Mostrando entradas con la etiqueta VLM. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta VLM. Mostrar todas las entradas

25 enero 2012

21 julio 2011

Un poema de mi madre (literatura comparada).

Esta es una foto que hice en 2008. Esta es una foto de cuando mi madre fumaba antes de Aquello. Hoy mi madre está en Madrid y no fuma, porque ocurrió Aquello. Pero qué importa. Qué importa. Hoy he abierto el buzón de nuestra nueva casa/circunstancial pre-Barcelona y he encontrado un libro. Una antología editada por la nueva editorial Fin del viaje, que pertenece a la poeta Begoña Callejón. La antología está dedicada al viaje y en ella participan muchísimos poetas, desde Leopoldo María Panero hasta Laura Rosal, pasando por Ben Clark, Vicente Luis Mora, Antonio Lucas, Maite Dono, Juan Andrés García Román, Antonio J. Alías o Natalia Zarco. También participo yo, y también participa mi madre. Es curioso eso de estar en el mismo libro que tu madre. Es curioso eso de leer sus versos y reconocerte en ellos. Es curioso escribir un nuevo libro de poemas dedicado a tu madre y luego encontrar por casualidad un poema suyo en el que tu piel se reconoce. Yo digo (en alguna parte): Pacté con mi madre un tatuaje en el cuello/ Las dos compartiríamos marca, / las dos, / el sello de la tinta que nos une. / Sin embargo ahora / una cicatriz en el lugar íntimo / separa nuestras nucas para siempre. Ella dice (hoy, aquí):

Salgo de la bruma
con una luciérnaga
cosida al cabello.

Lejos del mar
busco el roto,
el golpe,
la espuma.

Viajo en un vagón de humo
atravesando el signo estéril de la madrugada.
La ciudad ha quedado húmeda,
dañada por las palabras.

Siento lejano
el llanto de tu razón.
Tú que habitaste mi casa.
Tú que sentiste el temblor del poema:
retén la nieve del camino,
arráncame la noche.

Salgo de la bruma
con un ancla tatuada
en la muñeca.

Lejos del mar
busco
el golpe
y la espuma.
Ana Santos Payán

08 marzo 2011

New wave vomit, sexta parte: y me sentí aún más asqueroso.


But as the morning reeled by
all I could remember was the uncooked offal:
these little organs, light as some baby,
and I felt more awful.
James Womack

La cita que aquí os copio pertenece al poema VOMIT del poeta y coeditor de Nevsky Prospects James Womack (Cambridge, 1979) . James mola. Hoy él y Marian me han regalado el libro Voice Recognition (21 poets for the 21st century), una antología de poetas ingleses nacidos entre 1977 y 1991, en la que están incluidos el propio James y la poeta Annie Katchinska, de la que ya os he hablado en alguna ocasión, una tipa del 90 que escribe muy bien y que es autora de una plaquette alucinante. Hace poco pedí a Emily Roberts que la tradujera para TENÍAN VEINTE AÑOS Y ESTABAN LOCOS, y así lo hizo, y así la disfrutamos. Annie también está en Facebook, cómo no. Me gusta mirar las fotos de sus fiestas. Qué caras tan inglesas tienen todos sus amigos. James Womack también tiene una cara muy inglesa y un "vómito" muy ruso. Cuando Marian me habló del poema en seguida quise leerlo. Pensé que sería perfecto para ilustrar una vez más esta especie de "generación" o de "movimiento" que Ana C. se inventó y que desde hace unos meses vengo acuñando (primero fue el New Spleen... ahora me quedo con New Wave Vomit, de hecho creo que, con persmiso de Ana C., llamaré así a la antología de El Gaviero Ediciones). Todo está conectado. El vómito de Womack. El vómito de Ana. El vómito de Luna. El vómito de Julio. El vómito de Ernesto. El vómito de Tao Lin. El vómito de Nadia. El vómito de Dorothea. El vómito de Ibrahím. Todo está pensado para hacernos vomitar de placer. 

