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28 marzo 2014

La palabra "v".

¿Alguien emplea continuamente la palabra "vida"? Sabed que es un enfermo.
E. M. Cioran

[Soldado. Cabeza rapada. Soldado herido de un poema de Rimbaud. 
Esta es mi cama. Este es mi Reino. Esta es mi palabra sencilla.]

08 junio 2012

Resumen de los últimos días: picaduras y daños.



1. La Universidad me enseñó a ser autodidacta. Fue una gran enseñanza, sí, pero pagué demasiado. Y eso que aún quedan cuentas pendientes. No me dejan acabar. No sé acabar.
2. Mi futuro es incierto pero sé que estoy aquí.
3. No iremos al Sónar. Somos pobres y tenemos responsabilidades. Recuerdo entonces ese poema de Gertud Kolmar:
Hoy estoy enferma, sólo hoy. Mañana estoy curada.
Hoy soy pobre, sólo hoy. Mañana soy rica.
Pero un día me quedaré para siempre así, 
envuelta, tiritando de frío en un oscuro chal, la garganta tosiendo, carraspeando,
arrastraré los pies con esfuerzo y pondré las manos huesudas ante la estufa de cerámica.
Entonces seré vieja.
Mis cabellos, sombrías alas de mirlo, son grises,
mis labios, flores secas cubiertas de polvo,
y nada sabe mi cuerpo de las cascadas y saltos de las rojas fuentes de la sangre.
Muerta, quizá,
mucho antes de mi muerte. 
[...}
4. Me gustan las poetas que dicen "mis cabellos". Eso pensé mientras hacía el examen que luego suspendí. Maldita sea. Mis cabellos. Quizá porque los míos son feos. O eso pensé mientras hacía las maletas para volver a casa después de dos semanas terribles en Madrid.
5. No sé gestionar mis relaciones. No sé cocinar. No sé estudiar. No sé.
6. Hemos comprado trampas para cucarachas y miles de inciensos contra los mosquitos. En Facebook lo dije y aquí lo repito: si los insectos supieran la importancia que les otorgamos. Y todo para evitar un simple picor. A mí me comen. A mí me comen entera. Cuánto los detesto.
7. Escribí un poema largo en donde alguien me mataba.
8. Me está gustando el poemario de Agustín Fernández Mallo.
9. Releí poesía griega. Arquíloco es una suerte de Cioran antiguo y Miguel Noguera es el filósofo cuyas enseñanzas he de seguir. 
10. Ayer gastamos dos condones. Había sangre por todas partes. Pienso en el poema Period sex de Kendra Grant Malone.
11. Quiero leer otra vez a Anne Carson. A Idea Vilariño. A Olga Orozco. Pronto me llegarán sus libros. Espero. Quiero. Su sangre para mí. 
12. La antología en papel de Sangrientas saldrá pronto. Preparar este libro me ha permitido intercambiar emails con algunos de mis ídolos literarios. No quepo en mí de sangre o de felicidad.
13. Detesto la sangre.
14. Cuando todo huele a sangre.
15. Cuando todo puede hacer daño.
16. Cuando todo puede caer: el país, el trabajo, el gato desde la silla al suelo y pum
17. La Rambla del Raval es entera morada y eso me gusta porque el aire parece puro aunque huela a carne.
18. Detesto la carne.
19. Cuando todo sabe a verano.
20. Cuando no tenemos nada, ni siquiera tiempo, ni siquiera ganas para comenzar un viaje. 

04 junio 2012

Relectura: un maldito yo.

Llorar de admiración, -única excusa de este universo, puesto que necesita una.
Cioran

Recupero al Cioran de mis diecisiete años y comprendo lo que no comprendía, descomprendiendo lo que comprendí y ajustándome a las nuevas sensaciones que el autor me regala. Recupero al autor de las atormentadas o perplejas o desesperantes sentencias universales. Su yo es un yo quejica y prepotente que deslumbra en la humildad de su falsa humildad. Por qué nos escupe. Por qué nos envenena. Por qué lo leí en mi adolescencia y por qué ahora vuelve tan áspero. Su amargura es la medicina perfecta. Su depresión  las  lágrimas que admiran. Aquí la poesía no cabe, puesto que se desprecia. 

12 agosto 2011

(3x1) Sexta entrega: entrevista a Ruth Llana, Ángel de la Torre y Berta García Faet.

Desde Complutum miro el árbol de mi ex-ventana y lo miro alegre porque mientras edito las respuestas a la sexta entrega de esta serie de entrevistas. Son Ruth Llana (Pola de Siero), Berta García Faet (Valencia) y la Ángel de la Torre (Lucena) los que nos acompañan esta vez. Ángel no tiene blog ni es demasiado activo en Internet. Es de los que prefiere mirar desde fuera, aprender, crear observando. Hace casi un año recibí en mi correo electrónico alguno de sus textos y desde entonces me enamoró. Dentro de poco publicará su primer libro. Algo parecido a lo de Ángel me ocurrió con el blog de Ruth unos años antes... una bitácora que considero muy necesaria e importante en el mundo de los blogs de creación poética en nuestro país. Ella es Portinari, inédita, letal. Berta casi no necesita presentación: todos hemos leído su magnífico Introducción a todo, quizá uno de los libros de poesía más importantes de 2011. Es autora de tres libros más igualmente imprescindibles. Aunque ya la entrevisté hace poco en este mismo blog, Berta ha aceptado responder a estas preguntas sobre Tenían veinte años y estaban locos. Belleza y sabiduría en las respuestas de estos tres poetas.


