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17 mayo 2013

Mala sangre: un poema o un cuento.


Unas notas a propósito del fin del mundo, pertenecientes a La tumba del marinero, que podéis leer pinchando aquí gracias a la generosidad de El Boomeran(g) y, como siempre, a mis queridas editoras de La Bella Varsovia.

06 marzo 2013

Sangre en las manos, y también poesía.






(Nota a esta edición)


No se trata de poesía femenina, ni de poesía feminista, ni de poesía afeminada, ni de poesía que nazca del asco, ni de poesía que nazca del dolor, ni de poesía sangrante, sangrada, manchada de sangre, no se trata de poemas coagulados, ni de úteros, vulvas, palabras malsonantes -lo de ahí abajo-, no se trata de destacar, ni de ser igual, ni de justicia poética a través del rojo tinte. No se trata de nada de eso pero se trata de todo lo enumerado, y sí, y no, al mismo tiempo, de todas las cosas.

Lo que el lector encontrará entre estas páginas es un catálogo de reflexiones desde la poesía a propósito de un tema tan vulgar como es la sangre (menstrual, imaginada, o el vientre, o la maternidad, o la enfermedad misma). No una antología de mujeres y para mujeres sino un repaso a este tema literario tantas veces tratado y en tantas ocasiones malinterpretado o despreciado, a través de las que he considerado las voces -de mujeres, ahora sí- más representativas de la literatura contemporánea, así como las más prometedoras de entre las jóvenes creadoras en lengua castellana.

Cuando me acerqué a ellas para hablarles de Sangrantes, algunas dudaron, otras supieron exactamente de qué querían hablar, otras temieron que la idea generara repulsión “sobre todo entre los hombres”, otras “sobre todo entre las mujeres”, pero todas aceptaron, pues entre su obra publicada o entre sus proyectos más cercanos, el tema siempre había estado latente. Para algunas, comprobaréis, el asunto de la sangre es un tema político, para otras roza el misticismo, la lucha por la vida, el dolor de la pérdida o incluso la celebración del ciclo.

De este modo he querido leer el resultado final del libro como un catálogo, sí, pero también como una perfecta representación de cuáles son las concepciones posibles de la sangre menstrual a partir de unas voces que guardan en común un aspecto: el momento de la purificación del cuerpo que siente y escribe. Del cuerpo que mancha y deja ese rastro inteligente que el lector, decía, encontrará entre estas páginas. 




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07 junio 2012

Líquido sudor helado o dos comienzos de dos libros dos citas de sudor que caen.

Mina Milk
Asumirse como océano donde pueden acontecer grandes olas
Julieta Valero

la esperanza cóncava que se forma
al mear sobre la nieve
Agustín Fernández Mallo

Afortunado él que me tiene a mí con esta sangre dulce de vino seco y dulce me tiene a mí él soy suya y me tiene aquí. Afortunado: mi sangre dulce y que ni un mosquito más ni uno vuelva a alimentarse de su piel. Para eso sirvo. Para sudar. Para ceder la piel. Para temer el hielo...

O ser la gota que colma el dicho. 

13 diciembre 2011

La salud es un disfraz.




yo te hablé de las semillas
y tú me escuchaste

porque me amas llevo más de veinte años buscando quien
sepa traerse

un sueño sin romperlo ese día la literatura habrá dejado los
opiáceos podremos

tendernos te daré algunos hijos y un antojo malva en tu
frente querrá decir que ya.
Julieta Valero


Me da miedo el ruido de los calefactores. Quizá porque me acostumbré al frío, al húmedo cuarto que no puedo. Que no crezco. A la húmeda humedad de aquel quiste que exprimíamos como un zumo de cristales o un esmalte.

Me da miedo el ruido de los cánceres. El ruido de los ascensores. Quizá porque sin ellos el mundo se estropea. Quizá porque sin ti el mundo es egoísta.

Quería un hijo y parí un gato. Quería un gato y tuve un corazón de vaca atragantado. Quería un corazón y la ciudad se llenó de luces de navidad del color del hígado.

No había recuerdos hermosos en aquel acto. Había goteras y había miedo. Había húmeda humedad y había miedo. Había fuego y había fuego y había fuego.