Me ha gustado mucho leer a Womack, tanto como releer a Katchinska. Me ha gustado conocer a otros poetas ingleses que tienen muy buena pinta y que pronto intentaré que estén traducidos en TENÍAN VEINTE AÑOS. Sigo recibiendo poemas para la web. Poemas de españoles muy jóvenes (89, 90, 91, 92...) que me encanta conocer Samuel Yebra, Eba Reiro, Marcos Rivas, Ángel de la Torre, Miguel Rual... Sí. Gente maja que me escribe e-mails llenos de ilusión y de poemas salvajes. Aunque para poesía salvaje la de este colectivo mexicano encabezado por Yaxkin Melchy (1985) del que me habló ayer Aurelio Mexa (mil gracias). Este colectivo se dedica a publicar libros, antologías y poemas de jóvenes mexicanos que se encuentran muy influidos por la poesía de Roberto Bolaño. De nuevo la conexión. En aquel entonces YO TENÍA VEINTE AÑOS Y ESTABA LOCO. Escribió Bolaño. En aquel entonces New wave vomit, Poetas Salvajes, Estaban locos y Voice Recognition. Un anónimo dijo una vez: "si Rimbaud levantara la cabeza". Ay. Él se vendría de cañas y de mezcales. Sí, o qué

Porque llena de ilusión, también, parece que está la reseña que acaba de publicar Vicente Luis Mora en su blog de crítica. Una reseña de Richard Yates (Alpha Decay, 2011), la novela de Tao Lin que hoy mismo ha salido de imprenta y que unos pocos afortunados ya hemos podido leer. Me gusta esta recepción que está teniendo este libro: a muchos no les convence y a muchos otros les está volviendo locos. Vicente Luis Mora ha hecho una selección de citas de la obra que representan perfectamente el "sentimiento" general de la novela. Un sentimiento por otro lado muy parecido al de esta cita que aquí os he copiado de James Womack. "Y me sentí aún más asqueroso". "Y me sentí deprimido", pienso. "Y el mundo se acaba", comprendo. "Y el New Spleen", recupero. Entre mis emociones favoritas, escribe Tao Lin, están 'calma breve en un clima agradable' y 'soy la única persona con vida'. Este es uno de los poemas que más me gustan del autor. Lo publicamos ayer en ESTABAN LOCOS. A VLM parece haberle gustado. Me gusta que algo que me gusta le guste a VLM, es un gusto. Há. Há. Há. Y eso que hace poco debatíamos con muchas diferencias sobre el estado de la poesía más joven (vía Facebook). Pero Tao Lin ya está aquí. Es un hecho. Os mole o no. Es un icono: la interpretación de Richard Yates por parte de Vicente o de Ibrahím en la Quimera del mes de marzo me parecen un acierto y unos textos muy necesarios. 

De iconos nos habla Ernesto Castro (1990), quien, mientras redacto este post, ha colgado otro hablando más o menos de los sentimientos que trato de describiros. (Los sentimientos asquerosos, decía). (Los vómitos). Ernesto es uno de mis mejores amigos. Antes nos odiábamos. De hecho él fue uno de mis anónimos más putos durante la primera etapa de mi periplo en Público. Ahora nos queremos, sí. Pero antes nos dábamos asco. Nos vomitábamos sobre nosotros mismos. (Los sentimientos asquerosos, decía). (Los vómitos). 

Quizá eso es lo que nos une. A todos. El odio y la belleza. A todos. El terror y lo lírico. A todos. Quizá eso nos une tanto. 
Un gif. dorado. 
Un gif. que brilla. 
Una regurgitación celestial.
Mágica.

06 septiembre 2010

Poetry will tear us apart, again.


Llevo todo el fin de semana tirada en la cama. No sé cuántos capítulos de Gossip Girl he podido ver, pero juro que conozco de memoria las extrañas facciones de Chuck Bass. También he leído Dinero Gratis, de Carlo Padial y me he reído mucho con algunas de sus manías y odios. Sobre todo con el capítulo dedicado al Starbucks, ¿quién no se ha sentido amenazado por sus inhumanos camareros? Una de mis mejores amigas, Nadia Leal, fue camarera allí, y os juro que no es humana. Nadia es de otro planeta, fantástica, fuerte, amable, de otro planeta. Más allá de la risa con Carlo Padial y mucho más allá de los momentos domingueros de Gossip Girl está la poesía. Quiero decir... Es septiembre y todo comienza de nuevo. Mejor aún que año nuevo septiembre se convertirá en mi mes de reencuentro. Un reencuentro con esos libros de poesía de los que muchos pasaron. De los que otros ni siquiera escucharon hablar (y es posible que yo me deje otros tantos, otros tantísimos que también olvido). Porque además de los grandes nombres y de las grandes editoriales hay cosas que merecen mucho la pena. Lo que ocurre es que estamos tan ciegos. Nos dejamos llevar tanto por nuestras vísceras, que a veces olvidamos que lo importante sería no hacer morir más a este género viciado, arcaico y pasado de moda. Estos pocos libros que apunto a continuación nos demuestran que todo es posible (desde 2006 hasta hoy). Que hay esperanza. Ojalá en nuestro país existiera una crítica de poesía más contundente y sincera. Ojalá la literatura dejara de ser un capítulo de los más malos de Gossip Girl: chismorreo y poca chicha.