*Para algunos de vosotros Tenían veinte años y estaban locos será vuestra primera publicación en papel. ¿Qué supone este hecho en vuestros planes como creadores?

Ángel de la Torre: No sólo el hecho de ser mi primera publicación en papel, también el haber aparecido en el blog ha sido una forma de saber que lo escrito no va a permanecer encajonado y, al fin y al cabo, consigue llegar a algún lector, que es lo que da vida a una voz. En ese sentido, me ha añadido un poco de confianza en lo que estoy haciendo, en mi poesía.

Berta García Faet: En mi caso no será la primera publicación, pues en noviembre saldrá el cuarto poemario, pero sí la primera inclusión en una antología. Normalmente, como lectora, huyo de las antologías colectivas de poesía contemporánea, porque las que me he encontrado por el ancho y desparramado mundo me han parecido, casi siempre, arbitrarias, desiguales e insuficientes [destaco como ejemplo extraño de lo contrario Poesía para los que leen prosa (Visor, 2004) de M. Munárriz]. Sin embargo, ésta, siendo de La Bella Varsovia, tiene la garantía de cuidado y mimo que me gustaría encontrar en todo bien cultural que adquiero o en el que tengo la suerte de participar.

Ruth Llana: La construcción de un lugar.

Berta García Faet (retratada por Laura Muñoz Estellés)

*¿Publicar en papel -en antologías, revistas, plaquettes o libros propios- es una obsesión o un fin en esta época reinada por lo digital? ¿Tenéis proyectos de publicación entre manos? ¿Os presentáis a premios? ¿Rechazáis la idea de publicar un libro pronto?

Ángel de la Torre: No dudo en que sigo prefiriendo leer un libro en papel, y no creo que el papel esté perdiéndose. Se nota que las editoriales cada vez son más atrevidas a la hora de publicar, y eso lo aprecia un lector, a pesar de que leer la obra sea el fin de obtener un libro. Aun así, no rechazo lo digital. Decía Alberto Acerete que lo digital le añade a la poesía un componente de gratuidad, y en ese sentido, lleva toda la razón. Debería ser una forma válida de publicar y alejarse de las editoriales.

El proyecto más inmediato que tengo es mi primer poemario. Se titula Uno partido y se publicará antes de que llegue otoño. En cuanto a los premios, no vale la pena presentarse. No sale rentable y no suelen ser tan limpios como debieran. Sin embargo, confieso que me he presentado y que probablemente volvería a hacerlo si sé que hay una mínima transparencia.

Berta García Faet: No hay nada como un cuerpo o un folio, aunque sean más densos y más irreversibles que lo etéreo (y para los jóvenes con espíritu de viejos como yo, lo digital es etéreo). Como lectora prefiero con mucho lo físico, lo que se puede tocar y oler, y si la literatura, y más la poesía, es diálogo, creo que el papel se parece más a una boca que una pantalla.

En cuanto a los premios, sí que me presento. Con el primero y el segundo libro, concursé a lo loco, de forma totalmente descerebrada y aventurera, sin saber absolutamente nada del mundo editorial y sin ser consciente de lo que significa publicar. De hecho, el primer premio que gané fue de relato, en Casa de América, y cuando me lo comunicaron, ni siquiera me acordaba de que me había presentado y se montó una buena… (además, cuando me acordé e interioricé que el premio era la publicación, la rechacé, completamente aterrorizada). Con los otros dos, ya me lo tomé más en serio. Algunos poetas comentan que no se presentan a premios porque no tienen contactos en el mundillo; yo me presento precisamente por eso. Creo que los autores debemos ser responsables a la hora de presentarnos a según qué, y boicotear los premios que consideremos un timo.

Ruth Llana: Pienso en un cuerpo y eso es lo que confiere sentido a la publicación. Un cuerpo crece durante muchos años, y se transforma durante toda la vida. El modo en que se manifiesta acude a un momento, a un instante concreto. El cuerpo existe al margen de que “el otro” reconozca su presencia. A veces estamos tan muertos que nos es imposible acercarnos. Pero aquí estamos, aquí estoy; eso es todo lo que me siento capaz de decir ahora.


*Unos tenéis blog y otros sois más activos en Facebook, Twitter y Tumblr. ¿Qué os han dado las estas plataformas en lo que a vuestra trayectoria y aprendizaje se refiere?

