla pequeña, un puerro, dos dientes de ajo, una hoja de laurel y media coliflor pequeña.

Sal, aceite de oliva virgen y huevos cocidos.

Ponemos las verdinas a remojo la noche anterior en agua fría; por la mañana quitamos el agua del remojo, las ponemos en una cazuela y cubrimos con agua fría; añadimos las verduras enteras, menos la coliflor y las ponemos a hervir.

Cuando empiece el hervor fuerte lo cortamos con un chorro de agua fría.

Seguimos cociendo a fuego suave, con un hervor lento, sin revolverlas solamente moviendo la cazuela.

Pasada una hora, más o menos, sacamos las verduras con un poco de caldo, trituramos y lo volvemos a añadir a la cazuela. Seguimos cociendo hasta que estén blandas.

En ese momento salamos y ponemos la coliflor, en ramilletes muy pequeños, para que se cuezan pronto y queden las dente. Apagamos.

Picamos los huevos cocidos en trocitos muy pequeños de forma que la yema se deshaga en el caldo y quedan los trocitos de clara.

Después de reposar unos minutos las servimos.

viernes, 15 de noviembre de 2024

Bizcocho de harina de garbanzo y algarroba.



Súper, súper, súper sano y nutritivo ¿o no? claro que sí.


 

Harina de garbanzo, de una legumbre, distinta en color, sabor y textura a la harina de trigo, un cereal. 

Puse una cucharada de harina de algarroba, que ya he usado en más ocasiones para hacer bizcochos y galletas, que aporta, entre otras cosas un maravilloso color chocolate; en este caso como era muy poca cantidad no dejó un tono intenso.

Yo pongo muy poco azúcar en los bizcochos por lo que no está muy dulce; poned más si os apetece aunque yo creo que para tomar con el desayuno es perfecto así sobre todo si lo coméis con mermelada.

Además lleva poca grasa por lo que no es nada pesado.

¿Ya os animasteis a hacerlo? espero que sí porque no puedo aportar más argumentos, jajaja.

Necesitamos:

3 huevos L

250 gramos de harina de garbanzos.

1 cucharada colmada de harina de algarroba.

1 yogur natural.

100 gramos de leche entera.

80 gramos de aceite de girasol.

100 gramos de azúcar.

1 pizca de sal.

1 sobre de levadura química.

Empezamos preparando todos los ingredientes: los huevos, la leche y el yogur que estén a temperatura ambiente; la harina de garbanzos imprescindible tamizarla bien porque tiende a apelmazarse, al menos la mía, no sé si será porque en Asturias tenemos mucha humedad ambiental. También tamizamos la harina de algarroba. Pesamos el azúcar.

Y preparamos el molde; forramos la base y los laterales pequeños con papel de horno untado con un poco de aceite. Encendemos el horno a 200º.

Procedemos como con cualquier otro bizcocho: batimos los huevos y el azúcar hasta que espume bien; añadimos el aceite, batimos hasta integrar; ahora el yogur, la leche y la pizca de sal y seguimos batiendo. Hasta aquí tenemos una masa bastante líquida.

Ahora mezclamos los dos tipos de harina, con la levadura y la vamos agregando en  tres tandas; no añadimos más hasta que la anterior cantidad esté bien integrada.

Ponemos la masa en el molde y al horno, que lo bajamos de temperatura a 180º. El mío estuvo cincuenta minutos pero ya sabéis…pinchar en el centro y comprobar.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Coles de Bruselas, con langostinos.


Ni os cuento el tiempo que me llevó a mí que me gustarán las coles de Bruselas. La primera vez que las probé me parecía imposible que alguien comiera “voluntariamente” semejante producto. No os voy a decir que sea mi verdura favorita pero sí que las compro, cocino y como, en invierno, con frecuencia.

Hoy con langostinos pero en el blog encontraréis varias recetas con distintos acompañamientos.


Necesitamos, para uno:

10/12 coles, dependiendo el tamaño.

5 ó 6 langostinos.

½ cebolla.

½ cucharada de harina.

Sal y aceite de oliva virgen.

Empezamos preparando un caldo con las cabezas de los langostinos: en una pota ponemos una cucharada de aceite y tostamos las cabezas; cubrimos con agua y dejamos hervir despacio, después de espumarlo, durante unos quince minutos. Colamos y reservamos.

Mientras quitamos las hojas exteriores a las coles y las escaldamos unos cinco minutos: deben ablandar algo pero no cocinarse totalmente, lo harán en la salsa.

Picamos la cebolla y la pochamos en dos cucharadas de aceite, con un poco de sal. Ponemos la harina y sofreímos.

Partimos las coles al medio y las juntamos con la cebolla pochada.


Añadimos un poco del caldo reservado y dejamos hervir suavemente hasta que estén tiernas, sin exceso. 



En ese momento ponemos los langostinos y dejamos dos o tres minutos más. Probamos de sal, pagamos y reservamos.

Como me había sobrado caldo, no mucho pero suficiente para cocer un pocillo de arroz lo utilicé para acompañar y así quedó un plato completo.

 

sábado, 2 de noviembre de 2024

Guiso de patatas y chipirones.


Hoy toca plato de cuchara que son, ya os lo he comentado varias veces, mis preferidos: hechos con antelación, reposados, para que se integren bien todos los sabores, calentitos y sabrosos.

Necesitamos:

Patatas, unos 200 gramos, por persona.

Chipirones, seis u ocho, por persona.

Para el sofrito: cebolla, pimiento verde y tomate rallado (o triturado de lata).

Sal, perejil y aceite de oliva virgen.


Empezamos poniendo en una cazuela tres o cuatro cucharadas de aceite con la cebolla, el pimiento picado y sal; dejamos que ablande y se ponga trasparente a fuego suave.

Añadimos el tomate y seguimos cocinando hasta que tengamos un sofrito espeso y, entonces, agregamos los chipirones. Subimos el calor y empezarán a soltar su juguito, tapamos. Si es necesario añadimos un poco de agua. Dejamos que se cocinen durante unos quince minutos, más o menos.

En ese tiempo pelamos las patatas y las partimos en trozos más bien grandes.

Las agregamos a la cazuela, cubrimos con el agua justa, para que nos quede una salsa espesa y dejamos cocer despacio hasta que todo el guiso esté blando.

Rectificamos la sal y dejamos reposar unos minutos y antes de servir ponemos un poco de perejil.