1. Excepto yo, de Fatena Al-Gurra (El Gaviero Ediciones)
2. Algo de nadie, de Luis Darío (Pre-Textos)
3. La flor de la tortura, de Raúl Quinto (Renacimiento)
4. Extraña claridad, de Begoña Callejón (Devenir)
5. Habitación, de Diego Llorente (La Bella Varsovia)
6. Grisicitudes, de Saray Pavón (El Cangrejo Pistolero)
7. Infinitos corpúsculos, de Rebeca Yanke (Colección Puerta del Mar)
8. Si dios me pide un Bloody Mary, de Carlos Salem (Ya lo dijo Casimiro Parker)
9. El origen de la simetría, de María Salvador (Icaria)
10. Tiempo, de Vicente Luis Mora (Pre-Textos)
11. Soldados en el jardín, de Martín Espada (El Gaviero Ediciones)
12. Por qué sólo beso a las estatuas, de Camilo de Ory (Renacimiento)
13. Soldado que huye, de Laura Casielles (Hesperya)
14. Temperatura voz, de Mariano Peyrou (Pre-Textos)
15. Estaciones, de Javier García Rodríguez (KRK)
...

Porque según el título de Padial el dinero puede ser gratis. Pero los libros de poesía no lo son. Y hay veces en las que el futuro no sólo está en papel sino que también nos saltamos blogs alucinantes y voces que algún día tendremos, seguro, impresas y en nuestras manos. Hablo de Ruth Llana, María Simó, Enrique Morales, Natalia Litvinova, Jake Fournier, Antonio Alías y muchos otros más. Venga. Tirémonos en la cama. Abramos blogger.com o el libro que hay en la mesita de al lado, escribamos. Qué se yo. Aún queda tanto por hacer.

27 junio 2010

Como no me devuelvas el libro te mato.


