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13 febrero 2015

¿Dónde están las mujeres de la Beat Generation?

Angela Dalinger
Cuando había un festival de literatura importante, sus nombres no aparecían en los carteles. Cuando sus parejas decidían emprender viajes por las montañas más peligrosas de los Estados Unidos, o quizá hacia países exóticos, sus cuerpos se quedaban en casa, cuidando de los hijos, manteniendo el hogar caliente. Cuando los críticos y lectores de todo el mundo alabaron únicamente a dos o tres firmas del movimiento al que pertenecieron, sus voces se escondieron y se enterraron bajo una arena dura y áspera, aguardando a que alguien atreviera a desenterrar sus enormes libros, sus impresionantes poemas, sus importantes historias, tantas veces ignoradas.

Eso es la Generación Beat: un puñado de hombres magníficos haciendo sombra a un puñado de mujeres magníficas. Una crítica literaria y una prensa cultural empeñada en divinizar a tres o cuatro firmas, dejando a un lado la obra de quienes trabajaron con seriedad y con ambición para promover uno de los movimientos artísticos y vitales más importantes e influyentes del siglo XX. Detrás de Jack Kerouac, Allen Ginsberg o William Burroughs, siempre se mantuvieron las figuras de Lenore Kandel, Diane Di Prima o Elise Cowen.

Sus nombres quizá sonarán solo a unos pocos afortunados que hayan accedido a estudios o antologías en inglés, en donde sus poemas sobre maternidad, menstruación, amor o drogas se exhiben desgarradores.Sin embargo hoy, por fin, la traductora y poeta Annalisa Marí se ha atrevido a reivindicarlas, así como a traducir y prologar una selección de las desconocidas poetas. El resultado: Beat Attitude: Antología de mujeres poetas de la generación beat, de próxima publicación en nuestro país.


02 enero 2015

Deseo que venga el Diablo.

2015 va a estar cargado de cosas bellas. Deseo que sí. Deseo que vengan. Deseo que estén aquí cerca como aquí está el Diablo. Mirad qué belleza de portada para este diario bruto y satánico de Mary MacLane. Yo la amé y sé que la amaréis. Enero os la traerá y yo la acompañaré, sólo un ratito, para presentárosla. 

11 abril 2013

Mujeres tontas mujeres listas mujeres tristes mujeres.

Descorazonadora historia la de nuestra rubia imponente... aunque más que imponente es tonta y del montón. No sabemos si tiene sentimientos porque los oculta. No sabemos si es luchadora, porque se deja llevar por la ignorancia de los hombres que la acompañan. ¿Es ella también una ignorante? ¿Qué ocurre cuando una mujer que podría tenerlo todo decide quedarse escondida, alimentarse de sus problemas, y finalmente no tener nada? Una ignorante, quizá, o una infeliz. Una mujer corpulenta, sexual, con problemas mentales ¿fingidos?, con dificultad para mantener a sus amigas, adicta a la bebida, adicta al juego, adicta a los hombres que le harán daño, y lo peor: adicta a que le hagan daño. Podría ser un retrato de época (de hecho lo es), de cuando ellas buscaban la independencia a tientas y se encontraban consigo mismas y sus futuros destrozados. Podría ser un retrato de época y sin embargo es un retrato tan actual. Dorothy Parker da voz aquí (con ironía y también con compasión) a lo que será el modelo heroína de nuestros días: esa persona (ya da igual hombre o mujer, aunque intuyo que ocurre más en el segundo caso) trastornada con ganas de explotar su tristeza y de demostrar al mundo que su rostro es el más demacrado. Recordemos: la enfermedad está de moda. Recordemos: la ignorancia está de moda. Recordemos: aquí sólo vale el que mejor se lamenta.

Me ha parecido, en definitiva, un libro alucinante sobre los límites de la tristeza y sobre el fracaso personal. Esta edición de Una rubia imponente publicada por Nórdica es además preciosa, y hace llevadera con sus ilustraciones la crueldad que el libro esconde... Y pienso... No seamos rubias imponentes. Seamos Dorothy Parker.  

