(Nota a esta edición)
No
se trata de poesía femenina, ni de poesía feminista, ni de poesía
afeminada, ni de poesía que nazca del asco, ni de poesía que nazca
del dolor, ni de poesía sangrante, sangrada, manchada de sangre, no
se trata de poemas coagulados, ni de úteros, vulvas, palabras
malsonantes -lo de ahí abajo-, no se trata de destacar, ni de ser
igual, ni de justicia poética a través del rojo tinte. No se trata
de nada de eso pero se trata de todo lo enumerado, y sí, y no, al
mismo tiempo, de todas las cosas.
Lo
que el lector encontrará entre estas páginas es un catálogo de
reflexiones desde la poesía a propósito de un tema tan vulgar como
es la sangre (menstrual, imaginada, o el vientre, o la maternidad, o
la enfermedad misma). No
una
antología de mujeres
y para mujeres
sino un repaso a este tema literario tantas veces tratado y en tantas
ocasiones malinterpretado o despreciado, a través de las que he
considerado las voces -de mujeres, ahora sí- más representativas de
la literatura contemporánea, así como las más prometedoras de
entre las jóvenes creadoras en lengua castellana.
Cuando
me acerqué a ellas para hablarles de Sangrantes,
algunas dudaron, otras supieron exactamente de qué querían hablar,
otras temieron que la idea generara repulsión “sobre todo entre
los hombres”, otras “sobre todo entre las mujeres”, pero todas
aceptaron, pues entre su obra publicada o entre sus proyectos más
cercanos, el tema
siempre había estado latente. Para algunas, comprobaréis, el asunto
de la sangre es un tema político, para otras roza el misticismo, la
lucha por la vida, el dolor de la pérdida o incluso la celebración
del ciclo.
De
este modo he querido leer el resultado final del libro como un
catálogo, sí, pero también como una perfecta representación de
cuáles son las concepciones posibles de la sangre menstrual a partir
de unas voces que guardan en común un aspecto: el momento de la
purificación del cuerpo que siente y escribe. Del cuerpo que mancha
y deja ese rastro inteligente que el lector, decía, encontrará
entre estas páginas.
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3 comentarios:
Luna, este libro se puede comprar en las librerías o solo por internet? Qué ganas!
Pues de momento sólo en la web! Es lo más fácil!
El planeta Tierra lo que más tiene es líquido y sus terrestres humanos también. El líquido rojo es el más inquietante, aunque líquido al fin y al cabo.Acabo de leer que Nancy Huston (la mujer de Todorov)publica en español:"Reflejos en el ojo de un hombre". Niña, hay que leerlo para aprender. Lo edita Galaxia Nurenberg y pinta bien, a ver si les dices algo a las chicas de hoy escuchando a mujeres como esta.
Aún no sé el número de las casas en las que he puesto mi cuerpo, mis gatos, mis cosas, mis libros... ¡Tantas!
Espero que no muchas más.
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