Ángel de la Torre: Nunca tuve un blog, y tampoco soy muy activo en las redes sociales, pero no puedo negar que me han supuesto un gran medio, sobre todo, de conocer nuevas voces. Recuerdo un blog que descubrí cuando empecé a escribir, Las afinidades electivas, desde el que empecé a conocer a muchísimos poetas que me fascinaban tanto por su poesía como por su juventud.

Berta García Faet: No uso ninguna de estas tres plataformas, porque no encajo bien en los ojos públicos, el anonimato, la hiper-presencia o la amistosa multitud. Encuentro en lo digital una tendencia a la invasión, la idealización y la (auto)manipulación de la intimidad, así que espero que lo corporal resista. Tuve una cuenta de Facebook prácticamente pública y la cerré por esto, porque si tengo más de diez amigos me desmayo.

El blog es otra historia. Triste y caliente, que mantengo desde 2007 a trancas y barrancas, lo leen cuatro amables gatos, y no publico demasiado por varios motivos. El primero es el de que yo trato de escribir libros enteros, no poemas sueltos. El segundo es el de que, como leo en papel y amo el papel, aspiro a publicar en papel, y para ello he participado y participaré en premios que suelen tener la condición de que lo presentado sea más bien inédito. El tercero es el de un recelo, producto de otra experiencia pasada. A los diecisiete años abrí un blog (ya extinto) de crítica económica, y poco después empecé a publicar artículos de teoría económica y política en diversos medios digitales y think tanks ideológicamente muy definidos; incluso participé como contertulia en un programa de televisión. Digamos que personal y profesionalmente estas experiencias de escritura y aparición públicas me aportaron mucho en su momento, pero por motivos que no vienen al caso considero esta etapa ya cerrada y superada. De ella me ha quedado un amor por lo micro y por lo relativo, un aborrecimiento de lo cerrado y lo moralista y (para lo que nos ocupa) una prudencia respecto a toda exposición pública y respecto a todo grupo o grupito hilvanado según ideas o intereses comunes que no sean los de la pura amistad. Esto no sólo afecta a la naturaleza frágil y deshilachada de mi blog sino a todo lo que hago.

Ruth Llana: Básicamente me muevo, y me he movido mucho más antes, por el mundo de los blogs (donde incluyo también tumblr). En blogger tuve la suerte de encontrar a personas que se inclinaban hacia las cosas con una sensibilidad parecida a la mía. Sentí esto como un árbol cuidado por manos, diferentes manos que llegaron a la esfera de lo material y con las que sigo compartiendo el aquí y el ahora.


*¿Y qué relación tenéis con vuestros contemporáneos -no sólo con los jóvenes o compañeros de antología, también con otros creadores coetáneos-? ¿Cómo han influido en vuestra obra o en vuestras ambiciones?

Ángel de la Torre: Sinceramente, siempre he sido retraído a la hora de hacer saber que escribía y no solía difundir poemas. Lo consideraba algo demasiado íntimo. He vivido siempre en un pueblo y nunca he sido activo en las redes sociales ni en recitales, así que no he tenido la oportunidad de tener relación con demasiados creadores de mi generación.
Sin embargo, sí que he conocido poetas que me han influido muchísimo: Jacob Lorenzo, Elena Medel, Alejandra Vanessa, David Leo García… la lista es larga. Soy tímido, pero curioso.

Berta García Faet: Creo que esta pregunta ya está bastante contestada con la respuesta anterior… Tengo amigos creadores, pero son ante todo amigos. Y si han influido en mi obra es porque han influido en mi vida.

Ruth Llana: Admiración y crecimiento.

Ángel de la Torre

*Todos procedéis de distintas ciudades en las que imagino más o menos “movimientos literarios”. ¿Hacéis recitales, performances, actuaciones? ¿Participáis en la vida “literaria” de estos lugares?

Ángel de la Torre: Hasta que me fui a estudiar, vivía en Lucena y la vida literaria no va más allá de un recital de vez en cuando. Al irme a estudiar a Granada, sí que he empezado a sentir más la vida literaria. He participado en algún recital, no sólo como espectador, y he colaborado con algunas revistas. Nada más allá.
El curso próximo me voy a estudiar a Túnez, y todo lo demás es una incógnita todavía.

Berta García Faet: No demasiado. He ido varias veces al Kaf Café y al Dorado Mae de Valencia pero suelo quedarme del lado del público. En Madrid este tipo de excursiones también han sido excepcionales. Prefiero con mucho las fiestas privadas.

Ruth Llana: He participado en algunos recitales, y disfruto mucho (depndiendo del caso) de ese modo en que se establece una comunicación entre la obra, el autor y el público.

Por otro lado, no, no participo de la vida literaria de Asturias. En general, me resulta un poco ajeno el término de "vida literaria", me gusta mantenerme más o menos al margen y disfutar de las cosas pequeñas, de la gente pequeña.


*Algunos os conocéis, sois amigos, otros ni siquiera habíais escuchado vuestros nombres antes de saber que compartíais espacio, de hecho, hasta la publicación en octubre de Tenían veinte años y estaban locos apenas os podréis leer en la red y en el Tumblr de origen. ¿Habéis hecho algún descubrimiento cotilleando la obra de vuestro compañero de al lado?¿A quién echáis de menos en un libro de estas características?