Los libros de poesía española actual que me gustan son, digamos, algunos. Los que me han influido. Los que leí para crecer. Los que leí como principiante (que soy). Los que leí desde 2003 hasta hoy, e hicieron gran trabajo aquímuydentro son, digamos, algunos-muchos más. El otro día, mientras hacía como que estudiaba Derecho pinté mis apuntes con esos títulos de poemarios cuyos autores, creo, siguen vivos, siguen escribiendo -o no-, publicando -o no- ¿vivos, o no? No pretendo hacer ninguna antología personal (para eso ya está aquel texto de Poetry is not dead sobre los cuatro poetas más guapos de nuestro país -sepan que una tiene el gusto raro-). Tampoco pretendo dictar sentencia. Sólo revisar el pasado, eso que me gusta tanto. Comparar gustos. Épocas. Comprender qué autores. Qué influencias. Qué no influencias pero sí desvelo. Algunos de los autores a los que cito son amigos. Otros no son nadie (en mi vida, digo). Otros lo son todo y apenas crucé cuatro palabras. De todos merecen la pena, digamos, algunos. He procurado ordenarlos por fechas de lectura, no las recuerdo muy bien pero creo que fue así. Hay años, como 2007 o 2008, en los que apenas me acuerdo de qué leí, será porque no me interesó nada, porque no me gustó nada... no sé.
2003
Cinco años de cama, Roger Wolfe
Mi primer bikini, Elena Medel
Tenía doce años y empezaba a leer. Roger Wolfe era uno de los autores heredados de mi padre. Si te gustó Bukowski, te gustará él, dijo. Aunque a mí eso de la poesía aún no me convencía. Qué ascazo. Sin embargo allí estaba aquella chica. Elena, firmando libros blancos en mi ciudad. Me dedicó uno. Pues gracias. No lo toqué en meses. Luego volví a abrirlo. Jo-der. Qué divertido. Qué emocionante. ¿Dónde puedo conseguir más de esto? Me enamoré y vino la Generación del 27. Y Brines. Y esas cosas que ya no leo. Pero Jo-der. ¡Yo también quiero escribir!
2004
Bella durmiente, Miriam Reyes
Las moras agraces, Carmen Jodra
Híbrida, Leyla Ouf
Me gustaba leer a mujeres. Me llamaban más la atención porque eran más cercanas a mí y a mi circunstancia. Soñaba con hacer el amor y ahí estaban los poemas de Miriam Reyes. Soñaba con ser Lolita y ahí estaban los poemas de Leyla Ouf. Soñaba con ser suicida, acabar con todo, era medio punk y compré mi primer vinilo... ahí estaban (y siguen estando) los poemas de Carmen Jodra. En 2004 ya había escrito mi primer poemario Cuaderno nepalí. La primera versión llevaba citas de Antonio Machado, de Fangoria y de Depeche Mode. Tenía novio. Mi novio tenía pulseras de pinchos. Las pulseras de pinchos tenían gotas de calimocho.
2005
Frágil, Javier Rodíguez Marcos
Las máscaras, Antonio Lucas
Araña, Ana Gorría
Empecé a leer muchísima poesía, a publicar en sitos (lejanos a la revista literaria de mis padres). Ana Gorría se convirtió en mi hermana de sangre. Hemofílicas poetas y umbilicales. Su libro me llevó a la brevedad, comencé a mirar dentro de mí. Dejé la anécdota a un lado. Sucumbí algo. Profundo, entiendo. E hice el amor por primera vez (no con Ana, claro), sino con el chico de las pulseras de pinchos. Clip, clip, ay. Clap clap, umm. Clupa clupa, bang. Conocí a Antonio Lucas en un recital de mi ciudad. Me regaló su libro. Era (casi) la primera vez que un hombre mayor que yo me regalaba un libro. Además era el suyo. ¡Su libro! El de aquel tipo guapo. ¡Guapo! Vestido de naranja, me enamoré. Volví a soñar con hacer el amor, esta vez con él. Aquel poeta vestido de naranja. ¡Era periodista! ¡Lo que yo quería ser en el futuro! Cuánto echo de menos aquella sensación. Cuánto aprecié aquel libro. Aquella máscara diminuta y lunar. Pero yo era Frágil. Muy frágil. Tanto como para no despreciar el magnífico libro de Javier Rodrígez Marcos. Él me ayudó a escribir otro tipo de poesía. Uní anécdota y telaraña. Descubrí que un poeta podía hablar de su propia poesía. Descubrí que hablar de poesía era lo más difícil y hermoso. Cuerpo frágil y cerré la segunda versión de mi primer poemario: Cuaderno nepalí.
2006
Urbi et orbi, David Leo García
¿Estás seguro de que no nos siguen?, Antonio Portela
Me presenté a un premio que no gané. Yo tenía quince años. No pasa nada, eres joven, puta luna, eres joven putalunaeresjoven. Sin embargo aquel premio lo ganó alguien apenas dos años mayor que yo. David Leo García. (Qué chico guapo). (Qué bien escribe). (Me declaré fan). Compré su libro y lo llevé como estandarte durante mucho tiempo. Busqué su messenger. Nos hicimos amigos. Y en septiembre seremos vecinos. Le aprecio muchísimo. También aprecio a Antonio Portela: sobre todo por ser el único poeta que conozco que ha citado a Ana Curra, a Alaska y a Suede en un mismo poemario. Quizá haya ecos de su poesía en Exhumación. Quizá sea uno de los poetas más interesantes y ya nadie se acuerde. Bendito premio Andalucía Joven 2003. San Antonio. Después de Roma ¿dónde estás? Te espero con el Spotify a toda leche con la esperanza de volver a bailarte. (Pulse la letra morada y conozca la verdad).
2007
¿?
