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Querido diario:
La guerra acaba de terminar en el mundo.
Acaba de comenzar en mi vida.
Lesley Arfin
Llevo desde ayer encerrada en este cuarto. Creo que es domingo. Llueve en mi ventana. El árbol se mueve. Suena
Jolene, de Dolly Parton. Hay gente a la que le molesta que no escriba ni una sola coma. Me da igual. Hay gente que copia mis textos secretos. Hay madres que se cuelan en mi armario y leen este diario. Creen comprenderlo. Qué más da. En mi mesa el manual de Instituciones del Derecho. Trato de ingerir una dosis de Cocacola Light, otra de Risketos y otra de Justicia. En mi mesa, el último número de Quimera, el rotulador amarillo eléctrico con el que subrayo todo aquello que no entiendo. En mi mesa
Rosalgin pronto, crema Nivea, otra lata vacía y unos folios en blanco. En mi mesa, todo eso y el libro de Lesley Arfin,
Querido diario, recordándome que el tiempo pasa y que ya no tengo quince años. Mi foto, mi cara mojada y triste al lado de la de Félix Francisco Casanova: dentro de seis meses cumplirás veinte años. [
Fea sucia tonta, que vas a los bares después de la guerra]. Tu cara, prologando las desgracias de Arfin. Prologando su mirada inocentemente punk. Se acaba la canción. Vuelvo a Spotify y pincho otra vez.
Jolene, jolene... Abro
Hotmail, mi chico me dice que una hora me llamará. Abro mi blog, tengo un comentario de
Humbert Humbert. Abro mi blog. Lo vuelvo a abrir. Domingo nueve de mayo. Hace tres días mi blog cumplió cuatro años. Recuerdo. Lo empecé a los quince, meses antes de irme a vivir a Niza. Terminaba cuarto de ESO y empezaba a publicar mis poemas en revistas on-line. Revistas pequeñas de las que nadie se acuerda. [Silencio. Repeat.
Jolene, Jolene...] Era pequeña. Me parecía demasiado a lo que no soy ahora. Quería ser una especie de Lesley Arfin con aires de Valente. Quería ser una especie de Bukowski con aires de Nothomb. Quería, querido diario, encontrar a alguien, de entre todos los que habitaban esta maldita Red, que entendiera lo que decía y me escuchara. Eso. Eso. Así. Pero tenía quince años. Pero tenía quince años infieles y hacía el amor con cualquiera que me dedicara un grafitti feo en alguna de las calles sucias de Nice La Pute.
Jolene, ¿Jolene?.En mi mesa Lesley Arfin me recuerda que tampoco tuve amigas. Y que no hace falta irse muy lejos para encontrar literatura. De hecho, querido, queridísimo diario. La cita que aquí dejo la escribió la propia Arfin con apenas 12 años. Su joven entraña. Su pequeña entraña drogadicta. Su pequeño sufrimiento que era un mundo. Lluvioso. Qué más da. Y las comas. Y la infancia. Y este blog. Y este diario. Y esta cara triste sobre mi escritorio. Y este cuerpo viejo. Joder. ¿Qué mas dan?
*La foto es de un cartel que pegué por toda Niza
en noviembre de 2006.
Era el día de mi 16 cumpleaños.
La imagen es una variación de una fotografía
tomada en el cementerio judío.