Ángel de la Torre: En persona no conozco a ninguno de los antologados, pero sí que conocía la obra de algunos de ellos, y ahora conozco a algunos más que he leído en el blog. Me han sorprendido gratamente Odile L’Autremond y Emily Roberts. Conciso, pero saben decir lo que quieren. Es cierto, sin embargo, que un poema es poco para hablar de alguien.

Sin embargo, sí he leído También mis ojos de Laura Rosal y Turismo de Interior de Cristian Alcaraz, y, sobre todo, a David Leo García. Me parece genial. Le sigo desde Urbi et orbi. No sabría clasificarlo, hay que leerlo. Estoy encantado de compartir libro con estos compañeros.

Berta García Faet: La lista de esta antología es larga y misteriosa. Antes de su versión virtual, ya había leído por internet a Laura Rosal, Alberto Acerete, Emily Roberts, Odile L’Autremonde, Javier Gato, Bárbara Butragueño y Ernesto Castro, y vía libro físico a David Leo, Laura Casielles y Cristian Alcaraz. Todos ellos son poetas apetecibles e ilusionantes, aunque por lo que he leído del resto de compañeros, me apetece rozarme con los cuellos de todos ellos en general.

Echo en falta cuatro nombres que no aparecieron ni siquiera en la versión digital, pero me gustan mucho: los muy jóvenes Anastasia Kontratevidi y Adrián Nicolás Penela, y Antolín Amador e Isabel Cadenas Cañón que la verdad es que no sé si cumplen con el requisito de la edad.

Ruth Llana: Seguía y aún sigo con mucho interés la pista de Enrique Morales, pero esto fue previo a la salida de la antología. Siento curiosidad por tener el libro entre manos y poder ahondar en otros nombres. Por otro lado, en este libro, y no sólo por la franja de edad, me falta Ana, Ana Hidalgo.


*¿Cómo pensáis que será recibida vuestra voz?

Ángel de la Torre: No me he planteado esa pregunta todavía, y no sé si quiero planteármela. Si alguien la recibe, me considero satisfecho.

Berta García Faet: Lo cierto es que una antología, con todas sus virtudes, tiene sus defectos: no deja de ser un aperitivo mínimo (en mi caso, sólo dos poemas por pecar de larguirucha). Pienso que los dos elementos más polémicos de ésta son la heterogeneidad y la juventud, y esto lo mismo atrae que repele, así que veremos qué sucede.

Ruth Llana: En silencio.

Ruth Llana

*¿Os da miedo la repercusión, la crítica, el comentario?

Ángel de la Torre: Más que miedo, es expectación por reflejar la propia intimidad, expectación y curiosidad por saber si la obra refleja lo hermético del significado.

Berta García Faet: No me da miedo esto, pero sí que se pueda derivar de aquí un tratamiento de generación y todo lo que ello conlleva, y sí que me da miedo (o me molesta, que es lo mismo) la malinterpretación. Pero pesa mucho más lo positivo que puede salir de este proyecto, que es que se produzca, en algún lugar, de algún modo, alguna conmoción. Que se alcance ese umbral mínimo de curiosidad que le hace a alguien buscar a un autor en las librerías del presente o del futuro.

Ruth Llana: Dependiendo de la crítica, del comentario y del dueño de esas palabras.


*Los lectores y vosotros mismos veréis la diversidad que hay en el libro, pero también apreciaréis que muchos tocáis temas comunes o tenéis influencias parecidas. Ya sé que es difícil... pero ¿cómo definiríais la poesía que hacéis? ¿Y cuáles son vuestras influencias, no sólo literarias, sino en general?

Ángel de la Torre: Podría hablar de lo que creo que he escrito. No he creído nunca en una posibilidad de comunicación real en la poesía y me ha interesado muchísimo la imagen, la metáfora como resultado estético. Eso he buscado para mi poesía, que fuera imagen, sucesión de imágenes, que el significado careciera de valor real.

En cuanto a las influencias, dos hechos fueron muy significativos en un primer momento: asistir a un recital de Chantal Maillard cuando aún no escribía y conocer la obra de Vicente Núñez. A pesar de sus diferencias, yo notaba que la palabra iba más allá de sí misma, que era un medio estético, más que un fin. Y ese poso aun lo percibo en mis poemas.

También me han interesado muy directamente poetas como Olvido García Valdés, todos los poetas de Cántico, Leopoldo Panero, e.e. cummings, Roberto Juarroz... y tantos que no lo creo, pero están. Todos ellos en diferentes momentos, que siempre acaban confluyendo.

Por otra parte, últimamente he notado muchísimo apego por Micah P. Hinson y por el flamenco más o menos clásico. Camaron de la Isla me fascina. No sabría decir si han influido en mi poesía, pero al menos sí en mí.