Este año comenzó en Niza y acabó en Almería. No recuerdo ni un sólo poemario que me llamara la atención suficiente. Quizá en esta época me nutrí más de otros que no fueran mis contemporáneos. Valente, por ejemplo. Eliot. En Lousie Glück. Roger Wolfe, otra vez. Ese hombre alto y oscuro. Escribí Mundo fantasma. Escribí Síntomas. Tuve no sé cuántos amantes con pinta de maricas franceses, italianos o afrancesados. Y otros que no os diré. Y otros que ya he olvidado. Y otros.
2008
Así procede el pájaro, Juan Antonio Bernier
Tampoco tengo grandes recuerdos de 2008. Mucha prosa, creo. Muchísima prosa. Kundera por encima de todo. Genet, Roberto Bolaño, Dostoyevski. Reconocer a las poetas suicidas. Plath, Sexton, Pizarnik. Y entre pájaros y jaulas recordé a Bernier. ¡Aún no había leído a Bernier! La brevedad naranja de su libro se hace inmensa en mi estantería. Algo delicado. Boceto de lo próximo. Para nada diminuto o de principiante como en aquella antología se dijera.
2009
Circus girl, Maite Dono
Acabado en diamante, Javier Moreno
Echado a perder, Carlos Pardo
Construcción, Vicente Luis Mora
Todo lleva carne, Peio H. Riaño
Este año fue el más interesante. También el más productivo. Escribí mucho y leí más. Sobre todo narrativa. Todo lo que no sabía de Bolaño, de Foster Wallace, de Lethem, de Fresán. Leí ensayo, leí a Eloy Fernández Porta, a Virginie Despentes, a Preciado. Y mucha, muchísima poesía. De mi obsesión por las Punk-Femmes adoré a Maite Dono. Quizá mi poeta preferida. Performer y cantante. Mi máximo referente hoy. Por su lenguaje y su expresión. Me arrodillo, siempre, me arrodillo. También lenguaje y expresión es lo que me gusta de Javier Moreno o Vicente Luis Mora. Acabado en diamante por su relación con la poesía de José Ángel Valente o aquella de Ana Gorría que hace años ya me interesaba. Javier Moreno y Vicente Luis Mora fueron dos ejemplos de lectura con los que comprendí que el Universo es una shit. Quiero decir. Comprendí que la poesía da asco y que los círculos de amistades, las rivalidades y toda esa mierda era un coñazo. Nunca había leído a Vicente. Es más. Sin haberlo leído lo odiaba. ¿Por qué? Por los prejuicios que siempre nos contagian los demás. ¿Qué me importa que a nosequién le caiga mal? ¿Qué me importan la Nocilla o los laureles si el poemario es tan bueno? Puede que Construcción no ejerciera ninguna influencia sobre mis textos pero sí significó una lectura amable, entretenida, hermosa: y es algo muy difícil en la poesía eso de entretener. Luego hay libros de los que todo el mundo habla y que a mí no me gustan. Sin embargo Carlos Pardo ganó mil puntos con Echado a perder: los lugares comunes que a mí me emocionan, las claves que me interesan, lo críptico de alguna imagen, a veces, por evidente que parezca, lo bien escrito... Es curioso que deje pasar en esta lista poemarios como El fósforo astillado de Juan Andrés García Román o incluso a David González, Mercedes Cebrián, Javier Gato, Luis Darío, Agustín Fernández Mallo, etc. He leído sus obras y me han interesado pero quizá no han supuesto un cambio, un golpe, un milagro dentro de mí, como sí lo han hecho los otros mencionados. Es curioso también que incluya en esta lista lo que en principio se considera una novela. Y no cito a Peio H. Riaño porque sea mi jefe y colega. Ni porque sea él el que me consiguió esta mañana un pase para el preestreno de Toy Story 3 (hihihi). Nada de eso. Lo cito por lo importante que fue la lectura de Todo lleva carne, sea poesía, a ratos, o no lo sea, a otros ratos, en la escritura de mis columnas de verano en Público así como en los poemas de Poetry is not dead. La denuncia. La frase-cuchilla. La narratividad del verso... Si incluyo aquí a Peio como referencia, tendría que hablar también de J. G Ballard o de Fréderic Beigbeder, por ejemplo, pero de ese tema ya he hablado en otros textos. Y aquí se habla sólo de poesía. ¿O qué?
2010
También mis ojos, Laura Rosal
En 2010 he leído a Sergio Gaspar, Cristian Alcaraz, Mariano Peyrou, Jordi Doce... he releído a Roger Wolfe, a Chantal Maillard o a Raúl Quinto. En 2010 sólo elijo, de momento, a Laura Rosal. Laura es mi amiga. Si hay suerte será mi compañera de piso el curso próximo. Me gusta emborracharme con ella y decir cosas guarras. A veces nos hacemos fotos enseñando las bragas o lloramos con las mismas canciones. A veces la odio y a veces la quiero muchísimo. Su primer libro nació de la mano del mío. Por eso siento la necesidad de volver a nombrarla. Compartimos más que edad y sexo. Compartimos referentes y formas, y enlaces de blogs, y, como siempre he dicho, es una de las promesas (junto a Marina Ramón-Borja, Enrique Morales, Ruth Llana o Álvaro Guijarro) y será reconocida en no mucho tiempo, si no lo es ya.
¿Y ahora qué?
Los libros de poesía son así. Abrazables. Desechables. Esputables. Meables. Mordibles. Adorables. Feos. Cortos. Pesados como metales. Inocentes. Nunca únicos. Siempre sustituibles. Fáciles de almacenar. Caros. Pero estos son los míos y no os los voy a dejar porque sé que los perderíais. Pues, ¿a quién le importa un libro de poesía? Sólo al dueño que lo ha sabido apreciar. Al que no lo ha sabido leer. Al que ha subrayado o puesto esa marquita que indica destello absoluto. Al que lo echaría a la hoguera. Al que simplemente lo envidia. ¡Joopé! Eso quisiera haberlo escrito yo.