13 marzo 2013

Menú de drogas: tres libros de tres chicas que me gustan.


Mamma Andersson
Para esnifar: la poesía de Mira Gonzalez. Sexo. Adolescencia. Semen en el estómago. Versos que no son versos sino pequeñas historias muy íntimas. En la línea de Megan Boyle, Ana Carrete o Ellen Kennedy (esa pasión por lo anecdótico, por encontrar la flor en la basura, por desnudarse, psicoanalizarse, hablar de tú a tú...). Su primer libro I will never be beautiful enough to make us beautiful together (Sorry House, 2013) es uno de los mayores exponentes de lo que está haciéndose ahora en EEUU. Una poesía tan distinta a lo que en nuestro país llaman poesía. Un retrato de la propia Mira, tan loco, divertido y necesario.

Para chupar: las viñetas de mi querida Power Paola. Mañana sale a la venta Virus tropical (Reservoir Books, 2013) su primera novela gráfica. Una especie de autobiografía que a mí me recordó bastante a películas como Fucking Amal o a otros cómics como Ghost World. La primera vez que leí su Virus también pensé en jóvenes dibujantes españolas, como Blanca Miró. Una vez más la adolescencia, la pérdida de la inocencia, la relación con los padres, la intimidad desvelada... Quiénes somos y en qué queremos convertirnos. Ese es el verdadero virus. Una enfermedad que no deja de azotarnos en todo momento, aunque los días de la más tierna juventud ya queden lejos.

Para pincharse: las... ¿canciones? Los... ¿poemas? Los... ¿alaridos? Las... ¿terribles imágenes que Maite Dono nos regala en su nuevo libro, Sobras (El Gaviero, 2013), y que tan intensas entran en nuestras venas? Sí. Ha vuelto Maite Dono y hay que agradecer a los dioses que por fin podamos tener otro de sus libros con nosotros. Empezaré primero por lo “malo”: creo que es un libro difícil de digerir. Me diréis: “las sobras siempre lo fueron”. Y es cierto. Se trata de un libro difícil de digerir a propósito, porque lo que en él encontramos no son cosas bonitas, no son cosas agradables. Lo que no es fácil de escribir tampoco es fácil de digerir. Y por eso pienso que un lector que no conozca el trabajo previo de Dono, quizá no llegue a comprender el motivo de estos versos. Sobras es la segunda parte de Circus girl (El Gaviero, 2009) sin duda. Si en el primero se predicaba el “Mamaíta no soy mala”, y había un fuerte rechazo y posicionamiento ante la hostilidad del amante y de la madre, en el segundo la maldad no viene de terceras personas, sino del propio mundo. Ibuprofeno, o Desierto de Sonora Para obtener la Visión No dormir No dormir jamás nunca Quedarse así por culpa de amar Daturas o amapolas con saliva, y tragar Tragar cerrando los ojos Sonora y sola en el desierto del sueño […] Los poemas aquí no son tampoco poemas. Son canciones, alaridos, juegos de palabras, tinta prohibida, fuerte, dispersa. 

16 enero 2013

La siempre polémica Marie Calloway (y mi amor infinito hacia ella).