Berta García Faet: Mi poesía es búsqueda, caza, esquema y testimonio. Me impongo sólo un límite: jamás la impostura, jamás la ocurrencia ingeniosa. Mala o buena, es poesía con contenido, lo cual no quiere decir que no pueda ser irracional, idiota o tratar el vacío con vacío. Los temas son clásicos y universales y, como la poesía va paralela a la vida, como la poesía acompaña y plasma la vida, la forma de abordarlos ha ido evolucionando conforme he ido evolucionando yo. Cinco años después no soy la misma que a los dieciocho años, pero los tópicos que me afectan no varían: soledad, amor, desamor, absurdo, identidad, lenguaje… lo de siempre. Mis influencias poéticas, musicales y pictóricas fueron muy fuertes al principio, pero con el tiempo creo que me he ido emancipando y ahora me dedico a dialogar con muertos y vivos sin renunciar a mi personalidad y a mis vivencias. Además de la poesía, bebo del teatro y sobre todo de la filosofía, a la que académicamente también me dedico.

Algunos autores importantes para mí son M. Strand, S. Plath (no la de Ariel, sino la de Tres mujeres), A. Zagajewski, V. Holan, W. Szymborska, P. Celan, W. Stevens, C. Vallejo, D. Alonso, E. M. Cioran, C. Rosset, R. Rorty, A. Buero Vallejo, F. Arrabal, S. Beckett, Y. Reza, S. Kane…

Ruth Llana: Lo que hay de vida en la vida. El poder que tiene un sonido o una imagen en los cuadros de Durero, de Rothko; en una obra de Gorecki, en una fotografía de la bailarina Nikolska en el Partenón, en una voz de fado, de cantiga...


*¿A qué poeta os parecéis? ¿A qué poeta os gustaría pareceros? ¿A qué poeta dirán que os parecéis?

Ángel de la Torre: En un principio, yo quería ser Chantal Maillard, escribir como ella y sentir como yo creía que ella sentía, luego descubrí que quería ser poeta, pero no como ella, sino a partir de ella.

Parecerme a algún poeta nunca lo he querido. Siento como necesario buscar una voz, varias, cuantas sean, pero que sean propias y únicas, mías. A pesar de todo, ya digo, cuando un poeta me ha interesado, es inevitable no dejarte llevar por lo que yo pensaba que era verdaderamente poesía. Lo curioso es que, con el tiempo, no deja de sucederme.

Berta García Faet: No tengo ni idea. Pero a estas cosas no hay que darle mucha importancia. Me ha pasado que gente seria y leída (incluso miembros de un jurado) me ha atribuido influencias de autores a lo que yo ni siquiera conocía, así que… es un poco arbitrario.

Ruth Llana: ¡Qué pregunta tan complicada! No lo sé, no lo sé, y quizás tampoco quiero saberlo.


*¿Por qué, después de todo esto, consideráis que estáis locos?

Ángel de la Torre: Porque tengo 20 años y aun así, escribo.

Berta García Faet: Estoy loca en general. La poesía por una parte recoge esta circunstancia, y por otra me sirve para gestionarla. Pero escribí y el crimen fue menor… Que esto sea verdad y ocurra es incomprensible y maravilloso.

Ruth Llana: No considero que tenga veinte años, a lo sumo llego a poder contar hasta cinco; y tampoco, tampoco estoy loca.

31 marzo 2011

Tenían veinte años y estaban locos (II): “no me interesa la juventud”, entrevista a Berta García Faet.

Portada: Laura Muñoz Estellés
Berta García Faet (Valencia, 1988) es autora de cuatro libros de poesía: Manojo de abominaciones (2008), Night club para alumnas aplicadas (2009), Fresa y herida (2011, en prensa) e Introducción a todo (2011), este último de reciente publicación gracias al premio de poesía joven que promueve La Bella Varsovia. Escribe poesía, sí, mucha poesía, escribe teatro, escribe relato, escribe ensayo (para ella lo académico es igualmente creativo), estudia Ciencias Políticas y Economía y ha vivido en Boston, Nantes, Valencia y Madrid. Sólo estas breves líneas de biografía ya pueden asombrar al lector, pero puedo asegurar que sus logros o premios no son tan impresionantes como su propia poesía. Hace poco escribí unas líneas a propósito de Berta, pues, aunque la conozco desde hace apenas unos meses desde el primer momento admiré su actividad poética y sus versos. Berta se considera a sí misma un bicho raro dentro de las letras españolas. No le gustan los grupillos literarios y prefiere crear desde su soledad o aislamiento. A mí me recuerda mucho a figuras como la de Carmen Jodra, a quien dice admirar. No le interesa demasiado la “poesía joven”, prefiere sus lecturas de cabecera, descubrir y leer a los clásicos, etcétera. Uno puede estar más o menos de acuerdo con su visión de la literatura, a mí me pone nerviosa especialmente que compare la figura de Roberto Bolaño con la de una “moda”, sin embargo sus argumentaciones y pensamientos extraídos de esta entrevista me satisfacen bastante. Encuentro tras la figura de Berta García Faet a una autora seria y consciente de sus palabras, con mucho que decir sobre poesía, sobre sí misma, sobre lo que significa crear... y celebro además su solemnidad y templanza ante las críticas absurdas y ante todos los los obstáculos o comentarios banales que se suele encontrar un poeta primerizo: Berta hace lo que le gusta, porque quiere, para crecer, porque le conmueve, y, de este modo, ella también nos conmueve.