08 abril 2010

Después de Alba Cromm.

Aleksandra Waliszewka

E.M: ¿Y usted no llora todas las semanas?
A.C: Yo lloro todos los días.
Vicente Luis Mora

Después de la lectura de Alba Cromm (doscientas y pico páginas en una sola noche, delicia de ojeras, con sábanas nuevas y la camiseta del Ché como pijama) encuentro en Flickr los impresionantes dibujos de Aleksandra Waliszewka. Niñas Lolitas que se burlan de sus acosadores, como en Smierc Pedofilia, niñas poedofilo-filas. Amigas del Hombre Débil. Alicias, en otro país sin maravillas. Sucias, desnudas, locas: para desgracia de Alba K.

05 marzo 2010

Autoclick en el EP3.


De las narrativas cross-media de Vicente Luis Mora al "archivo" de "capítulos descartados" de punkjournalism.com, de Robert Juan Cantavella. O el spoken word en Fernández Porta; las sesiones de dj de Kiko Amat; las entradas en Google de laegosurfer Llucia Ramis; el blog/querido diario/poemario abierto de Luna Miguel —"Soy quien soy gracias a blogger.com"—; los booktrailers de Agustín Fernández Mallo; la zona de descargas de textos de la nueva web de Javier Calvo; la novela 2.0 de Enrique Rubio; el disfraz de zombi de Manel Loureiro, y la camiseta de "Soy un cornudo" de Valeriano Campillos. Todo vale siempre y cuando escribas un buen libro.
Gabriela Wiener

24 noviembre 2009

Mi novio es un zombie (reiniciando al monstruo).


Mi novio es un zombi
es un muerto viviente
que volvió del otro mundo
para estar conmigo,
mi vida ya tiene sentido.
Alaska
El viernes y sábado (27 y 28 de noviembre). Auditorio de La Casa Encendida:
Germán Sierra. Vicente Luis Mora.
Manuel Vilas. Jordi Carrión.
Agustín Fernández Mallo. Óscar Gual. Robert Juan-Cantavella.
Mercedes Cebrián. Doménico Chiappe. Eloy Fernández Porta.
Jordi Costa. Juan Francisco Ferré.

25 octubre 2009

Tiempo.


De todas las horas que he esperado aquí o allá, el minuto de las gaviotas parece único. ¿De qué pájaro se trata? ¿Por qué lo envidio? ¿Puedo aplicar el término manada, el término orquesta, el término cielo: ejército aviar, aquí, mientras te espero? ¿Hay gaviotas en Madriz? ¿Hay mar? ¿Por qué las veo? Y no me refiero al pájaro franquista, ni al pollo asado de los domingos, ni al símbolo conservador que temo. Eso no me interesa aquí ni allá. De eso no hablo aquí ni allá. Nada de política ahora, cuando las nubes son una bandada de estrellas naranjas. Aquí y ahora eres tú el protagonista. Cuántas horas, cuántos cigarros, cuantos soles helados quedan. Querido gorrión. Mi amada ha muerto. Lost in the House of Valparaíso. Querido gorrión. No llores. Mi amada ha muerto. Querido gorrión, querido gorrión, no tergiverses las palabras de Catulo. No tatúes las cenizas en tu boca. Querido gorrión, ¿bajo qué forma naciste? Y no me refiero al poema, no me refiero a la filosofía, ni al arte; sí al espacio y a la vida de todas las horas en las que no te tengo, en las que te espero (calle Caleruega, Atocha, Filología B), en las que leo, en las que Kureishi, en las que Tim Harford, en las que Vicente Luis Mora, en las que Tiempo: Me gusta la poesía/ porque sitúa un ser/ en el espacio/ Respeto la filosofía/ porque coloca un pensamiento/ en el desierto del sinsentido/ Adoro el arte/ porque hace del espacio/ un ser vivo/ Me gusta la vida/ porque enseña/ a morir/ con dignidad”.