Me he enterado por el Facebook de la editorial neoyorkina Tryant Books de que una imprenta que trabajaba con ellos se ha negado a imprimir las copias de prensa del primer libro de Marie Calloway "debido a su contenido", entiendo, sexual. Me pregunto cómo es esto posible en un mundo reinado por las Cincuenta sombras de Grey, en donde el sexo, lo erótico, lo guarro... ya parece cosa de niños. Me pregunto, también, qué alcance tendrá esta noticia, pues Marie Calloway es una de las escritoras que más famosas han llegado a convertirse en el nuevo panorama literario norteamericano... y casi sin haber publicado nada. Como señalan en Thouhgt Catalogue, esta noticia tampoco se nos hace demasiado extraña (o incluso podría ser una divertida estrategia comercial). Calloway siempre ha sido polémica y siempre se le ha conocido por no tener pelos en la lengua. Hace poco hablé de ella y de otros escritores en un artículo de Playground (10 escritores jóvenes que lo petan) puesto que para mí es una gran apuesta. Sólo hay que ver qué geniales escritores la avalan: Sheila Heti, Tao Lin... o en qué catálogo editorial se encuentra: junto a Blake Butler, Ken Baumann... Con todo, el editor de Tryant Books ha anunciado que la edición seguirá adelante. Y eso es lo que más quiero: tener el libro -el rostro- polémico -magnífico- de esta it girl -sí, sí- literaria entre mis manos.

30 octubre 2012

Chicas, chicas, chicas.

Ya está online el nuevo número de Illuminati Girl Gang, en donde colaboro con un poema que pertenece a Los estómagos (work in progress) y que forma parte, también, de mi Tríptico de Barcelona (de próxima publicación en Cityscapes). Gracias a Gabby Gabby por volver a contar conmigo para este proyecto de chicas chicas chicas. Un honor estar con todas ellas. 

19 octubre 2012

Noches azules, voces que brillan.


Insepultos, a todos enterré
a todos lloré. ¿Y a mí, quién me llorará?
Anna Ajmátova

Qué lectura tan placentera Noches azules de Joan Didion (Literatura Mondadori, 2012), pero no “placentera” por su contendido, que es más bien amargo y desgarrador, sino por su forma, su narración exquisita, sus ideas brillantes, su manera de contar algo tan íntimo y difícil de un modo aparentemente sencillo, lejos de resultar exhibicionista, apesadumbrado o llorica.

Y hablo de Intimidad Difícil porque lo que Noches azules nos presenta es la historia de una vida, o mejor, de dos vidas: la de Joan Didion y la de Quintana, su hija adoptiva, a quien la propia Didion nos presenta como un ser enigmático, pleno, hermoso… un ser que dejó el mundo antes de lo previsto ¿pero qué es “lo previsto”, o qué es “lo justo”, o qué es “dejar la vida antes de”, en estos casos, qué es ver morir a una hija y por qué la vida tiene que ponernos a prueba de esta manera, sin respetar su ciclo, sin respetar la belleza, sin respetar el profundo cariño de Didion a su hija…?

Noches azules es un relato basado en preguntas que a menudo no necesitan respuesta (la salud, la vejez, la identidad, el paso del tiempo, el trabajo, la amistad, la pérdida), puesto que en ellas ya se encuentra lo preciso para comprender el mundo: noches azules, noches de desvelo, noches iluminadas, a medias, donde la intuición es la única guía.

Así, Joan Didion nos lleva de la mano entre la oscuridad. Agarradla fuerte vosotros. Y leedla. Su voz es una verdadera joya. 

12 julio 2012

En realidad detesto a los pájaros.



--- Es esta una antología de plumas griposas Dono Callejón Novo Gorría que admiro y hermanas Ramos Martínez Llana entre otras compañeras de sexo raza pluma Roberts Benegas Camacho Albizuri Mejer Manrique algunas sangrantes otras Tapia dice que somos gracias. ---
Hijas del pájaro de fuego (Fin de viaje, 2012)

29 junio 2012

Layla Martínez: la luz blanca al final del camino rojo.


Soy hermosa como un rastro de orina
Layla Martínez

Al fin he podido leer El libro de la crueldad, el primer poemario de la joven madrileña Layla Martínez, publicado recientemente por LVR Ediciones. No son una sorpresa sus poemas y al mismo tiempo sí lo son. Me explico: su imaginario ya podíamos advertirlo en las imágenes, obsesiones y citas de su blog, pues es una de las autoras del género poético más visibles en la red de un tiempo a esta parte. Sin embargo El libro de la crueldad supone un caos ordenado, una puesta en escena de esas obsesiones y lo que conllevan, sin dejar nunca de lado la reconocible voz de la autora. Una voz cruda, afectada, tremendista... al tiempo que crítica. Su virtud no está tanto en lo lírico como en lo narrativo y no tanto en la metáfora como en la fuerza de sus descripciones. Pero una de las mejores cosas del libro, y esto es lo que termina por convencer al lector, es que es un poemario con historia: con una trama a ratos difusa pero siempre llevadera.