Quizá seas uno de los autores de nuestro país con más poemarios a tus espaldas y sin haber cumplido aún los 25 años. ¿Cómo te hace sentir eso? Siempre he pensado que las obras de juventud son muy importantes porque ayudan a definir la trayectoria de un poeta, hablo de casos como el de Carlos Pardo, David Leo García o Elena Medel, que desde muy jóvenes han publicado y de libro en libro se ha podido apreciar un trabajo y un desarrollo muy interesante y sugerente. ¿Crees que es importante publicar joven? ¿Crees que es importante tener en cuenta la obra de un joven poeta o que es mejor esperar a ver qué hará este, y si sobrevivirá, cuando cumpla más años y más libros?

Creo que cada caso es diferente y que la juventud, en sí, no significa demasiado; ser tardío o ser precoz es una circunstancia más, que en absoluto nos iguala. Una circunstancia puede que curiosa pero que no agota la cuestión. Al final lo que cuenta es si esa obra, cuando aparece o con el tiempo, emociona a alguien.

Sí que es cierto que actualmente es más fácil hacer un seguimiento diacrónico de los autores y sus estilos, tópicos, etc., pero en mi opinión ése no es el criterio relevante, porque puede acabar en fetiche. Personalmente, si me ocurriera eso a mí, no podría soportarlo. La literatura es lo que hay entre el autor y el lector, lo que el autor le da a leer e interpretar al lector con qué sé yo qué variadas y cursis esperanzas; pero desde luego la literatura no es el autor.

Muchos escritores se esfuerzan en crear algo independiente de ellos mismos: algo que, evidentemente, bebe de ellos, parte de ellos, está encarnado en ellos, pero que a la vez los trasciende, no en el sentido de superior sino de diferente. Cuando leo a mis autores amados intento no caer en la tentación de buscar fechas y circunstancias de su creación (cuándo fue compuesto esto, qué ocurría en su vida entonces…), pues creo que esto la banaliza. Además, hacer demasiado caso a la edad y al contexto (a la biografía en general) suele acabar en idealización, que es un horrible monstruo.

De todas formas me inquieta mucho este tema, el de la relación persona-autor y sus vasos comunicantes, que en poesía es un embrollo aún más oscuro. No niego que los haya y que no sean interesantes, pero lo que digo es que son mucho menos interesantes que la obra tomada como un objeto-regalo-carta en sí.

Me interesa mucho el tema de la juventud y por lo que he observado en tu obra, a ti también. No sé si estaré en lo cierto pero veo Introducción a todo como una especie de síntesis de tu anterior obra, quiero decir, que hay una serie de motivos que se repiten: la enseñanza -tú como alumna-, los veinte años, los amantes, la vida adolescente... ¿Crees que este libro supondrá un cierre a esa primera etapa de la que antes hablábamos?

Realmente no me interesa el tema de la juventud, sino el del envejecimiento o la madurez. Más en general, pienso en el tiempo y sus estragos en la identidad y las expectativas; me interesa cómo, del despliegue de posibilidades iniciales que parecían inacabables, nos vamos limitando a un número finito y más bien modesto de formas de vida. En otras palabras, en qué nos concretamos.

Sí es cierto que en estos libros hay referencias a la edad. Hay varios motivos, dos tontos y uno más importante. Un motivo es el meramente contextual y recordatorio; otro, el de mentir; y otro, el de cantar coplillas sobre la edad de oro en cuanto al amor fácil, utópico y radical: el de la pubertad. Cuál es el importante y cuáles los tontos, no lo sé muy bien.

Me alegro de que pienses que Introducción a todo puede cerrar una etapa, porque yo también lo pienso. Una etapa de búsqueda de estilo y experimentación. Sin pasar por ahí no hubiera podido llegar a donde estoy, que por supuesto no es el final ni la meta (porque no hay meta). Pero quiero decir que Fresa y herida y los libros en los trabajo ahora se parecen mucho más a lo que quiero decir y lo que siento que esos otros tres libros.

Siguiendo con el tema juvenil, ¿qué autores de tu quinta lees? ¿Qué blogs? ¿Qué te interesa de ellos? ¿Eres de los que opinan que hay una nueva generación o movimiento que está aflorando desde hace unos pocos meses o años, o simplemente crees que no hay relación ni motor común entre todos esos autores nacidos después de 1985 y que están publicando por primera vez?