08 octubre 2009

Sobre Madriz como desierto (re).


Traslado mi casa: aquí. Aquí donde llueve. Aquí donde el viento. Donde el árbol de la ventana y no el aloe, el cactus o palmera. Un año mirándote, árbol, y no sé tu raza (sí, la raza de los árboles, su marca, su condición). Es posible que no exista este árbol que veo desde mi cama, desde el ordenador portátil cuando escribo, cuando juego a BeJeweled 2 obsesivamente. Ese árbol no existe como no existe la hierba ni la rata ni el charco ni el pájaro muerto ni el graznido familiar de los transportes públicos. El asfalto es soledad. Cuatro torres inmensas. El asfalto es silencio. La carretera es la grieta. La soledad, en la Gran Ciudad, es más amplia todavía que en la piedra blanca. Y pienso que quizá, en un tiempo primitivo anterior al tiempo (escucho a VLM) esta ciudad fue una única superficie gris. Ese centro de la nada (escucho a Lhasa) donde gritar A Nadie. Ese desierto que no tiene ni principio ni fin (repite Lipovetsky) y sabe tóxico, como las cintas negras de las escaleras mecánicas.

17 septiembre 2009

Septiembre o Los primeros cubatas de la tarde.


Me aburro. Maldita Madriz. Atasco en Avenida de América. Llueve mucho. Los coches se vuelven locos con tanta gota –serán los conductores los que se vuelven locos, me corrige Eliana. En el mp3 suena Painted by numbers. Me aburro. Leo Circular y encuentro una cita de Barthes. La ciudad es un discurso. Dice VLM que dice Barthes. La ciudad es un discurso de violencia. La ciudad es un discurso mecánico. La ciudad es un eructo gris. Maldita Villa. Maldita Idiota. Subrayo el libro. La ciudad es un discurso de tedio.

11 septiembre 2009

El spleen de Madriz.


El protagonista de la novela no es un personaje,
sino una ciudad: Madrid.
VLM

Leer Circular en el metro y preguntarse por lo metaferroviario del hecho. Comer Cheetos en la cama. Quitarse el esmalte rojo con los dientes. Pedir un deseo con una pestaña nunca había oído semejante chorrada me lo dijeron de pequeña y desde entonces lo hago y qué pides pues no sé, casi siempre lo mismo ¿me lo vas a decir? rezo por mi buena caligrafía ¿eso pides? eso pido. Pedir un Agua de Jamaica en El Rincón y escuchar la conversación de los camareros acerca del próximo recital de Javier Corcobado en Arrebato. ‘Hay coches de choque en las lágrimas’, pienso. ‘Soy el vertedero de la poesía’, pienso. ‘El esfínter virgen del espíritu santo’, pienso. La camarera asegura que Corcobado es un macho. Calle del Espíritu Santo. La posibilidad de encontrarse con Dillinger es casi nula. Estará observando a ese viejo de la esquina, que bien podría ser Panero. Pero Panero es más feo. Pero Panero no está tan loco. Pero Panero no da tanto asco. El Espíritu Santo. Ajustarse la diadema marrón. Guardar Circular en el bolso. Preguntarse por lo metamadrileño del acto. Recordar la cita subrayada. Aguantarse las ganas de escribir.

02 agosto 2009

En el coño del mar.



(muerde)

Terciopelo submarino. No vomito.Todo lleva carne. How low. Construcción. This winter never ends. El yo y el ello. Devenir perra. Quimera. Pecho. Pez muerto. Tara. Las uñas de tus pies pintadas con sangre de mar. Libre. Ladra. Puta. Como una arcada: las páginas que no he leído, el vinilo, tu tabaco. Como una arcada. Vienen las imágenes a mi vientre. No vengáis, imágenes. No vengáis. Que el flashback es la muerte. Que el flashback no es el mar.