El libro de la crueldad es, en resumen, una especie de circo compuesto por enanos, por retrasados, por niños feos, por niñas obscenas, ciegas, repipis y desnudas, por obsesos y tuertos, por mujeres con rostro de animal... pero también por vírgnes o mártires de sexo femenino que muestran sus celos y su asco sobre el mundo (aquellas que Juan Andrés García Román, en el prólogo, adivina cansadas de parir a los mesías), tengo la carne tan frágil de parir, dice la autora, con ese tono visceral y exhibicionista que la caraceriza. El circo de la crueldad es el libro de la crueldad, o bien, el libro del país dela belleza medusea, en donde todo lo blanco es impuro, lo negro hermoso, el mal olor la delicia, el perfume lo odioso, y el sexo, al igual que la comida grasienta, el único manjar posible para los hombres. El libro de la crueldad se convierte en un catálogo de santas endemoniadas. Una versión sórdida de la preciosa niña Monelle. Una visión esperpéntica de la feminidad. Una definición de lo que para Layla Martínez es la iniciación en el mundo poético. Así lo asume. Así se nos presenta.

La literatura que Layla crea es una literatura que me gusta leer e incluso hacer. Me he sentido muy identificada en algunos aspectos no sólo temáticos, también formales. Su estilo y su voluntad bien podrían estar en la línea que dibujan otras autoras tales como Angélica Liddell, Maite Dono, Olga Novo o Miriam Reyes. La autora se convierte entonces en el fin de un camino poético importante pero que a tantas voces epigonales nos ha traído en los últimos años. No diré que Layla es única en su especie porque su especie es la de las mujeres post-punk, visceralistas y luchadoras, sin embargo diré que su compromiso y propuesta literarios son contundentes y personales, y que hay que leerla con atención y con el estómago bien sujeto entre las manos: pues sólo ella podría rompérnoslo.

Por último añadiré que El libro de la crueldad no es tan cruel como parece. En él la autora se solidariza con todo lo delicado, con esos niños, enfermos o retrasados mentales de los que antes hablábamos, y también con los animales, nuestros hermanos. Además, las palabras malsonantes o sexuales no son sólo un mero recurso efectista sino que están justificadas. La responsabilidad política de este poemario es la de la alianza con los más débiles, algo que, finalmente, nos hará mucho más fuertes.  

12 junio 2012

Dos noches sin pijama: puto tren.

Ida y vuelta. Madrid en 24 horas. Quiero aprobar esta asignatura tediosa del demonio y la vida será mejor. Madrid en 24 horas. 70 euros acumulados dentro dentro dentro de dónde. Leer a Anne Carson en La belleza del marido y darse cuenta de que hay un género literario fantástico latente entre las mujeres del verso (el género de "La Otra"): Anne Carson, por supuesto, Sylvia Plath, Anne Sexton, Marina Tsvetáieva. El maldito sexo de los hombres, que diría Maite Dono. El maldito sexo de los hombres porque su poesía es la del animal abandonado, frío y casi nada celoso: irremediable decisión la de esos tontos. Tontísimos. Abismo/profundidad. Ida y vuelta. Estaré sola 24 horas y os hablaré del coste de oportunidades: ellas renunciaron al hombre, pero aceptaron la poesía. Y ni siquiera eso. No. Renunciaron al hombre y aceptaron la brillantez. Sí. Eso sí. La brillantez. 

28 mayo 2012

Sangrantes, etc.