No suelo leer a autores jóvenes o, mejor dicho, no suelo leerlos y releerlos, volver a ellos para disfrutar y emocionarme como hago con mis libros de cabecera. No es que no lea a jóvenes por principio; al contrario, me encantaría identificarme intensamente con alguien que no esté muerto y crear algo juntos. Pero, tal y como yo lo percibo (y lo percibo mal, pues tengo grandes lagunas de información), me siento bastante fuera de lugar en el panorama poético joven (si es que éste existe, como algo establecido). Quiero decir, no tengo contactos, soy más bien ermitaña, no me apasionan los recitales y los performances, y basculo entre niña mimosa y viejecilla grave; no encajo en lo que parece tan alegre y tan fluido y tan sociable y que, viéndolo desde fuera y sin participar, me parece bonito pero ajeno. Hay excepciones, claro: por ejemplo, a toro pasado, leí los libros más juveniles de Almudena Guzmán y me encantaron. También Carmen Jodra.

Respecto a los blogs, visito algunos (los de mi blogroll) aunque creo que están tristemente en decadencia, incluidísimo el mío, por aquello de la ineditidad y porque las redes sociales carcomen su corazón; envidiable ver cómo tú escapas de ese impasse. Destaco a tres autores jóvenes con blog, dos de ellos desconocidos y los tres, en mi opinión, absolutamente brillantes, y ojalá que publiquen en papel pronto: Anastasia Kontratevidi, Adrián Nicolás Penela y Bárbara Butragueño.

Gamoneda, Bolaño, Manuel Machado, Félix Grande, Rimbaud, Celaya... son algunos de los nombres propios que aparecen en Introducción a todo y que ya habían sido mencionados en algunos de tus anteriores libros. ¿Qué más? ¿Quién más? ¿Cuáles más son tus influencias? Hay muchos críticos y lectores que en blogs y en suplementos critican esa tendencia “más joven” (que personalmente considero una tendencia no tan joven y mucho más común de lo que parece) de la cita constante y de la referencia continua. Tú utilizas este recurso con soltura y con gracia, casi como si no pudieras escribir/vivir sin la fuerza de esos autores a los que citas y a los que lees. ¿Es una invocación, una simple cita, un homenaje?

Gamoneda y Bolaño eran referencias con intención irónica: no me gustan y, sin embargo, tal vez sean los dos autores “de moda” (de moda desde hace décadas) que más me insiste la gente en que intente volver a leer.
Mis grandes influencias (podría decirse que me descubrieron ellos que había poesía más allá de Rubén Darío, que sigue encantándome, y de la generación del 27 y de Pablo Neruda, que nunca me enamoraron) fueron Luis Alberto de Cuenca, con su poesía-ficción (muy patente en Manojo de abominaciones), y como dices Manuel Machado y Félix Grande. Otros inmortales y que me influyeron: César Vallejo, Dámaso Alonso, Ángel González, Rosario Castellanos; más tardíamente, Sylvia Plath. También muchos filósofos (Cioran), novelistas y dramaturgos. Actualmente leo y releo y releo a Wallace Stevens, Wislawa Szymborska y Adam Zagajewski pero, en fin, voy descubriendo más autores y tradiciones.

Estoy de acuerdo contigo en que la manía de las citas no es específicamente joven, y para nada infantil. Más bien es una práctica honesta. Pero interpretar la intertextualidad es difícil. En mi caso, la cosa fue así: en los dos primeros libros, quería agradecerles a los citados la amplitud de miras que me dieron, así como repetir sus palabras; eran tan preciosas. En Introducción a todo, algo parecido pero, más que con una intención de reconocimiento (“os debo mucho”), con intención de inútil contextualización: “esto es lo que leo ahora” (a los veinte años que tenía entonces). En cualquier caso, no me parece justo no reconocer, al menos en algún momento de nuestras trayectorias, nuestras influencias, de quién partimos, quién nos dejó boquiabiertos, y esto pasa más bien al principio. Toda la literatura (toda la vida) es un diálogo, aunque haya momentos de pura creación individual. En los libros posteriores hay menos citas, supongo que por menos necesidad de explicitar y también por sentirme un poco más hecha.

Introducción a todo puede ser un canto revolucionario, una especie de grito muy fresco, crítico y necesario en el panorama poético actual. ¿Eres consciente de ello? ¿Me equivoco? ¿Nos ayudarán tus versos a “sobrevivir al postmodernismo y a la anfibología del mundo?

No tengo ni idea… Crítico sí que es, pero no creo que ayude a sobrevivir a la anfibología del mundo; al revés, me meto en la herida, y la acentúo, peligrosamente. Pero ojalá escriba yo algún día algo tan peligroso como la Carta de Lord Chandos de von Hofmannsthal.