Aquí mi comunicado: Una tarde que estaba tomando algo con Ernesto Castro y Antonio J. Rodríguez comenzamos a hablar sobre un tipo de acercamiento a la poesía que se estaba imponiendo entre las poetas, sobre todo entre las más jóvenes, de nuestro país. Los temas relacionados con la decadencia, la enfermedad el suicidio, el sexo, la soledad, el vino y el cuerpo eran y son los más comunes entre estas autoras (entre las que me incluyo), pero sobre todo existe un aspecto que siempre aparece en sus poemas: la sangre. Quizá herederas todas ellas de la poesía de Pizarnik y Plath. Amantes de Lhasa. Amantes de Woolf. Amantes de los pájaros y de los gatos. Amantes de la víscera. Y en definitiva, como inventó Antonio bromeando a propósito... los “chochos sangrantes” de la poesía, algo que suena grosero pero no falto de razón, puesto que si hay algo que en ocasiones distinga su palabra, eso no es otra cosa que la escritura desde el dolor. Ese dolor central. ¿Quién no se ha sentido empujada a escribir desde ese maldito y terrible dolor central? Por eso quiero crear esta antología en Tumblr, espacio perfecto de donde ya surgió el famoso “Tenían veinte años y estaban locos”. Aquí volvemos a lo femenino (sea eso lo que quiera que sea). A lo viscoso. Sí. Así se sangra.

21 mayo 2012

Si Philip Roth tuviera vagina habría escrito esto.

Creía en su idea de que la escritura podía transformar la mierda en oro. El dolor y la muerte que crecían en mí eran un buen material de trabajo.
Irene Vilar

Posiblemente no tiene nada que ver, pero en algunos momentos Maternidad imposible (Lengua de Trapo, 2012) de Irene Vilar recuerda bastante al Animal moribundo de Roth, no sólo por el manido tema de la jovencita enamorada del profesor madurito sino también por la brutalidad sexual y visceral, la brutalidad del cuerpo y de la enfermedad, de la sangre y de la literatura... No voy a reseñar ahora todo lo que me ha llamado la atención de este libro porque aún me queda la mitad de la lectura, pero aún así presiento que se se está convirtiendo en uno de mis libros preferidos y quiero leer más de esta autora, a la que no conocía, y que es recomendada y admirada por autores como Junot Díaz o Tobías Wolf. Maternidad imposible me hace llevarme la mano al sexo cada pocas páginas y no precisamente porque me produzca placer (como apuntaba yo ayer con Lolita secreta) sino porque siento que debo sujetarme el cuerpo de tanto dolor y asco que producen algunas de sus más desgarradoras confesiones. Pronto os contaré más porque es alucinante y quiero compartirlo... Y sí... Si Philip Roth tuviera vagina posiblemente hubiera escrito algo parecido a esto. 

10 abril 2012

Días de lectura y de delitos.

El médico me ha dicho que las cicatrices tardarán en desaparecer por lo menos cinco años entre cremas, parches de gelatina y total ausencia de sol. ¿Cuántos libros leeré de aquí a que esas tontas manchas rojísimas desaparezcan? Empiezo a contar desde ya: 
...

25 marzo 2012

Sandra /animal o cosa/ esqueleto/ Sandra.


Diccionario de símbolos: capítulo ciervo.

Lamer el esqueleto del animal muerto con la piel arrancada. Sentir que la sangre se empieza a coagular sobre la lengua y sentir otra nueva lengua. Y una tercera después. Ser un despojo envuelto en polvo sobre la tierra.

Sandra Martínez*

Nada de lo que decimos tiene sentido y menos si lo dice alguien joven. Nada de lo que comemos, de lo que defecamos, de lo que (cobardes) escribimos. Cuando todos decían Pájaro el Ciervo surgió de la imaginación. Unai, quesomosbuenos. Unai, quesomosbuenos. Cuando todos comian Pájaro el Ciervo cumplió nuevos símbolos: pero tú ya hablabas de animales. No, yo hablaba del vuelo. Jamás del animal y surgió el Ciervo. Entonces llegó una poeta minúscula y eterna y confirmó lo que a algunos nos costaba intuir. Capítulo ciervo. Unai. Que somos buenos. Capítulo: el vegetarianismo. Los estómagos. Alguien que me comprende. La viande. El esqueleto. 

*

10 febrero 2012

Las rodillas sucias de Janne Teller.


Janne Teller es la mujer espeluznante. No porque sus relatos sean malos, ni porque ella sea especialmente fea. Es espeluznante porque sus pensamientos dan miedo y retuercen el corazón acongojado del lector conforme avanzan sus historias. Recientemente leí Nada (Seix Barral, 2011) y Ven (Seix Barral, 2012) dos novelas breves de también breves títulos pero de gran intensidad concentrada. Ambas se basan en la brutalidad, en el amor y en la indecisión a la hora de escoger entre importantes opciones. Nada se centra en un mundo más infantil y es una obra maestra; Ven es una suerte de denuncia de los excesos del sector editorial además de una lectura interesante –que, a mi juicio, no llega a la altura de Nada-.

En la primera novela uno siente que regresa a la infancia, a su lado más asqueroso y terrible, ese al que se nos invitaba en otras grandes novelas como El señor de las moscas, La guerra de los botones, Los hermosos años de castigo o incluso El guardián entre el centeno. Los protagonistas aquí son niños casi adolescentes intentando explicar un mundo que no les pertenece y en donde el rencor y el egoísmo se alzan por encima de todo para, finalmente, darse cuenta de que la vida no significa absolutamente nada. Educación, enfermedad e hipocresía podrían ser tres de entre sus más potentes keywords. Con una prosa sencilla, fría y abrumadora, equiparable a la de Fleur Jaeggy, autora de una de las novelas mencionadas anteriormente. Si hay algo que me guste mucho de Teller y Jaeggy es que no son mujeres cursis, afeminadísimas o epígonos (otro más y otro y otro) de una Virginia Woolf sobre explotada por tantas escritoras europeas de nuestro tiempo.

De este modo tanto Nada como Ven son novelas con polvo y costras en las rodillas, como las de los niños malos de los parques. Novelas asexuales. Novelas silenciosas. Novelas de dolor universal. En el caso de Ven, Janne Teller apunta además en una dirección más literaria y política. La conciencia del narrador fluye, se autocritica, se castiga, se cuestiona a propósito de la lealtad, de los mecanismos de la ficción o de los verdaderos fines de su profesión como –respetado- editor. ¿Puede la ficción causar más daños que la realidad? ¿Puede la ficción ser más real que la realidad? ¿Puede matar el personaje a la persona y la invención a la anécdota? Una historia espeluznante, decía, porque Jane Teller es espeluznante. Por eso recomiendo leerla. Porque su literatura es hermosa. Porque su literatura es terrible. 

14 enero 2012

La mujer, la lectura y la adolescencia.

Se volcó en a literatura. Buscó libros sobre adolescentes, libros en los que pudiera encontrarse a sí misma y ver reflejados sus problemas. No existían. Leyó todos los libros empalagosos "para niñas" que encontró y los desechó. Comenzó a leer novelas malas, todo cuanto hallaba en la biblioteca que parecía hablar de las mujeres. Lo devoró. Leyó sin hacer distinciones. Jane Austen, Fanny Burney, George Eliot, novelas góticas de todo tipo, Daphne du Maurier, Somerset Maugham, Frank Yerby y John O'Hara, además de ciertos cuentos de misterio, historias de amor y de aventuras execrables. Pero nada la ayudó. Al igual que a persona que engorda porque ingiere comidas que no la alimentan y por eso siempre tiene hambre y siempre está comiendo, Mira se zambullía en palabras que no podían enseñarle a nadar. Le dolía constantemente la cabeza; a veces tenía la impresión de que leía para escapar de la vida ya que al menos lograba evadirse. Sentía la cabeza como la sentiría años más tarde después de fumar tres paquetes de cigarrillos al día. le repugnaba ir a la escuela y a menudo decía que estaba enferma; le molestaba sentarse a cenar sin un libro. Leía en el lavabo y en la bañera; leía hasta altas horas de la noche y, cuando su madre insistía en que apagara la luz, lo hacía bajo las mantas con una linterna. Había comenzado a hacer de niñera y acostumbraba a recorrer a hurtadillas la casa de los niños que cuidaba en busca de libros que tal vez no le permitieran sacar de la biblioteca. 
Marilyn French