Está de moda tachar de moderno (valga la redundancia) a quien escribe sobre redes sociales, Messenger, Google..., está de moda tachar de egocéntrico a quien escribe sobre sí mismo y sobre su circunstancia..., está de moda criticar al poeta joven, o mejor dicho, a la poeta joven por mencionar su sexo y a sus amantes. Podríamos decir, si fuéramos esos críticos, que Berta García Faet es una moderna egocéntrica y muy salida. A mí me parece una etiqueta muy divertida. ¿No crees? ¿Piensas que esos críticos y esa manera de asumir la literatura -esa manera de etiquetar bajo los prejuicios- está acabada o, por lo contrario, seguirá acechando a la poesía y a sus autoras? Me gusta tu manera de asumir las nuevas tecnologías como algo normalizado, superado y sin la voluntad de autores mayores que tú por querer “innovar” o ser “transgresor” sólo por introducir la palabra Módem en un verso. ¿Cómo influyen, sin embargo, en tu forma de escribir las nuevas tecnologías, tu blog y tu facebook? ¿O no es algo que te preocupe?

Espero que ese tipo de crítica superficial no se tome en serio… Como te decía, esos tres libros son muy experimentales y utilicé fórmulas que no me gustan mucho como lectora y que hoy ya no utilizo igual, pero desde luego habría que tergiversar bastante las cosas para suponer que, por utilizar la primera persona del singular, estoy hablando estricta y exactamente de mí. ¿A quién le interesaría mínimamente? Entonces la literatura sería voyeurismo, y aunque éste está muy bien en el porno, no creo que la literatura acabe ahí (de hecho, me siento en medio de una paradoja con este tipo de entrevistas porque también aquí pienso: ¿a quién le interesará esto?). Opino que, al menos la poesía, es sobre todo un encuentro; eso sí, entre dos yoes (o más, pero yoes). En cuanto al sexo… no sé si te habrás fijado que, junto a las evocaciones eróticas más hedonistas y sencillas, hay crítica, dolor e indiferencia, así como indagación sobre su naturaleza y su relación con el amor. O sea, que no es tan fácil y guay como interpretarían esos críticos.

Respecto a las nuevas tecnologías, sí que han salido en algunos poemas, pero sin ningún tipo de pretensión o impostura. Podían tener una función meramente descriptiva o, en otras ocasiones, de paradigma… Me interesa el tema de la distancia, física y emocional, y hoy para hablar de eso hay que hablar de qué contrasentidos nos manchan cuando utilizamos e-mail, redes sociales, etc. Es la decadencia de la piel y el contacto, con sus pros y sus contras, pero que habrá que seguir investigando.

En mi forma de escribir las nuevas tecnologías, por lo tanto, no influyen de manera especial. Son excusas para hablar de lo de siempre: amor, límite, intensidad, tiempo, identidad, soledad, placer.

Después de Introducción a todo y de Fresa y herida, ¿qué proyectos literarios tienes en mente? ¿Poemarios? ¿Quizá prosa? ¿Prensa? ¿Ensayo?

Ahora mismo estoy trabajando en dos libros de poesía y en teatro. También en pequeños ensayos académicos que, aunque aparentemente forman parte de un mundo diferente y más feo, para mí son casi lo mismo. Literatura, filosofía y ciencias sociales son una extraña una. En realidad, desde cualquier ámbito o disciplina, siempre trato de los mismos temas y evoluciono en ellos paralelamente.

¿Qué significa formar parte del catálogo de La Bella Varsovia? ¿Y qué se siente al ser invitada a un festival como el de Cosmopoética con un cartel como el de este año?

Me gustan mucho las cuidadas ediciones de La Bella Varsovia y en ese sentido estoy muy contenta. Ahora tengo que descubrir más, pues realmente antes de ganar el premio había accedido a pocos de sus libros. El cartel de Cosmopoética es impresionante. Yo intentaré ser fugaz y leve, para no martirizar y sobre todo para anclarme en el lado del público y aplaudir.

Para terminar, y por cambiar un poco de tono, ¿nos dirías dos o tres canciones o grupos -a modo de BSO- que hayan acompañado la escritura de esta pequeña gran obra tuya, Introducción a todo?

En esta época, es decir, hace dos o tres años, escuchaba a Leonard Cohen, que sale en un poema. Otro poema se retrotrae a mis tiempos en Boston, hace como seis años, y ahí escuchaba Queen. Pero no puede hablarse de banda sonora… Como me afecta demasiado, escucho música, casi siempre clásica, con mucha moderación. La dosifico. De lo contrario sería una muchacha perpetuamente emocionada y eso sería bastante incómodo. 

31 enero 2009

Ridiculously sad.

Degas
La vida se crea en el delirio y se deshace en el hastío.
Cioran
Crotoro, crotorar, cráneo, crisis, escroto. Escupo con la garganta las palabras pesadas. El peso del vacío es un vuelo. Cigüeñas complutenses, reinas de las aves. Insultan con su acento mis pasos tristes. No viajarás, dicen. Te quedarás con nosotras. Siempre. Aquí.

27 octubre 2008

Sol misterio (2).

Hopper

Un alma no se engrandece y no perece más que por la cantidad de lo insoportable que asume.
E. M. Cioran

26 octubre 2008

Sol misterio.

Me atraco de todas las drogas de la soledad;
las del mundo fueron demasiado débiles para hacérmela olvidar.
E. M. Cioran


Mi luna me llama:
apenas la escucho.