09 noviembre 2011

******* sangrantes.


Un experimento: no volver a leer a una mujer nunca más. O a un hombre. ¿? Si el error es el género dejaré atrás el sentimiento. Porque hay quien desprecia la literatura. Porque hay quien no invita. La tela que huele a hongos. El pensamiento que no sangra. Ellos hablan de dios. 
Ellas, 
de su maldito vientre. 

15 octubre 2011

Yo también he sido un fraude.


Reseña de Una habitación impropia, 
de Natalia Carrero

Toda mi vida he sido un fraude, escribió David Foster Wallace. Toda mi vida hasta la fecha ha sido una completa farsa, añade Natalia Carrero (Barcelona, 1970) en Una habitación impropia, su segunda –y magnífica- novela publicada recientemente por Caballo de Troya; o bien, el crudo relato de una mujer que ha sufrido, que está cansada, que cuenta el mundo tal y como lo ve: sucio, malvado, tan terrible… Una mujer, pues, que conoce la infidelidad, el aborto, el tedio de la vida monógama, el dolor de soportar ver a tu hijo muerto, el alcoholismo de la triste ama de casa y, sobre todo, el sentimiento del escritor frustrado que no puede escribir no porque no quiera sino porque a veces la vida se vuelve demasiado jodida como para detenerse a escribirla.

La escritura de Natalia Carrero recuerda aquí a la de Juan Gracia Armendáriz en Diario del hombre pálido (Demipage, 2010). Ambos autores están enfermos, ambos juegan con imágenes crueles y no les importa enseñarnos las entrañas de su día a día, de sus peores momentos o pesadillas hasta conseguir enfermarnos, también, con sus letras-bisturí. Tanto Carrero como Armendáriz son autores outsiders en relación con su generación, quizá por su alto grado punk, o porque simplemente su literatura confesional y diarística no ha conseguido cuajar tanto entre nosotros, los lectores de novela. Aún así encuentro exquisita la manera de narrar de cada uno, el tono atrevido y la falta de pudor de sus expresiones. Si Diario del hombre pálido se convirtió finalmente en uno de los libros más valorados de 2010, Natalia Carrero no debería quedarse muy atrás: su novela es distinta e imprescindible.

La poética del dolor es el núcleo de Una habitación impropia, como un claro homenaje a ciertos momentos de la obra Virginia Woolf (pues, a pesar del obvio guiño del título, más que a Un cuarto propio, esta novela se acerca a la voluntad del ensayo Estar enfermo) o incluso podríamos decir que las ideas de Natalia Carrero sobre feminidad, cuerpo y mundo podrían acercarse a algunos de los íntimos pensamientos que la poeta Chantal Maillard nos regala en sus poco conocidos diarios -y a mi juicio sus obras más interesantes-, publicados por Pre-Textos: Carrero y Maillard son dos mujeres que habitan la terrible época de La Belleza, y sin embargo parece que sea sólo a ellas a quienes no les importe dar asco, mucho asco, el asco de la pura sinceridad.

Natalia Carrero nos transporta a una atmósfera que invita a gritar. A taparse los ojos. A huir de este planeta. A no querer despertar. Ella nos recuerda lo que ya sentenció David Foster Wallace con su famosa cita tomada de Extinción (Literatura Mondadori, 2005), pues toda nuestra vida hemos sido un fraude. Ahora bien, en el preciso instante de admitirlo... ¿quién quiere aventurarse a saber lo que nos espera más allá?